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28 Pero ellos prefirieron
adorar al dios Baal
de la ciudad de Pegor,
y comieron de las ofrendas
que se hacen a dioses muertos.
29 Con esas malas acciones
hicieron enojar a Dios,
y él les mandó un terrible castigo.
30 Pero un hombre llamado Finees
intervino en favor de ellos
y logró que Dios no los castigara.

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