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Jesús sana a un hombre en sábado

Jesús se fue y entró en la sinagoga del lugar. 10 Allí había un hombre que tenía una mano tullida. Como los fariseos buscaban la manera de acusar de algo malo a Jesús, le preguntaron:

—¿Permite nuestra ley sanar a una persona en el día de descanso?

11 Jesús les respondió:

—Si a uno de ustedes se le cayera una oveja en un pozo en el día de descanso, ¿la sacaría de allí? ¡Por supuesto que sí! 12 ¡Pues una persona vale mucho más que una oveja! Por eso está permitido hacer el bien en el día de descanso.

13 Luego Jesús le dijo al hombre que no podía mover la mano: «Extiende tu mano». El hombre la extendió, y la mano le quedó tan sana como la otra. 14 Entonces los fariseos salieron de la sinagoga y comenzaron a hacer planes para matar a Jesús.

Jesús, servidor de Dios

15 Al enterarse Jesús de lo que planeaban los fariseos, se fue de allí, y mucha gente lo siguió. Jesús sanó a todos los que estaban enfermos 16 y les ordenó que no contaran a nadie nada acerca de él. 17 Así se cumplió lo que Dios había dicho por medio del profeta Isaías:

18 «¡Miren a mi elegido,
al que he llamado a mi servicio!
Yo lo amo mucho,
y él me llena de alegría.
Yo pondré en él mi Espíritu,
y él anunciará mi justicia
entre las naciones.
19 No discutirá con nadie,
ni gritará.
¡Nadie escuchará su voz
en las calles!
20 No les causará más daño
a los que estén heridos,
ni acabará de matar
a los que estén agonizando.
Al contrario, fortalecerá a los débiles
y hará triunfar la justicia.
21 ¡Todas las personas del mundo
confiarán en él!»

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