10 ¡Condénalos, oh Dios!
    ¡Que caigan por sus propias intrigas!
¡Recházalos por la multitud de sus crímenes,
    porque se han rebelado contra ti!
11 Pero que se alegren todos los que en ti buscan refugio;
    ¡que canten siempre jubilosos!
Extiéndeles tu protección y que en ti se regocijen
    todos los que aman tu nombre.

12 Porque tú, Señor, bendices al justo;
    cual escudo lo rodeas con tu buena voluntad.

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