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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Nueva Versión Internacional (NVI)
Version
Isaías 39-40

Mensajeros de Babilonia(A)

39 En aquel tiempo Merodac Baladán, hijo de Baladán y rey de Babilonia, envió cartas y un regalo a Ezequías, porque supo que había estado enfermo y que se había recuperado. Ezequías se alegró al recibir esto y mostró a los mensajeros todos sus tesoros: la plata, el oro, las especias, el aceite fino, todo su arsenal y todo lo que había en ellos. No hubo nada en su palacio ni en todo su reino que Ezequías no les mostrara.

Entonces el profeta Isaías fue a ver al rey Ezequías y le preguntó:

—¿Qué dijeron esos hombres? ¿De dónde vinieron?

—Vinieron de Babilonia, un país lejano —respondió Ezequías.

—¿Y qué vieron en tu palacio? —preguntó el profeta.

—Vieron todo lo que hay en él —contestó Ezequías—. No hay nada en mis tesoros que yo no les haya mostrado.

Entonces Isaías dijo:

—Oye la palabra del Señor de los Ejércitos: Sin duda vendrán días en que todo lo que hay en tu palacio y todo lo que tus antepasados atesoraron hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia. No quedará nada —dice el Señor—. Y algunos de tus hijos, tus descendientes, serán llevados para servir como eunucos en el palacio del rey de Babilonia.

—El mensaje del Señor que tú me has traído es bueno —respondió Ezequías.

Y es que pensaba: «Al menos mientras yo viva, habrá paz y seguridad».

Consuelo para el pueblo de Dios

40 ¡Consuelen, consuelen a mi pueblo!
    —dice su Dios—.
Hablen con ternura a Jerusalén
    y anúncienle
que ya ha cumplido servicio obligatorio,
    que ya ha pagado por su iniquidad,
que ya ha recibido de la mano del Señor
    el doble por todos sus pecados.

Una voz proclama:
«Preparen en el desierto
    un camino para el Señor;
enderecen en el desierto
    un sendero para nuestro Dios.
Se levantarán todos los valles
    y se allanarán todas las montañas y colinas;
el terreno escabroso se nivelará
    y se alisarán las quebradas.
Entonces se revelará la gloria del Señor,
    y la verá toda la humanidad.
El Señor mismo lo ha dicho».

Una voz dice: «Proclama».
    «¿Y qué voy a proclamar?», respondo yo.[a]

«Que todo mortal es como la hierba
    y toda su gloria como la flor del campo.
La hierba se seca y la flor se marchita,
    porque el aliento del Señor sopla sobre ellas.
    Sin duda, el pueblo es hierba.
La hierba se seca y la flor se marchita,
    pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre».

Portadora de buenas noticias a Sión,
    súbete a una alta montaña.
Portadora de buenas noticias a Jerusalén,
    alza con fuerza tu voz.
Álzala, no temas;
    di a las ciudades de Judá:
    «¡Aquí está su Dios!».
10 Miren, el Señor y Dios llega con poder
    y con su brazo gobierna.
Su galardón lo acompaña;
    su recompensa lo precede.
11 Como un pastor que cuida su rebaño,
    recoge los corderos en sus brazos;
los lleva junto a su pecho,
    y guía con cuidado a las recién paridas.

12 ¿Quién ha medido las aguas con la palma de su mano
    y abarcado entre sus dedos la extensión de los cielos?
¿Quién metió en una medida el polvo de la tierra?
    ¿Quién pesó en una balanza las montañas y las colinas?
13 ¿Quién puede medir el alcance del Espíritu del Señor
    o quién puede servirle de consejero?
14 ¿A quién consultó el Señor para ilustrarse
    y quién le enseñó el camino de la justicia?
¿Quién le impartió conocimiento
    o le hizo conocer la senda de la inteligencia?

15 A los ojos de Dios, las naciones son como una gota de agua en un balde,
    como una brizna de polvo en una balanza.
    Él pesa las islas como si fueran polvo fino.
16 El Líbano no alcanza para el fuego de su altar
    ni todos sus animales para los holocaustos.
17 Todas las naciones no son nada en su presencia;
    no tienen para él valor alguno.

18 ¿Con quién compararán a Dios?
    ¿Con qué imagen lo representarán?
19 Un escultor funde la imagen;
    un joyero la enchapa en oro
    y le labra cadenas de plata.
20 El que es muy pobre para ofrendar
    escoge madera que no se pudra,
y busca un hábil artesano
    para erigir una imagen que no se caiga.

21 ¿Acaso no lo sabían ustedes?
    ¿No se habían enterado?
¿No se les dijo desde el principio?
    ¿No lo entendieron desde la fundación del mundo?
22 Él reina sobre la bóveda de la tierra,
    cuyos habitantes son como langostas.
Él extiende los cielos como un toldo
    y los despliega como tienda para ser habitada.
23 Él anula a los poderosos,
    y a nada reduce a los gobernantes de este mundo.
24 Escasamente han sido plantados,
    apenas han sido sembrados,
    apenas echan raíces en la tierra,
cuando él sopla sobre ellos, se marchitan
    y el huracán los arrasa como paja.

25 «¿Con quién, entonces, me compararán ustedes?
    ¿Quién es igual a mí?», dice el Santo.
26 Alcen los ojos y miren a los cielos:
    ¿Quién ha creado todo esto?
El que ordena la multitud de estrellas una por una,
    y llama a cada una por su nombre.
¡Es tan grande su poder y tan poderosa su fuerza,
    que no falta ninguna de ellas!

27 ¿Por qué te quejas, Jacob?
    ¿Por qué dices, Israel:
«Mi camino está escondido del Señor;
    mi Dios ignora mi derecho»?
28 ¿Acaso no lo sabes?
    ¿Acaso no te has enterado?
El Señor es el Dios eterno,
    creador de los confines de la tierra.
No se cansa ni se fatiga
    y su inteligencia es insondable.
29 Él fortalece al cansado
    y acrecienta las fuerzas del débil.
30 Aun los jóvenes se cansan, se fatigan,
    los muchachos tropiezan y caen;
31 pero los que confían en el Señor
    renovarán sus fuerzas;
levantarán el vuelo como las águilas,
    correrán y no se fatigarán,
    caminarán y no se cansarán.

Colosenses 4

Amos, proporcionen a sus esclavos lo que es justo y equitativo, conscientes de que ustedes también tienen un Amo en el cielo.

Instrucciones adicionales

Dedíquense a la oración: perseveren en ella con agradecimiento y, al mismo tiempo, intercedan por nosotros a fin de que Dios nos abra la puerta para proclamar la palabra, el misterio de Cristo por el cual estoy preso. Oren para que yo lo anuncie con claridad, como debo hacerlo. Vivan sabiamente con los que no creen en Cristo,[a] aprovechando al máximo cada momento oportuno. Que su conversación sea siempre amena y de buen gusto. Así sabrán cómo responder a cada uno.

Saludos finales

Nuestro querido hermano Tíquico, fiel servidor y colaborador en el Señor, les contará en detalle cómo me va. Precisamente, lo envío a ustedes para que sepan cómo estamos y para que cobren ánimo.[b] Va con Onésimo, querido y fiel hermano, que es uno de ustedes. Ellos los pondrán al tanto de todo lo que sucede aquí.

10 Aristarco, mi compañero de cárcel, les manda saludos, como también Marcos, el primo de Bernabé. En cuanto a Marcos, ustedes ya han recibido instrucciones; si va a visitarlos, recíbanlo bien.

11 También los saluda Jesús, llamado Justo. Estos son los únicos judíos que colaboran conmigo en pro del reino de Dios y me han sido de mucho consuelo.

12 Les manda saludos Epafras, que es uno de ustedes. Este siervo de Cristo Jesús está siempre luchando en oración por ustedes, para que con madurez se mantengan firmes cumpliendo en todo la voluntad de Dios. 13 A mí me consta que él se preocupa mucho por ustedes y por los que están en Laodicea y en Hierápolis.

14 Los saludan Lucas, el querido médico, y Demas.

15 Saluden a los hermanos que están en Laodicea, como también a Ninfas y a la iglesia que se reúne en su casa.

16 Una vez que se les haya leído a ustedes esta carta, que se lea también en la iglesia de Laodicea, y ustedes lean la carta dirigida a esa iglesia.

17 Díganle a Arquipo que se ocupe de la tarea que recibió en el Señor y que la lleve a cabo.

18 Yo, Pablo, escribo este saludo de mi puño y letra. Recuerden que estoy preso. Que la gracia sea con ustedes.

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