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Tentación de Jesús
(Mr. 1.12-13; Lc. 4.1-13)
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.
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Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo,
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Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,
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El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.
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El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.
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Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
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por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre.
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Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.
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Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra.
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Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.
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Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo.
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Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven.
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Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo?
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Sois de vuestro padre el diablo
Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.
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Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
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Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase,
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cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo este anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
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dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?
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ni deis lugar al diablo.
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Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
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no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo.
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También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.
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y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.
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Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,
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Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.