Prólogo: Propósito y tema

Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel:

para adquirir sabiduría y disciplina;
    para discernir palabras de inteligencia;
para recibir la corrección que dan la prudencia,
    la rectitud, la justicia y la equidad;
para infundir prudencia en los inexpertos,
    conocimiento y discreción en los jóvenes.
Escuche esto el sabio y aumente su saber;
    reciba dirección el entendido,
para discernir el proverbio y la parábola,
    los dichos de los sabios y sus enigmas.

El temor del Señor es el principio del conocimiento;
    los necios desprecian la sabiduría y la disciplina.

Exhortaciones a buscar la sabiduría

Advertencia contra el engaño

Hijo mío, escucha las correcciones de tu padre
    y no abandones las enseñanzas de tu madre.
Adornarán tu cabeza como una hermosa diadema;
    adornarán tu cuello como un collar.

10 Hijo mío, si los pecadores quieren engañarte,
    no vayas con ellos.
11 Estos te dirán:
    «¡Ven con nosotros!
Acechemos a algún inocente
    y démonos el gusto de matar a algún incauto;
12 traguémonos a alguien vivo,
    como se traga la muerte[a] a la gente;
devorémoslo entero,
    como devora la tumba a los muertos.
13 Obtendremos toda clase de riquezas;
    con el botín llenaremos nuestras casas.
14 Echa tu suerte con nosotros
    y compartiremos contigo lo que obtengamos».
15 ¡Pero no te dejes llevar por ellos,[b] hijo mío!
    ¡Apártate de sus senderos!
16 Pues corren presurosos a hacer lo malo;
    ¡tienen prisa por derramar sangre!
17 De nada sirve tender la red
    a la vista de todos los pájaros,
18 pero aquellos acechan su propia vida[c]
    y acabarán por destruirse a sí mismos.
19 Así terminan los que van tras ganancias mal habidas;
    por estas perderán la vida.

Advertencia contra el rechazo a la sabiduría

20 Clama la sabiduría en las calles;
    en los lugares públicos levanta su voz.
21 Clama en las esquinas de calles transitadas;
    a la entrada de la ciudad razona:

22 «¿Hasta cuándo, muchachos inexpertos,
    seguirán aferrados a su inexperiencia?
¿Hasta cuándo, ustedes los insolentes,
    se complacerán en su insolencia?
¿Hasta cuándo, ustedes los necios,
    aborrecerán el conocimiento?
23 ¡Respondan a mis reprensiones!
    Yo les compartiré mis pensamientos[d]
    y les daré a conocer mis enseñanzas.
24 Como ustedes no me escucharon cuando los llamé
    ni me hicieron caso cuando les tendí la mano,
25 sino que rechazaron todos mis consejos
    y no acataron mis reprensiones,
26 ahora yo voy a reírme de ustedes
    cuando caigan en desgracia.
Yo seré quien se ría de ustedes
    cuando les sobrevenga el miedo,
27 cuando el miedo les sobrevenga como una tormenta
    y la desgracia los arrastre como un torbellino.

28 »Entonces me llamarán, pero no les responderé;
    me buscarán, pero no me encontrarán.
29 Por cuanto aborrecieron el conocimiento
    y no quisieron temer al Señor;
30 por cuanto no siguieron mis consejos,
    sino que rechazaron mis reprensiones,
31 cosecharán el fruto de su conducta,
    se hartarán con sus propias intrigas;
32 su desobediencia e inexperiencia los destruirán,
    su complacencia y necedad los aniquilarán.
33 Pero el que me obedezca vivirá tranquilo,
    sosegado y sin temor del mal».

Ventajas de la sabiduría

Hijo mío, si haces tuyas mis palabras
    y atesoras mis mandamientos;
si tu oído inclinas hacia la sabiduría
    y de corazón te entregas a la inteligencia;
si la llamas y pides entendimiento;
si la buscas como a la plata,
    como a un tesoro escondido,
entonces comprenderás el temor del Señor
    y hallarás el conocimiento de Dios.
Porque el Señor da la sabiduría;
    conocimiento e inteligencia brotan de sus labios.
Él reserva el éxito para los íntegros
    y es escudo a los de conducta intachable.
Él cuida el sendero de los justos
    y protege el camino de sus fieles.

Entonces comprenderás la justicia y el derecho,
    la equidad y todo buen camino;
10 la sabiduría vendrá a tu corazón
    y el conocimiento te endulzará la vida.
11 La discreción te cuidará;
    la inteligencia te protegerá.

12 La sabiduría te librará del camino de los malvados,
    de los que dicen palabras perversas,
13 de los que se apartan del camino recto
    para andar por sendas tenebrosas,
14 de los que se complacen en hacer lo malo
    y festejan la perversidad,
15 de los que andan por caminos torcidos
    y por sendas extraviadas;

16 te librará de la mujer ajena,
    de la extraña de palabras seductoras
17 que, olvidándose de su pacto con Dios,
    abandona al compañero de su juventud.
18 Ciertamente su casa conduce a la muerte;
    sus sendas van hacia los muertos.
19 El que se enreda con ella no vuelve jamás
    ni alcanza los senderos de la vida.

20 Así andarás por el camino de los buenos
    y seguirás la senda de los justos.
21 Pues los íntegros habitarán en la tierra
    y los rectos permanecerán en ella.
22 Pero los malvados serán desarraigados
    y los infieles expulsados de la tierra.

Otras ventajas de la sabiduría

Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas;
    más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos.
Porque prolongarán tu vida muchos años
    y te traerán paz.

Que nunca te abandonen el amor y la verdad:
    llévalos siempre alrededor de tu cuello
    y escríbelos en la tabla de tu corazón.
Contarás con el favor de Dios
    y tendrás buen nombre[e] entre la gente.

Confía en el Señor de todo corazón
    y no te apoyes en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos
    y él enderezará tus sendas.

No seas sabio en tu propia opinión;
    más bien, teme al Señor y huye del mal.
Esto infundirá salud a tu cuerpo
    y fortalecerá tus huesos.

Honra al Señor con tus riquezas
    y con los primeros frutos de tus cosechas.
10 Así tus graneros se llenarán a reventar
    y tus bodegas rebosarán de vino nuevo.

11 Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor
    ni te ofendas por sus reprensiones.
12 Porque el Señor disciplina a los que ama,
    como corrige un padre a su hijo querido.

13 Dichoso el que halla sabiduría,
    el que adquiere inteligencia.
14 Porque ella es de más provecho que la plata
    y rinde más ganancias que el oro.
15 Es más valiosa que las piedras preciosas:
    ¡ni lo más deseable se le puede comparar!
16 Con la mano derecha ofrece larga vida;
    con la izquierda, honor y riquezas.
17 Sus caminos son placenteros
    y en todos sus senderos hay paz.
18 Ella es árbol de vida para quienes la abrazan;
    ¡dichosos los que la retienen!

19 Con sabiduría afirmó el Señor la tierra,
    con inteligencia estableció los cielos.
20 Por su conocimiento se separaron las aguas
    y las nubes dejaron caer su rocío.

21 Hijo mío, conserva el buen juicio;
    no pierdas de vista la discreción.
22 Te serán fuente de vida,
    te adornarán como un collar.
23 Podrás recorrer tranquilo tu camino,
    y tus pies no tropezarán.
24 Al acostarte, no tendrás temor alguno;
    te acostarás y dormirás tranquilo.
25 No temerás ningún desastre repentino,
    ni la desgracia que sobreviene a los impíos.
26 Porque el Señor estará siempre a tu lado
    y te librará de caer en la trampa.

27 No niegues el bien a quienes lo necesitan,
    si en tu mano está hacerlo.
28 Nunca digas a tu prójimo:
    «Vuelve más tarde; te ayudaré mañana»,
    si hoy tienes con qué ayudarlo.
29 No planees el mal contra tu prójimo,
    el que ha puesto en ti su confianza.
30 No tengas pleito con nadie sin motivo,
    si no te ha hecho ningún daño.

31 No envidies a los violentos
    ni optes por andar en sus caminos.

32 Porque el Señor aborrece al perverso,
    pero al íntegro le brinda su amistad.
33 La maldición del Señor cae sobre la casa del malvado;
    su bendición, sobre el hogar de los justos.
34 Él se burla de los burladores,
    pero muestra su favor a los humildes.
35 Los sabios son dignos de honra,
    pero los necios solo merecen deshonra.

La sabiduría es lo máximo

Escuchen, hijos, la corrección de un padre;
    dispónganse a adquirir entendimiento.
Yo les brindo buenas enseñanzas,
    así que no abandonen mi instrucción.
Yo también fui hijo de mi padre;
    era el niño consentido de mi madre.
Mi padre me instruyó de esta manera:
    «Aférrate de corazón a mis palabras;
    obedece mis mandamientos, y vivirás.
Adquiere sabiduría, adquiere entendimiento;
    no olvides mis palabras ni te apartes de ellas.
No abandones nunca a la sabiduría
    y ella te protegerá;
    ámala y ella te cuidará.
La sabiduría es lo primero. ¡Adquiere sabiduría!
    Por sobre todas las posesiones, adquiere discernimiento.
Estima a la sabiduría y ella te exaltará;
    abrázala y ella te honrará;
te pondrá en la cabeza una hermosa diadema;
    te obsequiará una bella corona».

10 Escucha, hijo mío, acoge mis palabras
    y los años de tu vida aumentarán.
11 Yo te guío por el camino de la sabiduría,
    te dirijo por sendas de rectitud.
12 Cuando camines, no encontrarás obstáculos;
    cuando corras, no tropezarás.
13 Aférrate a la instrucción, no la dejes escapar;
    cuídala bien, que ella es tu vida.
14 No sigas la senda de los perversos
    ni vayas por el camino de los malvados.
15 ¡Evita ese camino! ¡No pases por él!
    ¡Aléjate de allí y sigue de largo!
16 Los malvados no duermen si no hacen lo malo;
    pierden el sueño si no hacen que alguien tropiece.
17 Comen el pan de la maldad;
    toman el vino de la violencia.

18 La senda de los justos se asemeja
    a los primeros albores de la aurora:
su esplendor va en aumento
    hasta que el día alcanza su plenitud.
19 Pero el camino de los malvados es como la más densa oscuridad;
    ¡ni siquiera saben con qué tropiezan!

20 Hijo mío, atiende a mis consejos;
    escucha atentamente lo que digo.
21 No pierdas de vista mis palabras;
    guárdalas muy dentro de tu corazón.
22 Ellas dan vida a quienes las hallan;
    son la salud de todo el cuerpo.
23 Por sobre todas las cosas cuida tu corazón,
    porque de él mana la vida.
24 Aleja de tu boca la perversidad;
    aparta de tus labios las palabras corruptas.
25 Pon la mirada en lo que tienes delante;
    fija la vista en lo que está frente a ti.
26 Endereza las sendas por donde andas;
    allana todos tus caminos.
27 No te desvíes ni a diestra ni a siniestra;
    apártate de la maldad.

Advertencia contra el adulterio

Hijo mío, pon atención a mi sabiduría
    y presta oído a mi inteligencia,
para que al hablar mantengas la discreción
    y retengas el conocimiento.
De los labios de la adúltera fluye miel;
    su lengua es más suave que el aceite.
Pero al fin resulta más amarga que la hiel
    y más cortante que una espada de dos filos.
Sus pies descienden hasta la muerte;
    sus pasos van derecho al sepulcro.[f]
No toma ella en cuenta el camino de la vida;
    sus sendas son torcidas y ella no lo reconoce.[g]

Pues bien, hijo[h] mío, escúchame
    y no te apartes de mis palabras.
Aléjate de la adúltera;
    no te acerques a la puerta de su casa,
para que no entregues a otros tu vigor
    ni tus años a gente cruel;
10 para que no sacies con tu fuerza a gente extraña,
    ni vayan a dar en casa ajena tus esfuerzos.
11 Porque al final acabarás por gemir,
    cuando tu carne y tu cuerpo se hayan consumido.
12 Y dirás: «¡Cómo pude aborrecer la corrección!
    ¡Cómo pudo mi corazón despreciar la disciplina!
13 No atendí a la voz de mis maestros
    ni presté oído a mis instructores.
14 Ahora estoy al borde de la ruina
    en medio de toda la comunidad».

15 Bebe el agua de tu propio pozo,
    el agua que fluye de tu propio manantial.
16 ¿Habrán de derramarse tus fuentes por las calles
    y tus corrientes de aguas por las plazas públicas?
17 Son tuyas, solamente tuyas,
    y no para que las compartas con extraños.
18 ¡Bendita sea tu fuente!
    ¡Sé feliz con la esposa de tu juventud!
19 Es una gacela amorosa,
    es una cierva encantadora.
¡Que sus pechos te satisfagan siempre!
    ¡Que su amor te cautive todo el tiempo!
20 ¿Por qué, hijo mío, dejarte cautivar por una adúltera?
    ¿Por qué abrazarte al pecho de la mujer ajena?

21 Nuestros caminos están a la vista del Señor;
    él examina todas nuestras sendas.
22 Al malvado lo atrapan sus malas obras;
    las cuerdas de su pecado lo aprisionan.
23 Morirá por su falta de corrección;
    perecerá por su gran insensatez.

Advertencia contra la insensatez

Hijo mío, si has salido fiador de tu vecino,
    si has hecho tratos para responder por un extraño,
si te has comprometido verbalmente,
    enredándote con tus propias palabras,
    entonces has caído en manos de tu prójimo.
Si quieres librarte, hijo mío, este es el camino:
    Ve corriendo y humíllate ante él;
    procura deshacer tu compromiso.
No permitas que se duerman tus ojos;
    no dejes que tus párpados se cierren.
Líbrate, como se libra del cazador[i] la gacela,
    como se libra de la trampa[j] el ave.

¡Anda, perezoso, fíjate en la hormiga!
    ¡Fíjate en lo que hace y adquiere sabiduría!
No tiene quien la mande
    ni quien la vigile ni gobierne;
con todo, en el verano almacena provisiones
    y durante la cosecha recoge alimentos.

Perezoso, ¿cuánto tiempo más seguirás acostado?
    ¿Cuándo despertarás de tu sueño?
10 Un corto sueño, una breve siesta,
    un pequeño descanso, cruzado de brazos…
11 ¡y te asaltará la pobreza como un bandido,
    y la escasez como un hombre armado![k]

12 El perverso y el malvado,
    el vagabundo de boca corrupta,
13 hace guiños con los ojos
    y señas con los pies y con los dedos.
14 Él trama el mal en su corazón[l]
    y siempre anda provocando pleitos.
15 Por eso le sobrevendrá la ruina;
    ¡de repente será destruido y no podrá evitarlo!

16 Hay seis cosas que el Señor aborrece

y siete que le son detestables:

17 los ojos que se enaltecen,

la lengua que miente,

las manos que derraman sangre inocente,

18 el corazón que trama planes perversos,

los pies que corren a hacer lo malo,

19 el testigo falso que propaga mentiras

y el que siembra discordia entre hermanos.

Advertencia contra el adulterio

20 Hijo mío, obedece el mandamiento de tu padre
    y no abandones la enseñanza de tu madre.
21 Grábatelos en tu corazón;
    cuélgatelos al cuello.
22 Cuando camines, te servirán de guía;
    cuando duermas, vigilarán tu sueño;
    cuando despiertes, hablarán contigo.
23 El mandamiento es una lámpara,
    la enseñanza es una luz
y la disciplina es
    el camino a la vida.
24 Te protegerán de la mujer malvada,
    de la mujer ajena y de su lengua seductora.

25 No abrigues en tu corazón deseos por su belleza
    ni te dejes cautivar por sus ojos.

26 Pues la ramera va tras un pedazo de pan,
    pero la mujer ajena busca tu valiosa vida.
27 ¿Puede alguien echarse brasas en el pecho
    sin quemarse la ropa?
28 ¿Puede alguien caminar sobre las brasas
    sin quemarse los pies?
29 Pues tampoco quien se acuesta con la mujer ajena
    puede tocarla y quedar impune.

30 No se desprecia al ladrón
    que roba para mitigar su hambre;
31 pero si lo atrapan, deberá devolver
    siete tantos lo robado,
    aun cuando eso le cueste todas sus posesiones.
32 Pero el que comete adulterio es falto de juicio;
    el que así actúa se destruye a sí mismo.
33 No sacará más que golpes y vergüenzas,
    y no podrá borrar su humillación.

34 Porque los celos desatan la furia del esposo
    y este no perdonará en el día de la venganza.
35 No aceptará nada en desagravio
    ni se contentará con muchos regalos.

Advertencia contra la mujer adúltera

Hijo mío, guarda mis palabras
    y atesora mis mandamientos.
Cumple con mis mandamientos, y vivirás;
    cuida mis enseñanzas como a la niña de tus ojos.
Llévalos atados en los dedos;
    anótalos en la tabla de tu corazón.
Di a la sabiduría: «Tú eres mi hermana»,
    y a la inteligencia: «Eres de mi sangre».
Ellas te librarán de la mujer ajena,
    de la adúltera y de sus palabras seductoras.

Desde la ventana de mi casa
    miré a través de la celosía.
Vi a los inexpertos,
    y, entre los jóvenes, observé
    a uno de ellos falto de juicio.[m]
Cruzó la calle, llegó a la esquina
    y se encaminó hacia la casa de esa mujer.
Caía la tarde. Llegaba el día a su fin.
    Avanzaban las sombras de la noche.

10 De pronto la mujer salió a su encuentro,
    con toda la apariencia de una prostituta
    y con solapadas intenciones.
11 Ella es escandalosa y descarada;
    sus pies nunca hallan reposo en su casa.
12 Unas veces por las calles, otras veces por las plazas,
    siempre está al acecho en cada esquina.
13 Se prendió de su cuello, lo besó
    y, con todo descaro, dijo:

14 «Tengo en mi casa sacrificios de comunión,
    pues hoy he cumplido mis promesas.
15 Por eso he venido a tu encuentro;
    te buscaba, ¡y ya te he encontrado!
16 Sobre la cama he tendido
    linos egipcios multicolores.
17 He perfumado mi lecho
    con aroma de mirra, áloe y canela.
18 Ven, bebamos hasta el fondo la copa del amor;
    ¡disfrutemos del amor hasta el amanecer!
19 Mi esposo no está en casa,
    pues ha emprendido un largo viaje.
20 Se ha llevado consigo la bolsa del dinero
    y no regresará hasta el día de luna llena».

21 Con palabras persuasivas lo convenció;
    con halagos de sus labios lo sedujo.
22 Y él enseguida fue tras ella,
    como el buey que va camino al matadero;
como el ciervo[n] que cae en la trampa,[o]
23     hasta que una flecha le abre las entrañas;
como el ave que se lanza contra la red,
    sin saber que en ello le va la vida.

24 Así que, hijo mío, escúchame;
    presta[p] atención a mis palabras.
25 No desvíes tu corazón hacia sus sendas
    ni te extravíes por sus caminos,
26 pues muchos han muerto por su causa;
    sus víctimas han sido innumerables.
27 Su casa lleva derecho al sepulcro;[q]
    conduce a las habitaciones de la muerte.

Llamado de la sabiduría

¿Acaso no está llamando la sabiduría?
    ¿No está elevando su voz la inteligencia?
Toma su puesto en las alturas,
    a la vera del camino y en las encrucijadas.
Junto a las puertas que dan a la ciudad,
    a la entrada misma, grita con fuerza:
«A ustedes los hombres, los estoy llamando;
    dirijo mi voz a toda la humanidad.
Ustedes los inexpertos, ¡adquieran prudencia!
    Ustedes los necios, ¡obtengan discernimiento!
Escúchenme, que diré cosas importantes;
    mis labios hablarán lo correcto.
Mi boca expresará la verdad,
    pues mis labios detestan la maldad.
Las palabras de mi boca son todas justas;
    no hay en ellas maldad ni perversidad.
Son claras para los entendidos
    e irreprochables para los sabios.
10 Opten por mi instrucción, no por la plata;
    por el conocimiento, no por el oro refinado.
11 Vale más la sabiduría que las piedras preciosas
    y ni lo más deseable se le compara.

12 »Yo, la sabiduría, convivo con la prudencia
    y poseo conocimiento y discreción.
13 Quien teme al Señor aborrece lo malo;
    yo aborrezco el orgullo y la arrogancia,
    la mala conducta y el lenguaje perverso.
14 Míos son el consejo y el buen juicio;
    míos son el entendimiento y el poder.
15 Por mí reinan los reyes
    y promulgan leyes justas los gobernantes.
16 Por mí gobiernan los príncipes y los nobles,
    todos los jueces de la tierra.
17 A los que me aman, les correspondo;
    a los que me buscan, me doy a conocer.
18 Conmigo están las riquezas y la honra,
    los bienes duraderos y la justicia.
19 Mi fruto es mejor que el oro fino;
    mi cosecha sobrepasa a la plata refinada.
20 Voy por el camino de la rectitud,
    por los senderos de la justicia,
21 enriqueciendo a los que me aman
    y acrecentando sus tesoros.

22 »El Señor me dio la vida[r] como primicia de sus obras,[s]
    mucho antes de sus obras de antaño.
23 Fui establecida desde la eternidad,
    desde antes de que existiera el mundo.
24 No existían los grandes mares cuando yo nací;
    no había entonces manantiales de abundantes aguas.
25 Nací antes de que se cimentaran las montañas,
    antes de que fueran formadas las colinas,
26 antes de que él creara la tierra y sus paisajes
    y el polvo primordial con que hizo el mundo.
27 Cuando Dios cimentó la bóveda celeste
    y trazó el horizonte sobre el abismo,
    allí estaba yo presente.
28 Cuando estableció las nubes en los cielos
    y reforzó las fuentes del abismo;
29 cuando señaló los límites del mar,
    para que las aguas no desobedecieran su orden;
cuando estableció los cimientos de la tierra,
30     allí estaba yo a su lado, afirmando su obra.
Día tras día me llenaba yo de alegría,
    siempre disfrutaba de estar en su presencia;
31 me regocijaba en el mundo que él creó;
    ¡en el género humano me deleitaba!

32 »Y ahora, hijos míos, escúchenme:
    dichosos los que siguen[t] mis caminos.
33 Atiendan a mi instrucción y sean sabios;
    no la descuiden.
34 Dichosos los que me escuchan
    y a mis puertas están atentos cada día,
    esperando a la entrada de mi casa.
35 En verdad, quien me encuentra halla la vida
    y recibe el favor del Señor.
36 Quien me rechaza se perjudica a sí mismo;
    quien me aborrece, ama la muerte».

Invitación de la sabiduría y de la necedad

La sabiduría construyó su casa
    y labró sus siete pilares.
Preparó la carne, mezcló su vino
    y también tendió la mesa.
Envió a sus doncellas y ahora clama
    desde lo más alto de la ciudad.
«¡Vengan conmigo los inexpertos!
    —dice a los faltos de juicio—.
Vengan, disfruten de mi pan
    y beban del vino que he mezclado.
Dejen su insensatez y vivirán;
    anden por el camino del discernimiento.

»El que corrige al insolente se gana que lo insulten;
    el que reprende al malvado se gana su desprecio.
No reprendas al insolente, no sea que acabe por odiarte;
    reprende al sabio y te amará.
Instruye al sabio, y se hará más sabio;
    enseña al justo, y aumentará su saber.

10 »El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor;
    conocer al Santo es tener entendimiento.
11 Por mí aumentarán tus días;
    años de vida te serán añadidos.
12 Si eres sabio, tu premio será tu sabiduría;
    si eres insolente, solo tú lo sufrirás».

Footnotes

  1. 1:12 la muerte. Lit. el Seol.
  2. 1:15 no … por ellos. Lit. no vayas por sus caminos.
  3. 1:18 vida. Lit. sangre.
  4. 1:23 compartiré mis pensamientos. Lit. derramaré mi espíritu.
  5. 3:4 buen nombre. Lit. prudencia.
  6. 5:5 sepulcro. Lit. Seol.
  7. 5:6 y ella no lo reconoce. Alt. y tú no lo sabes.
  8. 5:7 hijo. El hebreo dice hijos.
  9. 6:5 del cazador (LXX y otras versiones antiguas); de la mano (TM).
  10. 6:5 de la trampa (LXX y otras versiones antiguas); de la mano del trampero (TM).
  11. 6:11 como un hombre armado. Alt. como un limosnero.
  12. 6:14 corazón. En la Biblia se usa para designar el asiento de las emociones, pensamientos y voluntad, es decir, el proceso de toma de decisiones del ser humano.
  13. 7:7 falto de juicio. Lit. falto de corazón. En la Biblia, corazón se usa para designar el asiento de las emociones, pensamientos y voluntad, es decir, el proceso de toma de decisiones del ser humano.
  14. 7:22 ciervo (Siríaca; véase también LXX); necio (TM).
  15. 7:22 Texto de difícil traducción.
  16. 7:24 hijo mío, escúchame; presta. Lit. hijos míos, escúchenme; presten.
  17. 7:27 sepulcro. Lit. Seol.
  18. 8:22 me dio la vida. Alt. era mi dueño.
  19. 8:22 obras. Lit. caminos.
  20. 8:32 siguen. Lit. guardan.

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