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En el mes primero, que es el mes de Nisán, en el año duodécimo del rey Asuero, fue echada Pur, esto es, la suerte, delante de Amán, suerte para cada día y cada mes del año. Salió el mes duodécimo, que es el mes de Adar. Y dijo Amán al rey Asuero:

—Hay un pueblo esparcido y distribuido entre los pueblos de todas las provincias de tu reino, sus leyes son diferentes de las de todo pueblo, y no guardan las leyes del rey. Al rey nada le beneficia el dejarlos vivir. Si place al rey, decrete que sean exterminados; y yo entregaré diez mil talentos de plata a los que manejan la hacienda, para que sean ingresados a los tesoros del rey.

10 Entonces el rey se quitó el anillo de su mano, y lo dio a Amán hijo de Hamedata, el agagueo, enemigo de los judíos, 11 y le dijo:

—La plata que ofreces sea para ti, y asimismo el pueblo, para que hagas de él lo que bien te parezca.

12 Entonces fueron llamados los escribanos del rey en el mes primero, al día trece del mismo, para que escribieran, conforme a todo lo que mandó Amán, a los sátrapas del rey, a los capitanes que estaban sobre cada provincia y a los príncipes de cada pueblo, a cada provincia según su escritura, y a cada pueblo según su lengua. En nombre del rey Asuero fue escrito, y sellado con el anillo del rey. 13 Y se enviaron las cartas por medio de correos a todas las provincias del rey, con la orden de destruir, matar y aniquilar a todos los judíos, jóvenes y ancianos, niños y mujeres, y de apoderarse de sus bienes, en un mismo día, en el día trece del mes duodécimo, que es el mes de Adar.

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