Daniel 4:33-35
Palabra de Dios para Todos
33 Apenas terminó este mensaje, se cumplió todo lo que decía. Nabucodonosor fue alejado de la gente y empezó a comer pasto como el ganado. Su cuerpo se empapó con el rocío. Le creció el pelo hasta que parecía que tuviera plumas de águila, y las uñas le crecieron tanto que parecían las garras de un ave.
34 Cuando pasaron los siete años, yo, Nabucodonosor, miré hacia el cielo y recobré la razón. Alabé al Dios altísimo y bendije al que vive por siempre:
Él es quien gobierna eternamente
y su reino seguirá de generación en generación.
35 Los habitantes de la tierra son insignificantes
si se les compara con él.
Hace siempre su voluntad,
tanto entre los habitantes del cielo,
como entre la gente de la tierra.
Nadie puede estar en contra de su poder,
ni preguntar por qué hace lo que hace.
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