Traición de Judas

14 (A)Entonces uno de los doce, llamado Judas Iscariote(B), fue a los principales sacerdotes, 15 y dijo: ¿Qué estáis dispuestos a darme para que yo os lo entregue[a](C)? Y ellos le pesaron treinta piezas[b] de plata(D). 16 Y desde entonces buscaba una oportunidad para entregarle.

Preparación de la Pascua

17 (E)El primer día de la fiesta de los panes sin levadura[c](F), se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer la Pascua? 18 Y Él respondió: Id a la ciudad, a cierto hombre(G), y decidle: «El Maestro dice: “Mi tiempo está cerca(H); quiero celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”». 19 Entonces los discípulos hicieron como Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua.

Jesús identifica al traidor

20 (I)Al atardecer, estaba Él sentado[d] a la mesa con los doce discípulos. 21 Y mientras comían, dijo: En verdad os digo que uno de vosotros me entregará(J). 22 Y ellos, profundamente entristecidos, comenzaron a decirle uno por uno: ¿Acaso soy yo, Señor? 23 Respondiendo Él, dijo: El que metió[e] la mano conmigo en el plato, ese me entregará(K). 24 El Hijo del Hombre se va, según está escrito de Él(L); pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Mejor le fuera a ese hombre no haber nacido[f](M). 25 Y respondiendo Judas(N), el que le iba a entregar[g], dijo: ¿Acaso soy yo, Rabí(O)? Y Él le dijo: lo has dicho(P).

Institución de la Cena del Señor

26 (Q)Mientras comían, Jesús tomó pan, y habiéndolo bendecido, lo partió, y dándoselo a los discípulos(R), dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. 27 Y tomando una copa, y habiendo dado gracias, se la dio, diciendo: Bebed todos de ella; 28 porque esto es mi sangre del nuevo[h] pacto(S), que es derramada por muchos(T) para el perdón de los pecados. 29 Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.

30 (U)Y después de cantar un himno, salieron hacia el monte de los Olivos(V).

Jesús predice la negación de Pedro

31 Entonces Jesús les dijo*: Esta noche todos vosotros os apartaréis[i] por causa de mí(W), pues escrito está: «Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño se dispersarán(X)». 32 Pero después de que yo haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea(Y). 33 Entonces Pedro, respondiendo, le dijo: Aunque todos se aparten[j] por causa de ti, yo nunca me apartaré[k]. 34 Jesús le dijo: En verdad te digo que esta misma noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces(Z). 35 Pedro le dijo*: Aunque tenga que morir(AA) contigo, jamás te negaré. Todos los discípulos dijeron también lo mismo.

Jesús en Getsemaní

36 (AB)Entonces Jesús llegó* con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo* a sus discípulos: Sentaos aquí mientras yo voy allá y oro(AC). 37 Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo(AD), comenzó a entristecerse y a angustiarse. 38 Entonces les dijo*: Mi alma está muy afligida(AE), hasta el punto de la muerte; quedaos aquí y velad conmigo(AF). 39 Y adelantándose un poco, cayó sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa(AG); pero no sea como yo quiero, sino como tú quieras(AH). 40 Vino* entonces a los discípulos y los halló* durmiendo, y dijo* a Pedro: ¿Conque no pudisteis velar una hora conmigo(AI)? 41 Velad(AJ) y orad para que no entréis en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil(AK). 42 Apartándose de nuevo, oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si esta no puede pasar sin que yo la beba(AL), hágase tu voluntad(AM). 43 Y vino otra vez y los halló durmiendo, porque sus ojos estaban cargados de sueño. 44 Dejándolos de nuevo, se fue y oró por tercera vez, diciendo otra vez las mismas palabras[l]. 45 Entonces vino* a los discípulos y les dijo*: ¿Todavía estáis[m] durmiendo y descansando? He aquí, ha llegado la hora(AN), y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. 46 ¡Levantaos! ¡Vamos! Mirad, está cerca el que me entrega.

Arresto de Jesús

47 (AO)Mientras todavía estaba Él hablando, he aquí, Judas(AP), uno de los doce, llegó acompañado de[n] una gran multitud con espadas y garrotes, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. 48 Y el que le entregaba les había dado una señal, diciendo: Al que yo bese, ese es; prendedle. 49 Y enseguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Rabí(AQ)! Y le besó[o]. 50 Y Jesús le dijo: Amigo(AR), haz lo que viniste a hacer. Entonces ellos se acercaron, echaron mano a Jesús y le prendieron. 51 Y sucedió que[p] uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada(AS), e hiriendo al siervo del sumo sacerdote, le cortó[q] la oreja(AT). 52 Entonces Jesús le dijo*: Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que tomen la espada, a espada perecerán(AU). 53 ¿O piensas que no puedo rogar a mi Padre, y Él pondría a mi disposición ahora mismo más de doce legiones[r](AV) de ángeles(AW)? 54 Pero, ¿cómo se cumplirían entonces las Escrituras(AX) que dicen que así debe suceder? 55 En aquel momento[s] Jesús dijo a la muchedumbre: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y garrotes para arrestarme? Cada día solía sentarme en el templo para enseñar(AY), y no me prendisteis. 56 Pero todo esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras(AZ) de los profetas. Entonces todos los discípulos le abandonaron y huyeron.

Jesús ante el concilio

57 (BA)Y los que prendieron a Jesús le llevaron ante el sumo sacerdote Caifás, donde estaban reunidos los escribas y los ancianos(BB). 58 Y Pedro le fue siguiendo de lejos(BC) hasta el patio del sumo sacerdote(BD), y entrando[t], se sentó con los alguaciles[u](BE) para ver el fin de todo aquello. 59 Y los principales sacerdotes y todo el concilio[v](BF) procuraban obtener falso testimonio contra Jesús, con el fin de darle muerte, 60 y no lo hallaron a pesar de que se presentaron muchos falsos testigos. Pero más tarde se presentaron dos(BG), 61 que dijeron: Este declaró: «Yo puedo destruir el templo[w] de Dios y en[x] tres días reedificarlo(BH)». 62 Entonces el sumo sacerdote, levantándose, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican estos contra ti? 63 Mas Jesús callaba(BI). Y el sumo sacerdote le dijo(BJ): Te conjuro(BK) por el Dios viviente(BL) que nos digas si tú eres el Cristo[y], el Hijo de Dios(BM). 64 Jesús le dijo*: mismo lo has dicho(BN); sin embargo, os digo que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder(BO), y viniendo sobre las nubes del cielo(BP). 65 Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos de más testigos(BQ)? He aquí, ahora mismo habéis oído la blasfemia; 66 ¿qué os parece? Ellos respondieron y dijeron: ¡Es reo de muerte(BR)! 67 Entonces le escupieron en el rostro y le dieron de puñetazos; y otros le abofeteaban[z](BS), 68 diciendo: Adivina[aa], Cristo[ab], ¿quién es el que te ha golpeado(BT)?

La negación de Pedro

69 (BU)Pedro estaba sentado fuera en el patio(BV), y una sirvienta se le acercó y dijo: Tú también estabas con Jesús el galileo. 70 Pero él lo negó delante de todos ellos, diciendo: No sé de qué hablas. 71 Cuando salió al portal, lo vio otra sirvienta y dijo* a los que estaban allí: Este estaba con Jesús el nazareno. 72 Y otra vez él lo negó con juramento: ¡Yo no conozco a ese[ac] hombre! 73 Y un poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: Seguro que tú también eres uno de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre(BW). 74 Entonces él comenzó a maldecir y a jurar: ¡Yo no conozco a ese[ad] hombre! Y al instante un gallo cantó. 75 Y Pedro se acordó de lo que[ae] Jesús había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces(BX). Y saliendo fuera, lloró amargamente.

Jesús es entregado a Pilato

27 Cuando llegó la mañana, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo celebraron consejo(BY) contra Jesús para darle muerte. Y después de atarle, le llevaron y le entregaron(BZ) a Pilato, el gobernador(CA).

Muerte de Judas

Entonces Judas(CB), el que le había entregado, viendo que Jesús había sido condenado, sintió remordimiento y devolvió las treinta piezas de plata(CC) a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: He pecado entregando sangre inocente. Pero ellos dijeron: A nosotros, ¿qué? ¡Allá tú[af](CD)! Y él, arrojando las piezas de plata en el santuario(CE), se marchó; y fue y se ahorcó(CF). Y los principales sacerdotes tomaron las piezas de plata, y dijeron: No es lícito ponerlas en el tesoro del templo, puesto que es precio de sangre. Y después de celebrar consejo, compraron con ellas el Campo del Alfarero para sepultura de los forasteros. Por eso ese campo se ha llamado Campo de Sangre(CG) hasta hoy. Entonces se cumplió lo anunciado[ag] por medio del profeta Jeremías, cuando dijo: (CH)Y tomaron[ah] las treinta piezas de plata, el precio de aquel cuyo precio había sido fijado por los hijos de Israel; 10 y las dieron[ai] por el Campo del Alfarero, como el Señor me había ordenado.

Jesús ante Pilato

11 (CI)Y Jesús compareció delante del gobernador, y este[aj] le interrogó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos(CJ)? Y Jesús le dijo: lo dices(CK). 12 Y al ser acusado por los principales sacerdotes y los ancianos, nada respondió(CL). 13 Entonces Pilato le dijo*: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti? 14 Y Jesús no le respondió ni a una sola pregunta[ak], por lo que el gobernador estaba muy asombrado(CM).

Jesús o Barrabás

15 (CN)Ahora bien, en cada fiesta, el gobernador acostumbraba soltar un preso al pueblo, el que ellos quisieran. 16 Y tenían entonces un preso famoso, llamado Barrabás. 17 Por lo cual, cuando ellos se reunieron, Pilato les dijo: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo(CO)? 18 Porque él sabía que le habían entregado por envidia. 19 Y estando él sentado en el tribunal(CP), su mujer le mandó aviso, diciendo: No tengas nada que ver con ese justo(CQ), porque hoy he sufrido mucho en sueños(CR) por causa de Él. 20 Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a las multitudes que pidieran a Barrabás y que dieran muerte a Jesús(CS). 21 Y respondiendo, el gobernador les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos respondieron: A Barrabás. 22 Pilato les dijo*: ¿Qué haré entonces con Jesús, llamado el Cristo(CT)? Todos dijeron*: ¡Sea crucificado! 23 Y Pilato dijo: ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado! 24 Y viendo Pilato que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto(CU), tomó agua y se lavó las manos delante de la multitud, diciendo: Soy inocente de la sangre(CV) de este justo[al](CW); ¡allá vosotros[am](CX)! 25 Y respondiendo todo el pueblo, dijo: ¡Caiga su sangre sobre nosotros(CY) y sobre nuestros hijos! 26 Entonces les soltó a Barrabás, pero a Jesús, después de hacerle azotar, le entregó para que fuera crucificado(CZ).

Los soldados se mofan de Jesús

27 (DA)Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al Pretorio(DB), y reunieron alrededor de Él a toda la cohorte[an](DC) romana. 28 Y desnudándole, le pusieron encima un manto escarlata(DD). 29 Y tejiendo una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza(DE), y una caña[ao] en su mano derecha; y arrodillándose delante de Él, le hacían burla, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos(DF)! 30 Y escupiéndole(DG), tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza. 31 Después de haberse burlado de Él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron para crucificarle(DH).

32 (DI)Y cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene(DJ) llamado Simón, al cual[ap] obligaron a que llevara la[aq] cruz.

La crucifixión

33 (DK)Cuando llegaron a un lugar llamado Gólgota, que significa Lugar de la Calavera(DL), 34 le dieron a beber vino mezclado con hiel(DM); pero después de probarlo, no lo quiso beber(DN). 35 Y habiéndole crucificado, se repartieron sus vestidos, echando suertes[ar](DO); 36 y sentados, le custodiaban allí(DP). 37 Y pusieron sobre su cabeza la acusación contra Él, que decía[as]: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS(DQ). 38 Entonces fueron crucificados* con Él dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda. 39 Los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza(DR) 40 y diciendo: Tú que destruyes el templo y en tres días lo reedificas(DS), sálvate a ti mismo, si eres el Hijo de Dios, y desciende de la cruz(DT). 41 De igual manera, también los principales sacerdotes, junto con los escribas y los ancianos, burlándose de Él, decían: 42 A otros salvó; a sí mismo no puede salvarse[at](DU). Rey de Israel es(DV); que baje ahora de la cruz, y creeremos en Él. 43 En Dios confía; que le libre ahora si Él le quiere(DW); porque ha dicho: «Yo soy el Hijo de Dios». 44 En la misma forma le injuriaban también los ladrones que habían sido crucificados con Él(DX).

Muerte de Jesús

45 (DY)Y desde la hora sexta[au] hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena[av]. 46 Y alrededor de la hora novena, Jesús exclamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lema sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado(DZ)? 47 Algunos de los que estaban allí, al oírlo, decían: Este llama a Elías. 48 Y al instante, uno de ellos corrió, y tomando una esponja, la empapó en vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber(EA). 49 Pero los otros dijeron: Deja, veamos si Elías viene a salvarle[aw]. 50 Entonces Jesús, clamando otra vez a gran voz, exhaló el espíritu(EB). 51 (EC)Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo(ED), y la tierra tembló(EE) y las rocas se partieron; 52 y los sepulcros se abrieron, y los cuerpos de muchos santos que habían dormido(EF) resucitaron; 53 y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de Jesús[ax], entraron en la santa ciudad(EG) y se aparecieron a muchos. 54 El centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús(EH), cuando vieron el terremoto(EI) y las cosas que sucedían, se asustaron mucho, y dijeron: En verdad este era Hijo de Dios[ay](EJ). 55 Y muchas mujeres(EK) que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle(EL), estaban allí, mirando de lejos; 56 entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José(EM), y la madre de los hijos de Zebedeo(EN).

Sepultura de Jesús

57 (EO)Y al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había convertido en discípulo de Jesús. 58 Este se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato ordenó que se lo entregaran. 59 Tomando José el cuerpo, lo envolvió en un lienzo limpio de lino, 60 y lo puso en su sepulcro nuevo que él había excavado en la roca, y después de rodar una piedra grande(EP) a la entrada del sepulcro, se fue. 61 Y María Magdalena estaba allí, y la otra María(EQ), sentadas frente al sepulcro.

Guardias en la tumba

62 Al día siguiente, que es el día después de la preparación[az](ER), se reunieron ante Pilato los principales sacerdotes y los fariseos, 63 y le dijeron[ba]: Señor, nos acordamos que cuando aquel engañador aún vivía, dijo: «Después de tres días resucitaré[bb](ES)». 64 Por eso, ordena que el sepulcro quede asegurado hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, se lo roben, y digan al pueblo: «Ha resucitado de entre los muertos»; y el último engaño será peor que el primero. 65 Pilato les dijo: Una guardia(ET) tenéis; id, aseguradla como vosotros sabéis. 66 Y fueron y aseguraron el sepulcro; y además de poner la guardia(EU), sellaron(EV) la piedra(EW).

Footnotes

  1. Mateo 26:15 Lit., y yo os lo entregaré
  2. Mateo 26:15 O, siclos
  3. Mateo 26:17 O, de los Azimos
  4. Mateo 26:20 Lit., reclinado
  5. Mateo 26:23 Lit., mojó
  6. Mateo 26:24 Lit., Mejor le fuera si ese hombre no hubiera nacido
  7. Mateo 26:25 Lit., estaba entregando
  8. Mateo 26:28 Algunos mss. antiguos omiten, nuevo
  9. Mateo 26:31 O, escandalizaréis, o, caeréis
  10. Mateo 26:33 O, escandalicen, o, caigan
  11. Mateo 26:33 O, escandalizaré, o, caeré
  12. Mateo 26:44 Lit., la misma palabra
  13. Mateo 26:45 O, seguís
  14. Mateo 26:47 Lit., y con él
  15. Mateo 26:49 Lit., le besó efusivamente
  16. Mateo 26:51 Lit., Y he aquí
  17. Mateo 26:51 Lit., quitó
  18. Mateo 26:53 Una legión estaba compuesta de 6,000 soldados
  19. Mateo 26:55 Lit., aquella hora
  20. Mateo 26:58 Lit., entrando dentro
  21. Mateo 26:58 O, sirvientes
  22. Mateo 26:59 O, Sanedrín
  23. Mateo 26:61 O, santuario
  24. Mateo 26:61 O, después de
  25. Mateo 26:63 I.e., el Mesías
  26. Mateo 26:67 O, posiblemente, le herían con palos
  27. Mateo 26:68 Lit., Profetízanos
  28. Mateo 26:68 I.e., el Mesías
  29. Mateo 26:72 Lit., al
  30. Mateo 26:74 Lit., al
  31. Mateo 26:75 Lit., de la palabra que
  32. Mateo 27:4 Lit., Tú verás
  33. Mateo 27:9 Lit., dicho
  34. Mateo 27:9 O, tomé
  35. Mateo 27:10 Algunos mss. dicen: di
  36. Mateo 27:11 Lit., y el gobernador
  37. Mateo 27:14 Lit., palabra
  38. Mateo 27:24 Algunos mss. solo dicen: de este
  39. Mateo 27:24 Lit., vosotros veréis
  40. Mateo 27:27 I.e., unidad militar romana compuesta de varias centurias
  41. Mateo 27:29 O, vara
  42. Mateo 27:32 Lit., a este
  43. Mateo 27:32 Lit., su
  44. Mateo 27:35 Algunos mss. posteriores agregan: para que se cumpliera lo dicho por el profeta: Se repartieron mis vestiduras y sobre mi ropa echaron suertes
  45. Mateo 27:37 Lit., escrita
  46. Mateo 27:42 O, ¿a sí mismo no puede salvarse?
  47. Mateo 27:45 I.e., las doce del día
  48. Mateo 27:45 I.e., las tres de la tarde
  49. Mateo 27:49 Algunos mss. antiguos agregan: Y otro tomó una lanza, y traspasó su costado, y salió agua y sangre (Véase Juan 19:34)
  50. Mateo 27:53 Lit., El
  51. Mateo 27:54 O, posiblemente, un hijo de Dios
  52. Mateo 27:62 I.e., del viernes
  53. Mateo 27:63 Lit., diciendo
  54. Mateo 27:63 Lit., resucito

Judas ofrece entregar a Jesús

(Mr. 14.10-11; Lc. 22.3-6)

14 Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, 15 y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata. 16 Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarle.

Institución de la Cena del Señor

(Mr. 14.12-25; Lc. 22.7-23; Jn. 13.21-30; 1 Co. 11.23-26)

17 El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua? 18 Y él dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos. 19 Y los discípulos hicieron como Jesús les mandó, y prepararon la pascua.

20 Cuando llegó la noche, se sentó a la mesa con los doce. 21 Y mientras comían, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. 22 Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Soy yo, Señor? 23 Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ese me va a entregar. 24 A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él,(A) mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido. 25 Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo, Maestro? Le dijo: Tú lo has dicho.

26 Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. 27 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; 28 porque esto es mi sangre(B) del nuevo pacto,(C) que por muchos es derramada para remisión de los pecados. 29 Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.

Jesús anuncia la negación de Pedro

(Mr. 14.26-31; Lc. 22.31-34; Jn. 13.36-38)

30 Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos. 31 Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas.(D) 32 Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.(E) 33 Respondiendo Pedro, le dijo: Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré. 34 Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. 35 Pedro le dijo: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo.

Jesús ora en Getsemaní

(Mr. 14.32-42; Lc. 22.39-46)

36 Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. 37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. 38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. 39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. 40 Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? 41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. 42 Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad. 43 Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño. 44 Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras. 45 Entonces vino a sus discípulos y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. 46 Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega.

Arresto de Jesús

(Mr. 14.43-50; Lc. 22.47-53; Jn. 18.2-11)

47 Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. 48 Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ese es; prendedle. 49 Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó. 50 Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron. 51 Pero uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja. 52 Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. 53 ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? 54 ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga? 55 En aquella hora dijo Jesús a la gente: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo,(F) y no me prendisteis. 56 Mas todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.

Jesús ante el concilio

(Mr. 14.53-65; Lc. 22.54,63-71; Jn. 18.12-14,19-24)

57 Los que prendieron a Jesús le llevaron al sumo sacerdote Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos. 58 Mas Pedro le seguía de lejos hasta el patio del sumo sacerdote; y entrando, se sentó con los alguaciles, para ver el fin. 59 Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte, 60 y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban. Pero al fin vinieron dos testigos falsos, 61 que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo.(G) 62 Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican estos contra ti? 63 Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. 64 Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.(H) 65 Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia. 66 ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte!(I) 67 Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban,(J) 68 diciendo: Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó.

Pedro niega a Jesús

(Mr. 14.66-72; Lc. 22.55-62; Jn. 18.15-18,25-27)

69 Pedro estaba sentado fuera en el patio; y se le acercó una criada, diciendo: Tú también estabas con Jesús el galileo. 70 Mas él negó delante de todos, diciendo: No sé lo que dices. 71 Saliendo él a la puerta, le vio otra, y dijo a los que estaban allí: También este estaba con Jesús el nazareno. 72 Pero él negó otra vez con juramento: No conozco al hombre. 73 Un poco después, acercándose los que por allí estaban, dijeron a Pedro: Verdaderamente también tú eres de ellos, porque aun tu manera de hablar te descubre. 74 Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre. Y en seguida cantó el gallo. 75 Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había dicho: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente.

Jesús ante Pilato

(Mr. 15.1; Lc. 23.1-2; Jn. 18.28-32)

27 Venida la mañana, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo entraron en consejo contra Jesús, para entregarle a muerte. Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, el gobernador.

Muerte de Judas

Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú! Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó. Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre. Y después de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de los extranjeros. Por lo cual aquel campo se llama hasta el día de hoy: Campo de sangre.(K) Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, según precio puesto por los hijos de Israel; 10 y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenó el Señor.(L)

Pilato interroga a Jesús

(Mr. 15.2-5; Lc. 23.3-5; Jn. 18.33-38)

11 Jesús, pues, estaba en pie delante del gobernador; y este le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices. 12 Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, nada respondió. 13 Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti? 14 Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho.

Jesús sentenciado a muerte

(Mr. 15.6-20; Lc. 23.13-25; Jn. 18.38—19.16)

15 Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen. 16 Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás. 17 Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? 18 Porque sabía que por envidia le habían entregado. 19 Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él. 20 Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto. 21 Y respondiendo el gobernador, les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: A Barrabás. 22 Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: ¡Sea crucificado! 23 Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado!

24 Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos(M) delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros. 25 Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos. 26 Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado.

27 Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y reunieron alrededor de él a toda la compañía; 28 y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata, 29 y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos! 30 Y escupiéndole, tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza. 31 Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle.

Crucifixión y muerte de Jesús

(Mr. 15.21-41; Lc. 23.26-49; Jn. 19.17-30)

32 Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón; a este obligaron a que llevase la cruz. 33 Y cuando llegaron a un lugar llamado Gólgota, que significa: Lugar de la Calavera, 34 le dieron a beber vinagre mezclado con hiel; pero después de haberlo probado, no quiso beberlo. 35 Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes,(N) para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes. 36 Y sentados le guardaban allí. 37 Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS. 38 Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda. 39 Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza,(O) 40 y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas,(P) sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz. 41 De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los fariseos y los ancianos, decían: 42 A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él. 43 Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere;(Q) porque ha dicho: Soy Hijo de Dios. 44 Lo mismo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con él.

45 Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. 46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?(R) 47 Algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama este. 48 Y al instante, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber.(S) 49 Pero los otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle. 50 Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu.

51 Y he aquí, el velo(T) del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; 52 y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; 53 y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos. 54 El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto, y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron: Verdaderamente este era Hijo de Dios.

55 Estaban allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole, 56 entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.(U)

Jesús es sepultado

(Mr. 15.42-47; Lc. 23.50-56; Jn. 19.38-42)

57 Cuando llegó la noche, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también había sido discípulo de Jesús. 58 Este fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diese el cuerpo. 59 Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia, 60 y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue. 61 Y estaban allí María Magdalena, y la otra María, sentadas delante del sepulcro.

La guardia ante la tumba

62 Al día siguiente, que es después de la preparación, se reunieron los principales sacerdotes y los fariseos ante Pilato, 63 diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: Después de tres días resucitaré.(V) 64 Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Y será el postrer error peor que el primero. 65 Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo como sabéis. 66 Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.