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Segunda participación de Bildad

18 Bildad respondió:

«¡Hablemos menos y pensemos más;
entonces podremos conversar!
Job cree que somos tontos;
nos trata como si fuéramos animales.
Tan enojado está
que él mismo se despedaza;
¡pero eso no cambia nada!

5-6 »La vida de los malvados
es como lámpara que se apaga;
es como la luz de una casa,
que de pronto deja de alumbrar.
7-10 Sus pasos van perdiendo fuerza;
caen en sus propias trampas,
y allí se quedan atrapados.
11-12 El miedo y el desastre
los siguen por todas partes;
¡no los dejan ni un momento!
13 La enfermedad y la muerte
les devoran todo el cuerpo.
14 La muerte los arranca
de la tranquilidad del hogar;
15 en su casa hay olor a azufre
porque el fuego la consume.
16 Los malvados son como un árbol,
al que se le secan las raíces
y se le marchitan las ramas.
17-18 Nadie se acuerda de ellos;
son lanzados a la oscuridad
y su fama queda en el olvido.
19 En el pueblo donde vivían,
no les queda ningún pariente.
20 De un extremo al otro de la tierra,
la gente se asombra y se asusta
al saber cómo acabaron.
21 Así terminan los malvados,
los que no reconocen a Dios».

Bildad describe la suerte de los malos

18 Respondió Bildad suhita, y dijo:

¿Cuándo pondréis fin a las palabras?

Entended, y después hablemos.

¿Por qué somos tenidos por bestias,

Y a vuestros ojos somos viles?

Oh tú, que te despedazas en tu furor,

¿Será abandonada la tierra por tu causa,

Y serán removidas de su lugar las peñas?

Ciertamente la luz de los impíos será apagada,

Y no resplandecerá la centella de su fuego.

La luz se oscurecerá en su tienda,

Y se apagará sobre él su lámpara.

Sus pasos vigorosos serán acortados,

Y su mismo consejo lo precipitará.

Porque red será echada a sus pies,

Y sobre mallas andará.

Lazo prenderá su calcañar;

Se afirmará la trampa contra él.

10 Su cuerda está escondida en la tierra,

Y una trampa le aguarda en la senda.

11 De todas partes lo asombrarán temores,

Y le harán huir desconcertado.

12 Serán gastadas de hambre sus fuerzas,

Y a su lado estará preparado quebrantamiento.

13 La enfermedad roerá su piel,

Y a sus miembros devorará el primogénito de la muerte.

14 Su confianza será arrancada de su tienda,

Y al rey de los espantos será conducido.

15 En su tienda morará como si no fuese suya;

Piedra de azufre será esparcida sobre su morada.

16 Abajo se secarán sus raíces,

Y arriba serán cortadas sus ramas.

17 Su memoria perecerá de la tierra,

Y no tendrá nombre por las calles.

18 De la luz será lanzado a las tinieblas,

Y echado fuera del mundo.

19 No tendrá hijo ni nieto en su pueblo,

Ni quien le suceda en sus moradas.

20 Sobre su día se espantarán los de occidente,

Y pavor caerá sobre los de oriente.

21 Ciertamente tales son las moradas del impío,

Y este será el lugar del que no conoció a Dios.