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Y llamó Dios a la luz día, y a las tinieblas llamó noche. Y fue la tarde y fue la mañana: un día.
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Entonces dijo Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche, y sean para señales y para estaciones y para días y para años;
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E hizo Dios las dos grandes lumbreras, la lumbrera mayor para dominio del día y la lumbrera menor para dominio de la noche; hizo también las estrellas.
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y para dominar en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno.
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Y aún no había ningún arbusto del campo en la tierra, ni había aún brotado ninguna planta del campo, porque el Señor Dios no había enviado lluvia sobre la tierra, ni había hombre para labrar la tierra.
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El nombre del primero es Pisón; este es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro.
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Y el nombre del segundo río es Gihón; este es el que rodea la tierra de Cus.
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Y el nombre del tercer río es Tigris; este es el que corre al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.
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pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás.
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Formación de la mujer
Y el Señor Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea.
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Y el Señor Dios formó de la tierra todo animal del campo y toda ave del cielo, y los trajo al hombre para ver cómo los llamaría; y como el hombre llamó a cada ser viviente, ese fue su nombre.
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Y el hombre puso nombre a todo ganado y a las aves del cielo y a toda bestia del campo, mas para Adán no se encontró una ayuda que fuera idónea para él.
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Y estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, y no se avergonzaban.
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Desobediencia y caída del hombre
Y la serpiente era más astuta que cualquiera de los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: «No comeréis de ningún árbol del huerto»?
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pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, ha dicho Dios: «No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis».
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Y la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no moriréis.
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Y Dios le dijo: ¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras?
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Entonces dijo a Adán: Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer y has comido del árbol del cual te ordené, diciendo: «No comerás de él», maldita será la tierra por tu causa; con trabajo comerás de ella todos los días de tu vida.
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Y el hombre le puso por nombre Eva a su mujer, porque ella era la madre de todos los vivientes.
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Castigo por el pecado
Entonces el Señor Dios dijo: He aquí, el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal; cuidado ahora no vaya a extender su mano y tomar también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre.
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pero a Caín y su ofrenda no miró con agrado. Y Caín se enojó mucho y su semblante se demudó.
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Si haces bien, ¿no serás aceptado? Y si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo.
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La maldición de Caín
Entonces el Señor dijo a Caín: ¿Dónde está tu hermano Abel? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guardián de mi hermano?
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Cuando cultives el suelo, no te dará más su vigor; vagabundo y errante serás en la tierra.
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Entonces el Señor le dijo: No será así; pues cualquiera que mate a Caín, siete veces sufrirá venganza. Y puso el Señor una señal sobre Caín, para que cualquiera que lo hallase no lo matara.