Añadir traducción en paralelo Imprimir Opciones de la página

Al director musical. Acompáñese con instrumentos de cuerda. Sobre la octava. Salmo de David.

¡No, Señor! ¡no me castigues cuando estés enojado; no me reprendas en tu furor! Ten piedad de mí, oh Señor, porque soy débil. Sáname, pues mi cuerpo está en agonía, y estoy desconcertado y turbado. Tengo el alma llena de aprensión y tristeza. ¿Hasta cuándo, Señor, hasta cuándo?

Ven, Señor, y sáname. Sálvame por tu misericordia. Pues si muriera, no podría alabarte. El dolor me tiene agotado; cada noche baño en lágrimas mi almohada. Los ojos se me están envejeciendo y nublando de sufrimiento a causa de todos mis enemigos.

Váyanse; déjenme ya, hombres de perversas obras, porque el Señor ha escuchado mi llanto y mi súplica. Él responderá a todas mis oraciones. 10 Todos mis enemigos quedarán repentinamente en ridículo, aterrorizados y avergonzados. Serán rechazados afrentosamente.