Ester 7:5-8:12
Reina-Valera 1995
5 El rey Asuero preguntó a la reina Ester:
—¿Quién es, y dónde está, el que ha ensoberbecido su corazón para hacer semejante cosa?
6 Ester dijo:
—¡El enemigo y adversario es este malvado Amán!
Se turbó Amán entonces delante del rey y de la reina.
7 El rey se levantó del banquete, encendido en ira, y se fue al huerto del palacio. Pero Amán se quedó para suplicarle a la reina Ester por su vida, pues vio el mal que se le venía encima de parte del rey. 8 Cuando el rey volvió del huerto del palacio al aposento del banquete, Amán se había dejado caer sobre el lecho en que estaba Ester. Entonces exclamó el rey:
—¿Querrás también violar a la reina en mi propia casa?
Al proferir el rey estas palabras, le cubrieron el rostro a Amán. 9 Y Harbona, uno de los eunucos que servían al rey, dijo:
—En la casa de Amán está la horca de cincuenta codos de altura que hizo Amán para Mardoqueo, quien habló para bien del rey.
Dijo el rey:
—Colgadlo en ella.
10 Así colgaron a Amán en la horca que él había hecho preparar para Mardoqueo. Y se apaciguó la ira del rey.
Decreto de Asuero a favor de los judíos
8 Aquel mismo día, el rey Asuero dio a la reina Ester la casa de Amán, enemigo de los judíos, y Mardoqueo fue presentado al rey, porque ya Ester le había hecho saber lo que él había sido para ella. 2 Se quitó el rey el anillo que había recobrado de Amán y lo dio a Mardoqueo. Y Ester encargó a Mardoqueo la hacienda de Amán.
3 Volvió luego Ester a suplicar al rey, y se echó a sus pies, llorando y rogándole que anulara la maldad de Amán, el agagueo, y el designio que había tramado contra los judíos. 4 Entonces el rey extendió a Ester el cetro de oro, y Ester se levantó, se puso en pie delante del rey 5 y dijo:
—Si place al rey, si he hallado gracia en su presencia, si le parece acertado al rey y soy agradable a sus ojos, que se dé orden escrita para revocar las cartas que autorizan la trama de Amán hijo de Hamedata, el agagueo, dictadas para exterminar a los judíos que están en todas las provincias del rey. 6 Porque ¿cómo podré yo ver el mal cuando caiga sobre mi pueblo? ¿Cómo podré yo ver la destrucción de mi nación?
7 Respondió el rey Asuero a la reina Ester y a Mardoqueo el judío:
—Yo he dado a Ester la casa de Amán, y a él lo han colgado en la horca, por cuanto extendió su mano contra los judíos. 8 Escribid, pues, vosotros a los judíos como bien os parezca, en nombre del rey, y selladlo con el anillo del rey; porque un edicto que se escribe en nombre del rey y se sella con el anillo del rey, no puede ser revocado.
9 Entonces fueron llamados los escribanos del rey en el mes tercero, que es Siván, a los veintitrés días de ese mes; y se escribió conforme a todo lo que mandó Mardoqueo, a los judíos, a los sátrapas, a los capitanes y a los príncipes de las provincias, desde la India hasta Etiopía, a las ciento veintisiete provincias; a cada provincia según su escritura, y a cada pueblo conforme a su lengua, y también a los judíos según su escritura y su lengua. 10 Y escribió en nombre del rey Asuero, lo selló con el anillo del rey, y envió cartas por medio de correos montados en caballos veloces procedentes de las caballerizas reales. 11 En ellas el rey daba facultad a los judíos que estaban en todas las ciudades para que se reunieran a defender sus vidas, prontos a destruir, matar y aniquilar a toda fuerza armada de pueblo o provincia que viniera contra ellos, sus niños y mujeres, y a apoderarse de sus bienes; 12 y esto en un mismo día en todas las provincias del rey Asuero, el día trece del mes duodécimo, que es el mes de Adar.
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