Jeremías 17:5-19:13
Reina-Valera 1995
5 Así ha dicho Jehová:
«¡Maldito aquel que confía en el hombre,
que pone su confianza en la fuerza humana,
mientras su corazón se aparta de Jehová!
6 Será como la retama en el desierto,
y no verá cuando llegue el bien,
sino que morará en los sequedales en el desierto,
en tierra despoblada y deshabitada.
7 »¡Bendito el hombre que confía en Jehová,
cuya confianza está puesta en Jehová!,
8 porque será como el árbol plantado junto a las aguas,
que junto a la corriente echará sus raíces.
No temerá cuando llegue el calor,
sino que su hoja estará verde.
En el año de sequía
no se inquietará
ni dejará de dar fruto.
9 »Engañoso es el corazón
más que todas las cosas, y perverso;
¿quién lo conocerá?
10 ¡Yo, Jehová, que escudriño la mente,
que pruebo el corazón,
para dar a cada uno según su camino,
según el fruto de sus obras!»
11 Como la perdiz que cubre lo que no puso,
es el que injustamente amontona riquezas:
en la mitad de sus días las dejará,
y en su final será un insensato.
12 Trono de gloria, excelso desde el principio,
es el lugar de nuestro santuario.
13 ¡Jehová, esperanza de Israel!,
todos los que te dejan serán avergonzados,
y los que se apartan de ti serán inscritos en el polvo,
porque dejaron a Jehová, manantial de aguas vivas.
14 Sáname, Jehová, y quedaré sano;
sálvame, y seré salvo,
porque tú eres mi alabanza.
15 La gente me dice:
«¿Dónde está la palabra de Jehová?
¡Que se cumpla ahora!»
16 Mas yo no he ido en pos de ti
para incitarte a castigarlos,
ni deseé el día de la calamidad;
tú lo sabes.
Lo que de mi boca ha salido, fue en tu presencia.
17 No me seas tú por espanto,
pues mi refugio eres tú en el día malo.
18 Avergüéncense los que me persiguen,
y no sea yo avergonzado;
asómbrense ellos, y yo no me asombre;
trae sobre ellos el día malo
y quebrántalos con doble quebranto.
Observancia del sábado
19 Así me ha dicho Jehová: «Ve y ponte a la puerta de los Hijos del pueblo, por la cual entran y salen los reyes de Judá; ponte en todas las puertas de Jerusalén, 20 y diles: “¡Oíd la palabra de Jehová, reyes de Judá, todo Judá y todos los habitantes de Jerusalén que entráis por estas puertas! 21 Así ha dicho Jehová: Guardaos por vuestra vida de llevar carga en sábado y de meterla por las puertas de Jerusalén. 22 No saquéis carga de vuestras casas en sábado, ni hagáis trabajo alguno, sino santificad el sábado, como mandé a vuestros padres. 23 Pero ellos no escucharon ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su corazón para no escuchar ni recibir corrección.
24 »”No obstante, si vosotros me obedecéis, dice Jehová, no metiendo carga por las puertas de esta ciudad en sábado, sino que santificáis el sábado y no hacéis en él ningún trabajo, 25 entrarán por las puertas de esta ciudad, en carros y en caballos, los reyes y los príncipes que se sientan sobre el trono de David, ellos y sus príncipes, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén; y esta ciudad será habitada para siempre. 26 Y vendrán de las ciudades de Judá, de los alrededores de Jerusalén, de la tierra de Benjamín, de la Sefela, de los montes y del Neguev, trayendo holocausto y sacrificio, ofrenda e incienso, y trayendo sacrificio de alabanza a la casa de Jehová. 27 Pero si no me obedecéis para santificar el sábado, para no traer carga ni meterla por las puertas de Jerusalén en sábado, yo haré descender fuego en sus puertas, que consumirá los palacios de Jerusalén y no se apagará.”»
La señal del alfarero y el barro
18 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: 2 «Levántate y desciende a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras.» 3 Descendí a casa del alfarero, y hallé que él estaba trabajando en el torno. 4 Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en sus manos, pero él volvió a hacer otra vasija, según le pareció mejor hacerla.
5 Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 6 «¿No podré yo hacer con vosotros como este alfarero, casa de Israel?, dice Jehová. Como el barro en manos del alfarero, así sois vosotros en mis manos, casa de Israel. 7 En un instante hablaré contra naciones y contra reinos, para arrancar, derribar y destruir. 8 Pero si esas naciones se convierten de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles, 9 y en un instante hablaré de esas naciones y de esos reinos, para edificar y para plantar. 10 Pero si hacen lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerles.
11 »Ahora, pues, habla a todo hombre de Judá y a los habitantes de Jerusalén, diciendo: “Esto ha dicho Jehová: Yo dispongo el mal contra vosotros, y contra vosotros trazo planes; conviértase ahora cada uno de su mal camino, y mejore sus caminos y sus obras.” 12 Pero dirán: “Es inútil, porque en pos de nuestros ídolos iremos, y haremos cada uno el pensamiento de nuestro malvado corazón.”»
13 Por tanto, así dice Jehová:
«Preguntad ahora a las naciones,
quién ha oído cosa semejante.
¡Algo horrible ha hecho la virgen de Israel!
14 ¿Faltará la nieve de las rocas
de las montañas del Líbano?
¿Faltarán las aguas frías
que fluyen de lejanas tierras?
15 ¡Pues mi pueblo me ha olvidado,
quemando incienso a lo que es vanidad!
Ha tropezado en sus caminos,
en las sendas antiguas,
para caminar por senderos
y no por un camino bien dispuesto.
16 Han convertido su tierra en desolación,
en objeto de burla perpetua;
todo aquel que pase por ella,
se asombrará y meneará la cabeza.
17 Delante del enemigo los esparciré como viento del este.
En el día de su perdición
les mostraré las espaldas, y no el rostro.»
Conspiración del pueblo y oración de Jeremías
18 Ellos dijeron: «Venid y preparemos un plan contra Jeremías, porque la instrucción no le faltará al sacerdote ni el consejo al sabio ni la palabra al profeta. Venid calumniémoslo y no atendamos a ninguna de sus palabras.»
19 Jehová, fíjate en mí
y oye la voz de los que contienden conmigo. 20 ¿Se da mal por bien,
para que hayan cavado un hoyo para mi vida?
Acuérdate que me puse delante de ti
para hablar bien por ellos,
para apartar de ellos tu ira.
21 Por tanto, entrega sus hijos al hambre,
dispérsalos por medio de la espada,
queden sus mujeres sin hijos y viudas.
Sean puestos a muerte sus maridos,
y los jóvenes, heridos a espada en la guerra.
22 ¡Óigase el clamor de sus casas,
cuando de repente traigas sobre ellos un ejército!,
porque cavaron un hoyo para atraparme,
y bajo mis pies han escondido lazos.
23 Pero tú, Jehová, conoces todo su consejo
contra mí para darme muerte.
No perdones su maldad
ni borres su pecado de delante de tu rostro.
¡Tropiecen ellos delante de ti,
y haz así con ellos en el tiempo de tu enojo!
La señal de la vasija rota
19 Así dijo Jehová: «Ve a comprar al alfarero una vasija de barro, y lleva contigo a algunos de los ancianos del pueblo y de los ancianos de entre los sacerdotes. 2 Sal luego al valle del hijo de Hinom, que está a la entrada de la puerta oriental, y proclama allí las palabras que yo te diré. 3 Dirás: “Oíd palabra de Jehová, reyes de Judá y habitantes de Jerusalén. Esto dice Jehová de los ejércitos, el Dios de Israel: Yo traigo sobre este lugar un mal tan grande que a todo el que lo oiga le zumbarán los oídos, 4 porque me abandonaron y enajenaron este lugar ofreciendo en él incienso a dioses extraños, que ni ellos habían conocido, ni sus padres, ni los reyes de Judá; y llenaron este lugar de sangre de inocentes. 5 Edificaron lugares altos a Baal, para quemar en el fuego a sus hijos en holocaustos al mismo Baal; cosa que no les mandé ni dije ni me vino al pensamiento. 6 Por tanto, he aquí vienen días, dice Jehová, que este lugar no se llamará más Tofet ni valle del hijo de Hinom, sino valle de la Matanza. 7 Y desvaneceré el consejo de Judá y de Jerusalén en este lugar. Los haré caer a espada delante de sus enemigos y en las manos de los que buscan sus vidas. Daré sus cuerpos para comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra. 8 Pondré a esta ciudad por espanto y burla; todo aquel que pase por ella se asombrará y se burlará de su destrucción. 9 Les haré comer la carne de sus hijos y la carne de sus hijas. Cada uno comerá la carne de su amigo, en el asedio y el apuro con que los angustiarán sus enemigos y los que buscan sus vidas.”
10 »Entonces quebrarás la vasija ante los ojos de los hombres que van contigo, 11 y les dirás: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: De esta forma quebrantaré a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra una vasija de barro, que no se puede restaurar más; y en Tofet serán enterrados, porque no habrá otro lugar para enterrar. 12 Así haré a este lugar, dice Jehová, y a sus habitantes; dejaré esta ciudad como a Tofet. 13 Las casas de Jerusalén y las casas de los reyes de Judá serán como el lugar de Tofet, inmundas, por todas las casas sobre cuyos tejados ofrecieron incienso a todo el ejército del cielo, y vertieron libaciones a dioses ajenos.”»
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