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24 Pero, cuando Balán se dio cuenta de que al Señor le complacía que se bendijera a Israel, no recurrió a la hechicería, como otras veces, sino que volvió su rostro hacia el desierto. Cuando Balán alzó la vista y vio a Israel acampando por tribus, el Espíritu del Señor vino sobre él; entonces pronunció su oráculo:

«Palabras de Balán hijo de Beor;
    palabras del varón clarividente.

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