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Me odia, me trata mal,
a pesar de que lo amo
y lo trato bien.

Dios mío,
¡págale con la misma moneda!
¡Haz que lo acuse
su propio abogado!
¡Haz que lo declare culpable
el juez que le dicte sentencia!
¡Haz que lo condenen
sus propias mentiras!

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