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Exhortaciones y advertencias

Estos, pues, son los mandamientos, los estatutos y los decretos que el Señor vuestro Dios me ha mandado que os enseñe, para que los cumpláis en la tierra que vais a poseer, para que temas al Señor tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te ordeno(A), tú y tus hijos y tus nietos, todos los días de tu vida(B), para que tus días sean prolongados. Escucha, pues, oh Israel, y cuida[a] de hacerlo, para que te vaya bien y te multipliques en gran manera(C), en una tierra que mana leche y miel(D), tal como el Señor, el Dios de tus padres, te ha prometido.

Escucha, oh Israel, el Señor es nuestro Dios(E), el Señor uno es(F). Amarás al Señor tu Dios(G) con todo tu corazón, con toda tu alma(H) y con toda tu fuerza. (I)Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y diligentemente las enseñarás a tus hijos(J), y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Y las atarás como una señal a tu mano, y serán por insignias[b] entre tus ojos(K). Y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas(L).

10 Y sucederá que cuando el Señor tu Dios te traiga a la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que te daría, una tierra con grandes y espléndidas ciudades que tú no edificaste(M), 11 y casas llenas de toda buena cosa que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivos que tú no plantaste, y comas y te sacies(N); 12 entonces ten cuidado, no sea que te olvides(O) del Señor que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre[c]. 13 Temerás[d] solo al Señor tu Dios; y a Él adorarás[e](P), y jurarás por su nombre(Q). 14 No seguiréis a otros dioses(R), a ninguno de los dioses de los pueblos que os rodean, 15 porque el Señor tu Dios, que está en medio de ti, es Dios celoso(S), no sea que se encienda la ira del Señor tu Dios contra ti, y Él te borre[f] de la faz de la tierra.

16 No tentaréis al Señor vuestro Dios(T), como le tentasteis en Masah(U). 17 Debéis guardar diligentemente los mandamientos del Señor vuestro Dios, y sus testimonios y estatutos que te ha mandado(V). 18 Y harás lo que es justo y bueno a los ojos del Señor, para que te vaya bien, y para que entres y tomes posesión de la buena tierra que el Señor juró que daría a tus padres(W), 19 echando fuera a todos tus enemigos de delante de ti, como el Señor ha dicho.

20 Cuando en el futuro tu hijo te pregunte, diciendo: «¿Qué significan los testimonios y los estatutos y los decretos que el Señor nuestro Dios os ha mandado?», 21 entonces dirás a tu hijo: «Eramos esclavos de Faraón en Egipto, y el Señor nos sacó de Egipto con mano fuerte(X). 22 Además, el Señor hizo grandes y temibles señales y maravillas delante de nuestros ojos contra Egipto, contra Faraón y contra toda su casa; 23 y nos sacó de allí para traernos y darnos la tierra que Él había jurado dar a nuestros padres». 24 Y el Señor nos mandó que observáramos todos estos estatutos, y que temiéramos siempre al Señor nuestro Dios(Y) para nuestro bien y para preservarnos la vida(Z), como hasta hoy. 25 Y habrá justicia para nosotros si cuidamos de[g] observar todos estos mandamientos delante del Señor nuestro Dios(AA), tal como Él nos ha mandado.

Footnotes

  1. Deuteronomio 6:3 Lit., y guarda
  2. Deuteronomio 6:8 O, frontales
  3. Deuteronomio 6:12 Lit., esclavos
  4. Deuteronomio 6:13 O, Reverenciarás
  5. Deuteronomio 6:13 O, servirás
  6. Deuteronomio 6:15 Lit., destruya
  7. Deuteronomio 6:25 Lit., guardamos para

El mandamiento más importante

Estos son los estatutos, normas y preceptos que el Señor su Dios ordenó que les enseñara, para que los cumplan en la tierra a la cual van a pasar para tomarla en posesión. De este modo respetarás al Señor tu Dios, tú, tus hijos y tus nietos. A lo largo de todos los días de tu vida cumplirás las normas y preceptos que yo te doy. Así gozarás de larga vida. Por eso, presta atención, Israel, y esfuérzate en obedecerlos, para que seas dichoso en la tierra que mana leche y miel y llegues a ser muy numeroso, como te ha prometido el Señor, el Dios de tus antepasados.

Escucha, Israel: el Señor —y únicamente el Señor— es nuestro Dios. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Graba en tu corazón estas palabras que hoy te he dicho. Incúlcaselas a tus hijos; háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas de camino, cuando te acuestes y cuando te levantes; átalas a tu muñeca como un signo; llévalas en tu frente como una señal; escríbelas en las jambas de tu casa y en tus puertas.

Exhortación a la obediencia

10 Y cuando el Señor tu Dios te introduzca en la tierra que él te dará, porque así lo juró a tus antepasados Abrahán, Isaac y Jacob, allí encontrarás ciudades grandes y prósperas que tú no edificaste; 11 casas colmadas de todo lo mejor que tú no llenaste; pozos ya excavados que tú no cavaste; viñas y olivos que tú no plantaste. Cuando comas y te sacies, 12 ten mucho cuidado de no olvidar al Señor, que te liberó de la esclavitud de Egipto. 13 Al Señor tu Dios respetarás, a él rendirás culto y por su nombre jurarás. 14 No vayan tras otros dioses, esos dioses de los pueblos que están alrededor de ustedes, 15 porque la ira del Señor caería sobre ti como fuego y te borraría completamente de la faz de la tierra, pues el Señor tu Dios, que está en medio de ti, es un Dios celoso.

16 No pongan a prueba al Señor su Dios, como hicieron en Masá. 17 Cumplan cuidadosamente las normas y preceptos que el Señor su Dios te ha ordenado. 18 Haz lo que el Señor aprueba como recto y bueno, así serás dichoso y tomarás posesión de la fértil tierra que el Señor prometió a tus antepasados, 19 porque el Señor expulsará delante de ti a todos tus enemigos, tal como te ha prometido.

20 Y el día de mañana, cuando tu hijo te pregunte: “¿Qué significan estos estatutos, normas y preceptos que el Señor nuestro Dios les ha dado?”, 21 tú le responderás: “El Señor nos sacó con gran poder de Egipto donde éramos esclavos del faraón. 22 Ante nuestros propios ojos, el Señor realizó grandes y tremendos milagros y prodigios en Egipto contra el faraón y toda su corte. 23 Y nos sacó de allí para conducirnos y darnos la tierra que prometió a nuestros antepasados. 24 El Señor nuestro Dios nos mandó, entonces, que lo respetásemos cumpliendo estos preceptos, para que seamos siempre dichosos y él nos conserve la vida como hasta ahora. 25 Por su parte, el Señor nuestro Dios será justo con nosotros siempre que cumplamos cuidadosamente todos estos mandamientos, tal como él nos lo ha ordenado”.