Add parallel Print Page Options

保罗在帖撒罗尼迦的工作

弟兄们,你们自己知道我们来到你们那里并不是徒然的。 我们从前在腓立比蒙难受辱,这是你们知道的,可是我们还是靠着 神给我们的勇气,在强烈反对中把 神的福音传给你们。 我们的劝勉不是出于错误,也不是出于污秽,也不是用诡诈。 但 神既然认定我们经得起考验,把福音托付我们,我们就照着传讲,不是要讨人喜欢,而是要讨那考验我们的心的 神喜欢。 因为我们从来没有用过谄媚的话,这是你们知道的,也没有藏着贪心,这是 神可以作证的。 6-7 我们作为基督的使徒,虽然可以受人尊重,却没有向你们或向别人求荣耀,反而在你们当中心存温柔,如同母亲哺乳自己的孩子。 既然我们这样爱你们,不但乐意将 神的福音给你们,连自己的性命也乐意给你们,因为你们是我们所疼爱的。 弟兄们,你们记念我们的辛苦劳碌,昼夜做工,传 神的福音给你们,免得你们任何人受累。 10 我们对你们信主的人是何等圣洁、正直、无可指责,这有你们作证,也有 神作证。 11 正如你们知道,我们待你们好像父亲待自己的儿女一样。 12 我们劝勉你们,安慰你们,嘱咐你们,使你们行事对得起那召你们进他自己的国、得他荣耀的 神。

13 为此,我们也不断地感谢 神,因为你们听见我们所传 神的道的时候,你们领受了,不以为这是人的道,而以为这确实是 神的道,而且在你们信主的人当中运行着。 14 弟兄们,你们与犹太地区 神的各教会,就是在基督耶稣里的各教会,有同样的遭遇,因为你们也受了同胞的迫害,像他们受了犹太人的迫害一样。 15 这些犹太人不但杀了主耶稣和先知们,又把我们赶出去。他们令 神不悦,且与众人为敌, 16 阻挠我们传道给外邦人,使他们得救,以致常常恶贯满盈,但 神的愤怒终于临到他们身上。

保罗希望再访问帖撒罗尼迦教会

17 弟兄们,我们被迫暂时与你们分离,身体离开,心却没有;我们极力想法子,渴望见你们的面。 18 所以我们很想到你们那里去。我—保罗有一两次要去,只是撒但阻挡了我们。 19 当我们的主耶稣再来,我们站在他面前的时候,我们的盼望、喜乐和所夸的冠冕是什么呢?不正是你们吗? 20 你们就是我们的荣耀和喜乐!

Recuerdos

Ustedes mismos, hermanos, saben que nuestra visita a ustedes no fue en vano. Más bien, aunque, como ya saben, antes habíamos sido insultados y maltratados en Filipos, Dios nos ayudó a anunciarles a ustedes su evangelio, con todo valor y en medio de una fuerte lucha. Porque no estábamos equivocados en lo que predicábamos, ni tampoco hablábamos con malas intenciones ni con el propósito de engañar a nadie. Al contrario, Dios nos aprobó y nos encargó el evangelio, y así es como hablamos. No tratamos de agradar a la gente, sino a Dios, que examina nuestros corazones. Como ustedes saben, nunca los hemos halagado con palabras bonitas, ni hemos usado pretextos para ganar dinero. Dios es testigo de esto. Nunca hemos buscado honores de nadie: ni de ustedes ni de otros. Aunque muy bien hubiéramos podido hacerles sentir el peso de nuestra autoridad como apóstoles de Cristo, nos hicimos como niños entre ustedes. Como una madre que cría y cuida a sus propios hijos, así también les tenemos a ustedes tanto cariño que hubiéramos deseado darles, no sólo el evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias vidas. ¡Tanto hemos llegado a quererlos! Hermanos, ustedes se acuerdan de cómo trabajábamos y luchábamos para ganarnos la vida. Trabajábamos día y noche, a fin de no ser una carga para ninguno de ustedes mientras les anunciábamos el evangelio de Dios.

10 Ustedes son testigos, y Dios también, de que nos hemos portado de una manera santa, recta e irreprochable con ustedes los creyentes. 11-12 También saben que los hemos animado y consolado a cada uno de ustedes, como hace un padre con sus hijos. Les hemos encargado que se porten como deben hacerlo los que son de Dios, que los llama a tener parte en su propio reino y gloria.

13 Por esto, de nuestra parte, damos siempre gracias a Dios, pues cuando ustedes escucharon el mensaje de Dios que nosotros les predicamos, lo recibieron como mensaje de Dios y no como mensaje de hombres. Y en verdad es el mensaje de Dios, el cual produce sus resultados en ustedes los que creen. 14 Cuando ustedes, hermanos, sufrieron persecución a manos de sus paisanos, les pasó lo mismo que a las iglesias de Dios de los que pertenecen a Cristo Jesús en Judea, pues ellos también fueron perseguidos por sus paisanos los judíos. 15 Estos judíos mataron al Señor Jesús, como antes habían matado a los profetas, y nos echaron fuera a nosotros. No agradan a Dios, y están en contra de todos, 16 pues cuando queremos hablar a los que no son judíos, para que también se salven, no nos dejan hacerlo. De esta manera llenan siempre la medida de sus pecados. Pero para poner fin a eso, el terrible castigo de Dios ha venido sobre ellos.

Deseos de una nueva visita

17 Hermanos, cuando nos separamos de ustedes por algún tiempo, aunque no los veíamos, siempre los teníamos presentes en nuestro corazón y deseábamos mucho ir a verlos. 18 Intentamos ir; por lo menos yo, Pablo, quise hacerlo varias veces, pero Satanás nos lo impidió. 19 Pues, ¿quién es nuestra esperanza, nuestra alegría y nuestro motivo de orgullo delante de nuestro Señor Jesús, cuando él regrese? Si no lo son ustedes, ningún otro lo será. 20 Sí, ustedes son nuestra gloria y nuestra alegría.