Leyes sobre animales puros e impuros[a](A)

11 El Señor ordenó a Moisés y a Aarón que dijeran a los israelitas: «De todas las bestias que hay en tierra firme, estos son los animales que ustedes podrán comer: los rumiantes que tienen la pezuña hendida y partida en dos. Hay, sin embargo, rumiantes que no tienen la pezuña partida. De esos animales no podrán comer los siguientes:

»El camello, porque es rumiante, pero no tiene la pezuña partida en dos; este animal será impuro para ustedes.

»El tejón, porque es rumiante, pero no tiene la pezuña partida; este animal será impuro para ustedes.

»La liebre, porque es rumiante,[b] pero no tiene la pezuña partida; este animal será impuro para ustedes.

»El cerdo, porque tiene la pezuña partida en dos, pero no es rumiante; este animal será impuro para ustedes.

»No comerán la carne ni tocarán el cadáver de estos animales. Ustedes los considerarán animales impuros.

»De todos los animales que viven en el agua, es decir, en los mares y en los ríos, ustedes podrán comer los que tengan aletas y escamas. 10 En cambio, considerarán inmundos a todos los animales de los mares y de los ríos que no tengan aletas ni escamas, sean reptiles u otros animales acuáticos. 11 No comerán su carne y rechazarán su cadáver, porque ustedes los considerarán animales inmundos. 12 Todo animal acuático que no tenga aletas ni escamas será para ustedes un animal inmundo.

13 »Las siguientes aves ustedes las rechazarán y no las comerán, porque las considerarán animales inmundos: el águila, el quebrantahuesos, el buitre negro, 14 toda clase de milanos y halcones, 15 toda clase de cuervos, 16 el avestruz, la lechuza, la gaviota, y toda clase de gavilán, 17 el búho, el cormorán, el ibis, 18 la lechuza nocturna, el búho del desierto, el águila pescadora, 19 la cigüeña, toda clase de garzas, la abubilla y el murciélago.

20 »A todo insecto volador que camina en cuatro patas lo considerarán ustedes un animal inmundo. 21 Hay, sin embargo, algunos insectos voladores que caminan en cuatro patas y que ustedes podrán comer: los que además de sus patas tienen zancas para saltar, 22 y también toda clase de langostas, grillos y saltamontes. 23 Pero a los demás insectos alados que caminan en cuatro patas ustedes los considerarán animales inmundos.

Leyes sobre la impureza por tocar un animal impuro

24 »Ustedes quedarán impuros por lo siguiente:

»Todo el que toque el cadáver de esos animales quedará impuro hasta el anochecer.

25 »Todo el que recoja alguno de esos cadáveres deberá lavarse la ropa, y quedará impuro hasta el anochecer.

26 »Considerarán impuro a todo animal que no tenga la pezuña partida ni sea rumiante. Cualquiera que lo toque quedará impuro.

27 »De los animales de cuatro patas, tendrán por impuro a todo el que se apoya sobre la planta de sus patas. Cualquiera que toque los cadáveres de esos animales quedará impuro hasta el anochecer, 28 y todo el que los recoja deberá lavarse la ropa, y quedará impuro hasta el anochecer. A estos animales ustedes los considerarán impuros.

29 »Entre los animales que se arrastran, ustedes considerarán impuros a la comadreja, la rata, toda clase de lagartos, 30 la lagartija, la iguana, la salamandra y el camaleón. 31 Estos son los animales que ustedes considerarán impuros entre los que se arrastran. Todo el que toque el cadáver de esos animales quedará impuro hasta el anochecer.

Otras leyes sobre el contacto con animales impuros

32 »Cuando el cadáver de algún animal impuro toque algún objeto de madera, ropa, piel, un saco o cualquier utensilio de uso cotidiano, tal objeto quedará impuro. Deberá lavarse con agua y quedará impuro hasta el anochecer. Entonces volverá a ser puro.

33 »Si el cadáver de alguno de estos animales cae dentro de una vasija de barro, todo lo que la vasija contenga quedará impuro, y habrá que romperla. 34 Todo alimento sobre el que caiga agua de dicha vasija quedará impuro; lo mismo sucederá con todo líquido que haya en esa vasija. 35 Cualquier cosa sobre la que caiga parte de estos cadáveres quedará impura, y habrá que destruir los hornos y los fogones con los que haya entrado en contacto. Los cadáveres son impuros, y así deberán considerarlos. 36 Solo las fuentes o las cisternas que recogen agua permanecerán puras; cualquier otra cosa que toque un cadáver quedará impura.

37 »Si alguno de esos cadáveres cae sobre la semilla destinada a la siembra, la semilla permanecerá pura. 38 Pero si la semilla se remoja en agua y alguno de esos cadáveres cae sobre ella, deberán considerarla impura.

39 »Si muere algún animal de los que está permitido comer, quien toque su cadáver quedará impuro hasta el anochecer. 40 Quien coma carne de ese cadáver se lavará la ropa y quedará impuro hasta el anochecer. Quien lo recoja se lavará la ropa y quedará impuro hasta el anochecer.

Resumen sobre los reptiles y la santidad

41 »No comerán ustedes ninguno de los animales que se arrastran, porque son inmundos. 42 No comerán ningún animal que se arrastre sobre su vientre o que se apoye sobre sus plantas o que tenga más de cuatro patas. En resumen, no comerán ustedes ningún animal que se arrastra, porque es inmundo; 43 es decir, no se contaminen por causa de su inmundicia, pues son animales inmundos. 44 Yo soy el Señor su Dios, así que conságrense y manténganse santos, porque yo soy santo. No se hagan impuros por causa de los animales que se arrastran. 45 Yo soy el Señor, que los sacó de la tierra de Egipto para ser su Dios. Sean, pues, santos, porque yo soy santo.

Conclusión

46 »Esta es la ley acerca de los animales, de las aves y de todo ser que se mueve dentro de las aguas o que se arrastra por el suelo, 47 para que así puedan distinguir entre lo puro y lo impuro, entre lo que se puede comer y lo que no se debe comer».

Purificación después del alumbramiento

12 El Señor ordenó a Moisés que dijera a los israelitas: «Cuando una mujer conciba y dé a luz un niño, quedará impura durante siete días, como lo es en el tiempo de su menstruación. Al octavo día, el niño será circuncidado. La madre deberá permanecer treinta y tres días más purificándose de su flujo de sangre. No tocará ninguna cosa santa; tampoco irá al santuario hasta que termine su período de purificación. Si da a luz una niña, la madre quedará impura durante dos semanas, como lo es en el tiempo de su menstruación, y permanecerá sesenta y seis días más purificándose de su flujo de sangre.

»Una vez cumplido su período de purificación, sea que haya tenido un niño o una niña, tomará un cordero de un año como holocausto, y un pichón de paloma o una tórtola como se hace en el sacrificio por el perdón de pecados, y los llevará al sacerdote, a la entrada de la Tienda de reunión, quien los ofrecerá ante el Señor. Así el sacerdote obtendrá el perdón de los pecados de la mujer y la purificará de su flujo de sangre.

»Esta es la ley concerniente a la mujer que dé a luz un niño o una niña. Pero si no le alcanza para comprar un cordero, tomará dos tórtolas o dos pichones de paloma, uno como holocausto y el otro como sacrificio por el perdón. Así el sacerdote obtendrá el perdón para la mujer y ella quedará purificada».

Leyes sobre enfermedades cutáneas

13 El Señor dijo a Moisés y a Aarón: «Cuando a una persona le salga en la piel alguna inflamación, erupción o mancha blancuzca que pueda convertirse en infección,[c] se la llevará al sacerdote Aarón o a alguno de sus descendientes los sacerdotes. El sacerdote examinará la llaga. Si el vello en la parte afectada se ha puesto blanco y la llaga se ve más hundida que la piel, entonces se trata de una enfermedad contagiosa. Después de examinar a la persona, el sacerdote la declarará impura. Si la mancha blancuzca no se ve más hundida que la piel ni el vello se le ha puesto blanco, el sacerdote aislará a la persona enferma durante siete días, y al séptimo día la examinará de nuevo. Si juzga que la infección no ha seguido extendiéndose sobre la piel, aislará a esa persona otros siete días. Cumplidos los siete días, el sacerdote la examinará otra vez y, si el mal no se ha extendido sobre la piel, sino que ha disminuido, la declarará pura. No era más que una erupción, así que la persona enferma se lavará la ropa y quedará pura. Si la erupción se le sigue extendiendo sobre la piel luego de haberse presentado ante el sacerdote para su purificación, la persona enferma tendrá que volver a presentarse ante él. El sacerdote la examinará y, si la erupción se ha extendido sobre la piel, declarará impura a esa persona, pues se trata de una enfermedad contagiosa.

Leyes sobre enfermedades infecciosas

»Cuando una persona tenga una infección en la piel, deberá ser llevada ante el sacerdote, 10 quien la examinará. Si ocurre que la inflamación y el vello se han puesto blancos, y se ve la carne viva, 11 se trata de una infección crónica. El sacerdote declarará impura a tal persona. Pero no hará falta aislarla otra vez, porque ya se sabe que es impura.

12 »Si la infección se ha extendido sobre la piel de tal manera que, hasta donde el sacerdote pueda ver, cubre toda la piel de la persona enferma, 13 entonces el sacerdote la examinará. Si ve que la infección le cubre todo el cuerpo, la declarará pura. Esa persona es pura porque todo el cuerpo se le ha puesto blanco. 14 Pero será impura en el momento en que le aparezca la carne viva. 15 Cuando el sacerdote examine la carne viva, declarará impura a esa persona. La carne viva es impura, pues se trata de una enfermedad contagiosa. 16 Pero si la llaga ulcerosa se pone blanca, la persona enferma deberá ir al sacerdote 17 para que la examine. Si la llaga se ha puesto blanca, el sacerdote declarará pura a esa persona y en efecto lo será.

Leyes sobre los abscesos

18 »Si alguien ha tenido úlceras en la piel y luego sana, 19 pero en el sitio de las úlceras aparece una inflamación blancuzca o una mancha rojiza, deberá presentarse ante el sacerdote 20 para que lo examine. Si la inflamación se ve más hundida que la piel y el vello se ha puesto blanco, el sacerdote lo declarará impuro. Se trata de una enfermedad contagiosa que ha brotado en el sitio donde estaban las úlceras. 21 Pero si al examinar al enfermo, encuentra el sacerdote que en el sitio afectado el vello no se ha puesto blanco y que no se ve más hundido que la piel, sino que ha disminuido, entonces aislará al enfermo durante siete días. 22 Si las úlceras se extienden sobre la piel, declarará impuro al enfermo, pues se trata de una enfermedad. 23 Si las úlceras no se desarrollan ni la mancha blanca se extiende, sino que ha cicatrizado, declarará puro al enfermo.

Leyes sobre las quemaduras

24 »Si alguien se quema y sobre la quemadura le aparece una mancha blancuzca o rojiza, 25 el sacerdote deberá examinarla. Si el vello de la mancha se ha puesto blanco y la mancha misma se ve más hundida que la piel, se trata de una enfermedad contagiosa que brotó en el sitio de la quemadura. El sacerdote declarará impuro al enfermo, pues se trata de una enfermedad contagiosa. 26 Si al examinar la quemadura encuentra el sacerdote que el vello no se ha puesto blanco ni la mancha se ve más hundida que la piel, sino que ha disminuido, entonces aislará al enfermo durante siete días. 27 Al séptimo día el sacerdote volverá a examinarlo y, si observa que la mancha se ha extendido sobre la piel, lo declarará impuro, pues se trata de una infección. 28 En cambio, si la mancha blancuzca no ha seguido extendiéndose sobre la piel, se trata solo de la inflamación de la quemadura. Entonces el sacerdote lo declarará puro, ya que se trata solo de una quemadura cicatrizada.

Leyes sobre enfermedades del cuero cabelludo y de la barba

29 »Si a un hombre o a una mujer les sale una llaga en la cabeza o en el mentón, 30 el sacerdote deberá examinar la llaga. Si esta se ve más hundida que la piel y el cabello se ve amarillento y delgado, declarará impuro al enfermo. Se trata de tiña, que es una infección en la cabeza o en el mentón. 31 Pero si al examinar la llaga tiñosa el sacerdote ve que no está más hundida que la piel ni tiene el cabello negro, aislará al enfermo de tiña durante siete días. 32 Al séptimo día el sacerdote deberá examinar otra vez al enfermo. Si la tiña no se ha extendido, ni tiene el cabello amarillento, ni se ve más hundida que la piel, 33 entonces el enfermo se afeitará el pelo, pero no la parte afectada, y el sacerdote lo aislará otros siete días. 34 Al séptimo día el sacerdote volverá a examinar al enfermo. Si la tiña no se ha extendido por la piel ni se ve más hundida que esta, lo declarará puro. Entonces el enfermo se lavará la ropa y quedará puro. 35 Si después de su purificación la tiña se extiende por toda la piel, 36 el sacerdote deberá examinarlo. Si la tiña se ha extendido por toda la piel, ya no hará falta que el sacerdote busque cabello amarillento, porque el enfermo es impuro. 37 En cambio, si considera que la tiña no se ha desarrollado y nota que ha crecido cabello negro, entonces el enfermo ha sanado. Es puro y así deberá declararlo el sacerdote.

Afecciones cutáneas benignas

38 »Si a un hombre o a una mujer le salen manchas blancuzcas en la piel, 39 el sacerdote deberá examinarlas. Si las manchas resultan ser blancuzcas y opacas, se trata solo de una erupción cutánea, de modo que la persona es pura.

Leyes sobre la calvicie

40 »Si a alguien se le cae el cabello de la nuca y se queda calvo, es puro. 41 Si se le cae el cabello de las sienes y se queda calvo, también es puro. 42 Pero si en su calvicie de la nuca o de las sienes aparece una llaga blanca rojiza, se trata de una infección que ha brotado en la parte calva. 43 El sacerdote deberá examinarlo. Si la inflamación es blanca rojiza, en su calvicie o frente, parecida a las infecciones de la piel, 44 se trata entonces de una persona infectada e impura. El sacerdote la declarará impura por esa llaga en la cabeza.

Ley sobre las infecciones

45 »La persona que contraiga una infección usará ropas rasgadas y no se peinará; con el rostro semicubierto irá gritando: “¡Impuro! ¡Impuro!”, 46 y será impuro todo el tiempo que le dure la enfermedad. Es impuro, así que deberá vivir aislado y fuera del campamento.

Leyes sobre el moho

47 »Cuando la ropa de lana o de lino se llene de moho 48 —ya sea que este aparezca en la urdimbre o trama del lino o de la lana, o en algún cuero o artículo de piel— 49 y el área afectada tenga un color verdusco o rojizo, se trata de una infección de moho, y deberá mostrársele al sacerdote. 50 Él examinará la mancha y aislará durante siete días el objeto infectado. 51 Al séptimo día el sacerdote examinará la mancha. Si esta se ha extendido en la ropa, o en la urdimbre, o en la trama, o en el cuero o en cualquier artículo de piel, se trata de un moho corrosivo. Tal objeto es impuro. 52 Se prenderá fuego a la ropa o a la urdimbre, trama, lana, lino o cualquier artículo de piel que haya sido infectado, porque se trata de un moho corrosivo. El objeto deberá ser quemado.

53 »Si al examinar el objeto, el sacerdote observa que la mancha no se ha extendido sobre el vestido ni sobre la urdimbre, trama, lana, lino o cualquier artículo de cuero, 54 entonces mandará lavar el objeto infectado y lo aislará otros siete días. 55 Una vez lavado el objeto, el sacerdote procederá a examinarlo. Si observa que la mancha no ha cambiado de aspecto, dicho objeto será considerado impuro aun cuando la mancha no se haya extendido. El objeto será quemado por estar corroído, sea por dentro o por fuera. 56 Si después de lavado el objeto, el sacerdote lo examina y observa que la mancha ha disminuido, deberá arrancar la parte manchada del vestido, del cuero, de la urdimbre o de la trama. 57 Si la mancha reaparece en la ropa, en la urdimbre, en la trama o en cualquier artículo de piel, significa que ha vuelto a brotar. La parte infectada será quemada, 58 pero toda ropa, urdimbre, trama o artículo de piel que al lavarse pierda la mancha, se volverá a lavar, y el objeto quedará puro».

59 Esta es la ley respecto a la mancha de moho que infecta la ropa, la lana, el lino, la urdimbre, la trama o cualquier artículo de piel, para poder declararlos puros o impuros.

Purificación de las enfermedades cutáneas

14 El Señor dijo a Moisés: «Esta es la ley que se aplicará para declarar pura a una persona infectada. Será presentada ante el sacerdote, quien la examinará fuera del campamento. Si el sacerdote comprueba que la persona infectada se ha sanado de su enfermedad, mandará traer para la purificación de esa persona dos aves vivas y puras, un pedazo de madera de cedro, un paño escarlata y una rama de hisopo. Después el sacerdote mandará degollar la primera ave sobre una vasija de barro llena de agua de manantial. Tomará la otra ave viva, la madera de cedro, el paño escarlata y la rama de hisopo, y mojará todo esto junto con el ave viva en la sangre del ave que fue degollada sobre el agua de manantial. Luego rociará siete veces a quien va a ser purificado de la infección y lo declarará puro. Entonces dejará libre a campo abierto el ave viva.

»El que se purifica deberá lavarse la ropa, afeitarse todo el cabello y bañarse. Así quedará puro. Después de esto podrá entrar en el campamento, pero se quedará fuera de su tienda de campaña durante siete días. Al séptimo día se rapará por completo el cabello, la barba y las cejas; se lavará la ropa y se bañará. Así quedará puro.

10 »Al octavo día, el que se purifica deberá traer dos corderos sin defecto y una cordera de un año, también sin defecto; como ofrenda de cereal traerá tres décimas partes de un efa[d] de harina refinada amasada con aceite, junto con un log[e] de aceite. 11 El sacerdote que oficia en la purificación presentará ante el Señor, a la entrada de la Tienda de reunión, al que se purifica y a sus ofrendas.

12 »Después el sacerdote tomará uno de los corderos y, junto con el log de aceite, lo ofrecerá como sacrificio por la culpa. Lo mecerá ante el Señor, pues se trata de una ofrenda mecida. 13 Después degollará al cordero en el lugar santo donde se degüellan las víctimas del sacrificio por el perdón de pecados y del holocausto, porque el sacrificio por la culpa, al igual que el sacrificio por el perdón, pertenecen al sacerdote. Se trata de algo sumamente sagrado. 14 Luego tomará el sacerdote un poco de sangre del sacrificio por la culpa y la untará en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho del que se purifica. 15 El sacerdote tomará un poco de aceite y se lo echará en la palma de la mano izquierda. 16 Mojará el índice de la mano derecha en el aceite que tiene en la palma izquierda y rociará el aceite siete veces ante el Señor. 17 Luego, del aceite que quede en la mano, el sacerdote untará un poco en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho del que se purifica, sobre la sangre del sacrificio por la culpa. 18 El sacerdote derramará sobre la cabeza del que se purifica el aceite que quede en la mano. De este modo, celebrará ante el Señor el rito para pedir el perdón a favor de él.

19 »A continuación, el sacerdote ofrecerá el sacrificio por el perdón, pidiendo el perdón por el que se purifica de su impureza. Hecho esto, degollará la víctima del holocausto 20 y la ofrecerá en el altar junto con la ofrenda de cereal. Así obtendrá el perdón por él y lo declarará puro.

21 »Si el que se purifica es pobre y no tiene para comprar lo requerido, tomará como sacrificio por la culpa un solo cordero, el cual será mecido para obtener el perdón de sus pecados. También llevará como ofrenda de cereal la décima parte de un efa[f] de harina refinada amasada con aceite, y un log de aceite, 22 junto con dos tórtolas o dos pichones de paloma, según lo que pueda pagar, uno como sacrificio por el perdón y otro como holocausto.

23 »Al octavo día los llevará a la entrada de la Tienda de reunión, ante el sacerdote, para su purificación en presencia del Señor. 24 El sacerdote tomará el cordero del sacrificio por la culpa, junto con el aceite, y los mecerá ante el Señor, pues se trata de una ofrenda mecida. 25 Después degollará al cordero del sacrificio por la culpa, tomará un poco de sangre y la untará en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho del que se purifica. 26 El sacerdote se echará aceite en la palma de la mano izquierda, 27 y con el dedo índice de su mano derecha lo rociará siete veces ante el Señor. 28 Luego, al que se purifica, el sacerdote le untará un poco del aceite que quede en la mano. Se lo untará en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho, allí donde puso la sangre del sacrificio por la culpa. 29 El aceite que quede en la mano lo untará en la cabeza del que se purifica, y así obtendrá el perdón de sus pecados ante el Señor. 30 Luego ofrecerá las tórtolas o los pichones de paloma, según lo que pueda pagar el oferente, 31 uno como sacrificio por el perdón y otro como holocausto, junto con la ofrenda de cereal. Así, el sacerdote obtendrá ante el Señor el perdón de pecados en favor del que se purifica».

32 Esta ley se aplicará a la persona que haya contraído una infección cutánea y no tenga para pagar las ofrendas regulares de su purificación.

Purificación de casas infectadas

33 El Señor dijo a Moisés y a Aarón: 34 «Si al entrar ustedes en la tierra de Canaán, la cual les doy en propiedad, yo pongo moho infeccioso en alguna de sus casas, 35 el dueño de la casa deberá decirle al sacerdote: “En mi casa ha aparecido una especie de moho”. 36 Entonces el sacerdote, antes de entrar para examinar el moho, mandará que desocupen la casa para que no se contamine todo lo que haya en ella. Hecho esto, el sacerdote entrará a examinarla. 37 Si el moho de las paredes forma cavidades verduscas o rojizas que parezcan hundirse en la pared, 38 el sacerdote saldrá de la casa y la clausurará durante siete días. 39 Al séptimo día regresará y la examinará. Si el moho se ha extendido por las paredes de la casa, 40 mandará quitar las piedras mohosas y tirarlas fuera de la ciudad, en un lugar impuro. 41 También mandará raspar todo el interior de la casa, y el material raspado lo arrojará fuera de la ciudad, en un lugar impuro. 42 Después se repondrán las antiguas piedras con otras nuevas y se recubrirá la casa con estuco nuevo.

43 »Si después de haber quitado las piedras infectadas y de haber raspado y recubierto la casa, vuelve a aparecer el moho y se extiende por toda ella, 44 el sacerdote irá a examinarla. Si el moho se ha extendido por toda la casa, se trata de moho corrosivo. Por lo tanto, la casa es impura 45 y deberán demolerla y arrojar, en un lugar impuro fuera de la ciudad, las piedras, la madera y el estuco.

46 »Cualquiera que entre en la casa mientras esté clausurada quedará impuro hasta el anochecer 47 y todo el que duerma o coma en dicha casa deberá lavarse la ropa.

48 »Si después de haber sido recubierta la casa el sacerdote la examina y el moho no se ha extendido, la declarará pura, porque la infección ha desaparecido. 49 Para purificar la casa, el sacerdote deberá tomar dos aves, pedazos de madera de cedro, un paño escarlata y ramas de hisopo. 50 Degollará una de las aves sobre una vasija de barro llena de agua de manantial; 51 tomará la madera de cedro, las ramas de hisopo, el paño escarlata y la otra ave viva, y mojará todo esto en la sangre del ave degollada y en el agua de manantial. Luego rociará la casa siete veces. 52 Así la purificará con la sangre del ave, con el agua de manantial, el ave viva, la madera de cedro, las ramas de hisopo y el paño escarlata. 53 Soltará entonces el ave viva a campo abierto. Así purificará la casa y esta quedará pura.

54 »Esta es la ley respecto a cualquier tipo de infección cutánea: de tiña 55 o de moho, ya sea en la ropa o en una casa; 56 de inflamación, erupción o mancha blancuzca, 57 para así poder enseñar al pueblo cuándo algo es puro o impuro.

»Esta es la ley respecto a las infecciones».

Impurezas sexuales en el hombre

15 El Señor ordenó a Moisés y a Aarón que dijeran a los israelitas: «Si un hombre padece de algún flujo inusual, tal flujo es impuro, lo mismo que el hombre, ya sea que su órgano sexual emita ese flujo o que el flujo obstruya el órgano.

»El flujo causa impureza en los siguientes casos:

»Será impura toda cama donde se acueste el afectado por ese flujo inusual, lo mismo que todo objeto sobre el que se siente. Todo el que toque la cama del afectado por el flujo deberá lavarse la ropa y bañarse, y quedará impuro hasta el anochecer. Todo el que se siente donde se haya sentado el afectado por el flujo deberá lavarse la ropa y bañarse, y quedará impuro hasta el anochecer.

»Todo el que toque el cuerpo del afectado por el flujo deberá lavarse la ropa y bañarse con agua, y quedará impuro hasta el anochecer.

»Si el afectado por el flujo escupe sobre alguien no contaminado, este deberá lavarse la ropa y bañarse, y quedará impuro hasta el anochecer.

»Toda montura sobre la que cabalgue el afectado por el flujo quedará impura. 10 Todo el que toque algún objeto que haya estado debajo del afectado por el flujo quedará impuro hasta el anochecer. El que transporte dicho objeto deberá lavarse la ropa y bañarse; quedará impuro hasta el anochecer.

11 »Si el afectado por el flujo toca a alguien sin haberse lavado las manos con agua, el que fue tocado deberá lavarse la ropa y bañarse; quedará impuro hasta el anochecer.

12 »Si el afectado por el flujo toca alguna vasija de barro, se romperá la vasija; si toca algún utensilio de madera, este deberá lavarse con agua.

13 »Si al afectado le cesa el flujo, deberá esperar siete días para el rito de su purificación. Se lavará la ropa y se bañará con agua de manantial, y así quedará puro. 14 Al octavo día tomará dos tórtolas o dos pichones de paloma y se presentará ante el Señor, a la entrada de la Tienda de reunión. Allí entregará las aves al sacerdote, 15 quien ofrecerá una como sacrificio por el perdón y la otra como holocausto. Así, en presencia del Señor, el sacerdote obtendrá el perdón para el afectado a causa de su flujo.

16 »Cuando un hombre tenga una eyaculación, deberá bañarse todo el cuerpo, y quedará impuro hasta el anochecer. 17 Toda ropa o piel sobre la que haya caído semen deberá lavarse con agua, y quedará impura hasta el anochecer.

18 »Cuando un hombre y una mujer tengan relaciones sexuales con eyaculación, ambos deberán bañarse, y quedarán impuros hasta el anochecer.

Impurezas sexuales en la mujer

19 »Cuando a una mujer le llegue su menstruación, quedará impura durante siete días. Todo el que la toque quedará impuro hasta el anochecer.

20 »Todo aquello sobre lo que ella se acueste mientras dure su período menstrual quedará impuro. Todo aquello sobre lo que ella se siente durante su período menstrual quedará impuro. 21 Todo el que toque la cama de esa mujer deberá lavarse la ropa y bañarse, y quedará impuro hasta el anochecer. 22 Todo el que toque algún objeto donde ella se haya sentado, deberá lavarse la ropa y bañarse; además quedará impuro hasta el anochecer. 23 Si alguien toca algún objeto que estuvo sobre su cama o en el lugar donde ella se sentó, quedará impuro hasta el anochecer.

24 »Si un hombre tiene relaciones sexuales con esa mujer, se contaminará con su menstruación y quedará impuro durante siete días. Además, toda cama en la que él se acueste quedará también impura.

25 »Cuando una mujer tenga flujo continuo de sangre fuera de su período menstrual, o cuando se le prolongue el flujo, quedará impura todo el tiempo que le dure, como durante su período. 26 Toda cama en la que se acueste mientras dure su flujo quedará impura, como durante su período. Todo aquello sobre lo que se siente quedará impuro, como durante su período. 27 Todo el que toque cualquiera de estos objetos quedará impuro. Deberá lavarse la ropa y bañarse, y quedará impuro hasta el anochecer.

28 »Cuando ella sane de su flujo, deberá esperar siete días para el rito de su purificación. 29 Al octavo día tomará dos tórtolas o dos pichones de paloma y los llevará a la entrada de la Tienda de reunión, donde se los entregará al sacerdote, 30 quien ofrecerá uno como sacrificio por el perdón y el otro como holocausto. Así, en presencia del Señor, el sacerdote obtendrá el perdón para ella a causa de la impureza producida por el flujo.

31 »Ustedes deben mantener apartados de la impureza a los israelitas. Así evitarán que ellos mueran por haber contaminado mi santuario, que está en medio de ellos.

32 »Esta ley se aplicará a todo el que quede impuro por algún flujo corporal: al hombre que tenga flujo de semen, 33 a la que tenga flujo menstrual, al hombre y a la mujer que tengan un flujo inusual y a quien tenga relaciones sexuales con una mujer impura».

Notas al pie

  1. 11:1-47 La identificación de algunos animales, aves e insectos de este capítulo no ha podido establecerse con precisión.
  2. 11:5,6 rumiante … rumiante. Así percibían los hebreos al tejón y a la liebre.
  3. 13:2 La palabra hebrea acá aludida tradicionalmente se ha traducido como lepra; también esa expresión se usa en la Biblia para designar varias enfermedades que atacan la piel, acá y en vv. 3-46.
  4. 14:10 Es decir, aprox. 5 kg.
  5. 14:10 Es decir, aprox. un tercio de litro; también en v. 21.
  6. 14:21 Es decir, aprox. 1.6 kg.

15 Nada de lo que viene de afuera puede contaminar a una persona. Más bien, lo que sale de la persona es lo que la contamina. 16 [a]

17 Después de que dejó a la gente y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron sobre la comparación que había hecho.

18 —¿Tampoco ustedes pueden entenderlo? —dijo Jesús—. ¿No se dan cuenta de que nada de lo que entra en una persona puede contaminarla?

Read full chapter

Notas al pie

  1. 7:16 Algunos manuscritos agregan lo siguiente: El que tenga oídos para oír, que oiga. Véase 4:23.

Cornelio manda llamar a Pedro

10 Vivía en Cesarea un centurión llamado Cornelio del regimiento conocido como el Italiano. Él y toda su familia eran devotos y temerosos de Dios. Realizaba muchas obras de beneficencia para el pueblo de Israel y oraba a Dios constantemente. Un día, como a las tres de la tarde,[a] tuvo una visión. Vio claramente a un ángel de Dios que se acercaba y le decía:

—¡Cornelio!

—¿Qué quieres, Señor? —preguntó Cornelio, mirándolo fijamente y con mucho miedo.

—Dios ha recibido tus oraciones y tus obras de beneficencia como una ofrenda —contestó el ángel—. Envía de inmediato a algunos hombres a Jope para que hagan venir a un tal Simón, también llamado Pedro. Él se hospeda con Simón el curtidor, que tiene su casa junto al mar.

Después de que se fue el ángel que le había hablado, Cornelio llamó a dos de sus siervos y a un soldado devoto de los que le servían regularmente. Les explicó todo lo que había sucedido y los envió a Jope.

La visión de Pedro

Al día siguiente, mientras ellos iban de camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea a orar. Era casi el mediodía.[b] 10 Sintió hambre y quiso algo de comer. Mientras le preparaban la comida, tuvo una visión. 11 Vio el cielo abierto y algo parecido a una gran sábana que, suspendida por las cuatro puntas, descendía hacia la tierra. 12 En ella había toda clase de cuadrúpedos, como también reptiles y aves.

13 —Levántate, Pedro, mata y come —le dijo una voz.

14 —¡De ninguna manera, Señor! —respondió Pedro—. Jamás he comido nada impuro o inmundo.

15 Por segunda vez le insistió la voz:

—Lo que Dios ha purificado, tú no lo llames impuro.

16 Esto sucedió tres veces y enseguida la sábana fue recogida al cielo.

17 Pedro no atinaba a explicarse cuál podría ser el significado de la visión. Mientras tanto, los hombres enviados por Cornelio, que estuvieron preguntando por la casa de Simón, se presentaron a la puerta. 18 Llamaron y preguntaron si allí se hospedaba Simón, apodado Pedro.

19 Mientras Pedro seguía reflexionando sobre el significado de la visión, el Espíritu le dijo: «Mira, Simón, tres[c] hombres te buscan. 20 Date prisa, baja y no dudes en ir con ellos, porque yo los he enviado».

21 Pedro bajó y dijo a los hombres:

—Aquí estoy; yo soy el que ustedes buscan. ¿Qué asunto los ha traído por acá?

22 Ellos contestaron:

—Venimos de parte del centurión Cornelio, un hombre justo y temeroso de Dios, respetado por todo el pueblo judío. Un ángel de Dios le dio instrucciones de invitarlo a usted a su casa para escuchar lo que usted tiene que decirle.

23 Entonces Pedro los invitó a pasar y los hospedó.

Pedro en casa de Cornelio

Al día siguiente, Pedro se fue con ellos acompañado de algunos creyentes de Jope. 24 Un día después llegó a Cesarea. Cornelio estaba esperándolo con los parientes y amigos íntimos que había reunido. 25 Al llegar Pedro a la casa, Cornelio salió a recibirlo y postrándose delante de él, le rindió homenaje. 26 Pero Pedro hizo que se levantara y dijo:

—Ponte de pie, que solo soy un hombre como tú.

27 Pedro entró en la casa conversando con él y encontró a muchos reunidos.

28 Entonces les habló así:

—Ustedes saben muy bien que nuestra Ley prohíbe que un judío se junte con un extranjero o lo visite. Pero Dios me ha hecho ver que a nadie debo llamar impuro o inmundo. 29 Por eso, cuando mandaron por mí, vine sin poner ninguna objeción. Ahora permítanme preguntarles: ¿para qué me hicieron venir?

30 Cornelio contestó:

—Hace tres días a esta misma hora, las tres de la tarde, estaba yo en casa orando.[d] De repente apareció delante de mí un hombre vestido con ropa brillante 31 y me dijo: “Cornelio, Dios ha oído tu oración y se ha acordado de tus obras de beneficencia. 32 Por lo tanto, envía a alguien a Jope para hacer venir a Simón, llamado Pedro, que se hospeda en casa de Simón el curtidor, junto al mar”. 33 Así que inmediatamente mandé a llamarte y tú has tenido la bondad de venir. Ahora estamos todos aquí, en la presencia de Dios, para escuchar todo lo que el Señor te ha encomendado que nos digas.

34 Pedro tomó la palabra y dijo:

—Ahora comprendo que en realidad para Dios no hay favoritismos, 35 sino que en toda nación él ve con agrado a los que le temen y actúan con justicia. 36 Dios envió su mensaje al pueblo de Israel, anunciando las buenas noticias de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos. 37 Ustedes conocen este mensaje que se difundió por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan. 38 Me refiero a Jesús de Nazaret: cómo lo ungió Dios con el Espíritu Santo y con poder, y cómo anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que estaban oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. 39 Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. Lo mataron, colgándolo de un madero, 40 pero Dios lo resucitó al tercer día y dispuso que se apareciera, 41 no a todo el pueblo, sino a nosotros, testigos previamente escogidos por Dios, que comimos y bebimos con él después de su resurrección. 42 Él nos mandó a predicar al pueblo y a dar solemne testimonio de que ha sido nombrado por Dios como juez de vivos y muertos.

Notas al pie

  1. 10:3 las tres de la tarde. Lit. la hora novena; también en v. 30.
  2. 10:9 casi el mediodía. Lit. alrededor de la hora sexta.
  3. 10:19 Var. no incluye tres (un ms. antiguo dice: dos).
  4. 10:30 en casa orando. Var. en casa ayunando y orando.

Recomendaciones de BibleGateway