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Límites del país

34 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

«Da las siguientes instrucciones a los israelitas: Pronto van a entrar ustedes en el país de Canaán. Éste es el país que será propiedad de ustedes, y éstos serán sus límites:

»La frontera sur limitará con el desierto de Sin y el territorio de Edom. Partiendo del este, la frontera comenzará en el extremo sur del Mar Muerto, seguirá hacia el sur hasta la cuesta de Acrabim, pasará por Sin y llegará hasta Cadés-barnea. Luego seguirá por Hasar-adar hasta Asmón, y de Asmón seguirá hasta el arroyo que limita con Egipto, y terminará en el mar Mediterráneo.

»La frontera oeste limitará con la costa del mar Mediterráneo.

»Para la frontera norte, tracen una línea desde el mar Mediterráneo hasta el monte Hor, y desde el monte Hor hasta la entrada de Hamat, y luego hasta Sedad. Desde Sedad, esta frontera norte seguirá hasta Zifrón y terminará en Hasar-enán.

10 »Para la frontera oriental, tracen una línea desde Hasar-enán hasta Sefam, 11 y de Sefam a Riblá, al oriente de Ain; de allí la frontera bajará por el lado oriental del lago Quinéret, 12 y seguirá por el río Jordán hasta terminar en el Mar Muerto.

»Estas fronteras serán los límites del país de ustedes.»

Repartición de la tierra

13 Moisés dio las siguientes instrucciones a los israelitas:

«Éste es el país que ustedes se van a repartir por suertes; es el país que el Señor ha ordenado que se dé a las nueve tribus y media que quedan, 14-15 puesto que dos tribus y media, es decir, las tribus de Rubén y de Gad y la media tribu de Manasés, ya recibieron por familias el territorio que les pertenecía, al oriente del Jordán, frente a Jericó.»

16 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

17 «Los que van a repartir la tierra entre ustedes son el sacerdote Eleazar y Josué, hijo de Nun. 18 Pero llamen además a un jefe por cada tribu, para repartir la tierra. 19 Los hombres a quienes deben llamar son los siguientes:

»Por la tribu de Judá: Caleb, hijo de Jefuné.

20 »Por la de Simeón: Samuel, hijo de Amihud.

21 »Por la de Benjamín: Elidad, hijo de Quislón.

22 »Por la de Dan: el jefe Buquí, hijo de Joglí.

23 »Por las tribus de los hijos de José: el jefe Haniel, hijo de Efod, por la de Manasés; 24 y el jefe Quemuel, hijo de Siftán, por la de Efraín.

25 »Por la tribu de Zabulón: el jefe Elisafán, hijo de Parnac.

26 »Por la de Isacar: el jefe Paltiel, hijo de Azán.

27 »Por la de Aser: el jefe Ahihud, hijo de Selomí.

28 »Por la de Neftalí: el jefe Pedahel, hijo de Amihud.»

29 A éstos encargó el Señor repartir el país de Canaán entre los israelitas.

Herencia de los levitas

35 El Señor se dirigió a Moisés en las llanuras de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó, y le dijo:

«Ordena a los israelitas que, del territorio que les corresponde, den a los levitas ciudades para que vivan, y que les den también los campos de pastoreo que rodean las ciudades. Los levitas vivirán en esas ciudades, y en los campos tendrán su ganado y demás animales. Los campos de pastoreo que deben darles se extenderán alrededor de la ciudad, cuatrocientos cincuenta metros hacia afuera de la muralla. Todo el terreno formará un cuadrado de novecientos metros por lado, es decir, que medirá lo mismo por el este y por el oeste, por el norte y por el sur. La ciudad quedará en medio, con los campos de pastoreo alrededor.

»De las ciudades que les den a los levitas, seis serán ciudades de refugio, donde pueda buscar protección la persona que haya matado a alguien. Aparte de estas seis ciudades, les darán ustedes otras cuarenta y dos; en total, deben dar a los levitas cuarenta y ocho ciudades con sus campos de pastoreo. Cuando del territorio propio de los israelitas den las ciudades para los levitas, cada tribu deberá dar en proporción a lo que le haya tocado: de los territorios más grandes se tomarán más ciudades, y de los más pequeños, menos ciudades.»

Ciudades de refugio(A)

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

10 «Di a los israelitas lo siguiente: Cuando ustedes crucen el río Jordán para entrar en Canaán, 11 deberán escoger algunas ciudades como ciudades de refugio, donde pueda buscar refugio la persona que sin intención haya matado a otra. 12 Allí quedará a salvo del pariente del muerto que quiera vengarlo, y no morirá hasta que se haya presentado ante el pueblo para ser juzgado. 13 De las ciudades dadas, seis serán para refugio: 14 tres al oriente del Jordán y tres en Canaán. 15 Estas seis ciudades serán ciudades de refugio, tanto para los israelitas como para los extranjeros que vivan o estén de paso entre ustedes. Allí podrá refugiarse todo el que sin intención haya matado a otra persona.

16 »Si alguien hiere a otro con un objeto de hierro, y el herido muere, se trata de un asesinato, y el asesino será condenado a muerte.

17 »Si alguien golpea a otro con una piedra que pueda causar la muerte, y el golpeado muere, se trata de un asesinato, y el asesino será condenado a muerte.

18 »Si alguien golpea a otro con un palo que pueda causar la muerte, y el golpeado muere, se trata de un asesinato, y el asesino será condenado a muerte. 19 El pariente más cercano del muerto se encargará de dar muerte al asesino cuando lo encuentre.

20 »Si alguien empuja a otro por odio, o si le lanza alguna cosa con malas intenciones, 21 o si por enemistad lo golpea con las manos, y el otro muere, el culpable será condenado a muerte porque es un asesino. El pariente más cercano del muerto se encargará de dar muerte al asesino cuando lo encuentre.

22 »Pero si alguien empuja a otro accidentalmente, no por enemistad, o si le lanza alguna cosa sin mala intención, 23 o sin fijarse lanza una piedra que pueda causar la muerte, y la piedra le cae encima y lo mata no siendo ellos enemigos ni queriendo él hacerle daño, 24 entonces el pueblo actuará como juez entre el que causó la muerte y el pariente que quiera vengar a la víctima, según estas reglas. 25 El pueblo deberá proteger de la venganza del pariente al que causó la muerte, y deberá hacer que vuelva a la ciudad de refugio donde había buscado refugio. El que mató deberá quedarse allí hasta que muera el sumo sacerdote debidamente consagrado. 26 Pero si sale del territorio de la ciudad de refugio, 27 el pariente de la víctima no cometerá ningún crimen si lo encuentra fuera y lo mata. 28 El que mató deberá quedarse en la ciudad de refugio hasta la muerte del sumo sacerdote. Después podrá volver a su tierra.

29 »Estas disposiciones serán para ustedes una ley que pasará de padres a hijos, dondequiera que ustedes vivan.

Leyes sobre testimonios y rescates

30 »Sólo por el testimonio de varios testigos podrá ser condenado a muerte un asesino. Un solo testigo no basta para condenar a muerte a nadie.

31 »No se podrá aceptar dinero como rescate por la vida de un asesino condenado a muerte; ese hombre deberá morir.

32 »No se podrá aceptar dinero por permitir que un asesino que ha buscado refugio en una de las ciudades señaladas pueda regresar a su tierra antes de la muerte del sumo sacerdote.

33 »No profanen con asesinatos el país en que van a vivir, pues el asesinato profana el país, y no hay más rescate por un asesinato que la muerte del que lo cometió.

34 »No profanen la tierra en que van a vivir y en la que yo también viviré, pues yo, el Señor, vivo entre los israelitas.»

Herencia de las mujeres

36 Los jefes de familia de los clanes de Galaad, descendiente directo de Maquir, Manasés y José, fueron a ver a Moisés y a los jefes de familia israelitas, y les dijeron:

—El Señor ordenó que tú, Moisés, repartieras por suertes entre los israelitas el territorio que le ha de tocar a cada uno, y también te ordenó que la parte que correspondía a Selofhad, que era de nuestra familia, se la dieras a sus hijas. Pero si ellas se casan con hombres de otra tribu israelita, la tierra que les tocó a ellas dejará de pertenecer a nuestra tribu y pasará a ser de la tribu de aquellos con quienes ellas se casen. Así se nos irá quitando parte de lo que nos tocó en suerte. Luego, cuando llegue el año de liberación en Israel, la tierra de ellas pasará a ser definitivamente de aquella otra tribu y dejará de pertenecer a la nuestra.

Entonces Moisés, según las instrucciones que le dio el Señor, ordenó lo siguiente a los israelitas:

—Los hombres de la tribu de José tienen razón. El Señor permitirá que las hijas de Selofhad se casen con quien quieran, con tal de que sea alguien de un clan de la tribu a la que ellas pertenecen por parte de padre. La tierra que a cada uno en Israel le ha tocado no debe pasar de una tribu a otra; todo israelita debe conservar su herencia en su propia tribu. Si una mujer de cualquier tribu hereda tierras, deberá casarse con un hombre de un clan de su misma tribu. Así cada israelita conservará la herencia recibida de sus padres. Ninguna herencia debe pasar de una tribu a otra. Cada tribu de Israel debe conservar el territorio que le tocó.

10-11 Entonces Mahlá, Tirsá, Hoglá, Milcá y Noá, hijas de Selofhad, hicieron lo que el Señor le había ordenado a Moisés, y se casaron con hijos de sus tíos paternos, 12 que eran descendientes de Manasés, hijo de José. Así su herencia quedó dentro de la tribu a la que pertenecía su padre.

13 Éstas fueron las órdenes y normas que el Señor dio a los israelitas por medio de Moisés en las llanuras de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.

34 Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Manda a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra de Canaán, esto es, la tierra que os ha de caer en herencia, la tierra de Canaán según sus límites, tendréis el lado del sur desde el desierto de Zin hasta la frontera de Edom; y será el límite del sur al extremo del Mar Salado hacia el oriente. Este límite os irá rodeando desde el sur hasta la subida de Acrabim, y pasará hasta Zin; y se extenderá del sur a Cades-barnea; y continuará a Hasar-adar, y pasará hasta Asmón. Rodeará este límite desde Asmón hasta el torrente de Egipto, y sus remates serán al occidente.

Y el límite occidental será el Mar Grande; este límite será el límite occidental.

El límite del norte será este: desde el Mar Grande trazaréis al monte de Hor. Del monte de Hor trazaréis a la entrada de Hamat, y seguirá aquel límite hasta Zedad; y seguirá este límite hasta Zifrón, y terminará en Hazar-enán; este será el límite del norte.

10 Por límite al oriente trazaréis desde Hazar-enán hasta Sefam; 11 y bajará este límite desde Sefam a Ribla, al oriente de Aín; y descenderá el límite, y llegará a la costa del mar de Cineret, al oriente. 12 Después descenderá este límite al Jordán, y terminará en el Mar Salado: esta será vuestra tierra por sus límites alrededor.

13 Y mandó Moisés a los hijos de Israel, diciendo: Esta es la tierra que se os repartirá en heredades por sorteo, que mandó Jehová que diese a las nueve tribus, y a la media tribu;(A) 14 porque la tribu de los hijos de Rubén según las casas de sus padres, y la tribu de los hijos de Gad según las casas de sus padres, y la media tribu de Manasés, han tomado su heredad. 15 Dos tribus y media tomaron su heredad a este lado del Jordán frente a Jericó al oriente, al nacimiento del sol.(B)

16 Y habló Jehová a Moisés, diciendo: 17 Estos son los nombres de los varones que os repartirán la tierra: El sacerdote Eleazar, y Josué hijo de Nun. 18 Tomaréis también de cada tribu un príncipe, para dar la posesión de la tierra. 19 Y estos son los nombres de los varones: De la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone. 20 De la tribu de los hijos de Simeón, Semuel hijo de Amiud. 21 De la tribu de Benjamín, Elidad hijo de Quislón. 22 De la tribu de los hijos de Dan, el príncipe Buqui hijo de Jogli. 23 De los hijos de José: de la tribu de los hijos de Manasés, el príncipe Haniel hijo de Efod, 24 y de la tribu de los hijos de Efraín, el príncipe Kemuel hijo de Siftán. 25 De la tribu de los hijos de Zabulón, el príncipe Elizafán hijo de Parnac. 26 De la tribu de los hijos de Isacar, el príncipe Paltiel hijo de Azán. 27 De la tribu de los hijos de Aser, el príncipe Ahiud hijo de Selomi. 28 Y de la tribu de los hijos de Neftalí, el príncipe Pedael hijo de Amiud. 29 A estos mandó Jehová que hiciesen la repartición de las heredades a los hijos de Israel en la tierra de Canaán.

Herencia de los levitas

35 Habló Jehová a Moisés en los campos de Moab, junto al Jordán frente a Jericó, diciendo: Manda a los hijos de Israel que den a los levitas, de la posesión de su heredad, ciudades en que habiten; también daréis a los levitas los ejidos de esas ciudades alrededor de ellas. Y tendrán ellos las ciudades para habitar, y los ejidos de ellas serán para sus animales, para sus ganados y para todas sus bestias. Y los ejidos de las ciudades que daréis a los levitas serán mil codos alrededor, desde el muro de la ciudad para afuera. Luego mediréis fuera de la ciudad al lado del oriente dos mil codos, al lado del sur dos mil codos, al lado del occidente dos mil codos, y al lado del norte dos mil codos, y la ciudad estará en medio; esto tendrán por los ejidos de las ciudades. Y de las ciudades que daréis a los levitas, seis ciudades serán de refugio, las cuales daréis para que el homicida se refugie allá; y además de estas daréis cuarenta y dos ciudades. Todas las ciudades que daréis a los levitas serán cuarenta y ocho ciudades con sus ejidos. Y en cuanto a las ciudades que diereis de la heredad de los hijos de Israel, del que tiene mucho tomaréis mucho, y del que tiene poco tomaréis poco; cada uno dará de sus ciudades a los levitas según la posesión que heredará.(C)

Ciudades de refugio

(Dt. 19.1-13)

Habló Jehová a Moisés, diciendo: 10 Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hayáis pasado al otro lado del Jordán a la tierra de Canaán, 11 os señalaréis ciudades, ciudades de refugio(D) tendréis, donde huya el homicida que hiriere a alguno de muerte sin intención. 12 Y os serán aquellas ciudades para refugiarse del vengador, y no morirá el homicida hasta que entre en juicio delante de la congregación. 13 De las ciudades, pues, que daréis, tendréis seis ciudades de refugio. 14 Tres ciudades daréis a este lado del Jordán, y tres ciudades daréis en la tierra de Canaán, las cuales serán ciudades de refugio. 15 Estas seis ciudades serán de refugio para los hijos de Israel, y para el extranjero y el que more entre ellos, para que huya allá cualquiera que hiriere de muerte a otro sin intención.

16 Si con instrumento de hierro lo hiriere y muriere, homicida es; el homicida morirá. 17 Y si con piedra en la mano, que pueda dar muerte, lo hiriere y muriere, homicida es; el homicida morirá. 18 Y si con instrumento de palo en la mano, que pueda dar muerte, lo hiriere y muriere, homicida es; el homicida morirá. 19 El vengador de la sangre, él dará muerte al homicida; cuando lo encontrare, él lo matará. 20 Y si por odio lo empujó, o echó sobre él alguna cosa por asechanzas, y muere; 21 o por enemistad lo hirió con su mano, y murió, el heridor morirá; es homicida; el vengador de la sangre matará al homicida cuando lo encontrare.

22 Mas si casualmente lo empujó sin enemistades, o echó sobre él cualquier instrumento sin asechanzas, 23 o bien, sin verlo hizo caer sobre él alguna piedra que pudo matarlo, y muriere, y él no era su enemigo, ni procuraba su mal; 24 entonces la congregación juzgará entre el que causó la muerte y el vengador de la sangre conforme a estas leyes; 25 y la congregación librará al homicida de mano del vengador de la sangre, y la congregación lo hará volver a su ciudad de refugio, en la cual se había refugiado; y morará en ella hasta que muera el sumo sacerdote, el cual fue ungido con el aceite santo. 26 Mas si el homicida saliere fuera de los límites de su ciudad de refugio, en la cual se refugió, 27 y el vengador de la sangre le hallare fuera del límite de la ciudad de su refugio, y el vengador de la sangre matare al homicida, no se le culpará por ello; 28 pues en su ciudad de refugio deberá aquel habitar hasta que muera el sumo sacerdote; y después que haya muerto el sumo sacerdote, el homicida volverá a la tierra de su posesión.

Ley sobre los testigos y sobre el rescate

29 Estas cosas os serán por ordenanza de derecho por vuestras edades, en todas vuestras habitaciones. 30 Cualquiera que diere muerte a alguno, por dicho de testigos morirá el homicida; mas un solo testigo no hará fe contra una persona para que muera.(E) 31 Y no tomaréis precio por la vida del homicida, porque está condenado a muerte; indefectiblemente morirá. 32 Ni tampoco tomaréis precio del que huyó a su ciudad de refugio, para que vuelva a vivir en su tierra, hasta que muera el sumo sacerdote. 33 Y no contaminaréis la tierra donde estuviereis; porque esta sangre amancillará la tierra, y la tierra no será expiada de la sangre que fue derramada en ella, sino por la sangre del que la derramó. 34 No contaminéis, pues, la tierra donde habitáis, en medio de la cual yo habito; porque yo Jehová habito en medio de los hijos de Israel.

Ley del casamiento de las herederas

36 Llegaron los príncipes de los padres de la familia de Galaad hijo de Maquir, hijo de Manasés, de las familias de los hijos de José; y hablaron delante de Moisés y de los príncipes, jefes de las casas paternas de los hijos de Israel, y dijeron: Jehová mandó a mi señor que por sorteo diese la tierra a los hijos de Israel en posesión; también ha mandado Jehová a mi señor, que dé la posesión de Zelofehad nuestro hermano a sus hijas.(F) Y si ellas se casaren con algunos de los hijos de las otras tribus de los hijos de Israel, la herencia de ellas será así quitada de la herencia de nuestros padres, y será añadida a la herencia de la tribu a que se unan; y será quitada de la porción de nuestra heredad. Y cuando viniere el jubileo de los hijos de Israel, la heredad de ellas será añadida a la heredad de la tribu de sus maridos; así la heredad de ellas será quitada de la heredad de la tribu de nuestros padres.

Entonces Moisés mandó a los hijos de Israel por mandato de Jehová, diciendo: La tribu de los hijos de José habla rectamente. Esto es lo que ha mandado Jehová acerca de las hijas de Zelofehad, diciendo: Cásense como a ellas les plazca, pero en la familia de la tribu de su padre se casarán, para que la heredad de los hijos de Israel no sea traspasada de tribu en tribu; porque cada uno de los hijos de Israel estará ligado a la heredad de la tribu de sus padres. Y cualquiera hija que tenga heredad en las tribus de los hijos de Israel, con alguno de la familia de la tribu de su padre se casará, para que los hijos de Israel posean cada uno la heredad de sus padres, y no ande la heredad rodando de una tribu a otra, sino que cada una de las tribus de los hijos de Israel estará ligada a su heredad.

10 Como Jehová mandó a Moisés, así hicieron las hijas de Zelofehad. 11 Y así Maala, Tirsa, Hogla, Milca y Noa, hijas de Zelofehad, se casaron con hijos de sus tíos paternos. 12 Se casaron en la familia de los hijos de Manasés, hijo de José; y la heredad de ellas quedó en la tribu de la familia de su padre.

13 Estos son los mandamientos y los estatutos que mandó Jehová por medio de Moisés a los hijos de Israel en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó.

Fronteras de Canaán

34 El Señor dijo a Moisés: «Hazles saber a los israelitas que las fronteras de Canaán, la tierra que van a recibir en heredad, serán las siguientes:

»La frontera sur empezará en el desierto de Zin, en los límites con Edom. Por el este, la frontera sur estará donde termina el mar Muerto. A partir de allí, la línea fronteriza avanzará hacia el sur, hacia la cuesta de los Escorpiones, cruzará Zin hasta alcanzar Cades Barnea, y llegará hasta Jazar Adar y Asmón. De allí la frontera se volverá hacia el torrente de Egipto, para terminar en el mar Mediterráneo.

La frontera occidental del país será la costa del mar Mediterráneo.

Para la frontera norte, la línea fronteriza correrá desde el mar Mediterráneo hasta el monte Hor, y desde el monte Hor hasta Lebó Jamat.[a] De allí, esta línea seguirá hasta llegar a Zedad, para continuar hasta Zifrón y terminar en Jazar Enán. Esta será la frontera norte del país.

10 Para la frontera oriental, la línea fronteriza correrá desde Jazar Enán hasta Sefán. 11 De Sefán bajará a Riblá, que está al este de Ayin; de allí descenderá al este, hasta encontrarse con la ribera del lago Quinéret,[b] 12 y de allí la línea bajará por el río Jordán, hasta el mar Muerto.

»Esas serán las cuatro fronteras del país».

13 Moisés dio a los israelitas la siguiente orden: «Esta es la tierra que se repartirá por sorteo. El Señor ha ordenado que sea repartida solo entre las nueve tribus y media, 14 pues las familias patriarcales de las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés ya recibieron su heredad. 15 Estas dos tribus y media ya tienen su heredad en el este, cerca del río Jordán, a la altura de Jericó, por donde sale el sol».

Repartición de la tierra

16 El Señor dijo a Moisés: 17 «Estos son los nombres de los encargados de repartir la tierra como heredad: el sacerdote Eleazar y Josué, hijo de Nun. 18 Ustedes, por su parte, tomarán a un jefe de cada tribu para que les ayuden a repartir la tierra.

19 »Los nombres de los jefes de tribu fueron los siguientes:

»Caleb, hijo de Jefone, de la tribu de Judá;

20 Samuel, hijo de Amiud, de la tribu de Simeón;

21 Elidad, hijo de Quislón, de la tribu de Benjamín;

22 Buquí, hijo de Joglí, jefe de la tribu de Dan;

23 Janiel, hijo de Efod, jefe de la tribu de Manasés hijo de José;

24 Quemuel, hijo de Siftán, jefe de la tribu de Efraín, hijo de José;

25 Elizafán, hijo de Parnac, jefe de la tribu de Zabulón;

26 Paltiel, hijo de Azán, jefe de la tribu de Isacar;

27 Ajiud, hijo de Selomí, jefe de la tribu de Aser;

28 Pedael, hijo de Amiud, jefe de la tribu de Neftalí».

29 A estos encargó el Señor repartir la heredad entre los israelitas, en la tierra de Canaán.

Ciudades levíticas

35 En las llanuras de Moab, cerca del Jordán, a la altura de Jericó, el Señor dijo a Moisés: «Ordénales a los israelitas que, de las heredades que reciban, entreguen a los levitas ciudades donde vivir, junto con los campos de pastoreo que rodean esas ciudades. De esta manera los levitas tendrán ciudades donde vivir y campos de pastoreo para su ganado, rebaños y animales.

»Los campos de pastoreo que entreguen a los levitas rodearán la ciudad, a mil codos[c] de la muralla. A partir de los límites de la ciudad, ustedes medirán dos mil codos[d] hacia el este, dos mil hacia el sur, dos mil hacia el oeste y dos mil hacia el norte. La ciudad quedará en el centro. Estas serán los campos de pastoreo de sus ciudades.

»De las ciudades que recibirán los levitas, seis serán ciudades de refugio. A ellas podrá huir cualquiera que haya matado a alguien. Además de estas seis ciudades, les entregarán otras cuarenta y dos. En total, les darán cuarenta y ocho ciudades con sus campos de pastoreo. El número de ciudades que los israelitas entreguen a los levitas de la tierra que van a heredar deberá ser proporcional a la heredad que corresponda a cada tribu. Es decir, de una tribu numerosa se tomará un número mayor de ciudades, mientras que de una tribu pequeña se tomará un número menor de ciudades».

Ciudades de refugio

El Señor ordenó a Moisés 10 que dijera a los israelitas: «Cuando crucen el Jordán y entren a Canaán, 11 escojan ciudades de refugio adonde pueda huir quien involuntariamente mate a alguien. 12 Esa persona podrá huir a esas ciudades para protegerse del vengador. Así se evitará que se mate al homicida antes de ser juzgado por la comunidad. 13 Seis serán las ciudades que ustedes reservarán como ciudades de refugio. 14 Tres de ellas estarán en el lado este del Jordán y las otras tres en Canaán. 15 Estas seis ciudades servirán de refugio a los israelitas y a los extranjeros, sean estos residentes o solo estén de paso. Cualquiera que involuntariamente dé muerte a alguien podrá refugiarse en estas ciudades.

16 »Si alguien golpea a una persona con un objeto de hierro y esa persona muere, el agresor es un asesino y será condenado a muerte.

17 »Si alguien golpea a una persona con una piedra y esa persona muere, el agresor es un asesino y será condenado a muerte.

18 »Si alguien golpea a una persona con un pedazo de madera y esa persona muere, el agresor es un asesino y será condenado a muerte. 19 Corresponderá al vengador matar al asesino. Cuando lo encuentre, lo matará.

20 »Si alguien mata a una persona por haberla empujado con malas intenciones, o por haberle lanzado algo intencionalmente, 21 o por haberle dado un puñetazo por enemistad, el agresor es un asesino y será condenado a muerte. Cuando el vengador lo encuentre, lo matará.

22 »Pero podría ocurrir que alguien sin enemistad empuje a una persona, o que sin mala intención le lance algún objeto, 23 o que sin darse cuenta le deje caer una piedra, y que esa persona muera. Como en este caso ellos no eran enemigos, ni hubo intención de hacer daño, 24 será la comunidad la que, de acuerdo con estas leyes, deberá juzgar entre el acusado y el vengador. 25 La comunidad deberá proteger del vengador al acusado, dejando que el acusado regrese a la ciudad de refugio adonde huyó, y que se quede allí hasta la muerte del sumo sacerdote que fue ungido con el aceite sagrado.

26 »Pero si el acusado sale de los límites de la ciudad de refugio adonde huyó, 27 el vengador podrá matarlo y no será culpable de homicidio si lo encuentra fuera de la ciudad. 28 Así que el acusado debe permanecer en su ciudad de refugio hasta la muerte del sumo sacerdote. Después de eso podrá volver a su heredad.

29 »Estas disposiciones legales regirán siempre sobre todos tus descendientes, dondequiera que vivan.

30 »Solo por el testimonio de varios testigos se podrá dar muerte a una persona acusada de homicidio. Nadie podrá ser condenado a muerte por el testimonio de un solo testigo.

31 »No aceptarán rescate por la vida de un asesino condenado a muerte. Tendrá que morir.

32 »Tampoco aceptarán rescate para permitir que el refugiado regrese a vivir a su tierra antes de la muerte del sumo sacerdote.

33 »No contaminarán la tierra que habitan. El derramamiento de sangre contamina la tierra, y solo con la sangre de aquel que la derramó es posible purificar la tierra.

34 »No contaminarán la tierra donde vivan, y donde yo también habito, porque yo, el Señor, vivo entre los israelitas».

Herencia de las mujeres(A)

36 Los jefes de las familias patriarcales de los clanes de Galaad fueron a hablar con Moisés y con los otros jefes de familias patriarcales israelitas. Galaad era hijo de Maquir y nieto de Manasés, por lo que sus clanes descendían de José. Ellos dijeron:

—Cuando el Señor le ordenó a usted repartir por sorteo la tierra entre los israelitas, también le ordenó entregar la heredad de nuestro hermano Zelofejad a sus hijas. Ahora bien, si ellas se casan con hombres de otras tribus, su heredad saldrá del círculo de nuestra familia patriarcal y será transferida a la tribu de aquellos con quienes ellas se casen. De este modo, perderíamos parte de la heredad que nos tocó por sorteo. Cuando los israelitas celebren el año del jubileo, esa heredad será incorporada a la tribu de sus esposos y se perderá como propiedad de nuestra familia patriarcal.

Entonces, por orden del Señor, Moisés dio esta orden a los israelitas:

—La tribu de los descendientes de José tiene razón. Respecto a las hijas de Zelofejad, el Señor ordena lo siguiente: Ellas podrán casarse con quien quieran, con tal de que se casen con alguien de la tribu de su padre. Ninguna heredad en Israel podrá pasar de una tribu a otra, porque cada israelita tiene el derecho de conservar la tierra que su tribu heredó de sus antepasados. Toda hija que herede tierras, en cualquiera de las tribus, deberá casarse con alguien que pertenezca a la familia patriarcal de sus antepasados. Así cada israelita podrá conservar la heredad de sus antepasados. Ninguna heredad podrá pasar de una tribu a otra, porque cada tribu israelita debe conservar la tierra que heredó.

10 Las hijas de Zelofejad hicieron lo que el Señor ordenó a Moisés. 11 Se llamaban Majlá, Tirsá, Joglá, Milca y Noa. Se casaron con sus primos paternos, 12 dentro de los clanes de los descendientes de Manasés, hijo de José, de modo que su heredad quedó dentro del clan y de la familia patriarcal de su padre.

13 Estos son los mandamientos y leyes que, por medio de Moisés, dio el Señor a los israelitas en las llanuras de Moab, cerca del Jordán, a la altura de Jericó.

Notas al pie

  1. 34:8 Lebó Jamat. Alt. la entrada de Jamat.
  2. 34:11 lago Quinéret. Es decir, lago de Galilea.
  3. 35:4 Es decir, aprox. 450 m.
  4. 35:5 Es decir, aprox. 900 m.

Los límites del territorio

34 Dios le ordenó a Moisés:

2-12 «Diles a los israelitas que éstos serán los límites del territorio que les voy a dar:

»Límite sur, junto al desierto de Sin y la región de Edom: empieza al este, donde termina el Mar Muerto, y se extiende rumbo sur hasta Cadés-barnea, pasando por la cuesta de Acrabim y por Sin. De Cadés-barnea seguirá rumbo a Hasar-adar, hasta llegar a Asmón. De allí dará vuelta hacia el arroyo de Egipto, y terminará en el mar Mediterráneo.

»Límite oeste: estará formado por la costa del mar Mediterráneo.

»Límite norte: se extiende en línea recta desde el mar Mediterráneo hasta el monte Hor. Desde Hor seguirá hasta la entrada de Hamat, y de allí hasta Sedad. Luego la frontera se alargará hasta Zifrón y terminará en Hasar-enán.

»Límite este: se extiende desde Hasar-enán hasta Sefam. De allí irá hasta Riblá, que está al este de Ain. Luego la frontera bajará por la costa oriental del lago Quinéret, y seguirá por el río Jordán hasta llegar al Mar Muerto».

Cómo repartir el territorio

13 Moisés les dijo a los israelitas:

«Éste es el territorio que Dios repartirá entre las nueve tribus y media. Cada una recibirá su parte, según la suerte que le toque. 14-15 La tribu de Rubén, la tribu de Gad y la media tribu de Manasés ya recibieron su parte al otro lado del río Jordán, frente a la ciudad de Jericó».

16 Y Dios le dijo a Moisés:

17 «El sacerdote Eleazar y Josué, repartirán el territorio. 18-29 Además, deben llamar a los siguientes jefes de tribu para que los ayuden:

Caleb, de la tribu de Judá,

Samuel, de la tribu de Simeón,

Elidad, de la tribu de Benjamín,

Buquí, de la tribu de Dan,

Haniel, de la tribu de Manasés,

Quemuel, de la tribu de Efraín,

Elisafán, de la tribu de Zabulón,

Palatiel, de la tribu de Isacar,

Ahihud, de la tribu de Aser, y

Pedahel, de la tribu de Neftalí».

Ciudades para los descendientes de Leví

35 Cuando el pueblo estaba en las llanuras de Moab, junto al río Jordán y frente a la ciudad de Jericó, Dios le ordenó a Moisés:

2-3 «Diles a las tribus de Israel que de todas las ciudades que hay en sus territorios, deben darles a los descendientes de Leví algunas ciudades, junto con los terrenos que están alrededor de ellas. Así ellos tendrán un lugar donde vivir, y su ganado tendrá dónde pastar.

4-5 »Esos terrenos que darán a los descendientes de Leví, serán cuadrados, y medirán novecientos metros por cada lado, y se ubicarán alrededor de la ciudad a cuatrocientos cincuenta metros del muro de la misma.

6-7 »Les darán a los descendientes de Leví cuarenta y ocho ciudades, cada una con el campo de pastoreo que le corresponde. Seis de esas ciudades serán ciudades especiales de refugio. Si una persona mata a alguien por accidente, podrá ir a esas ciudades, y buscar protección; allí nadie podrá hacerle daño. Para saber cuántas ciudades de su territorio debe dar cada tribu, harás lo siguiente: Las tribus que tengan más territorio, darán más ciudades; las tribus que tengan menos territorio, darán menos ciudades».

Las ciudades de refugio

Además, Dios le dijo a Moisés:

10 «Esto es lo que deben hacer los israelitas cuando crucen el río Jordán y entren a la región de Canaán: 11-15 Apartarán seis ciudades para proteger a quien haya matado a otro por accidente. Tres de esas ciudades estarán del otro lado del río Jordán y tres en la región de Canaán.

»Cuando una persona mate a otra por accidente, podrá escapar y ponerse a salvo en alguna de esas ciudades. Así, el que mató se protegerá de algún pariente del muerto que quiera vengarse y matarlo. Sin embargo, cuando esa persona llegue huyendo a la ciudad de refugio, el pueblo la juzgará y decidirá si merece o no morir. Castigarás con la muerte a los culpables de los siguientes delitos:

16 »Al que mate a otro con un objeto de hierro.

17 »Al que mate a otro con una piedra.

18 »Al que mate a otro con un palo. 19 El familiar más cercano al muerto buscará al asesino y lo matará.

20 »Al que por odio tire al suelo a otro y lo mate.

»Al que mate a otro al lanzarle con maldad algún objeto.

21 »Al que por odio mate a otro a golpes. El familiar más cercano al muerto buscará al asesino y lo matará.

22 »Sin embargo, no castigarás con la muerte en los siguientes casos:

»Al que tire a otro al suelo y sin querer lo mate.

»Al que por accidente mate a otro al lanzarle un objeto.

23 »Al que por accidente golpee a otro con una piedra y lo mate. Sobre todo, si no había enemistad entre ellos ni había razón para hacerle daño.

Procedimientos legales

24 »Esto es lo que deben hacer cuando juzguen a quienes no merecen morir: 25-28 El pueblo protegerá a quien sin quererlo haya matado a otro, y no dejará que lo mate el pariente más cercano al muerto. Por eso, el pueblo llevará al que mató al otro a la ciudad de refugio. Mientras esa persona viva en esa ciudad, estará a salvo y nadie le podrá hacer daño. Pero no deberá salir de la ciudad mientras viva el jefe de los sacerdotes. Después de la muerte del jefe de sacerdotes, podrá regresar a su casa, y nadie podrá hacerle daño. Pero si esa persona sale de la ciudad antes de eso, y lo encuentra el pariente del muerto, ese pariente lo podrá matar sin que se le culpe de nada.

29 »Ustedes deben obedecer siempre estas órdenes, cualquiera sea el lugar donde vivan.

30 »Deberá ser castigado con la muerte quien mate a otro y sea acusado por dos o más testigos. Si lo acusa sólo un testigo, no deben castigarlo con la muerte. 31 Cuando alguien sea condenado a morir por haber matado a otro, no podrá salvarse pagando una multa. Tendrá que morir.

32 »Quien viva en una ciudad de refugio no podrá pagar una multa para salir y regresar a su casa. Tendrá que esperar hasta que muera el jefe de los sacerdotes.

33-34 »No echen a perder el territorio en el que viven porque yo, su Dios, vivo allí entre ustedes, y no soporto estar en un lugar en donde viven asesinos. Sólo matando al asesino podrán hacer que el lugar vuelva a ser digno de mi presencia».

Terrenos para las mujeres

36 Un día, los jefes del grupo familiar de Galaad, que pertenecía a la tribu de Manasés, fueron a hablar con Moisés. Delante de los jefes de las tribus de Israel le dijeron:

«Dios te ordenó que repartieras territorios a los israelitas por sorteo. Los terrenos de nuestro familiar Selofhad tú se los diste a las hijas que él tuvo. Sin embargo, nos preocupa que ellas se casen con hombres de otra tribu. Porque entonces, los terrenos que eran de ellas y de nuestra tribu pasarán a ser de la tribu de los hombres con quienes ellas se casen. Nosotros perderíamos parte del territorio que tú nos diste. Así, cuando llegue el año de liberación,[a] ellos se quedarán para siempre con nuestros terrenos. Y nuestra tribu perderá parte del territorio que le tocó».

Dios le dijo a Moisés lo que debía hacer. Entonces Moisés les dijo a los israelitas:

«Los de la tribu de Manasés tienen razón. 6-9 Dios me dijo que las hijas de Selofhad pueden elegir al hombre con el que quieran casarse, siempre y cuando ese hombre sea de una de las familias de su propia tribu. Eso mismo debe hacerse en todas las tribus: Si alguna mujer ha recibido el terreno de su familia, debe casarse con un hombre de su misma tribu. De esta manera, los terrenos de una tribu no pasarán a ser propiedad de otra tribu. Todas las tribus conservarán el mismo territorio que les tocó desde el principio».

10-11 Entonces Mahlá, Tirsá, Hoglá, Milcá y Noá, que eran las hijas de Selofhad, hicieron lo que Dios les ordenó por medio de Moisés, y se casaron con sus primos, 12 que eran de la tribu de Manasés. Así los terrenos de ellas siguieron siendo de la tribu de su padre.

13 Éstas fueron las órdenes que Dios les dio a los israelitas por medio de Moisés, cuando estaban en las llanuras de Moab, junto al río Jordán y frente a la ciudad de Jericó.

Notas al pie

  1. Números 36:4 Año de liberación: Véase Levítico 25.8-16.

Instrucciones sobre el reparto de Canaán

34 Entonces habló el Señor a Moisés, diciendo: Manda a los hijos de Israel y diles: «Cuando entréis en la tierra de Canaán, esta es la tierra que os tocará como herencia, la tierra de Canaán(A) según sus fronteras. Vuestro límite[a] sur será desde el desierto de Zin, por la frontera de Edom, y vuestra frontera sur será desde el extremo del mar Salado(B) hacia el oriente(C). Luego, vuestra frontera cambiará de dirección, del sur a la subida de Acrabim y continuará a[b] Zin, y su término[c] será al sur de Cades-barnea(D); y llegará a Hasaradar y continuará hasta[d] Asmón. Y la frontera cambiará de dirección de Asmón al torrente de Egipto, y su término será el mar(E).

»En cuanto a la frontera occidental, tendréis[e] el mar Grande, esto es, su costa[f]; esta será vuestra frontera occidental.

»Y esta será vuestra frontera norte: trazaréis la línea fronteriza desde el mar Grande hasta el monte Hor(F). Trazaréis una línea desde el monte Hor hasta Lebo-hamat[g](G), y el término de la frontera será Zedad; y la frontera seguirá hacia Zifrón, y su término será Hazar-enán. Esta será vuestra frontera norte.

10 »Para vuestra frontera oriental, trazaréis también una línea desde Hazar-enán hasta Sefam, 11 y la frontera descenderá de Sefam a Ribla(H), sobre el lado oriental de Aín; y la frontera descenderá y alcanzará la ribera[h] sobre el lado oriental del mar de Cineret(I). 12 Y la frontera descenderá al Jordán, y su término será el mar Salado. Esta será vuestra tierra, según sus fronteras alrededor».

13 Entonces Moisés dio órdenes a los hijos de Israel, diciendo: Esta es la tierra que repartiréis por sorteo entre vosotros como posesión, la cual el Señor ha ordenado dar a las nueve tribus y a la media tribu(J). 14 Pues la tribu de los hijos de Rubén ha recibido lo suyo según sus casas paternas, y la tribu de los hijos de Gad según sus casas paternas y la media tribu de Manasés han recibido su posesión(K). 15 Las dos tribus y la media tribu han recibido su posesión al otro lado del Jordán, frente a Jericó, al oriente, hacia la salida del sol.

16 Entonces habló el Señor a Moisés, diciendo: 17 Estos son los nombres de los hombres que os repartirán la tierra por heredad: el sacerdote Eleazar y Josué, hijo de Nun(L). 18 De cada tribu tomarás un jefe para repartir la tierra por heredad. 19 Y estos son los nombres de los hombres: de la tribu de Judá(M), Caleb, hijo de Jefone(N). 20 De la tribu de los hijos de Simeón(O), Semuel, hijo de Amiud. 21 De la tribu de Benjamín(P), Elidad, hijo de Quislón. 22 De la tribu de los hijos de Dan, un jefe: Buqui, hijo de Jogli. 23 De los hijos de José: de la tribu de los hijos de Manasés, un jefe: Haniel, hijo de Efod. 24 De la tribu de los hijos de Efraín, un jefe: Kemuel, hijo de Siftán. 25 De la tribu de los hijos de Zabulón, un jefe: Elizafán, hijo de Parnac. 26 De la tribu de los hijos de Isacar, un jefe: Paltiel, hijo de Azán. 27 De la tribu de los hijos de Aser, un jefe: Ahiud, hijo de Selomi. 28 Y de la tribu de los hijos de Neftalí, un jefe: Pedael, hijo de Amiud. 29 Estos son los que el Señor mandó que repartieran la heredad a los hijos de Israel en la tierra de Canaán.

Ciudades para los levitas y ciudades de refugio

35 (Q)El Señor habló a Moisés en las llanuras de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó, diciendo: Manda a los hijos de Israel que de la herencia de su posesión den a los levitas ciudades en que puedan habitar; también daréis a los levitas tierras de pasto alrededor de las ciudades. Y las ciudades serán suyas para habitar; y sus tierras de pasto serán para sus animales, para sus ganados y para todas sus bestias(R).

Las tierras de pasto de las ciudades que daréis a los levitas se extenderán desde la muralla de la ciudad hacia afuera[i] mil codos[j] alrededor. Mediréis también afuera de la ciudad, al lado oriental dos mil codos, al lado sur dos mil codos, al lado occidental dos mil codos, y al lado norte dos mil codos, con la ciudad en el centro. Esto será de ellos como tierras de pasto para las ciudades. Las ciudades que daréis a los levitas serán las seis ciudades de refugio(S), las que daréis para que el homicida huya a ellas; además de ellas les daréis cuarenta y dos ciudades. Todas las ciudades que daréis a los levitas serán cuarenta y ocho ciudades(T), junto[k] con sus tierras de pasto. En cuanto a las ciudades que daréis de la posesión de los hijos de Israel, tomaréis más del más grande y tomaréis menos del más pequeño; cada uno dará algunas de sus ciudades a los levitas en proporción a la posesión que herede(U).

Luego el Señor habló a Moisés, diciendo: 10 (V)Habla a los hijos de Israel, y diles: «Cuando crucéis el Jordán a la tierra de Canaán, 11 escogeréis para vosotros ciudades para que sean vuestras ciudades de refugio(W), a fin de que pueda huir allí el homicida que haya matado[l] a alguna persona sin intención(X). 12 Las ciudades serán para vosotros como refugio del vengador, para que el homicida no muera hasta que comparezca delante de la congregación para juicio(Y). 13 Las ciudades que daréis serán vuestras seis ciudades de refugio. 14 Daréis tres ciudades al otro lado del Jordán y tres ciudades(Z) en[m] la tierra de Canaán; serán ciudades de refugio. 15 Estas seis ciudades serán por refugio para los hijos de Israel, y para el forastero y para el peregrino entre ellos, para que huya allí cualquiera que sin intención(AA) mate[n] a una persona.

16 »Pero si lo hirió con un objeto de hierro, y murió, es un asesino; al asesino ciertamente se le dará muerte(AB). 17 Y si lo hirió con una piedra en la mano, por la cual pueda morir, y muere[o], es un asesino; al asesino ciertamente se le dará muerte(AC). 18 O si lo golpeó con un objeto de madera en la mano, por lo cual pueda morir, y muere[p], es un asesino; al asesino ciertamente se le dará muerte. 19 El vengador de sangre, él mismo dará muerte al asesino; le dará muerte cuando se encuentre con él. 20 Y si lo empujó con odio(AD), o le arrojó algo mientras lo acechaba, y murió(AE), 21 o si lo hirió con la mano en enemistad, y murió, al que lo hirió ciertamente se le dará muerte; es un asesino. El vengador de sangre dará muerte al asesino cuando se encuentre con él.

22 »Pero si lo empujó súbitamente sin enemistad, o le arrojó algo sin acecharlo(AF), 23 o tiró cualquier piedra que pudo matarlo, y sin ver que le cayó encima, murió, no siendo su enemigo ni procurando herirlo, 24 entonces la congregación juzgará entre el homicida y el vengador de la sangre conforme a estas ordenanzas(AG). 25 Y la congregación librará al homicida de la mano del vengador de sangre, y la congregación lo restaurará a la ciudad de refugio a la cual huyó; y vivirá en ella hasta la muerte del sumo sacerdote que fue ungido con óleo santo. 26 Pero si el homicida sale en cualquier tiempo de los límites de la ciudad de refugio a la cual pudo huir, 27 y el vengador de sangre lo halla fuera de los límites de la ciudad de refugio, y el vengador de sangre mata al homicida, no será culpable de sangre, 28 porque el homicida debió haber permanecido en la ciudad de refugio hasta la muerte del sumo sacerdote. Pero después de la muerte del sumo sacerdote, el homicida volverá a su tierra[q].

29 »Estas cosas serán por norma de derecho(AH) para vosotros por vuestras generaciones en todas vuestras moradas. 30 Si alguno mata a una persona, al asesino se le dará muerte(AI) ante la evidencia[r] de testigos, pero a ninguna persona se le dará muerte por el testimonio de un solo testigo(AJ). 31 Además, no tomaréis rescate por la vida de un asesino que es culpable de muerte, sino que de cierto se le dará muerte; 32 y no tomaréis rescate por el que ha huido a la ciudad de refugio para que vuelva y habite en la tierra antes de[s] la muerte del sacerdote. 33 Así que no contaminaréis la tierra en que estáis; porque la sangre contamina la tierra(AK), y no se puede hacer expiación por la tierra, por la sangre derramada en ella, excepto mediante la sangre del que la derramó(AL). 34 Y no contaminaréis la tierra en que habitáis(AM), en medio de la cual yo moro(AN), pues yo, el Señor, habito en medio de los hijos de Israel».

Ley del matrimonio de una heredera

36 Y los jefes de las casas paternas de la familia de los hijos de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, de las familias de los hijos de José, se acercaron(AO) y hablaron ante Moisés y ante los jefes, las cabezas de las casas paternas de los hijos de Israel. Y dijeron: El Señor ordenó a mi señor dar la tierra por sorteo a los hijos de Israel por heredad, y el Señor ordenó a mi señor dar la heredad de Zelofehad, nuestro hermano, a sus hijas(AP). Pero si ellas se casan con[t] alguno de los hijos de las otras tribus de los hijos de Israel, su heredad será quitada de la herencia de nuestros padres, y será añadida a la heredad de la tribu a la que ellos pertenezcan; y así será quitada de nuestra heredad. Y cuando llegue[u] el jubileo(AQ) de los hijos de Israel, entonces su heredad será añadida a la heredad de la tribu a la que ellos pertenezcan; así su heredad será quitada de la heredad de la tribu de nuestros padres.

Entonces Moisés ordenó a los hijos de Israel, conforme a la palabra[v] del Señor, diciendo: La tribu de los hijos de José tiene razón en lo que dice. Esto es lo que el Señor ha ordenado tocante a las hijas de Zelofehad, diciendo: «Cásense con el que bien les parezca[w]; pero deben casarse dentro de la familia de la tribu de su padre(AR)». Así, ninguna heredad de los hijos de Israel será traspasada de tribu a tribu, pues los hijos de Israel retendrán cada uno[x] la heredad de la tribu de sus padres(AS). Y toda hija que entre en posesión de una heredad en alguna de las tribus de los hijos de Israel, se casará con alguno de la familia de la tribu de su padre, a fin de que los hijos de Israel posean cada uno la heredad de sus padres(AT). De esta manera, ninguna heredad será traspasada de una tribu a otra tribu, pues las tribus de los hijos de Israel retendrán cada una[y] su propia heredad.

10 Y las hijas de Zelofehad hicieron tal como el Señor había ordenado a Moisés, 11 pues Maala, Tirsa, Hogla, Milca y Noa, las hijas de Zelofehad(AU), se casaron con los hijos de sus tíos. 12 Se casaron con los de las familias de los hijos de Manasés, hijo de José, y su heredad permaneció[z] con la tribu de la familia de su padre.

13 Estos son los mandamientos y las ordenanzas que el Señor dio[aa] a los hijos de Israel por medio[ab] de Moisés en las llanuras de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó(AV).

Notas al pie

  1. Números 34:3 Lit., lado
  2. Números 34:4 Lit., pasará por
  3. Números 34:4 Lit., salida, y así en el resto del cap.
  4. Números 34:4 Lit., pasará por
  5. Números 34:6 Lit., será para vosotros
  6. Números 34:6 Lit., frontera
  7. Números 34:8 O, la entrada de Hamat
  8. Números 34:11 Lit., al hombro
  9. Números 35:4 Lit., y hacia
  10. Números 35:4 Un codo equivale aprox. a 45 cm.
  11. Números 35:7 Lit., ellas
  12. Números 35:11 Lit., herido
  13. Números 35:14 Lit., daréis en
  14. Números 35:15 Lit., hiera
  15. Números 35:17 Lit., murió
  16. Números 35:18 Lit., murió
  17. Números 35:28 Lit., la tierra de su posesión
  18. Números 35:30 Lit., boca
  19. Números 35:32 Lit., hasta
  20. Números 36:3 Lit., vienen a ser mujeres de, y así en el resto del cap.
  21. Números 36:4 Lit., sea
  22. Números 36:5 Lit., boca
  23. Números 36:6 Lit., el que sea bueno a sus ojos
  24. Números 36:7 Lit., se aferrarán cada uno a
  25. Números 36:9 Lit., se aferrarán cada una a
  26. Números 36:12 Lit., fue
  27. Números 36:13 Lit., ordenó
  28. Números 36:13 Lit., mano