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Él es nuestro Dios,
    y nosotros somos el pueblo de su prado,
    el rebaño que él cuida.

Si oyen hoy su voz, escuchen:
    «No sean tercos como lo fueron
    en Meribá y en Masá,[a] en el desierto,
cuando sus antepasados me pusieron a prueba.
    Lo hicieron, aunque habían visto mis obras.
10 Estuve disgustado con esa generación por 40 años.
    De ellos dije: “Son un pueblo que no es leal.
    No tiene en cuenta los caminos que trazo con mis enseñanzas”.
11 Así que me enojé con ellos
    y juré que nunca entrarían al lugar de mi reposo».

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Footnotes

  1. 95:8 Meribá, Masá Ver Éx 17:1-7.

Porque él es nuestro Dios;

Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano.

Si oyereis hoy su voz,

No endurezcáis vuestro corazón,(A) como en Meriba,

Como en el día de Masah en el desierto,

Donde me tentaron vuestros padres,

Me probaron,(B) y vieron mis obras.

10 Cuarenta años estuve disgustado con la nación,

Y dije: Pueblo es que divaga de corazón,

Y no han conocido mis caminos.

11 Por tanto, juré en mi furor

Que no entrarían en mi reposo.(C)(D)

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