Libro II

(A)Al director musical. Masquil de los hijos de Coré.

42 Como ciervo jadeante que busca las corrientes de agua,
    así te busca, oh Dios, todo mi ser.
Tengo sed de Dios, del Dios vivo.
    ¿Cuándo podré presentarme ante Dios?
Mis lágrimas son mi pan de día y de noche,
    mientras me preguntan a todas horas:
    «¿Dónde está tu Dios?».
Recuerdo esto y me deshago en llanto:
    yo solía ir con la multitud
    y la conducía a la casa de Dios.
Entre voces de alegría y acciones de gracias
    hacíamos gran celebración.

¿Por qué estás tan abatida, alma mía?
    ¿Por qué estás tan angustiada?
En Dios pondré mi esperanza
    y lo seguiré alabando.
    ¡Él es mi salvación y mi Dios!

Dios mío, me siento muy abatido;
    por eso pienso en ti
desde la tierra del Jordán,
    desde las alturas del Hermón,
    desde el monte Mizar.
Un abismo llama a otro abismo
    en el rugir de tus cascadas;
todas tus ondas y tus olas
    se han precipitado sobre mí.

Esta es la oración al Dios de mi vida:
    que de día el Señor envíe su amor
    y de noche su canto me acompañe.

Y digo a Dios, a mi roca:
    «¿Por qué me has olvidado?
¿Por qué debo andar afligido
    y oprimido por el enemigo?».
10 Mortal agonía me penetra hasta los huesos
    cuando mis adversarios me insultan,
preguntándome a todas horas:
    «¿Dónde está tu Dios?».

11 ¿Por qué estás tan abatida, alma mía?
    ¿Por qué estás angustiada?
En Dios pondré mi esperanza
    y lo seguiré alabando.
    ¡Él es mi salvación y mi Dios!

43 ¡Júzgame, oh Dios!
    Defiende mi causa frente a esta nación impía;
    líbrame de gente mentirosa y malhechora.
Tú eres mi Dios y mi fortaleza:
    ¿Por qué me has rechazado?
¿Por qué debo andar afligido
    y oprimido por el enemigo?
Envía tu luz y tu verdad;
    que ellas me guíen a tu monte santo,
    que me lleven al lugar donde tú habitas.
Llegaré entonces al altar de Dios,
    del Dios de mi alegría y mi deleite,
y allí, oh Dios, mi Dios,
    te alabaré al son del arpa.

¿Por qué estás tan abatida, alma mía?
    ¿Por qué estás tan angustiada?
En Dios pondré mi esperanza
    y lo seguiré alabando.
    ¡Él es mi Salvador y mi Dios!

Al director musical. Masquil de los hijos de Coré.

44 Oh Dios, nuestros oídos han oído
    y nuestros antepasados nos han contado
las proezas que realizaste en sus días,
    en aquellos tiempos pasados:
Con tu propia mano expulsaste a las naciones
    y en su lugar plantaste a nuestros antepasados;
aplastaste a aquellos pueblos,
    y a nuestros antepasados los hiciste prosperar.[a]
Porque no fue su espada la que conquistó la tierra
    ni fue su brazo el que les dio la victoria:
fue tu brazo, tu mano derecha;
    fue la luz de tu rostro, porque tú los amabas.

Solo tú eres mi Rey y mi Dios.
    ¡Decreta las victorias de Jacob!
Por ti derrotamos a nuestros enemigos;
    en tu nombre aplastamos a nuestros agresores.
Yo no confío en mi arco
    ni puede mi espada darme la victoria;
tú nos das la victoria sobre nuestros enemigos,
    y dejas en vergüenza a nuestros adversarios.
¡Por siempre nos gloriaremos en Dios!
    ¡Por siempre alabaremos tu nombre! Selah

Pero ahora nos has rechazado y humillado;
    ya no sales con nuestros ejércitos.
10 Nos hiciste retroceder ante el enemigo;
    nos han saqueado nuestros adversarios.
11 Nos has entregado para que nos devoren como ovejas
    nos has dispersado entre las naciones.
12 Has vendido a tu pueblo por una miseria
    y nada has ganado con su venta.

13 Nos has dejado en ridículo ante nuestros vecinos;
    somos la burla y el escarnio de los que nos rodean.
14 Nos has hecho el hazmerreír de las naciones;
    todos los pueblos se burlan de nosotros.
15 La humillación no me deja un solo instante;
    se me cae la cara de vergüenza
16 por las burlas de los que me insultan y me ofenden,
    por culpa del enemigo que está presto a la venganza.

17 Todo esto nos ha sucedido,
    a pesar de que nunca te olvidamos
    ni faltamos jamás a tu pacto.
18 Nuestro corazón no ha vuelto atrás
    ni nos hemos apartado de tu senda.
19 Pero tú nos arrojaste a una cueva de chacales;
    ¡nos envolviste en la más tenebrosa oscuridad!

20 Si hubiéramos olvidado el nombre de nuestro Dios
    o extendido nuestras manos a un dios extraño,
21 ¿acaso Dios no lo habría descubierto,
    ya que él conoce los más íntimos secretos?
22 Por tu causa siempre nos llevan a la muerte;
    ¡nos tratan como a ovejas para el matadero!

23 ¡Despierta, Señor! ¿Por qué duermes?
    ¡Levántate! No nos rechaces para siempre.
24 ¿Por qué escondes tu rostro
    y te olvidas de nuestro sufrimiento y opresión?

25 Estamos abatidos hasta el polvo;
    nuestro cuerpo se arrastra por el suelo.
26 ¡Levántate, ven a ayudarnos!
    ¡Por tu gran amor, rescátanos!

Al director musical. Sígase la tonada de «Los lirios». Masquil de los hijos de Coré. Canto nupcial.

45 De mi corazón brota un hermoso poema
    mientras recito mis versos ante el rey;
    mi lengua es como pluma de hábil escritor.

Tú eres el más apuesto de los hombres;
    tus labios son fuente de hermosas palabras,
    ya que Dios te ha bendecido para siempre.

¡Con esplendor y majestad,
    cíñete la espada, oh valiente!
Con majestad, cabalga victorioso
    en nombre de la verdad, la humildad y la justicia;
    que tu diestra realice maravillas asombrosas.
Que tus afiladas flechas atraviesen el corazón de los enemigos del rey
    y que caigan las naciones a tus pies.
Tu trono, oh Dios, permanece para siempre;
    el cetro de tu reino es cetro de justicia.
Tú amas la justicia y odias la maldad;
    por eso Dios, tu Dios, te ungió con aceite de alegría,
    te prefirió a ti por encima de tus compañeros.
Aroma de mirra, áloe y canela exhalan todas tus vestiduras;
    desde los palacios adornados con marfil
    te alegra la música de cuerdas.
Entre tus damas de honor se cuentan princesas;
    a tu derecha se halla la novia real luciendo el oro de Ofir.

10 Escucha, hija, fíjate bien y presta atención:
    Olvídate de tu pueblo y de tu familia.
11 El rey está cautivado por tu hermosura;
    él es tu señor: póstrate ante él.
12 La gente de Tiro vendrá con presentes;
    los ricos del pueblo buscarán tu favor.
13 La princesa es todo esplendor,
    luciendo en su alcoba brocados de oro.
14 Vestida de finos bordados
    es conducida ante el rey,
    seguida por sus compañeras doncellas.
15 Con alegría y regocijo son conducidas
    al interior del palacio real.

16 Tus hijos ocuparán el trono de tus ancestros;
    los pondrás por príncipes en toda la tierra.

17 Haré que tu nombre se recuerde por todas las generaciones;
    por eso las naciones te alabarán eternamente y para siempre.

Notas al pie

  1. 44:2 los hiciste prosperar. Lit. los libraste.

Recomendaciones de BibleGateway