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EL ESPOSO:

He entrado en mi huerto(A), hermana mía, esposa mía(B);
he recogido mi mirra(C) con mi bálsamo.
He comido mi panal y[a] mi miel;
he bebido mi vino y[b] mi leche(D).
Comed(E), amigos(F);
bebed y embriagaos, oh amados.

El tormento de la separación

LA ESPOSA:

Yo dormía, pero mi corazón velaba,
¡Una voz! ¡Mi amado toca a la puerta!
«Abreme, hermana mía(G), amada[c] mía,
paloma mía, perfecta mía(H),
pues mi cabeza está empapada[d] de rocío,
mis cabellos(I) empapados de la humedad[e] de la noche».
Me he quitado la ropa,
¿cómo he de vestirme de nuevo(J)?
He lavado mis pies(K),
¿cómo los volveré a ensuciar?
Mi amado metió su mano por la abertura de la puerta,
y se estremecieron por él[f] mis entrañas(L).
Yo me levanté para abrir a mi amado;
y mis manos destilaron mirra(M),
y mis dedos mirra líquida[g],
sobre los pestillos de la cerradura.
Abrí yo a mi amado,
pero mi amado se había retirado, se había ido(N).
Tras[h] su hablar salió mi alma(O).
Lo busqué, y no lo hallé(P);
lo llamé, y no me respondió(Q).
Me hallaron los guardas que rondan la ciudad(R),
me golpearon y me hirieron;
me quitaron de encima mi chal los guardas de las murallas.
Yo os conjuro, oh hijas de Jerusalén(S),
si encontráis a mi amado,
¿qué le habéis de decir?
Que estoy enferma de amor(T).

EL CORO:

¿Qué clase de amado es tu amado[i],
oh la más hermosa de las mujeres(U)?
¿Qué clase de amado es tu amado[j],
que así nos conjuras?

LA ESPOSA:

10 Mi amado es resplandeciente y sonrosado[k](V),
distinguido[l](W) entre diez mil.
11 Su cabeza es como oro, oro puro,
sus cabellos(X), como racimos de dátiles[m],
negros como el cuervo.
12 Sus ojos son como palomas(Y)
junto a corrientes de agua,
bañados en leche,
colocados en[n] su engaste(Z).
13 Sus mejillas, como eras[o] de bálsamo,
como riberas de hierbas(AA) aromáticas;
sus labios son lirios(AB)
que destilan mirra líquida(AC).
14 Sus manos, barras de oro
engastadas de berilo(AD);
su vientre, marfil tallado
recubierto de zafiros[p](AE).
15 Sus piernas, columnas de alabastro
asentadas sobre basas de oro puro;
su aspecto, como el Líbano(AF),
gallardo[q] como los cedros(AG).
16 Su paladar(AH), dulcísimo,
y todo él, deseable(AI).
Este es mi amado y este es mi amigo,
hijas de Jerusalén.

Mutuo encanto de los esposos

EL CORO:

¿Adónde se ha ido tu amado(AJ),
oh la más hermosa de las mujeres(AK)?
¿Adónde se ha dirigido tu amado,
para que lo busquemos contigo?

LA ESPOSA:

Mi amado ha descendido a su huerto(AL),
a las eras de bálsamo,
a apacentar su rebaño(AM) en los huertos
y recoger lirios(AN).
Yo soy de mi amado y mi amado es mío,
él apacienta entre los lirios(AO).

EL ESPOSO:

Eres hermosa(AP) como Tirsa(AQ), amada[r] mía,
encantadora(AR) como Jerusalén(AS),
imponente como ejército con estandartes[s](AT).
Aparta de mí tus ojos,
porque ellos me han confundido;
tu cabellera es como rebaño de cabras
que descienden de Galaad(AU).
Tus dientes son como rebaño de ovejas
que suben del lavadero,
todas tienen mellizas,
y ninguna de ellas ha perdido su cría[t](AV).
Tus mejillas[u] son como mitades de granada
detrás de tu velo(AW).
Sesenta son las reinas y ochenta las concubinas(AX),
y las doncellas[v](AY), sin número;
pero sin igual[w] es mi paloma, mi perfecta(AZ),
es la hija única de su madre,
la preferida de la que la dio a luz.
Las doncellas[x] la vieron y la llamaron bienaventurada(BA),
también las reinas y las concubinas(BB), y la alabaron, diciendo:

10 «¿Quién es esta que se asoma como el alba,
hermosa como la luna(BC) llena,
refulgente como el sol(BD),
imponente como escuadrones abanderados(BE)?».
11 Descendí al huerto de los nogales
para ver el verdor[y] del valle,
para ver si la vid había retoñado,
si los granados(BF) habían florecido.
12 Sin que me diera cuenta, mi alma me colocó
sobre los carros de mi noble pueblo[z].

EL CORO:

13 [aa]Regresa, regresa, oh Sulamita;
regresa, regresa, para que te contemplemos.

EL ESPOSO:

¿Por qué habéis de contemplar(BG) a la Sulamita,
como en la danza(BH) de los dos coros[ab]?

[ac]¡Cuán hermosos son tus pies[ad] en las sandalias,
oh hija de príncipe[ae](BI)!
Las curvas de tus caderas son como joyas[af],
obra de manos de artífice.
Tu ombligo, como una taza redonda
que nunca le falta vino mezclado;
tu vientre como montón de trigo
cercado de lirios.
Tus dos pechos, como dos crías
mellizas de gacela(BJ).
Tu cuello, como torre(BK) de marfil,
tus ojos, como los estanques en Hesbón(BL)
junto a la puerta de Bat-rabim;
tu nariz, como la torre del Líbano
que mira hacia Damasco.
Tu cabeza te corona[ag] como el Carmelo(BM),
y la cabellera suelta de tu cabeza es como hilos de púrpura;
el rey está preso en tus trenzas.
¡Qué hermosa y qué encantadora eres,
amor mío(BN), con[ah] todos tus encantos!
Tu estatura[ai] es semejante a la palmera,
y tus pechos, a sus racimos.
Yo dije: «Subiré a la palmera,
asiré sus frutos[aj]».
¡Sean tus pechos como racimos de la vid,
el perfume de tu aliento[ak] como manzanas[al](BO),
y tu paladar(BP) como el mejor vino!

LA ESPOSA:

Entra[am] suavemente el vino(BQ) en mi amado,
como fluye por los labios de los que se duermen[an].

10 Yo soy de mi amado(BR),
y su deseo tiende hacia mí(BS).
11 Ven, amado mío, salgamos al campo,
pasemos la noche en las aldeas.
12 Levantémonos temprano y vayamos a las viñas;
veamos si la vid ha brotado(BT),
si se han abierto sus flores,
y si han florecido los granados.
Allí te entregaré mi amor.
13 Las mandrágoras(BU) han exhalado su fragancia,
y a nuestras puertas hay toda clase de frutas escogidas(BV),
tanto nuevas como añejas,
que he guardado, amado mío, para ti.

¡Ah, si tú fueras como mi hermano,
amamantado a los pechos de mi madre!
Si te encontrara afuera, te besaría,
y no me despreciarían.
Te llevaría y te introduciría
en la casa de mi madre(BW), que me enseñaba[ao];
te daría a beber vino sazonado del zumo[ap] de mis granadas.
Esté su izquierda bajo mi cabeza
y su derecha me abrace(BX).

EL ESPOSO:

Quiero que juréis, oh hijas de Jerusalén:
que no despertaréis ni levantaréis[aq] a mi amor,
hasta que quiera(BY).

EL CORO:

¿Quién es esta que sube del desierto(BZ),
recostada sobre su amado?

EL ESPOSO:

Debajo del manzano[ar](CA) te[as] desperté;
allí tu madre tuvo dolores de parto por ti,
allí tuvo dolores de parto, y te dio a luz.

LA ESPOSA:

Ponme como sello sobre tu corazón,
como sello(CB) sobre tu brazo,
porque fuerte como la muerte es el amor,
inexorables[at] como el Seol[au], los celos(CC);
sus destellos, destellos de fuego,
la llama misma del Señor[av].
Las muchas aguas no pueden extinguir el amor,
ni los ríos lo anegarán;
si el hombre diera todos los bienes de su casa por amor,
de cierto lo menospreciarían(CD).

EL CORO:

Tenemos una hermana pequeña,
y todavía no tiene pechos(CE);
¿qué haremos por nuestra hermana
el día en que sea pedida[aw]?
Si ella es una muralla,
edificaremos sobre ella un baluarte de plata;
pero si es una puerta,
la reforzaremos con tablas de cedro(CF).

LA ESPOSA:

10 Yo soy una muralla, y mis pechos(CG) como torres,
entonces fui a sus ojos como quien halla la paz.
11 Salomón tenía una viña(CH) en Baal-hamón,
confió la viña(CI) a los guardas(CJ);
cada uno debía traer por su fruto mil(CK) siclos[ax] de plata(CL).
12 Mi viña, que es mía, está a mi disposición[ay];
los mil siclos son para ti, Salomón,
y doscientos, para los que guardan su fruto.

EL ESPOSO:

13 Oh tú, que moras en los huertos,
mis compañeros(CM) están atentos a tu voz;
déjame que la oiga(CN).

LA ESPOSA:

14 Apresúrate[az], amado mío,
y sé como una gacela o un cervatillo[ba](CO)
sobre los montes de los aromas[bb](CP).

Footnotes

  1. Cantares 5:1 Lit., con
  2. Cantares 5:1 Lit., con
  3. Cantares 5:2 Lit., compañera
  4. Cantares 5:2 Lit., llena
  5. Cantares 5:2 Lit., las gotas
  6. Cantares 5:4 Muchos mss. dicen: y en mí
  7. Cantares 5:5 Lit., que pasa
  8. Cantares 5:6 Lit., Con
  9. Cantares 5:9 O, ¿Qué es tu amado más que otro amado
  10. Cantares 5:9 O, ¿Qué es tu amado más que otro amado
  11. Cantares 5:10 O, rojizo
  12. Cantares 5:10 Lit., estandarte alzado
  13. Cantares 5:11 O, de palmera
  14. Cantares 5:12 Lit., sentados sobre
  15. Cantares 5:13 Lit., era
  16. Cantares 5:14 O, lapislázuli
  17. Cantares 5:15 Lit., escogido
  18. Cantares 6:4 Lit., compañera
  19. Cantares 6:4 Lit., como abanderados
  20. Cantares 6:6 O, ha abortado
  21. Cantares 6:7 Lit., sienes
  22. Cantares 6:8 O, vírgenes
  23. Cantares 6:9 Lit., una
  24. Cantares 6:9 Lit., hijas
  25. Cantares 6:11 Lit., los retoños
  26. Cantares 6:12 O, los carros de Aminadab
  27. Cantares 6:13 En el texto heb., cap. 7:1
  28. Cantares 7:1 O, las dos compañías; heb., Mahanayim
  29. Cantares 7:1 En el texto heb., cap. 7:2
  30. Cantares 7:1 Lit., pasos
  31. Cantares 7:1 O, noble
  32. Cantares 7:1 O, adornos
  33. Cantares 7:5 Lit., sobre ti
  34. Cantares 7:6 O, entre
  35. Cantares 7:7 Lit., Esta estatura tuya
  36. Cantares 7:8 O, ramas
  37. Cantares 7:8 Lit., nariz
  38. Cantares 7:8 O, albaricoques
  39. Cantares 7:10 Lit., Va
  40. Cantares 7:10 Algunas versiones antiguas dicen: labios y dientes
  41. Cantares 8:2 O, tú me enseñarías
  42. Cantares 8:2 O, mosto
  43. Cantares 8:4 O, ¿Por qué levantaréis
  44. Cantares 8:6 O, albaricoque
  45. Cantares 8:6 Los pronombres en el resto de este vers. son masculinos en el T. M., pero deben ser considerados femeninos como en la versión siriaca.
  46. Cantares 8:6 O, tan inflexible
  47. Cantares 8:6 I.e., región de los muertos
  48. Cantares 8:6 Otra posible lectura es: una llama intensa
  49. Cantares 8:8 Lit., se hable de ella
  50. Cantares 8:11 Un siclo equivale aprox. a 11.4 gramos de plata
  51. Cantares 8:12 Lit., delante de mí
  52. Cantares 8:14 Lit., Huye
  53. Cantares 8:14 Lit., cervatillo de los ciervos
  54. Cantares 8:14 O, bálsamos

Yo vine a mi huerto, oh hermana, esposa mía;

He recogido mi mirra y mis aromas;

He comido mi panal y mi miel,

Mi vino y mi leche he bebido.

Comed, amigos; bebed en abundancia, oh amados.

El tormento de la separación

Yo dormía, pero mi corazón velaba.

Es la voz de mi amado que llama:

Ábreme, hermana mía, amiga mía, paloma mía, perfecta mía,

Porque mi cabeza está llena de rocío,

Mis cabellos de las gotas de la noche.

Me he desnudado de mi ropa; ¿cómo me he de vestir?

He lavado mis pies; ¿cómo los he de ensuciar?

Mi amado metió su mano por la ventanilla,

Y mi corazón se conmovió dentro de mí.

Yo me levanté para abrir a mi amado,

Y mis manos gotearon mirra,

Y mis dedos mirra, que corría

Sobre la manecilla del cerrojo.

Abrí yo a mi amado;

Pero mi amado se había ido, había ya pasado;

Y tras su hablar salió mi alma.

Lo busqué, y no lo hallé;

Lo llamé, y no me respondió.

Me hallaron los guardas que rondan la ciudad;

Me golpearon, me hirieron;

Me quitaron mi manto de encima los guardas de los muros.

Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, si halláis a mi amado,

Que le hagáis saber que estoy enferma de amor.

La esposa alaba al esposo

¿Qué es tu amado más que otro amado,

Oh la más hermosa de todas las mujeres?

¿Qué es tu amado más que otro amado,

Que así nos conjuras?

10 Mi amado es blanco y rubio,

Señalado entre diez mil.

11 Su cabeza como oro finísimo;

Sus cabellos crespos, negros como el cuervo.

12 Sus ojos, como palomas junto a los arroyos de las aguas,

Que se lavan con leche, y a la perfección colocados.

13 Sus mejillas, como una era de especias aromáticas, como fragantes flores;

Sus labios, como lirios que destilan mirra fragante.

14 Sus manos, como anillos de oro engastados de jacintos;

Su cuerpo, como claro marfil cubierto de zafiros.

15 Sus piernas, como columnas de mármol fundadas sobre basas de oro fino;

Su aspecto como el Líbano, escogido como los cedros.

16 Su paladar, dulcísimo, y todo él codiciable.

Tal es mi amado, tal es mi amigo,

Oh doncellas de Jerusalén.

Mutuo encanto del esposo y de la esposa

¿A dónde se ha ido tu amado, oh la más hermosa de todas las mujeres?

¿A dónde se apartó tu amado,

Y lo buscaremos contigo?

Mi amado descendió a su huerto, a las eras de las especias,

Para apacentar en los huertos, y para recoger los lirios.

Yo soy de mi amado, y mi amado es mío;

Él apacienta entre los lirios.

Hermosa eres tú, oh amiga mía, como Tirsa;

De desear, como Jerusalén;

Imponente como ejércitos en orden.

Aparta tus ojos de delante de mí,

Porque ellos me vencieron.

Tu cabello es como manada de cabras

Que se recuestan en las laderas de Galaad.

Tus dientes, como manadas de ovejas que suben del lavadero,

Todas con crías gemelas,

Y estéril no hay entre ellas.

Como cachos de granada son tus mejillas

Detrás de tu velo.

Sesenta son las reinas, y ochenta las concubinas,

Y las doncellas sin número;

Mas una es la paloma mía, la perfecta mía;

Es la única de su madre,

La escogida de la que la dio a luz.

La vieron las doncellas, y la llamaron bienaventurada;

Las reinas y las concubinas, y la alabaron.

10 ¿Quién es esta que se muestra como el alba,

Hermosa como la luna,

Esclarecida como el sol,

Imponente como ejércitos en orden?

11 Al huerto de los nogales descendí

A ver los frutos del valle,

Y para ver si brotaban las vides,

Si florecían los granados.

12 Antes que lo supiera, mi alma me puso

Entre los carros de Aminadab.

13 Vuélvete, vuélvete, oh sulamita;

Vuélvete, vuélvete, y te miraremos.

¿Qué veréis en la sulamita?

Algo como la reunión de dos campamentos.

¡Cuán hermosos son tus pies en las sandalias,

Oh hija de príncipe!

Los contornos de tus muslos son como joyas,

Obra de mano de excelente maestro.

Tu ombligo como una taza redonda

Que no le falta bebida.

Tu vientre como montón de trigo

Cercado de lirios.

Tus dos pechos, como gemelos de gacela.

Tu cuello, como torre de marfil;

Tus ojos, como los estanques de Hesbón junto a la puerta de Bat-rabim;

Tu nariz, como la torre del Líbano,

Que mira hacia Damasco.

Tu cabeza encima de ti, como el Carmelo;

Y el cabello de tu cabeza, como la púrpura del rey

Suspendida en los corredores.

¡Qué hermosa eres, y cuán suave,

Oh amor deleitoso!

Tu estatura es semejante a la palmera,

Y tus pechos a los racimos.

Yo dije: Subiré a la palmera,

Asiré sus ramas.

Deja que tus pechos sean como racimos de vid,

Y el olor de tu boca como de manzanas,

Y tu paladar como el buen vino,

Que se entra a mi amado suavemente,

Y hace hablar los labios de los viejos.

10 Yo soy de mi amado,

Y conmigo tiene su contentamiento.

11 Ven, oh amado mío, salgamos al campo,

Moremos en las aldeas.

12 Levantémonos de mañana a las viñas;

Veamos si brotan las vides, si están en cierne,

Si han florecido los granados;

Allí te daré mis amores.

13 Las mandrágoras han dado olor,

Y a nuestras puertas hay toda suerte de dulces frutas,

Nuevas y añejas, que para ti, oh amado mío, he guardado.

¡Oh, si tú fueras como un hermano mío

Que mamó los pechos de mi madre!

Entonces, hallándote fuera, te besaría,

Y no me menospreciarían.

Yo te llevaría, te metería en casa de mi madre;

Tú me enseñarías,

Y yo te haría beber vino

Adobado del mosto de mis granadas.

Su izquierda esté debajo de mi cabeza,

Y su derecha me abrace.

Os conjuro, oh doncellas de Jerusalén,

Que no despertéis ni hagáis velar al amor,

Hasta que quiera.

El poder del amor

¿Quién es esta que sube del desierto,

Recostada sobre su amado?

Debajo de un manzano te desperté;

Allí tuvo tu madre dolores,

Allí tuvo dolores la que te dio a luz.

Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo;

Porque fuerte es como la muerte el amor;

Duros como el Seol los celos;

Sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama.

Las muchas aguas no podrán apagar el amor,

Ni lo ahogarán los ríos.

Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor,

De cierto lo menospreciarían.

Tenemos una pequeña hermana,

Que no tiene pechos;

¿Qué haremos a nuestra hermana

Cuando de ella se hablare?

Si ella es muro,

Edificaremos sobre él un palacio de plata;

Si fuere puerta,

La guarneceremos con tablas de cedro.

10 Yo soy muro, y mis pechos como torres,

Desde que fui en sus ojos como la que halla paz.

11 Salomón tuvo una viña en Baal-hamón,

La cual entregó a guardas,

Cada uno de los cuales debía traer mil monedas de plata por su fruto.

12 Mi viña, que es mía, está delante de mí;

Las mil serán tuyas, oh Salomón,

Y doscientas para los que guardan su fruto.

13 Oh, tú que habitas en los huertos,

Los compañeros escuchan tu voz;

Házmela oír.

14 Apresúrate, amado mío,

Y sé semejante al corzo, o al cervatillo,

Sobre las montañas de los aromas.