Profecía contra Tiro

23 Profecía contra Tiro:

¡Giman, barcos de Tarsis!,
    porque fueron destruidas su casa y su puerto.
Desde la tierra de Chipre
    les ha llegado la noticia.

¡Callen, habitantes de la costa,
    comerciantes de Sidón,
    ciudad que han enriquecido los marinos!
Sobre las grandes aguas
    llegó el grano de Sijor;
Tiro se volvió el centro comercial de las naciones;
    la cosecha del Nilo le aportaba ganancias.

Avergüénzate, Sidón, fortaleza del mar,
    porque el mar ha dicho:
«No he estado con dolores de parto ni he dado a luz;
    no he criado hijos ni educado hijas».
Cuando la noticia llegue a Egipto,
    lo que se diga de Tiro los angustiará.

Pasen a Tarsis;
    giman, habitantes de la costa.
¿Es esta su ciudad alegre,
    la ciudad tan antigua,
cuyos pies la han llevado
    a establecerse en tierras lejanas?
¿Quién planeó esto contra Tiro,
    la ciudad que confiere coronas,
cuyos comerciantes son príncipes,
    y sus negociantes reconocidos en la tierra?
Lo planeó el Señor de los Ejércitos
    para abatir la altivez de toda gloria
    y humillar a toda la gente importante de la tierra.

10 Hija de Tarsis,
    cultiva[a] tu tierra como en el Nilo,
    porque tu puerto ya no existe.
11 El Señor ha extendido su mano sobre el mar
    y ha puesto a temblar a los reinos;
ha ordenado destruir las fortalezas de Canaán.
12 Él dijo:
    «¡Virgen oprimida, hija de Sidón:
    no volverás a alegrarte!

»Levántate y cruza hasta Chipre;
    ¡ni siquiera allí encontrarás descanso!».
13 ¡Mira la tierra de los babilonios![b]
    ¡Ese pueblo ya no existe!
Asiria la ha convertido
    en refugio de las fieras del desierto;
levantaron torres de asedio,
    demolieron sus fortalezas
    y las convirtieron en ruinas.

14 ¡Giman, barcos de Tarsis,
    porque destruida está su fortaleza!

15 En aquel tiempo Tiro será olvidada durante setenta años, que es lo que vive un rey. Pero al cabo de esos setenta años sucederá a Tiro lo que dice la canción de la prostituta:

16 «Tú, prostituta olvidada,
    toma un arpa y recorre la ciudad;
toca lo mejor que puedas y canta muchas canciones,
    para que te recuerden».

17 Al cabo de setenta años, el Señor se ocupará de Tiro, la cual volverá a venderse y prostituirse con todos los reinos de la tierra. 18 Pero sus ingresos y ganancias se consagrarán al Señor; no serán almacenados ni atesorados. Sus ganancias serán para los que habitan en presencia del Señor, para que se alimenten en abundancia y se vistan con ropas finas.

Juicio universal

24 Miren, el Señor arrasa la tierra
    y la devasta,
trastorna su faz
    y dispersa a sus habitantes.
Lo mismo pasará
    al pueblo y al sacerdote,
    al esclavo y al amo,
    a la esclava y a la señora,
    al comprador y al vendedor,
    al prestatario y al prestamista,
    al acreedor y al deudor.
La tierra será totalmente arrasada,
    saqueada por completo,
porque el Señor lo ha dicho.

La tierra languidece y se marchita;
    el mundo se marchita y desfallece;
    desfallecen los notables de la tierra.
La tierra yace profanada,
    pisoteada por sus habitantes,
porque han desobedecido las leyes,
    han violado los estatutos,
    han quebrantado el pacto eterno.
Por eso una maldición consume a la tierra
    y los culpables son sus habitantes.
Por eso el fuego los consume,
    y solo quedan unos cuantos.
Languidece el vino nuevo, desfallece la vid;
    gimen todos los corazones alegres.
Cesó el ritmo de los panderos,
    se aplacó el bullicio de los que se divierten,
    se apagó el júbilo del arpa.
Ya no beben vino mientras cantan;
    a los borrachos la cerveza les sabe amarga.
10 La ciudad del caos yace devastada;
    cerrado está el acceso a toda casa.
11 Clamor hay en las calles porque falta el vino;
    toda alegría se ha extinguido;
    el júbilo ha sido desterrado.
12 La ciudad está en ruinas;
    su puerta está hecha pedazos.
13 Así sucederá en medio de la tierra
    y entre las naciones,
como cuando a golpes se cosechan aceitunas,
    como cuando se recoge lo que sobra después de la vendimia.

14 El remanente eleva su voz y grita de alegría;
    desde el occidente aclama la majestad del Señor.
15 Por eso, glorifiquen al Señor en el oriente;
    el nombre del Señor, Dios de Israel,
    en las costas del mar.
16 Desde los confines de la tierra oímos cantar:
    «¡Gloria al justo!».

Pero yo digo: «¡Ay de mí!
    ¡Qué dolor me consume!».
Los traidores traicionan,
    los traidores maquinan traiciones.
17 ¡Terror, fosa y trampa
    están contra ti, habitante de la tierra!
18 Quien huya del grito de terror
    caerá en la fosa,
y quien suba del fondo de la fosa
    caerá en la trampa.

Abiertas están las compuertas de lo alto
    y tiemblan los cimientos de la tierra.
19 La tierra se quiebra, se desintegra;
    la tierra se agrieta, se resquebraja;
    la tierra tiembla y retiembla.
20 La tierra se tambalea como un borracho,
    se sacude como una choza.
Tanto pesa sobre ella su rebelión
    que caerá para no volver a levantarse.

21 En aquel día el Señor castigará
    a los ejércitos celestiales en el cielo
    y a los reyes terrenales en la tierra.
22 Serán amontonados en un pozo,
    como prisioneros entre rejas
    y, después de muchos días, se les castigará.
23 La luna se sonrojará
    y el sol se avergonzará,
porque sobre el monte Sión, sobre Jerusalén,
    reinará el Señor de los Ejércitos,
    glorioso entre sus jefes.

Canto de alabanza al Señor

25 Señor, tú eres mi Dios;
    te exaltaré y alabaré tu nombre
    porque has hecho maravillas.
Desde tiempos antiguos
    tus planes son fieles y seguros.
Has convertido la ciudad en un montón de escombros,
    la ciudad fortificada en una ruina.
Ya no existe la ciudad, la fortaleza de extranjeros;
    nunca más volverá a ser reconstruida.
Por eso te glorifica un pueblo poderoso;
    te honrarán las ciudades de las naciones violentas.
Porque tú has sido en su angustia un baluarte para el desvalido,
    un refugio para el necesitado,
un resguardo contra la tormenta,
    una sombra en el calor.
Porque el aliento de los violentos
    es como una tormenta contra un muro,
    como el calor en el desierto.
Tú aplacas el tumulto de los extranjeros,
    como se aplaca el calor bajo la sombra de una nube
    y ahogas el alboroto de los violentos.

Sobre este monte el Señor de los Ejércitos
    preparará para todos los pueblos
un banquete de manjares especiales.
    Un banquete de vinos añejos,
    las mejores carnes y vinos selectos.
Sobre este monte rasgará
    el velo que cubre a todos los pueblos,
el manto que envuelve a todas las naciones.
    Devorará a la muerte para siempre.
El Señor y Dios enjugará las lágrimas
    de todo rostro
y quitará de toda la tierra
    la deshonra de su pueblo.
El Señor mismo lo ha dicho.

En aquel día se dirá:

«¡Sí, este es nuestro Dios;
    en él confiamos y él nos salvó!
¡Este es el Señor, en él hemos confiado;
    regocijémonos y alegrémonos en su salvación!».

10 La mano del Señor se posará sobre este monte,
    pero Moab será pisoteada en su sitio,
    como se pisotea la paja en el muladar.
11 Allí extenderán sus manos,
    como al nadar las extiende un nadador.
Pero Dios abatirá su orgullo,
    junto con la destreza[c] de sus manos.
12 Derribará, hará caer y abatirá
    tus muros altos y fortificados,
    hasta dejarlos hechos polvo sobre la tierra.

Canto de victoria

26 En aquel día se entonará esta canción en la tierra de Judá:

«Tenemos una ciudad fuerte.
    Para salvarla,
    Dios levantó muros y baluartes.
Abran las puertas para que entre la nación justa
    que se mantiene fiel.
Al de carácter firme
    lo guardarás en perfecta paz,
    porque en ti confía.
Confíen en el Señor para siempre,
    porque el Señor, el Señor mismo, es la Roca eterna.
Él hace caer a los que habitan en lo alto
    y humilla a la ciudad enaltecida:
la abate hasta dejarla por el suelo,
    la derriba hasta dejarla hecha polvo.
¡Los pobres y los desvalidos
    la pisotean con sus propios pies!».

La senda del justo es recta;
    tú, que eres íntegro, allanas su camino.
Sí, en ti esperamos, Señor,
    y en la senda de tus juicios;
tu nombre y tu memoria
    son el deseo de nuestra vida.
Todo mi ser te desea por las noches;
    por la mañana mi espíritu te busca.
Pues, cuando tus juicios llegan a la tierra,
    los habitantes del mundo aprenden lo que es justicia.
10 Aunque al malvado se le tenga compasión,
    no aprende lo que es justicia;
en tierra de rectitud actúa con iniquidad
    y no reconoce la majestad del Señor.
11 Levantada está, Señor, tu mano,
    pero ellos no la ven.
¡Que vean tu celo por el pueblo y sean avergonzados;
    que sean consumidos por el fuego destinado a tus enemigos!

12 Señor, tú estableces la paz en favor nuestro,
    porque tú eres quien realiza todas nuestras obras.
13 Señor y Dios nuestro,
    otros señores nos han gobernado,
    pero solo a tu nombre damos honra.
14 Ya están muertos y no revivirán;
    ya son sombras y no se levantarán.
Tú los has castigado y destruido;
    has hecho que perezca su memoria.
15 Tú, Señor, has engrandecido a la nación;
    la has engrandecido y te has glorificado;
    has extendido las fronteras de todo el país.

16 Señor, en la angustia te buscaron;
    apenas lograban susurrar una oración[d]
    cuando tú los corregías.
17 Señor, nosotros estuvimos ante ti
    como cuando una mujer embarazada
se retuerce y grita de dolor
    al momento de dar a luz.
18 Concebimos, nos retorcimos,
    pero dimos a luz tan solo viento.
No trajimos salvación a la tierra
    ni nacieron los habitantes del mundo.

19 Pero tus muertos vivirán;
    sus cadáveres volverán a la vida.
¡Despierten y griten de alegría,
    moradores del polvo!
Porque tu rocío es como el rocío de la mañana
    y la tierra devolverá sus muertos.

20 ¡Anda, pueblo mío, entra en tus habitaciones
    y cierra tus puertas tras de ti;
escóndete por un momento,
    hasta que pase la ira!
21 ¡Estén alerta!
El Señor va a salir de su morada
    para castigar la maldad de los habitantes de la tierra.
La tierra pondrá al descubierto la sangre derramada;
    ya no ocultará a sus muertos.

Liberación de Israel

27 En aquel día

el Señor castigará a Leviatán, la serpiente escurridiza,
    a Leviatán, la serpiente tortuosa.
Con su espada violenta, grande y poderosa,
    matará al monstruo marino.
«Canten en aquel día a la viña escogida:
    Yo, el Señor, soy su guardián;
    todo el tiempo riego mi viña.
Día y noche cuido de ella
    para que nadie le haga daño.
    No estoy enojado.
Si me enfrentan zarzas y espinos,
    pelearía contra ellos
    y los quemaría totalmente,
a menos que ella acudiera a mi refugio
    e hiciera las paces conmigo,
    sí, que hiciera las paces conmigo».

Días vendrán en que Jacob echará raíces,
    en que Israel retoñará, florecerá
    y llenará el mundo con sus frutos.

¿Acaso el Señor lo ha golpeado
    como hizo con quien lo golpeaba?
¿Acaso le dio muerte
    como mueren los que matan?
Contendió con él con guerra[e] y destierro;
    lo expulsó con su soplo violento
    al soplar el viento del este.
Así quedará perdonada la iniquidad de Jacob;
    este será el fruto del perdón de su pecado:
reducirá a polvo todas las piedras del altar
    como si moliera piedra caliza
y no dejará en pie ninguna imagen de Aserá
    ni altar de incienso alguno.
10 En ruinas está la ciudad fortificada;
    es un sitio sin habitantes, abandonado como el desierto.
Allí se echa el ternero,
    allí pace y deshoja las ramas.
11 Una vez secas, las ramas se quiebran;
    vienen luego las mujeres y con ellas hacen fuego.
Porque este es un pueblo sin entendimiento;
    por eso su Hacedor no le tiene compasión
    ni de él se apiada quien lo formó.

12 En aquel día el Señor trillará desde las corrientes del Éufrates hasta el torrente de Egipto y ustedes, israelitas, serán recogidos uno por uno. 13 En aquel día sonará una gran trompeta. Los que fueron llevados a Asiria y los que fueron desterrados a Egipto vendrán y adorarán al Señor sobre el monte santo en Jerusalén.

Footnotes

  1. 23:10 cultiva (Qumrán y LXX); atraviesa (TM).
  2. 23:13 Lit. caldeos.
  3. 25:11 la destreza. Palabra de difícil traducción.
  4. 26:16 apenas … oración. Frase de difícil traducción.
  5. 27:8 guerra. Palabra de difícil traducción.

Profecía sobre Tiro

23 Profecía sobre Tiro.(A) Aullad, naves de Tarsis, porque destruida es Tiro hasta no quedar casa, ni a donde entrar; desde la tierra de Quitim les es revelado. Callad, moradores de la costa, mercaderes de Sidón, que pasando el mar te abastecían. Su provisión procedía de las sementeras que crecen con las muchas aguas del Nilo, de la mies del río. Fue también emporio de las naciones. Avergüénzate, Sidón, porque el mar, la fortaleza del mar habló, diciendo: Nunca estuve de parto, ni di a luz, ni crie jóvenes, ni levanté vírgenes. Cuando llegue la noticia a Egipto, tendrán dolor de las nuevas de Tiro. Pasaos a Tarsis; aullad, moradores de la costa. ¿No era esta vuestra ciudad alegre, con muchos días de antigüedad? Sus pies la llevarán a morar lejos. ¿Quién decretó esto sobre Tiro, la que repartía coronas, cuyos negociantes eran príncipes, cuyos mercaderes eran los nobles de la tierra? Jehová de los ejércitos lo decretó, para envilecer la soberbia de toda gloria, y para abatir a todos los ilustres de la tierra. 10 Pasa cual río de tu tierra, oh hija de Tarsis, porque no tendrás ya más poder. 11 Extendió su mano sobre el mar, hizo temblar los reinos; Jehová mandó respecto a Canaán, que sus fortalezas sean destruidas. 12 Y dijo: No te alegrarás más, oh oprimida virgen hija de Sidón. Levántate para pasar a Quitim, y aun allí no tendrás reposo. 13 Mira la tierra de los caldeos. Este pueblo no existía; Asiria la fundó para los moradores del desierto. Levantaron sus fortalezas, edificaron sus palacios; él la convirtió en ruinas. 14 Aullad, naves de Tarsis, porque destruida es vuestra fortaleza. 15 Acontecerá en aquel día, que Tiro será puesta en olvido por setenta años, como días de un rey. Después de los setenta años, cantará Tiro canción como de ramera. 16 Toma arpa, y rodea la ciudad, oh ramera olvidada; haz buena melodía, reitera la canción, para que seas recordada. 17 Y acontecerá que al fin de los setenta años visitará Jehová a Tiro; y volverá a comerciar, y otra vez fornicará con todos los reinos del mundo sobre la faz de la tierra. 18 Pero sus negocios y ganancias serán consagrados a Jehová; no se guardarán ni se atesorarán, porque sus ganancias serán para los que estuvieren delante de Jehová, para que coman hasta saciarse, y vistan espléndidamente.

El juicio de Jehová sobre la tierra

24 He aquí que Jehová vacía la tierra y la desnuda, y trastorna su faz, y hace esparcir a sus moradores. Y sucederá así como al pueblo, también al sacerdote; como al siervo, así a su amo; como a la criada, a su ama; como al que compra, al que vende; como al que presta, al que toma prestado; como al que da a logro, así al que lo recibe. La tierra será enteramente vaciada, y completamente saqueada; porque Jehová ha pronunciado esta palabra.

Se destruyó, cayó la tierra; enfermó, cayó el mundo; enfermaron los altos pueblos de la tierra. Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres. Se perdió el vino, enfermó la vid, gimieron todos los que eran alegres de corazón. Cesó el regocijo de los panderos, se acabó el estruendo de los que se alegran, cesó la alegría del arpa. No beberán vino con cantar; la sidra les será amarga a los que la bebieren. 10 Quebrantada está la ciudad por la vanidad; toda casa se ha cerrado, para que no entre nadie. 11 Hay clamores por falta de vino en las calles; todo gozo se oscureció, se desterró la alegría de la tierra. 12 La ciudad quedó desolada, y con ruina fue derribada la puerta. 13 Porque así será en medio de la tierra, en medio de los pueblos, como olivo sacudido, como rebuscos después de la vendimia.

14 Estos alzarán su voz, cantarán gozosos por la grandeza de Jehová; desde el mar darán voces. 15 Glorificad por esto a Jehová en los valles; en las orillas del mar sea nombrado Jehová Dios de Israel. 16 De lo postrero de la tierra oímos cánticos: Gloria al justo. Y yo dije: ¡Mi desdicha, mi desdicha, ay de mí! Prevaricadores han prevaricado; y han prevaricado con prevaricación de desleales.

17 Terror, foso y red sobre ti, oh morador de la tierra. 18 Y acontecerá que el que huyere de la voz del terror caerá en el foso; y el que saliere de en medio del foso será preso en la red; porque de lo alto se abrirán ventanas, y temblarán los cimientos de la tierra. 19 Será quebrantada del todo la tierra, enteramente desmenuzada será la tierra, en gran manera será la tierra conmovida. 20 Temblará la tierra como un ebrio, y será removida como una choza; y se agravará sobre ella su pecado, y caerá, y nunca más se levantará.

21 Acontecerá en aquel día, que Jehová castigará al ejército de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra. 22 Y serán amontonados como se amontona a los encarcelados en mazmorra, y en prisión quedarán encerrados, y serán castigados después de muchos días. 23 La luna se avergonzará, y el sol se confundirá, cuando Jehová de los ejércitos reine en el monte de Sion y en Jerusalén, y delante de sus ancianos sea glorioso.

Cántico de alabanza por el favor de Jehová

25 Jehová, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas; tus consejos antiguos son verdad y firmeza. Porque convertiste la ciudad en montón, la ciudad fortificada en ruina; el alcázar de los extraños para que no sea ciudad, ni nunca jamás sea reedificado. Por esto te dará gloria el pueblo fuerte, te temerá la ciudad de gentes robustas. Porque fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en su aflicción, refugio contra el turbión, sombra contra el calor; porque el ímpetu de los violentos es como turbión contra el muro. Como el calor en lugar seco, así humillarás el orgullo de los extraños; y como calor debajo de nube harás marchitar el renuevo de los robustos.

Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos, banquete de vinos refinados, de gruesos tuétanos y de vinos purificados. Y destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que envuelve a todas las naciones. Destruirá a la muerte para siempre;(B) y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros;(C) y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho.

Y se dirá en aquel día: He aquí, este es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; este es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación.

10 Porque la mano de Jehová reposará en este monte; pero Moab(D) será hollado en su mismo sitio, como es hollada la paja en el muladar. 11 Y extenderá su mano por en medio de él, como la extiende el nadador para nadar; y abatirá su soberbia y la destreza de sus manos. 12 Y abatirá la fortaleza de tus altos muros; la humillará y la echará a tierra, hasta el polvo.

Cántico de confianza en la protección de Jehová

26 En aquel día cantarán este cántico en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salvación puso Dios por muros y antemuro. Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades. Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos. Porque derribó a los que moraban en lugar sublime; humilló a la ciudad exaltada, la humilló hasta la tierra, la derribó hasta el polvo. La hollará pie, los pies del afligido, los pasos de los menesterosos.

El camino del justo es rectitud; tú, que eres recto, pesas el camino del justo. También en el camino de tus juicios, oh Jehová, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma. Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia. 10 Se mostrará piedad al malvado, y no aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará a la majestad de Jehová. 11 Jehová, tu mano está alzada, pero ellos no ven; verán al fin, y se avergonzarán los que envidian a tu pueblo; y a tus enemigos fuego los consumirá.(E) 12 Jehová, tú nos darás paz, porque también hiciste en nosotros todas nuestras obras. 13 Jehová Dios nuestro, otros señores fuera de ti se han enseñoreado de nosotros; pero en ti solamente nos acordaremos de tu nombre. 14 Muertos son, no vivirán; han fallecido, no resucitarán; porque los castigaste, y destruiste y deshiciste todo su recuerdo. 15 Aumentaste el pueblo, oh Jehová, aumentaste el pueblo; te hiciste glorioso; ensanchaste todos los confines de la tierra.

16 Jehová, en la tribulación te buscaron; derramaron oración cuando los castigaste. 17 Como la mujer encinta cuando se acerca el alumbramiento gime y da gritos en sus dolores, así hemos sido delante de ti, oh Jehová. 18 Concebimos, tuvimos dolores de parto, dimos a luz viento; ninguna liberación hicimos en la tierra, ni cayeron los moradores del mundo. 19 Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos.

20 Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación. 21 Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos.

Liberación y regreso de Israel

27 En aquel día Jehová castigará con su espada dura, grande y fuerte al leviatán(F) serpiente veloz, y al leviatán serpiente tortuosa; y matará al dragón que está en el mar.

En aquel día cantad acerca de la viña del vino rojo. Yo Jehová la guardo, cada momento la regaré; la guardaré de noche y de día, para que nadie la dañe. No hay enojo en mí. ¿Quién pondrá contra mí en batalla espinos y cardos? Yo los hollaré, los quemaré a una. ¿O forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz; sí, haga paz conmigo.

Días vendrán cuando Jacob echará raíces, florecerá y echará renuevos Israel, y la faz del mundo llenará de fruto. ¿Acaso ha sido herido como quien lo hirió, o ha sido muerto como los que lo mataron? Con medida lo castigarás en sus vástagos. Él los remueve con su recio viento en el día del aire solano. De esta manera, pues, será perdonada la iniquidad de Jacob, y este será todo el fruto, la remoción de su pecado; cuando haga todas las piedras del altar como piedras de cal desmenuzadas, y no se levanten los símbolos de Asera ni las imágenes del sol. 10 Porque la ciudad fortificada será desolada, la ciudad habitada será abandonada y dejada como un desierto; allí pastará el becerro, allí tendrá su majada, y acabará sus ramas. 11 Cuando sus ramas se sequen, serán quebradas; mujeres vendrán a encenderlas; porque aquel no es pueblo de entendimiento; por tanto, su Hacedor no tendrá de él misericordia, ni se compadecerá de él el que lo formó.

12 Acontecerá en aquel día, que trillará Jehová desde el río Éufrates hasta el torrente de Egipto, y vosotros, hijos de Israel, seréis reunidos uno a uno. 13 Acontecerá también en aquel día, que se tocará con gran trompeta, y vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra de Asiria, y los que habían sido desterrados a Egipto, y adorarán a Jehová en el monte santo, en Jerusalén.