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El cedro del Líbano

31 A mediados de mayo del año undécimo del cautiverio del rey Joacín, me vino este mensaje del Señor:

«Hombre mortal, pregúntale al faraón, rey de Egipto, y a todo su pueblo: “¿Con quién les gustaba compararse cuando estaban en el punto más alto de su poderío? ¡Tú eres como Asiria lo fue, una nación grande y poderosa, como un cedro del Líbano, llena de frondosas ramas, con su copa tan alta que llegaba hasta las nubes! Sus raíces penetraban profundamente en la tierra húmeda, crecía en forma exuberante y mandaba sus acequias de agua a todos los árboles en derredor. Sobrepasaba a todos los demás árboles, se multiplicaron sus ramas y su fronda se extendió gracias a toda el agua que tenían sus raíces. Las aves hacían sus nidos en sus ramas, y a su sombra los rebaños y el ganado se reproducían. Todas las grandes naciones del mundo vivían bajo su sombra protectora. Era fuerte y hermoso, pues sus raíces penetraban hondo hasta el agua. Este árbol era más alto que cualquier otro en el jardín de Dios; ningún ciprés tenía ramas iguales, ni su fronda podía compararse; ninguno lo igualaba en hermosura. Por la magnificencia que yo le había dado, él era la envidia de todos los demás árboles del Edén, el jardín de Dios.

10 »”Pero Egipto se ha vuelto orgulloso y arrogante, dice el Señor Dios. Entonces, ya que se ha puesto tan por encima de los demás, alcanzando las nubes, 11 yo lo entregaré en poder de una poderosa nación para destruirlo como merece su arrogancia. ¡Yo mismo lo talaré! 12 Un ejército extranjero, el de Babilonia —el terror de las naciones—, invadirá su tierra y lo talará, dejándola caído sobre la tierra. Sus ramas serán esparcidas por las montañas, valles y ríos de su tierra. Todos aquellos que viven bajo su sombra se alejarán y lo dejarán secándose allí donde cayó. 13 En lo que quede por los suelos sólo podrán poner sus nidos algunas aves y su refugio algunas fieras. 14 ¡Que ninguna otra nación se regocije con orgullo por su propia prosperidad, aunque sea más alta que las nubes, pues todas están sentenciadas y caerán estrepitosamente junto con todos los hombres orgullosos del mundo!”».

15 El Señor Dios dice: «¡Cuando Egipto cayó, hasta la naturaleza sufrió por ello, hice que los océanos hicieran duelo por él y restringieran sus mareas! Vestí al Líbano de negro e hice llorar a sus árboles. 16 Hice temblar a las naciones con temor ante lo estrepitoso de su caída, porque lo arrojé al abismo de la muerte junto con todas aquellas naciones que eran como él. Y todos los otros árboles orgullosos del Edén, los más escogidos y mejores del Líbano, aquellos cuyas raíces penetraban profundamente hasta las corrientes subterráneas, se consuelan al encontrarlo allí junto a ellas en el abismo de la muerte. 17 Sus aliados también están todos destruidos y perecen con él. Ellos descendieron con ella al mundo inferior, aquellas naciones que habían vivido bajo su sombra protectora.

18 »¡Oh Egipto, tú eres grande y glorioso entre los árboles del Edén, las naciones del mundo! ¡Pero serás abatido hasta el abismo de la muerte junto con todas estas otras naciones! Estarás entre las naciones que desprecias, liquidadas en la guerra. Este es el destino que le espera al faraón y a toda su innumerable gente, dice el Señor».

Destino de Asiria

31 En el año undécimo, el mes tercero, el día primero del mes, vino a mí la palabra del Señor(A): «Hijo de hombre, dile a Faraón, rey de Egipto(B), y a su multitud:

“¿A quién te pareces en tu grandeza?
-”Recuerda que Asiria era un cedro en el Líbano
De hermosas ramas y frondoso, de sombra abundante
Y de elevada altura(C),
Y su copa estaba entre las nubes(D).
-”Las aguas lo hicieron crecer y las corrientes profundas lo encumbraron;
Con sus ríos se extendía alrededor del lugar donde estaba plantado,
Y enviaba sus corrientes a todos los árboles del campo(E).
-”Por eso su altura era mayor que la de todos los árboles del campo.
Se multiplicaban sus ramas y se alargaba su ramaje(F),
Extendiéndose a causa de las muchas aguas(G).
-”En sus ramas anidaban todas las aves del cielo,
Bajo su ramaje parían todas las bestias del campo(H),
Y a su sombra habitaban todas las grandes naciones.
-”Era, pues, hermoso en su grandeza, por la extensión de sus ramas;
Porque sus raíces estaban junto a muchas aguas.
-”Los cedros(I) no lo igualaban en el huerto de Dios(J);
Los cipreses no se podían comparar con su ramaje,
Y los plátanos no igualaban sus ramas.
Ningún árbol en el huerto de Dios(K) podía compararse a él en su hermosura.
-”Hermoso lo hice por la multitud de sus ramas,
Y lo envidiaban todos los árboles del Edén que estaban en el huerto de Dios(L).

10 ”Por tanto, así dice el Señor Dios: ‘Porque es de elevada altura, y ha puesto su copa entre las nubes, y su corazón es altivo por su altura(M), 11 lo entregaré, pues, en manos de un déspota de las naciones que lo tratará con dureza(N). Conforme a su maldad lo he echado fuera(O). 12 Y extranjeros, los más crueles de entre las naciones, lo han derribado y abandonado(P). Sus ramas han caído sobre los montes y en todos los valles(Q), y su ramaje ha sido quebrado en todas las barrancas de la tierra(R). Todos los pueblos de la tierra se han retirado de su sombra y lo han abandonado(S). 13 Sobre sus ruinas habitarán todas las aves del cielo, y sobre su ramaje derribado estarán todas las bestias del campo(T), 14 para que no se exalten en su altura ninguno de los árboles junto a las aguas, ni alcen su copa entre las nubes, ni confíen en su altura sus poderosos bien regados. Porque todos han sido entregados a la muerte, a las profundidades de la tierra, entre los hijos de los hombres con los que descienden a la fosa(U)’.

15 ”Así dice el Señor Dios: ‘El día en que el cedro descendió al Seol[a] causé lamentaciones(V), le cerré las corrientes profundas y detuve sus ríos. Sus muchas aguas cesaron, e hice que el Líbano se lamentara por él y por él todos los árboles del campo se marchitaron. 16 Al estruendo de su caída(W) hice temblar a las naciones, cuando lo hice descender al Seol con los que descienden a la fosa(X). Entonces todos los árboles bien regados del Edén, los escogidos y los mejores del Líbano(Y), se consolaron en las profundidades de la tierra(Z). 17 También ellos descendieron con él al Seol(AA), con los que murieron a espada(AB); y los que eran su fuerza habitaban bajo su sombra en medio de las naciones(AC). 18 ¿A quién, pues, eres semejante en gloria y grandeza(AD) entre los árboles del Edén? Sin embargo, serás derribado con los árboles del Edén a las profundidades de la tierra. Yacerás en medio de los incircuncisos, con los que fueron muertos a espada. Así es Faraón y toda su multitud’”, declara el Señor Dios(AE)».

Footnotes

  1. 31:15 I.e. región de los muertos.