差派十二使徒

耶稣召集了十二使徒[a],赐给他们能力和权柄胜过一切鬼魔,又能治愈各样疾病, 然后差派他们去宣讲神的国,并且使病人痊愈。

耶稣对他们说:“你们在路上什么都不要带。不要带手杖,不要带行囊,不要带食物,不要带银子,每个人也不要带两件衣服[b] 你们无论进哪一家,就要住在那里,也要从那里再出发。 如果他们不接受你们,你们离开那城的时候,要把脚上的尘土跺掉,做为对他们的见证。” 使徒们就出去,走遍各村庄到处传福音,使人痊愈。

希律的困惑

分封王希律听说了所发生的这一切,就感到困惑,因为有些人说:“约翰从死人中复活了。” 也有些人说:“以利亚显现了。”还有些人说:“古时候的一位先知复活了。” 希律却说:“我已经砍了约翰的头,而这个人又是谁呢?我竟听到关于他这样的事!”于是希律就想要见他。

五饼二鱼

10 使徒们回来,把他们所做的事都告诉了耶稣。耶稣就带着他们,悄悄地退往一个叫做伯赛达的城[c]去。 11 可是众人知道了,就跟着他去。耶稣欢迎他们,向他们讲说有关神国的事,并且使那些需要医治的人得痊愈。

12 太阳开始平西的时候,十二使徒前来对耶稣说:“请遣散人群,好让他们到周围的村庄和田舍去借宿、找食物,因为我们这里是个荒僻的地方。”

13 但耶稣对他们说:“你们给他们吃的吧。”

他们说:“我们只有五个饼和两条鱼,除非我们去为全体民众买食物。” 14 当时,男人就约有五千。

耶稣对他的门徒们说:“叫他们分组坐下,每组约五十人。” 15 门徒们就如此行,叫大家都坐下。 16 耶稣拿起这五个饼和两条鱼,抬头望天,祝福了,然后掰开,不断递给门徒们,让他们分给众人。 17 大家吃了,并且都吃饱了。他们把剩下的碎块收拾起来,装满了[d]十二个篮子。

彼得认耶稣为基督

18 有一次,耶稣独自祷告的时候,门徒们和他在一起。耶稣问他们,说:“众人说我是谁?”

19 他们回答说:“是施洗者[e]约翰,有的说是以利亚,也有的说是古时候的一位先知复活了。”

20 耶稣问他们:“那么你们呢?你们说我是谁?”

彼得回答说:“是神的基督!”

预言受难与复活

21 耶稣告诫他们,吩咐他们不要把这事告诉任何人。 22 又说:“人子必须受很多苦害,被长老们、祭司长们和经文士们弃绝,并且被杀,然后在第三天复活。”

背起你的十字架

23 耶稣又对大家说:“如果有人想要来跟从我,他就当否定自己,天天[f]背起自己的十字架,然后跟从我。 24 因为凡想要保全[g]自己生命的,将失去生命;凡为我的缘故失去自己生命的,这个人将保全[h]生命。 25 一个人就是赚得了全世界,却丧失了自己,或赔上了自己,到底有什么益处呢? 26 一个人如果以我和我的话为耻,当人子在自己、父,和圣天使们的荣耀中来临的时候,也要以这个人为耻。 27 我确实地告诉你们:站在这里的有些人,在还没有尝到死的滋味之前,必定见到神的国。”

登山变相

28 说了这些话以后约八天,耶稣带着彼得约翰雅各上山去祷告。 29 正在祷告的时候,耶稣的相貌改变了,衣服也洁白发光。 30 这时候,忽然有两个人和耶稣谈话——他们是摩西以利亚—— 31 他们在荣光中显现,谈论耶稣离世的事,就是他将要在耶路撒冷成就的事。

32 彼得和他的同伴正在沉睡着。可是他们清醒过来时,看见了耶稣的荣光和同他站着的那两个人。 33 那两个人正要离开耶稣的时候,彼得对耶稣说:“老师,我们在这里真好!让我们来搭三座帐幕,一座为你,一座为摩西,一座为以利亚。”他不知道自己在说什么。

34 他正说这些话,有一朵云彩出现,笼罩着他们。他们一没入云彩中,门徒们就惧怕起来。 35 有声音从云中传来,说:

“这是我的儿子,我所拣选的[i]
你们当听从他!”

36 声音过后,门徒们发现只有耶稣一个人了。在那些日子里,他们保持沉默,没有告诉任何人他们所看到的事。

信心的力量

37 第二天,他们从山上下来,有一大群人迎着耶稣而来。 38 这时候,忽然人群中有一个人呼喊说:“老师,求求你看顾我的儿子吧!因为他是我的独生儿子。 39 你看,邪灵抓住他,忽然喊叫起来,又使他抽疯,口吐白沫;邪灵折磨着他,就是不离开。 40 我求过你的门徒们,要他们驱赶那邪灵,可是他们不能。”

41 耶稣回答说:“唉,这个不信、歪曲的世代!我还要和你们在一起多久呢?我还要容忍你们多久呢?把你的儿子带到这里来吧!”

42 那孩子上前来的时候,鬼魔把他摔倒,使他剧烈地抽疯。耶稣就斥责那污灵,使孩子痊愈,把孩子交给他父亲。 43 大家都对神的威荣惊叹不已。

再次预言受难

正当大家对耶稣所做的一切感到惊奇的时候,耶稣对他的门徒们说: 44 “你们要把这话存在耳中:人子将要被交在[j]人的手中。”

45 可是他们不明白这话,因为这话的意思对他们是隐藏的,使他们不能领悟。他们也不敢问耶稣这话的意思。

谁是最大的

46 门徒之间起了争论:他们当中到底谁更大。 47 耶稣看出他们心中的意念,就领来一个小孩子,让他站在自己身旁, 48 然后对他们说:“无论谁奉我的名接受这小孩子,就是接受我;接受我的,就是接受差派我来的那一位。要知道,在你们当中谁更小,他才为大。”

奉耶稣的名

49 约翰回答说:“老师,我们看见一个人奉你的名驱赶鬼魔,我们就去阻止他,因为他不与我们一起跟从你。”

50 耶稣对他说:“不要阻止他,因为不反对你们的,就是支持你们的[k]。”

前往耶路撒冷

51 耶稣升天的日子快到了,他就坚定地面向耶路撒冷而去。 52 他派了几个使者在他前头。他们就去了,进到撒马利亚人的一个村子,要为他做预备。 53 但那里的人不接受他,因为他是往耶路撒冷去的。 54 门徒雅各约翰看见了,就说:“主啊,你要我们[l]吩咐火从天上降下来烧灭他们吗?”

55 耶稣转过身来责备他们[m] 56 于是他们往别的村子去了。

跟随耶稣

57 他们在路上走的时候,有一个人对耶稣说:“[n]无论你到哪里去,我都要跟从你。”

58 耶稣对他说:“狐狸有洞,天空的飞鸟有窝,人子却没有枕头的地方。” 59 耶稣对另一个人说:“你跟从我!”

可是他说:“主啊,请准许我先去埋葬我的父亲。”

60 耶稣[o]对他说:“让死人去埋葬他们的死人吧至于你,你要去宣讲神的国。”

61 另有一个人说:“主啊,我要跟从你,但是请准许我先向我家里的人告别。”

62 耶稣对他说:“手扶着犁又看背后之事的人,不配神的国。”

Footnotes

  1. 路加福音 9:1 使徒——辅助词语。
  2. 路加福音 9:3 衣服——或译作“衬袍”。
  3. 路加福音 9:10 有古抄本附“的一个荒僻的地方”。
  4. 路加福音 9:17 装满了——辅助词语。
  5. 路加福音 9:19 施洗——或译作“施浸”。
  6. 路加福音 9:23 有古抄本没有“天天”。
  7. 路加福音 9:24 保全——原文直译“救”。
  8. 路加福音 9:24 保全——原文直译“救”。
  9. 路加福音 9:35 这是我的儿子,我所拣选的——有古抄本作“这是我的爱子”。
  10. 路加福音 9:44 被交在——或译作“被出卖到”。
  11. 路加福音 9:50 不反对你们的,就是支持你们的——有古抄本作“不反对我们的,就是支持我们的”。
  12. 路加福音 9:54 有古抄本附“像以利亚所做的那样”。
  13. 路加福音 9:55 有古抄本附“说:‘你们并不知道自己是什么样的灵;56 人子不是来毁灭人的灵魂,而是来拯救人的灵魂。’”
  14. 路加福音 9:57 有古抄本附“主啊,”。
  15. 路加福音 9:60 耶稣——有古抄本作“他”。

Jesús envía a los doce(A)(B)

Habiendo reunido a los doce, Jesús les dio poder y autoridad para expulsar a todos los demonios y para sanar enfermedades. Entonces los envió a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos. «No lleven nada para el camino: ni bastón, ni bolsa, ni pan, ni dinero, ni dos mudas de ropa —les dijo—. En cualquier casa que entren, quédense allí hasta que salgan del pueblo. Si no los reciben bien, salgan de ese pueblo y sacúdanse el polvo de los pies como un testimonio contra sus habitantes». Así que partieron y fueron por todas partes de pueblo en pueblo, predicando las buenas noticias y sanando a la gente.

Herodes, el tetrarca, se enteró de todo lo que estaba sucediendo. Estaba perplejo porque algunos decían que Juan había resucitado; otros, que se había aparecido Elías; y otros, en fin, que había resucitado alguno de los antiguos profetas. Pero Herodes dijo: «A Juan mandé que le cortaran la cabeza; ¿quién es, entonces, este de quien oigo tales cosas?». Y procuraba verlo.

Jesús alimenta a los cinco mil(C)

10 Cuando regresaron los apóstoles, contaron a Jesús lo que habían hecho. Él se los llevó consigo y se retiraron solos a un pueblo llamado Betsaida, 11 pero la gente se enteró y lo siguió. Él los recibió y les habló del reino de Dios. También sanó a los que lo necesitaban.

12 Al atardecer se acercaron los doce y le dijeron:

—Despide a la gente, para que vaya a buscar alojamiento y comida en los campos y pueblos cercanos, pues donde estamos no hay nada.[a]

13 —Denles ustedes mismos de comer —dijo Jesús.

—No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a menos que vayamos a comprar comida para toda esta gente —objetaron ellos, 14 porque había allí unos cinco mil hombres.

Pero Jesús dijo a sus discípulos:

—Hagan que se sienten en grupos como de cincuenta cada uno.

15 Así lo hicieron los discípulos y se sentaron todos. 16 Entonces Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, los bendijo. Luego los partió y se los dio a los discípulos para que se los repartieran a la gente. 17 Todos comieron hasta quedar satisfechos y de los pedazos que sobraron se recogieron doce canastas.

La confesión de Pedro(D)(E)

18 Un día Jesús estaba orando a solas; cuando llegaron sus discípulos, preguntó:

—¿Quién dice la gente que soy yo?

19 Le respondieron:

—Unos dicen que Juan el Bautista, otros que Elías y otros que uno de los antiguos profetas ha resucitado.

20 —Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? —preguntó Jesús.

—El Cristo de Dios —afirmó Pedro.

21 Jesús ordenó terminantemente que no dijeran esto a nadie. 22 Y les dijo:

—El Hijo del hombre tiene que sufrir muchas cosas y ser rechazado por los líderes religiosos, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley. Es necesario que lo maten y que resucite al tercer día.

23 Dirigiéndose a todos, declaró:

—Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. 24 Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. 25 ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se destruye a sí mismo? 26 Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras, el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles. 27 Además, les aseguro que algunos de los aquí presentes no sufrirán la muerte sin antes haber visto el reino de Dios.

La transfiguración(F)

28 Unos ocho días después de decir esto, Jesús, acompañado de Pedro, Juan y Santiago, subió a una montaña a orar. 29 Mientras oraba, su rostro se transformó y su ropa se volvió blanca y radiante. 30 Y aparecieron dos personajes —Moisés y Elías—, que conversaban con Jesús. 31 Tenían un aspecto glorioso, y hablaban de la partida de Jesús, que él iba a cumplir en Jerusalén. 32 Pedro y sus compañeros estaban rendidos de sueño, pero cuando se despabilaron, vieron su gloria y a los dos personajes que estaban con él. 33 Mientras estos se apartaban de Jesús, Pedro, sin saber lo que estaba diciendo, propuso:

—Maestro, ¡qué bien que estemos aquí! Podemos levantar tres albergues: uno para ti, otro para Moisés y otro para Elías.

34 Estaba hablando todavía cuando apareció una nube que los envolvió y al entrar en la nube se asustaron. 35 Entonces salió de la nube una voz que dijo: «Este es mi Hijo, mi escogido. ¡Escúchenlo!». 36 Después de oírse la voz, Jesús quedó solo. Los discípulos guardaron esto en secreto y por algún tiempo a nadie contaron nada de lo que habían visto.

Jesús sana a un muchacho endemoniado(G)

37 Al día siguiente, cuando bajaron de la montaña, le salió al encuentro mucha gente. 38 Y un hombre de entre la multitud exclamó:

—Maestro, te ruego que atiendas a mi hijo, pues es el único que tengo. 39 Resulta que un espíritu se posesiona de él y de repente el muchacho se pone a gritar; también lo sacude con violencia y hace que eche espumarajos. Cuando lo atormenta, a duras penas lo suelta. 40 Ya rogué a tus discípulos que lo expulsaran, pero no pudieron.

41 —¡Ah, generación incrédula y malvada! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos? Trae acá a tu hijo.

42 Estaba acercándose el muchacho cuando el demonio lo derribó con una convulsión. Pero Jesús reprendió al espíritu maligno, sanó al muchacho y se lo devolvió al padre. 43 Y todos se quedaron asombrados de la grandeza de Dios.

En medio de tanta admiración por todo lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos:

44 —Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres.

45 Pero ellos no entendían lo que quería decir con esto. Estaba encubierto para que no lo comprendieran y no se atrevían a preguntárselo.

¿Quién va a ser el más importante?(H)(I)

46 Surgió entre los discípulos una discusión sobre quién de ellos sería el más importante. 47 Como Jesús sabía bien lo que pensaban, tomó a un niño y lo puso a su lado.

48 —El que recibe en mi nombre a este niño —dijo—, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. Porque el que es más pequeño entre todos ustedes, ese es el más importante.

49 —Maestro —dijo Juan—, vimos a un hombre que expulsaba demonios en tu nombre y se lo impedimos, porque no es de los nuestros.

50 —No se lo impidan —respondió Jesús—, porque el que no está contra ustedes está a favor de ustedes.

La oposición de los samaritanos

51 Como se acercaba el tiempo de que fuera llevado al cielo, Jesús se hizo el firme propósito de ir a Jerusalén. 52 Envió por delante mensajeros, que entraron en un pueblo samaritano para prepararle alojamiento; 53 pero allí la gente no quiso recibirlo porque se dirigía a Jerusalén. 54 Cuando los discípulos Santiago y Juan vieron esto, preguntaron:

—Señor, ¿quieres que hagamos caer fuego del cielo para[b] que los destruya?

55 Pero Jesús se volvió a ellos y los reprendió. 56 Luego[c] siguieron la jornada a otra aldea.

Lo que cuesta seguir a Jesús(J)

57 Iban por el camino cuando alguien dijo a Jesús:

—Te seguiré adondequiera que vayas.

58 —Las zorras tienen madrigueras y las aves tienen nidos —respondió Jesús—, pero el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza.

59 A otro le dijo:

—Sígueme.

Él contestó:

—Señor, primero déjame ir a enterrar a mi padre.

60 —Deja que los muertos entierren a sus muertos, pero tú ve y proclama el reino de Dios —respondió Jesús.

61 Otro afirmó:

—Te seguiré, Señor, pero primero deja despedirme de mi familia.

62 Jesús respondió:

—Nadie que mire atrás después de poner la mano en el arado es apto para el reino de Dios.

Footnotes

  1. 9:12 donde estamos no hay nada. Lit. aquí estamos en un lugar desierto.
  2. 9:54 cielo para. Var. cielo, como hizo Elías, para.
  3. 9:55-56 reprendió. 56 Luego. Var. reprendió. / —Ustedes no saben de qué espíritu son —les dijo—, 56 porque el Hijo del hombre no vino para destruir la vida de las personas, sino para salvarla. / Luego.

Jesús envía a los discípulos a anunciar el reino de Dios(A)

Jesús reunió a sus doce discípulos, y les dio poder y autoridad para expulsar toda clase de demonios y para curar enfermedades. Los envió a anunciar el reino de Dios y a sanar a los enfermos. Les dijo:

—No lleven nada para el camino: ni bastón, ni bolsa, ni pan, ni dinero, ni ropa de repuesto. En cualquier casa donde lleguen, quédense hasta que se vayan del lugar. Y si en algún pueblo no los quieren recibir, salgan de él y sacúdanse el polvo de los pies, para que les sirva a ellos de advertencia.

Salieron ellos, pues, y fueron por todas las aldeas, anunciando la buena noticia y sanando enfermos.

Incertidumbre de Herodes(B)

El rey Herodes oyó hablar de todo lo que sucedía; y no sabía qué pensar, porque unos decían que Juan había resucitado, otros decían que había aparecido el profeta Elías, y otros decían que era alguno de los antiguos profetas, que había resucitado. Pero Herodes dijo:

—Yo mismo mandé que le cortaran la cabeza a Juan. ¿Quién será entonces este, de quien oigo contar tantas cosas?

Por eso Herodes procuraba ver a Jesús.

Jesús da de comer a una multitud(C)

10 Cuando los apóstoles regresaron, contaron a Jesús lo que habían hecho. Él, tomándolos aparte, los llevó a un pueblo llamado Betsaida. 11 Pero cuando la gente lo supo, lo siguieron; y Jesús los recibió, les habló del reino de Dios y sanó a los enfermos.

12 Cuando ya comenzaba a hacerse tarde, se acercaron a Jesús los doce discípulos y le dijeron:

—Despide a la gente, para que vayan a descansar y a buscar comida por las aldeas y los campos cercanos, porque en este lugar no hay nada.

13 Jesús les dijo:

—Denles ustedes de comer.

Ellos contestaron:

—No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a menos que vayamos a comprar comida para toda esta gente.

14 Pues eran unos cinco mil hombres. Pero Jesús dijo a sus discípulos:

—Háganlos sentarse en grupos como de cincuenta.

15 Ellos obedecieron e hicieron sentar a todos. 16 Luego Jesús tomó en sus manos los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y se los dio a sus discípulos para que los repartieran entre la gente. 17 La gente comió hasta quedar satisfecha, y recogieron en doce canastos los pedazos sobrantes.

Pedro declara que Jesús es el Mesías(D)

18 Un día en que Jesús estaba orando solo, y sus discípulos estaban con él, les preguntó:

—¿Quién dice la gente que soy yo?

19 Ellos contestaron:

—Algunos dicen que eres Juan el Bautista, otros dicen que eres Elías, y otros dicen que eres uno de los antiguos profetas, que ha resucitado.

20 —Y ustedes, ¿quién dicen que soy? —les preguntó.

Y Pedro le respondió:

—Eres el Mesías de Dios.

Jesús anuncia su muerte(E)

21 Pero Jesús les encargó mucho que no dijeran esto a nadie. 22 Y les dijo:

—El Hijo del hombre tendrá que sufrir mucho, y será rechazado por los ancianos, por los jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Lo van a matar, pero al tercer día resucitará.

23 Después les dijo a todos:

—Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz cada día y sígame. 24 Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda la vida por causa mía, la salvará. 25 ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si se pierde o se destruye a sí mismo? 26 Pues si alguno se avergüenza de mí y de mi mensaje, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con su gloria y con la gloria de su Padre y de los santos ángeles. 27 Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán sin antes haber visto el reino de Dios.

La transfiguración de Jesús(F)

28 Unos ocho días después de esta conversación, Jesús subió a un cerro a orar, acompañado de Pedro, Santiago y Juan. 29 Mientras oraba, el aspecto de su cara cambió, y su ropa se volvió muy blanca y brillante; 30 y aparecieron dos hombres conversando con él. Eran Moisés y Elías, 31 que estaban rodeados de un resplandor glorioso y hablaban de la partida de Jesús de este mundo, que iba a tener lugar en Jerusalén. 32 Aunque Pedro y sus compañeros tenían mucho sueño, permanecieron despiertos, y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él. 33 Cuando aquellos hombres se separaban ya de Jesús, Pedro le dijo:

—Maestro, ¡qué bien que estemos aquí! Vamos a hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

Pero Pedro no sabía lo que decía. 34 Mientras hablaba, una nube se posó sobre ellos, y al verse dentro de la nube tuvieron miedo. 35 Entonces de la nube salió una voz, que dijo: «Éste es mi Hijo, mi elegido: escúchenlo.»

36 Cuando se escuchó esa voz, Jesús quedó solo. Pero ellos mantuvieron esto en secreto y en aquel tiempo a nadie dijeron nada de lo que habían visto.

Jesús sana a un muchacho que tenía un espíritu impuro(G)

37 Al día siguiente, cuando bajaron del cerro, una gran multitud salió al encuentro de Jesús. 38 Y un hombre de entre la gente le dijo con voz fuerte:

—Maestro, por favor, mira a mi hijo, que es el único que tengo; 39 un espíritu lo agarra, y hace que grite y que le den ataques y que eche espuma por la boca. Lo maltrata y no lo quiere soltar. 40 He rogado a tus discípulos que le saquen ese espíritu, pero no han podido.

41 Jesús contestó:

—¡Oh gente sin fe y perversa! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos? Trae acá a tu hijo.

42 Cuando el muchacho se acercaba, el demonio lo tiró al suelo e hizo que le diera otro ataque; pero Jesús reprendió al espíritu impuro, sanó al muchacho y se lo devolvió a su padre. 43 Y todos se quedaron admirados de la grandeza de Dios.

Jesús anuncia por segunda vez su muerte(H)

Mientras todos se maravillaban de lo que Jesús hacía, él dijo a sus discípulos:

44 —Oigan bien esto y no lo olviden: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres.

45 Pero ellos no entendían lo que les decía, pues todavía no se les había abierto el entendimiento para comprenderlo; además tenían miedo de pedirle a Jesús que se lo explicara.

¿Quién es el más importante?(I)

46 Por entonces los discípulos comenzaron a discutir quién de ellos sería el más importante. 47 Jesús, al darse cuenta de lo que estaban pensando, tomó a un niño, lo puso junto a él 48 y les dijo:

—El que recibe a este niño en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe también al que me envió. Por eso, el más insignificante entre todos ustedes, ése es el más importante.

El que no está contra nosotros, está a nuestro favor(J)

49 Juan le dijo:

—Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre; y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros.

50 Jesús le contestó:

—No se lo prohíban, porque el que no está contra nosotros, está a nuestro favor.

Jesús reprende a Santiago y a Juan

51 Cuando ya se acercaba el tiempo en que Jesús había de subir al cielo, emprendió con valor su viaje a Jerusalén. 52 Envió por delante mensajeros, que fueron a una aldea de Samaria para conseguirle alojamiento; 53 pero los samaritanos no quisieron recibirlo, porque se daban cuenta de que se dirigía a Jerusalén. 54 Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron:

—Señor, ¿quieres que ordenemos que baje fuego del cielo, y que acabe con ellos?

55 Pero Jesús se volvió y los reprendió. 56 Luego se fueron a otra aldea.

Para seguir a Jesús(K)

57 Mientras iban de camino, un hombre le dijo a Jesús:

—Señor, deseo seguirte a dondequiera que vayas.

58 Jesús le contestó:

—Las zorras tienen cuevas y las aves tienen nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza.

59 Jesús le dijo a otro:

—Sígueme.

Pero él respondió:

—Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre.

60 Jesús le contestó:

—Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve y anuncia el reino de Dios.

61 Otro le dijo:

—Señor, quiero seguirte, pero primero déjame ir a despedirme de los de mi casa.

62 Jesús le contestó:

—El que pone la mano en el arado y sigue mirando atrás, no sirve para el reino de Dios.

Jesús envía a los doce discípulos

Jesús reunió a sus doce discípulos, y les dio poder para sanar enfermedades y autoridad sobre todos los demonios. Luego los envió a anunciar las buenas noticias del reino de Dios y a sanar a los enfermos. Jesús les dijo:

«No lleven nada para el viaje. No lleven bastón ni mochila, ni comida ni dinero. Tampoco lleven ropa de más. Cuando lleguen a una casa, quédense a vivir allí hasta que se vayan del lugar. Si en alguna parte no quieren recibirlos, cuando salgan de allí sacúdanse el polvo de los pies en señal de rechazo.»

Los discípulos salieron y fueron por todos los pueblos de la región, anunciando las buenas noticias y sanando a los enfermos.

Herodes no sabe quién es Jesús

El rey Herodes Antipas se enteró de todo lo que estaba sucediendo, y se preocupó mucho porque algunas personas decían que Juan el Bautista había resucitado. Otros decían que había aparecido el profeta Elías,[a] o que había resucitado alguno de los antiguos profetas. Pero Herodes dijo: «¿Quién será este hombre, del que tanto se oye hablar? No puede ser Juan el Bautista, porque yo mismo ordené que lo mataran.»

Por eso, Herodes tenía mucho interés en conocer a Jesús.

Jesús da de comer a mucha gente

10 Cuando los doce apóstoles regresaron, le contaron a Jesús todo lo que habían hecho. Luego Jesús los llevó al pueblo de Betsaida, pues quería estar a solas con ellos. 11 Pero tan pronto como la gente se dio cuenta de que Jesús se había ido a Betsaida, lo siguió.

Jesús recibió amablemente a toda la gente, y empezó a hablarles acerca del reino de Dios. También sanó a los enfermos.

12 Cuando ya empezaba a oscurecer, los doce apóstoles fueron a decirle a Jesús:

—Envía a esta gente a los pueblos y caseríos cercanos, a buscar un lugar donde puedan comprar comida y pasar la noche. ¡Aquí no hay nada!

13 Jesús les dijo:

—Denles ustedes de comer.

Pero ellos respondieron:

—Sólo tenemos cinco panes y dos pescados. Si fuéramos a dar de comer a toda esta gente, tendríamos que ir a comprar comida, 14 pues hay más de cinco mil personas.

Pero Jesús les dijo:

—Hagan que la gente se siente en grupos de cincuenta.

15 Los discípulos hicieron lo que Jesús les ordenó.

16 Entonces Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, miró al cielo y los bendijo. Luego los partió y dio los pedazos a los discípulos, para que ellos los repartieran entre la gente.

17 Todos comieron y quedaron satisfechos. Y con los pedazos que sobraron se llenaron doce canastas.

¿Quién es Jesús?

18 En una ocasión, Jesús estaba orando solo, y sus discípulos llegaron al lugar donde él estaba. Jesús les preguntó:

—¿Qué dice la gente acerca de mí?

19 Los discípulos contestaron:

—Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros dicen que eres el profeta Elías; otros dicen que eres alguno de los profetas antiguos, que ha resucitado.

20 Después Jesús les preguntó:

—¿Y ustedes qué opinan? ¿Quién soy yo?

Pedro contestó:

—Tú eres el Mesías que Dios envió.

21 Pero Jesús les ordenó a todos que no le contaran a nadie que él era el Mesías.

Jesús habla de su muerte

22 Jesús también les dijo a sus discípulos: «Yo, el Hijo del hombre, voy a sufrir mucho. Los líderes del país, los sacerdotes principales y los maestros de la Ley me rechazarán y me matarán; pero tres días después resucitaré.»

23 Después Jesús les dijo a todos los que estaban allí:

«Si alguno quiere ser mi discípulo, tiene que olvidarse de hacer lo que quiera. Tiene que estar siempre dispuesto a morir y hacer lo que yo mando. 24 Si alguno piensa que su vida es más importante que seguirme, entonces la perderá para siempre. Pero el que prefiera seguirme y elija morir por mí, ése se salvará. 25 De nada sirve que una persona sea dueña de todo el mundo, si al final se destruye a sí misma y se pierde para siempre.

26 »Si alguno se avergüenza de mí y de mis enseñanzas, entonces yo, el Hijo del hombre, me avergonzaré de esa persona cuando venga con todo mi poder, y con el poder de mi Padre y de los santos ángeles. 27 Les aseguro que algunos de ustedes, que están aquí conmigo, no morirán hasta que vean el reino de Dios.»

Jesús se transforma

28 Ocho días después, Jesús llevó a Pedro, a Juan y a Santiago hasta un cerro alto, para orar. 29 Mientras Jesús oraba, su cara cambió de aspecto y su ropa se puso blanca y brillante. 30 De pronto aparecieron Moisés y el profeta Elías, 31 rodeados de una luz hermosa. Los dos hablaban con Jesús acerca de su muerte en Jerusalén, y de su resurrección y partida al cielo.

32 Pedro y los otros dos discípulos estaban muy cansados, pero lograron vencer el sueño y vieron a Jesús rodeado de su gloria, y Moisés y Elías estaban con él. 33 Cuando Moisés y Elías estaban a punto de irse, Pedro le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno que estamos aquí! Si quieres, voy a construir tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»

Pedro estaba hablando sin pensar en lo que decía. 34 Mientras hablaba, una nube bajó y se detuvo encima de todos ellos. Los tres discípulos tuvieron mucho miedo. 35 Luego, desde la nube se oyó una voz que decía: «¡Éste es mi Hijo, el Mesías que yo elegí! Ustedes deben obedecerlo.»

36 Después de oír la voz, los discípulos vieron que Jesús se había quedado solo. Y durante algún tiempo no le contaron a nadie lo que habían visto.

Jesús sana a un muchacho

37 Al día siguiente, cuando Jesús y sus tres discípulos bajaron del cerro, mucha gente les salió al encuentro. 38 Un hombre que estaba entre esa gente se acercó y le dijo a Jesús:

—Maestro, te ruego que ayudes a mi único hijo. 39 De repente un espíritu lo ataca, y lo hace gritar. También lo hace temblar terriblemente y echar espuma por la boca. Cuando por fin deja de atacarlo, el muchacho queda todo maltratado. 40 Le pedí a tus discípulos que sacaran al espíritu, pero no pudieron.

41 Jesús miró a sus seguidores y les dijo:

—¿No pueden hacer nada sin mí? ¿Hasta cuándo voy a tener que soportarlos? Ustedes están confundidos y no confían en Dios.

Entonces Jesús le dijo al hombre:

—Trae a tu hijo.

42 Cuando el muchacho se estaba acercando, el demonio lo atacó, lo tiró al suelo y lo hizo temblar muy fuerte. Entonces Jesús reprendió al demonio, sanó al muchacho y se lo entregó a su padre.

43 Toda la gente estaba asombrada del gran poder de Dios.

Jesús habla otra vez de su muerte

Mientras la gente seguía asombrada por todo lo que Jesús hacía, él les dijo a sus discípulos: 44 «Pongan mucha atención en lo que voy a decirles. Yo, el Hijo del hombre, seré entregado a mis enemigos.»

45 Los discípulos no entendieron lo que Jesús decía, pues aún no había llegado el momento de comprenderlo. Además, ellos tuvieron miedo de preguntarle qué había querido decir.

¿Quién es el más importante?

46 En cierta ocasión, los discípulos discutían acerca de cuál de ellos era el más importante de todos.

47 Cuando Jesús se dio cuenta de lo que ellos pensaban, llamó a un niño, lo puso junto a él, 48 y les dijo: «Si alguno acepta a un niño como éste, me acepta a mí. Y si alguno me acepta a mí, acepta a Dios, que fue quien me envió. El más humilde de todos ustedes es la persona más importante.»

Los que están a favor de Jesús

49 Juan, uno de los doce discípulos, le dijo a Jesús:

—Maestro, vimos a alguien que usaba tu nombre para echar demonios fuera de la gente. Pero nosotros le dijimos que no lo hiciera, porque él no es parte de nuestro grupo.

50 Pero Jesús le dijo:

—No se lo prohíban, porque quien no está en contra de ustedes, realmente está a favor de ustedes.

Jesús regaña a Santiago y a Juan

51 Cuando ya se acercaba el tiempo en que Jesús debía subir al cielo, decidió ir hacia Jerusalén. 52 Envió a unos mensajeros a un pueblo de Samaria para que le buscaran un lugar donde pasar la noche. 53 Pero la gente de esa región no quiso recibir a Jesús, porque sabían que él viajaba a Jerusalén.

54 Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron lo que había pasado, le dijeron a Jesús: «Señor, permítenos orar para que caiga fuego del cielo y destruya a todos los que viven aquí.»

55 Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió. 56 Después, se fueron a otro pueblo.

Los que querían seguir a Jesús

57 Cuando iban por el camino, alguien le dijo a Jesús:

—Te seguiré a cualquier sitio que vayas.

58 Jesús le contestó:

—Las zorras tienen sus cuevas, y las aves tienen nidos, pero yo, el Hijo del hombre, no tengo ni siquiera un sitio donde descansar.

59 Después Jesús le dijo a otro:

—¡Sígueme!

Pero él respondió:

—Señor, primero déjame ir a enterrar a mi padre.

60 Jesús le dijo:

—Lo importante es que tú vayas ahora mismo a anunciar las buenas noticias del reino de Dios. ¡Deja que los muertos[b] entierren a sus muertos!

61 Luego vino otra persona y le dijo a Jesús:

—Señor, quiero seguirte, pero primero déjame ir a despedirme de mi familia.

62 Jesús le dijo:

—No se puede pertenecer al reino de Dios y hacer lo mismo que hace un mal campesino. Al que se pone a arar el terreno y vuelve la vista atrás, los surcos le salen torcidos.

Footnotes

  1. Lucas 9:8 Elías: Muchos judíos esperaban que el profeta Elías resucitara para preparar la venida del Mesías.
  2. Lucas 9:60 Los muertos: En este caso, los muertos se refiere a los que no obedecen a Dios ni confían en él. Pero cuando Jesús dice sus muertos, se refiere a los que han muerto físicamente.

Jesus Sends Out the Twelve(A)(B)

When Jesus had called the Twelve together, he gave them power and authority to drive out all demons(C) and to cure diseases,(D) and he sent them out to proclaim the kingdom of God(E) and to heal the sick. He told them: “Take nothing for the journey—no staff, no bag, no bread, no money, no extra shirt.(F) Whatever house you enter, stay there until you leave that town. If people do not welcome you, leave their town and shake the dust off your feet as a testimony against them.”(G) So they set out and went from village to village, proclaiming the good news and healing people everywhere.

Now Herod(H) the tetrarch heard about all that was going on. And he was perplexed because some were saying that John(I) had been raised from the dead,(J) others that Elijah had appeared,(K) and still others that one of the prophets of long ago had come back to life.(L) But Herod said, “I beheaded John. Who, then, is this I hear such things about?” And he tried to see him.(M)

Jesus Feeds the Five Thousand(N)(O)

10 When the apostles(P) returned, they reported to Jesus what they had done. Then he took them with him and they withdrew by themselves to a town called Bethsaida,(Q) 11 but the crowds learned about it and followed him. He welcomed them and spoke to them about the kingdom of God,(R) and healed those who needed healing.

12 Late in the afternoon the Twelve came to him and said, “Send the crowd away so they can go to the surrounding villages and countryside and find food and lodging, because we are in a remote place here.”

13 He replied, “You give them something to eat.”

They answered, “We have only five loaves of bread and two fish—unless we go and buy food for all this crowd.” 14 (About five thousand men were there.)

But he said to his disciples, “Have them sit down in groups of about fifty each.” 15 The disciples did so, and everyone sat down. 16 Taking the five loaves and the two fish and looking up to heaven, he gave thanks and broke them.(S) Then he gave them to the disciples to distribute to the people. 17 They all ate and were satisfied, and the disciples picked up twelve basketfuls of broken pieces that were left over.

Peter Declares That Jesus Is the Messiah(T)(U)

18 Once when Jesus was praying(V) in private and his disciples were with him, he asked them, “Who do the crowds say I am?”

19 They replied, “Some say John the Baptist;(W) others say Elijah; and still others, that one of the prophets of long ago has come back to life.”(X)

20 “But what about you?” he asked. “Who do you say I am?”

Peter answered, “God’s Messiah.”(Y)

Jesus Predicts His Death

21 Jesus strictly warned them not to tell this to anyone.(Z) 22 And he said, “The Son of Man(AA) must suffer many things(AB) and be rejected by the elders, the chief priests and the teachers of the law,(AC) and he must be killed(AD) and on the third day(AE) be raised to life.”(AF)

23 Then he said to them all: “Whoever wants to be my disciple must deny themselves and take up their cross daily and follow me.(AG) 24 For whoever wants to save their life will lose it, but whoever loses their life for me will save it.(AH) 25 What good is it for someone to gain the whole world, and yet lose or forfeit their very self? 26 Whoever is ashamed of me and my words, the Son of Man will be ashamed of them(AI) when he comes in his glory and in the glory of the Father and of the holy angels.(AJ)

27 “Truly I tell you, some who are standing here will not taste death before they see the kingdom of God.”

The Transfiguration(AK)

28 About eight days after Jesus said this, he took Peter, John and James(AL) with him and went up onto a mountain to pray.(AM) 29 As he was praying, the appearance of his face changed, and his clothes became as bright as a flash of lightning. 30 Two men, Moses and Elijah, appeared in glorious splendor, talking with Jesus. 31 They spoke about his departure,[a](AN) which he was about to bring to fulfillment at Jerusalem. 32 Peter and his companions were very sleepy,(AO) but when they became fully awake, they saw his glory and the two men standing with him. 33 As the men were leaving Jesus, Peter said to him, “Master,(AP) it is good for us to be here. Let us put up three shelters—one for you, one for Moses and one for Elijah.” (He did not know what he was saying.)

34 While he was speaking, a cloud appeared and covered them, and they were afraid as they entered the cloud. 35 A voice came from the cloud, saying, “This is my Son, whom I have chosen;(AQ) listen to him.”(AR) 36 When the voice had spoken, they found that Jesus was alone. The disciples kept this to themselves and did not tell anyone at that time what they had seen.(AS)

Jesus Heals a Demon-Possessed Boy(AT)

37 The next day, when they came down from the mountain, a large crowd met him. 38 A man in the crowd called out, “Teacher, I beg you to look at my son, for he is my only child. 39 A spirit seizes him and he suddenly screams; it throws him into convulsions so that he foams at the mouth. It scarcely ever leaves him and is destroying him. 40 I begged your disciples to drive it out, but they could not.”

41 “You unbelieving and perverse generation,”(AU) Jesus replied, “how long shall I stay with you and put up with you? Bring your son here.”

42 Even while the boy was coming, the demon threw him to the ground in a convulsion. But Jesus rebuked the impure spirit, healed the boy and gave him back to his father. 43 And they were all amazed at the greatness of God.

Jesus Predicts His Death a Second Time

While everyone was marveling at all that Jesus did, he said to his disciples, 44 “Listen carefully to what I am about to tell you: The Son of Man is going to be delivered into the hands of men.”(AV) 45 But they did not understand what this meant. It was hidden from them, so that they did not grasp it,(AW) and they were afraid to ask him about it.

46 An argument started among the disciples as to which of them would be the greatest.(AX) 47 Jesus, knowing their thoughts,(AY) took a little child and had him stand beside him. 48 Then he said to them, “Whoever welcomes this little child in my name welcomes me; and whoever welcomes me welcomes the one who sent me.(AZ) For it is the one who is least among you all who is the greatest.”(BA)

49 “Master,”(BB) said John, “we saw someone driving out demons in your name and we tried to stop him, because he is not one of us.”

50 “Do not stop him,” Jesus said, “for whoever is not against you is for you.”(BC)

Samaritan Opposition

51 As the time approached for him to be taken up to heaven,(BD) Jesus resolutely set out for Jerusalem.(BE) 52 And he sent messengers on ahead, who went into a Samaritan(BF) village to get things ready for him; 53 but the people there did not welcome him, because he was heading for Jerusalem. 54 When the disciples James and John(BG) saw this, they asked, “Lord, do you want us to call fire down from heaven to destroy them[b]?”(BH) 55 But Jesus turned and rebuked them. 56 Then he and his disciples went to another village.

The Cost of Following Jesus(BI)

57 As they were walking along the road,(BJ) a man said to him, “I will follow you wherever you go.”

58 Jesus replied, “Foxes have dens and birds have nests, but the Son of Man(BK) has no place to lay his head.”

59 He said to another man, “Follow me.”(BL)

But he replied, “Lord, first let me go and bury my father.”

60 Jesus said to him, “Let the dead bury their own dead, but you go and proclaim the kingdom of God.”(BM)

61 Still another said, “I will follow you, Lord; but first let me go back and say goodbye to my family.”(BN)

62 Jesus replied, “No one who puts a hand to the plow and looks back is fit for service in the kingdom of God.”

Footnotes

  1. Luke 9:31 Greek exodos
  2. Luke 9:54 Some manuscripts them, just as Elijah did