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Sámec

113 Aborrezco a los hombres hipócritas;

Mas amo tu ley.

114 Mi escondedero y mi escudo eres tú;

En tu palabra he esperado.

115 Apartaos de mí, malignos,

Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.

116 Susténtame conforme a tu palabra, y viviré;

Y no quede yo avergonzado de mi esperanza.

117 Sosténme, y seré salvo,

Y me regocijaré siempre en tus estatutos.

118 Hollaste a todos los que se desvían de tus estatutos,

Porque su astucia es falsedad.

119 Como escorias hiciste consumir a todos los impíos de la tierra;

Por tanto, yo he amado tus testimonios.

120 Mi carne se ha estremecido por temor de ti,

Y de tus juicios tengo miedo.

Ayin

121 Juicio y justicia he hecho;

No me abandones a mis opresores.

122 Afianza a tu siervo para bien;

No permitas que los soberbios me opriman.

123 Mis ojos desfallecieron por tu salvación,

Y por la palabra de tu justicia.

124 Haz con tu siervo según tu misericordia,

Y enséñame tus estatutos.

125 Tu siervo soy yo, dame entendimiento

Para conocer tus testimonios.

126 Tiempo es de actuar, oh Jehová,

Porque han invalidado tu ley.

127 Por eso he amado tus mandamientos

Más que el oro, y más que oro muy puro.

128 Por eso estimé rectos todos tus mandamientos sobre todas las cosas,

Y aborrecí todo camino de mentira.

Pe

129 Maravillosos son tus testimonios;

Por tanto, los ha guardado mi alma.

130 La exposición de tus palabras alumbra;

Hace entender a los simples.

131 Mi boca abrí y suspiré,

Porque deseaba tus mandamientos.

132 Mírame, y ten misericordia de mí,

Como acostumbras con los que aman tu nombre.

133 Ordena mis pasos con tu palabra,

Y ninguna iniquidad se enseñoree de mí.

134 Líbrame de la violencia de los hombres,

Y guardaré tus mandamientos.

135 Haz que tu rostro resplandezca sobre tu siervo,

Y enséñame tus estatutos.

136 Ríos de agua descendieron de mis ojos,

Porque no guardaban tu ley.

Tsade

137 Justo eres tú, oh Jehová,

Y rectos tus juicios.

138 Tus testimonios, que has recomendado,

Son rectos y muy fieles.

139 Mi celo me ha consumido,

Porque mis enemigos se olvidaron de tus palabras.

140 Sumamente pura es tu palabra,

Y la ama tu siervo.

141 Pequeño soy yo, y desechado,

Mas no me he olvidado de tus mandamientos.

142 Tu justicia es justicia eterna,

Y tu ley la verdad.

143 Aflicción y angustia se han apoderado de mí,

Mas tus mandamientos fueron mi delicia.

144 Justicia eterna son tus testimonios;

Dame entendimiento, y viviré.

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Sámej

113 Aborrezco a los hipócritas,
    pero amo tu Ley.
114 Tú eres mi escondite y mi escudo;
    en tu palabra he puesto mi esperanza.
115 ¡Malhechores, apártense de mí,
    que quiero cumplir los mandamientos de mi Dios!
116 Sostenme conforme a tu promesa y viviré;
    no defraudes mis esperanzas.
117 Defiéndeme y estaré a salvo;
    siempre optaré por tus estatutos.
118 Tú rechazas a los que se desvían de tus estatutos,
    porque solo maquinan falsedades.
119 Tú desechas como escoria a los malvados de la tierra;
    por eso amo tus mandatos.
120 Mi cuerpo se estremece por el temor que me inspiras;
    siento reverencia por tus leyes.

Ayin

121 Yo practico la justicia y el derecho;
    no me dejes en manos de mis opresores.
122 Garantiza el bienestar de tu siervo;
    que no me opriman los insolentes.
123 Mis ojos se consumen esperando tu salvación,
    esperando que se cumpla tu promesa de justicia.
124 Trata a tu siervo conforme a tu gran amor;
    enséñame tus estatutos.
125 Tu siervo soy: dame entendimiento
    y llegaré a conocer tus mandatos.
126 Señor, ya es tiempo de que actúes,
    pues tu Ley está siendo quebrantada.
127 Por eso yo amo tus mandamientos
    más que el oro, sí, más que el oro puro.
128 Por eso considero rectos todos tus preceptos[a]
    y aborrezco toda senda falsa.

Pe

129 Tus mandatos son maravillosos;
    por eso los obedezco.
130 La exposición de tus palabras nos da luz
    y da entendimiento al sencillo.
131 Jadeante abro la boca
    porque ansío tus mandamientos.
132 Vuélvete a mí y ten piedad de mí,
    como haces siempre con los que aman tu nombre.
133 Guía mis pasos conforme a tu promesa;
    no permitas que ninguna iniquidad me domine.
134 Líbrame de la opresión humana,
    y obedeceré tus preceptos.
135 Haz brillar tu rostro sobre tu siervo;
    enséñame tus estatutos.
136 Ríos de lágrimas brotan de mis ojos,
    porque tu Ley no se obedece.

Tsade

137 Señor, tú eres justo
    y tus leyes son justas.
138 Justos son los mandatos que has ordenado
    y muy dignos de confianza.
139 Mi celo me consume,
    porque mis adversarios pasan por alto tus palabras.
140 Tus promesas han superado muchas pruebas,
    por eso tu siervo las ama.
141 Soy insignificante y despreciado,
    pero no me olvido de tus preceptos.
142 Tu justicia es justicia eterna
    y tu Ley es la verdad.
143 Angustia y aflicción han caído sobre mí,
    pero tus mandamientos son mi regocijo.
144 Tus mandatos son siempre justos;
    dame entendimiento para poder vivir.

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Footnotes

  1. 119:128 Por eso … tus preceptos (véanse LXX y Vulgata); Por eso todos los estatutos de todo lo que considero recto (TM).