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»Pero no quisieron volverse a mí. Por eso, no volverán a Egipto, sino que el asirio mismo será su rey. La espada caerá sobre sus ciudades, y acabará con sus aldeas. Acabará con ellas por causa de sus malas intenciones. Mi pueblo insiste en rebelarse contra mí; me llaman el Dios Altísimo, pero ninguno de ellos me quiere enaltecer.

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