Ay de Efraín

28 ¡Ay de la altiva corona de los borrachos de Efraín,
    de la flor marchita de su gloriosa hermosura,
que está sobre la cumbre de un valle fértil!
    ¡Ay de los abatidos por el vino!
Miren, el Señor cuenta con alguien
    que es fuerte y poderoso:
Este echará todo por tierra con violencia,
    como tormenta de granizo,
    como tempestad destructora,
    como tormenta de aguas torrenciales,
    como torrente desbordado.
La altiva corona de los borrachos de Efraín
    será pisoteada.
Esa flor marchita de su gloriosa hermosura,
    sobre la cumbre de un valle fértil,
será como higo maduro antes de la cosecha:
    apenas alguien lo ve y lo tiene en la mano,
    se lo traga.

En aquel día el Señor de los Ejércitos
    será una hermosa corona,
una diadema gloriosa
    para el remanente de su pueblo.
Él infundirá espíritu de justicia
    al que se sienta en el tribunal,
y fortaleza a los que rechazan
    los asaltos a la puerta.

También sacerdotes y profetas
    se tambalean por causa del vino,
    trastabillan por causa del licor;
quedan aturdidos con el vino,
    tropiezan a causa del licor.
Cuando tienen visiones, titubean;
    cuando toman decisiones, vacilan.
¡Sí, regadas de vómito están todas las mesas,
    y no queda limpio ni un solo lugar!

«¿A quién cree el Señor que enseña? —se preguntan—,
    ¿a quién está explicando su mensaje?
¿Cree que somos niños recién destetados,
    que acaban de dejar el pecho?
10 ¿Por qué nos repite todo,
    línea por línea,
    palabra por palabra,
    un poquito aquí, un poquito allá?».[a]

11 Pues bien, Dios hablará a este pueblo
    con labios extranjeros y lenguas extrañas,
12 pueblo al que dijo:
    «Este es el lugar de descanso;
    que descanse el fatigado»;
y también:
    «Este es el lugar de reposo».
    ¡Pero no quisieron escuchar!
13 Por eso el Señor les explicará con detalles,
    línea por línea,
    palabra por palabra,
    un poquito aquí, un poquito allá.
Les hablará para que caigan de espaldas,
    queden heridos, enredados y atrapados.

14 Por tanto, gobernantes insolentes de este pueblo de Jerusalén,
    escuchen la palabra del Señor:
15 Ustedes dicen: «Hemos hecho un convenio con la muerte;
    hemos hecho una alianza con el sepulcro.[b]
Cuando venga una calamidad abrumadora,
    no nos podrá alcanzar,
porque hemos hecho de la mentira nuestro refugio
    y del engaño nuestro escondite».

16 Por eso dice el Señor y Dios:

«Miren, yo pongo en Sión una piedra probada,
    piedra angular y preciosa para un cimiento firme;
    el que crea no se tambaleará.
17 Pondré como nivel la justicia
    y la rectitud como plomada.
El granizo arrasará con el refugio de la mentira
    y las aguas inundarán el escondite.
18 Se anulará el convenio que hicieron con la muerte;
    quedará sin efecto su alianza con el sepulcro.[c]
Cuando venga la calamidad abrumadora,
    a ustedes los aplastará.
19 Cada vez que pase, los arrebatará;
    pasará mañana tras mañana, de día y de noche».

La comprensión de este mensaje
    causará terror absoluto.
20 La cama es demasiado estrecha para estirarse en ella;
    la manta es demasiado corta para envolverse en ella.
21 Sí, el Señor se levantará como en el monte Perasín,
    se moverá como en el valle de Gabaón;
para llevar a cabo su extraña obra,
    para realizar su insólita tarea.
22 Ahora bien, dejen de burlarse,
    no sea que se aprieten más sus cadenas;
porque me ha hecho saber el Señor, el Señor de los Ejércitos,
    acerca de la destrucción decretada contra todo el país.

23 Escuchen, oigan mi voz;
    presten atención, oigan mi palabra:
24 Cuando un agricultor ara para sembrar,
    ¿lo hace sin descanso?
¿Se pasa todo el día abriendo surcos y removiendo el terreno?
25 Después de que ha emparejado la superficie,
    ¿no siembra eneldo y esparce comino?
¿No siembra trigo en hileras,[d]
    cebada en el lugar debido
    y centeno en las orillas?
26 Es Dios quien lo instruye
    y le enseña cómo hacerlo.

27 Porque no se trilla el eneldo con rastrillo
    ni sobre el comino se pasa una rueda de carreta,
sino que el eneldo se golpea con una vara
    y el comino con un palo.
28 El grano se tritura, pero no demasiado
    ni tampoco se trilla sin descanso.
Se le pasan las ruedas de la carreta,
    pero los caballos no lo trituran.
29 También esto viene del Señor de los Ejércitos,
    admirable por su consejo
    y magnífico por su sabiduría.

Ay de la Ciudad de David

29 ¡Ay, Ariel, Ariel,
    ciudad donde acampó David!
Añadan a un año otro año más
    y que prosiga el ciclo de las fiestas.
Pero a Ariel la sitiaré;
    habrá llanto y lamento,
    y será para mí como un brasero del altar.[e]
Acamparé contra ti, te rodearé;
    te cercaré con empalizadas
    y levantaré contra ti torres de asedio.
Humillada, desde el suelo elevarás tu voz;
    tu palabra apenas se levantará del polvo.
Saldrá tu voz de la tierra como si fuera la de un fantasma;
    tu palabra, desde el polvo, apenas será un susurro.

Pero la multitud de tus enemigos quedará hecha polvo fino,
    y la multitud de violentos será como la paja que se lleva el viento.
De repente, en un instante,
    vendrá contra ti el Señor de los Ejércitos;
vendrá con truenos, terremotos y gran estruendo;
    vendrá con una violenta tormenta y con devoradoras llamas de fuego.
La multitud de todas las naciones que batallan contra Ariel,
    todos los que luchan contra ella y contra su fortaleza,
aquellos que la asedian, serán como un sueño,
    como una visión nocturna.
Como el hambriento que sueña que está comiendo,
    pero despierta y aún tiene hambre;
como el sediento que sueña que está bebiendo,
    pero despierta y la sed reseca su garganta.
Así sucederá con la multitud de todas las naciones
    que luchan contra el monte Sión.

Pierdan el juicio, quédense pasmados,
    pierdan la vista, quédense ciegos;
embriáguense, pero no con vino;
    tambaléense, pero no por la cerveza.
10 El Señor ha derramado sobre ustedes un espíritu de profundo sueño;
    a los profetas les tapó los ojos,
    a los visionarios les cubrió la cabeza.

11 Para ustedes, toda esta visión no es otra cosa que palabras en un rollo de pergamino sellado. Si dan el rollo a alguien que sepa leer y dicen: «Lea esto, por favor», este responderá: «No puedo hacerlo; está sellado». 12 Si dan el rollo a alguien que no sepa leer y dicen: «Lea esto, por favor», este responderá: «No sé leer».

13 El Señor dice:

«Este pueblo se acerca a mí con la boca
    y me honra con los labios,
    pero su corazón está lejos de mí.
Su adoración es solo un mandamiento humano
    que le ha sido enseñado.
14 Por eso, una vez más asombraré a este pueblo
    con prodigios maravillosos;
perecerá la sabiduría de sus sabios,
    y se esfumará la inteligencia de sus inteligentes».
15 ¡Ay! de los que, para esconder sus planes,
    se ocultan del Señor en las profundidades.
Cometen sus fechorías en la oscuridad y piensan:
    «¿Quién nos ve? ¿Quién nos conoce?».
16 ¡Qué manera de pervertir las cosas!
    ¿Acaso el alfarero es igual al barro?
¿Puede un objeto decir del que lo modeló:
    «Él no me hizo»?
¿Puede una vasija decir de su alfarero:
    «Él no entiende nada»?

17 Muy pronto el Líbano se convertirá en campo fértil,
    y el campo fértil se convertirá en bosque.
18 En aquel día podrán los sordos oír la lectura del rollo,
    y los ojos de los ciegos podrán ver
    sin tinieblas ni oscuridad.
19 Los pobres volverán a alegrarse en el Señor;
    los más necesitados se regocijarán en el Santo de Israel.
20 Se desvanecerán los violentos,
    desaparecerán los insolentes,
    y serán exterminados todos los que se desvelan para hacer el mal:
21 los que con una palabra hacen culpable a una persona,
    los que en el tribunal ponen trampas al defensor
    y con engaños perjudican al inocente.

22 Por eso, el Señor, el redentor de Abraham, dice así a los descendientes de Jacob:

«Jacob ya no será avergonzado
    ni palidecerá su rostro.
23 Cuando él vea a sus hijos
    y la obra de mis manos en medio de él,
todos ellos santificarán mi nombre;
    santificarán al Santo de Jacob
    y temerán al Dios de Israel.
24 Los de espíritu extraviado recibirán entendimiento
    y los murmuradores aceptarán ser instruidos».

Ay de la nación obstinada

30 El Señor ha dictado esta sentencia:

«Ay de los hijos rebeldes
    que ejecutan planes que no son míos,
que hacen alianzas contrarias a mi Espíritu,
    que amontonan pecado sobre pecado,
que bajan a Egipto sin consultarme,
    para buscar la protección de Faraón
    y se refugian bajo la sombra de Egipto.
¡La protección de Faraón será su vergüenza!
    ¡El refugiarse bajo la sombra de Egipto, su humillación!
Aunque en Zoán tengan oficiales,
    y a Janés hayan llegado sus mensajeros,
todos quedarán avergonzados
    por culpa de un pueblo que les resulta inútil,
que no les brinda ninguna ayuda ni provecho,
    sino solo vergüenza y desgracia».

Esta es la profecía sobre los animales del Néguev:

Por tierra de dificultades y angustias,
    de leones y leonas,
    de serpientes veloces y venenosas,
llevan ellos a lomo de burro
    las riquezas de esa nación inútil,
    y sus tesoros, a lomo de camello.
La ayuda de Egipto no sirve para nada;
    por eso la llamo:
    «Rahab, la inútil».

Anda, pues, delante de ellos, y grábalo en una tablilla.
    Escríbelo en un rollo de cuero,
para que en los días venideros
    quede como un testimonio eterno.
Porque este es un pueblo rebelde; son hijos mentirosos,
    hijos que no quieren escuchar la Ley del Señor.
10 A los videntes les dicen:
    «¡No tengan más visiones!»,
y a los profetas:
    «¡No nos sigan profetizando la verdad!
Dígannos cosas agradables,
    profeticen ilusiones.
11 ¡Apártense del camino,
    retírense de esta senda
y dejen de enfrentarnos
    con el Santo de Israel!».

12 Así dice el Santo de Israel:

«Ustedes han rechazado esta palabra;
    han confiado en la opresión y en la perversidad
    y se han apoyado en ellas.
13 Por eso su iniquidad se alzará frente a ustedes
    como un muro alto y agrietado, a punto de derrumbarse:
    ¡de repente, en un instante, se desplomará!
14 Quedará hecha pedazos,
    hecha añicos sin piedad, como vasija de barro:
ni uno solo de sus pedazos servirá
    para sacar brasas del fuego
    ni agua de una cisterna».

15 Porque así dice el Señor y Dios, el Santo de Israel:

«En el arrepentimiento y la calma está su salvación,
    en la serenidad y la confianza está su fuerza,
    ¡pero ustedes no lo quieren reconocer!
16 Se resisten y dicen: “Huiremos a caballo”.
    ¡Por eso, así tendrán que huir!
Dicen: “Cabalgaremos sobre caballos veloces”.
    ¡Por eso, veloces serán sus perseguidores!
17 Ante la amenaza de uno solo,
    mil de ustedes saldrán huyendo;
ante la amenaza de cinco,
    huirán todos ustedes.
Quedarán abandonados
    como un mástil en la cima de una montaña,
    como una bandera sobre una colina».

18 Por eso el Señor los espera, para tenerles piedad;
    por eso se levanta para mostrarles compasión.
Porque el Señor es un Dios de justicia.
    ¡Dichosos todos los que en él esperan!

19 Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, ya no llorarás más. ¡El Dios de piedad se apiadará de ti cuando clames pidiendo ayuda! Tan pronto como te oiga, te responderá. 20 Aunque el Señor te dé pan de adversidad y agua de aflicción, tus maestros no se esconderán más; con tus propios ojos los verás. 21 Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda, tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: «Este es el camino; síguelo». 22 Entonces profanarás tus ídolos enchapados en plata y tus imágenes revestidas de oro; los arrojarás como trapo impuro y les dirás: «¡Fuera de aquí!».

23 El Señor te enviará lluvia para la semilla que siembres en la tierra, y el alimento que produzca la tierra será suculento y abundante. En aquel día tu ganado pacerá en extensas praderas. 24 Los bueyes y los burros que trabajan la tierra comerán el mejor grano, arrojado al aire con pala y rastrillo. 25 En el día de la gran masacre, cuando caigan las torres, habrá arroyos y corrientes de agua en toda montaña alta y en toda colina elevada. 26 Cuando el Señor ponga una venda en la fractura de su pueblo y sane las heridas que le causó, brillará la luna como el sol, y será la luz del sol siete veces más intensa, como la luz de siete días enteros.

27 ¡Miren! El nombre del Señor viene de lejos,
    con ardiente ira y densa humareda.
Sus labios están llenos de furor;
    su lengua es como un fuego consumidor.
28 Su aliento es cual torrente desbordado
    que llega hasta el cuello,
para sacudir a las naciones y llevarlas a la ruina.
    Pone en las quijadas de los pueblos
    un freno que los desvía.
29 Ustedes cantarán
    como en noche de fiesta sagrada;
su corazón se alegrará,
    como cuando uno sube con flautas
a la montaña del Señor,
    a la Roca de Israel.
30 El Señor hará oír su majestuosa voz;
    su brazo descenderá con rugiente ira
y llama de fuego consumidor;
    con aguacero, tormenta y granizo.
31 La voz del Señor quebrantará a Asiria;
    la golpeará con su bastón.
32 Cada golpe que el Señor descargue sobre ella
    con su vara de castigo
será al son de panderos y de arpas;
    agitando su brazo, peleará contra ellos.
33 Porque Tofet[f] está preparada desde hace tiempo;
    está dispuesta incluso para el rey.
Se ha hecho una pira de fuego profunda y ancha,
    con abundancia de fuego y leña;
el soplo del Señor la encenderá
    como un torrente de azufre ardiente.

Notas al pie

  1. 28:10 Versículo de difícil traducción (posiblemente imitación burlona de una lección del abecedario); también en v. 13.
  2. 28:15 sepulcro. Lit. Seol.
  3. 28:18 sepulcro. Lit. Seol.
  4. 28:25 hileras. Palabra de difícil traducción.
  5. 29:2 un brasero del altar. Esta frase traduce una palabra hebrea que es idéntica al nombre Ariel.
  6. 30:33 Tofet. Lugar de incineración, cercano a Jerusalén.

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