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Porque mis enemigos nunca dicen la verdad.
    Todo lo que quieren es destruir a los demás.
Su boca es un sepulcro abierto;
    usan la lengua para engañar.
10 ¡Dios mío, castígalos!
    Haz que caigan en sus propias trampas.
Dios mío, haz que caigan por sus crímenes incontables,
    porque se han rebelado contra ti.

11 Pero que siempre se alegren todos los que buscan tu protección,
    que canten gozosos porque tú los protegerás.
    ¡Que festejen los que te aman!

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