¹⁴ Y el Señor me dijo:

«Eso que los profetas anuncian en mi nombre es una mentira. Yo no los envié, ni los mandé, ni les hablé. Lo que ellos anuncian es una visión falsa, una adivinanza. De su mente sacan palabras huecas y engañosas.»

²⁶ ¿Hasta cuándo albergarán esos profetas tales mentiras en su corazón? ¡Lo que anuncian sólo existe en su mente!

³ Por su rapacidad, estos falsos maestros harán negocio con ustedes. Pero la condenación los espera desde hace mucho tiempo, y su perdición ya está en camino.

¹⁸ Cuando hablan, lo hacen con palabras arrogantes y vanas; mediante las pasiones humanas y el libertinaje seducen a los que habían comenzado a apartarse de los que viven en el error.

⁵ Ustedes bien saben que ninguno que sea libertino, inmundo, o avaro (es decir, ningún idólatra), tendrá parte en el reino de Cristo y de Dios. ⁶ Que nadie los engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre aquellos que no lo obedecen.

² «Hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel. Según ellos, profetizan, pero sus profecías son producto de su propio corazón. Diles que oigan mi palabra.

¹⁰ »Esto será así por haber engañado a mi pueblo. Le hablaron de paz, cuando en realidad no había paz.^(A) Mientras uno levantaba la pared, los otros la recubrían con lodo suelto.

²² »Con sus mentiras, ustedes han entristecido el corazón de los justos, a quienes yo nunca entristecí; han fortalecido las manos de los malvados, y los han animado a no apartarse de su mal camino.

¹⁸ Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a su propio vientre, y con palabras suaves y lisonjeras engañan al corazón de los ingenuos.