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Predicación de Juan el Bautista

(A)En aquellos días llegó* Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea(B), diciendo: «Arrepiéntanse(C), porque el reino de los cielos(D) se ha acercado». Porque este Juan es aquel a quien se refirió el[a] profeta Isaías, cuando dijo:

«Voz del que clama en el desierto:
Preparen el camino del Señor,
Hagan derechas Sus sendas(E)”».

Y él, Juan, tenía un[b] vestido de pelo de camello y un cinto de cuero a la cintura(F); y su comida era de langostas[c](G) y miel silvestre. Entonces Jerusalén, toda Judea y toda la región alrededor del Jordán(H), acudían a él, y confesando sus pecados, eran bautizados(I) por Juan en el río Jordán.

Pero cuando vio que muchos de los fariseos(J) y saduceos(K) venían para el bautismo, les dijo: «¡Camada de víboras(L)! ¿Quién les enseñó a huir de la ira que está al venir(M)? Por tanto, den frutos dignos de arrepentimiento(N); y no piensen que pueden decirse a sí mismos: “Tenemos a Abraham por padre(O)”, porque les digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras. 10 El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego(P). 11 Yo, en verdad, los bautizo a ustedes con[d] agua para arrepentimiento(Q), pero Aquel que viene detrás de mí es más poderoso que yo, a quien no soy digno de quitar las sandalias; Él los bautizará(R) con[e] el Espíritu Santo y con fuego. 12 El bieldo está en Su mano(S) y limpiará completamente Su era; y recogerá Su trigo en el granero(T), pero quemará la paja en un fuego que no se apaga(U)».

Bautismo de Jesús

13 (V)Entonces Jesús llegó* de Galilea(W) al Jordán, a donde estaba Juan, para ser bautizado por él. 14 Pero Juan trató de impedirlo, diciendo: «Yo necesito ser bautizado por Ti, ¿y Tú vienes a mí?».

15 Jesús le respondió: «Permítelo ahora; porque es conveniente que así cumplamos toda justicia(X)». Entonces Juan consintió*. 16 Después de ser bautizado, Jesús salió del agua inmediatamente; y los cielos se abrieron en ese momento y él[f] vio al Espíritu de Dios que descendía como una paloma y venía sobre Él(Y). 17 Y se oyó una voz de los cielos que decía: «Este es Mi Hijo amado[g] en quien me he complacido(Z)».

Footnotes

  1. Mateo 3:3 Lit. por medio del.
  2. Mateo 3:4 Lit. su.
  3. Mateo 3:4 O saltamontes.
  4. Mateo 3:11 O en, o por.
  5. Mateo 3:11 O en, o por.
  6. Mateo 3:16 O Juan.
  7. Mateo 3:17 Lit. mi Hijo, el Amado.

Predicación de Juan el Bautista

(Mr. 1.1-8; Lc. 3.1-9,15-17; Jn. 1.19-28)

En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos(A) se ha acercado.(B) Pues este es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo:

Voz del que clama en el desierto:

Preparad el camino del Señor,

Enderezad sus sendas.(C)

Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos;(D) y su comida era langostas y miel silvestre. Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.

Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras!(E) ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre;(F) porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. 10 Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.(G)

11 Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. 12 Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.

El bautismo de Jesús

(Mr. 1.9-11; Lc. 3.21-22)

13 Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. 14 Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? 15 Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. 16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. 17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.(H)

Parábolas sobre el reino

13 Ese mismo día salió Jesús de la casa(A) y se sentó (B)a la orilla del mar. Y se congregaron junto a Él grandes multitudes, por lo que subió a una barca(C) y se sentó; y toda la multitud estaba de pie en la playa.

Parábola del sembrador

Y les habló muchas cosas en parábolas(D), diciendo: «El sembrador salió a sembrar; y al sembrar, parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron. Otra parte[a] cayó en pedregales donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó porque no tenía profundidad de tierra; pero cuando salió el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Otra parte[b] cayó entre[c] espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron. Y otra parte[d] cayó en tierra buena y dio* fruto, algunas semillas a ciento por uno, otras a sesenta y otras a treinta(E). El que tiene oídos[e], que oiga(F)».

Propósito de las parábolas

10 Y acercándose los discípulos, dijeron a Jesús: «¿Por qué les hablas en parábolas?». 11 Jesús les respondió: «Porque a ustedes se les ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido(G). 12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia; pero a cualquiera que no tiene, aun lo que tiene se le quitará(H). 13 Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden(I).

14 »Y en[f] ellos se cumple la profecía de Isaías que dice:

(J)Al oír, ustedes oirán, pero no entenderán;
Y viendo verán, pero no percibirán;
15 Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible,[g]
Y con dificultad oyen con sus oídos;
Y han cerrado sus ojos;
De otro modo, verían con los ojos,
Oirían con los oídos,
Y entenderían con el corazón,
Y se convertirían,
Y Yo los sanaría(K)”.

16 »(L)Pero dichosos los ojos de ustedes, porque ven, y sus oídos, porque oyen. 17 Porque en verdad les digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven, y no lo vieron(M); y oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron.

Explicación de la parábola del sembrador

18 »(N)Ustedes, pues, escuchen la parábola del sembrador. 19 A todo el que oye la palabra del reino(O) y no la entiende, el maligno viene(P) y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es aquel en quien se sembró la semilla junto al camino. 20 Y aquel en quien se sembró la semilla en pedregales, este es el que oye la palabra y enseguida la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz profunda en sí mismo, sino que solo es temporal, y cuando por causa de la palabra viene la aflicción o la persecución, enseguida se aparta de ella(Q). 22 Y aquel en quien se sembró la semilla entre espinos, este es el que oye la palabra, pero las preocupaciones del mundo[h](R) y el engaño de las riquezas(S) ahogan la palabra, y se queda sin fruto. 23 Pero aquel en quien se sembró la semilla en tierra buena, este es el que oye la palabra y la entiende; este sí da fruto y produce, uno a ciento, otro a sesenta y otro a treinta por uno(T)».

Parábola del trigo y la cizaña

24 Jesús les contó otra parábola: «El reino de los cielos(U) puede compararse a[i] un hombre que sembró buena semilla en su campo. 25 Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña[j] entre el trigo, y se fue. 26 Cuando el trigo[k] brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña. 27 Y los siervos del dueño fueron y le dijeron: “Señor, ¿no sembró usted buena semilla en su campo? ¿Cómo[l], pues, tiene cizaña?”. 28 Él les dijo: “Un enemigo[m] ha hecho esto”. Y los siervos le dijeron*: “¿Quiere, usted, que vayamos y la recojamos?”. 29 Pero él dijo*: “No, no sea que al recoger la cizaña, arranquen el trigo junto con ella. 30 Dejen que ambos crezcan juntos hasta la cosecha; y al tiempo de la cosecha diré a los segadores: ‘Recojan primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, pero el trigo recójanlo en mi granero(V)’”».

Parábola del grano de mostaza

31 Otra parábola les contó Jesús: «(W)El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza(X), que un hombre tomó y sembró en su campo, 32 y que de todas las semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de modo que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas(Y)».

Parábola de la levadura

33 Les dijo otra parábola: «(Z)El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas (39 litros) de harina hasta que todo quedó fermentado(AA)».

34 Todo esto habló Jesús en parábolas a las multitudes, y nada les hablaba sin parábola(AB), 35 para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta, cuando dijo:

«Abriré Mi boca en parábolas;
Hablaré de cosas ocultas desde la fundación del mundo(AC)».

Explicación de la parábola del trigo y la cizaña

36 Entonces Jesús dejó a la multitud y entró en la casa(AD). Y se acercaron Sus discípulos, diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo(AE)». 37 Jesús les respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre(AF), 38 y el campo es el mundo; la buena semilla son[n] los hijos del reino(AG), y la cizaña son los hijos(AH) del maligno(AI); 39 el enemigo que la sembró es el diablo, la siega es el fin[o] del mundo[p](AJ), y los segadores son los ángeles. 40 Por tanto, así como la cizaña se recoge y se quema en el fuego, de la misma manera será en el fin[q] del mundo[r](AK).

41 »El Hijo del Hombre(AL) enviará a Sus ángeles(AM), y recogerán de Su reino a todos los que son piedra de tropiezo[s] y a los que hacen iniquidad(AN); 42 y los echarán en el horno de fuego(AO); allí será el llanto y el crujir de dientes(AP). 43 Entonces los justos resplandecerán como el sol(AQ) en el reino de su Padre. El que tiene oídos[t], que oiga(AR).

Parábolas del tesoro escondido y la perla de gran valor

44 »El reino de los cielos(AS) es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene(AT) y compra aquel campo.

45 »El reino de los cielos(AU) también es semejante a un mercader que busca perlas finas, 46 y al encontrar una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.

Parábola de la red barredera

47 »El reino de los cielos(AV) también es semejante a una red barredera que se echó en el mar, y recogió peces de toda clase. 48 Cuando se llenó, la sacaron a la playa; y se sentaron y recogieron los peces buenos en canastas[u], pero echaron fuera los malos. 49 Así será en el fin[v] del mundo[w](AW); los ángeles saldrán, y sacarán[x] a los malos de entre los justos, 50 y los arrojarán en el horno de fuego(AX); allí será el llanto y el crujir de dientes(AY).

Parábola del dueño de casa

51 »¿Han entendido ustedes todas estas cosas?». «Sí», le dijeron* ellos. 52 Entonces Jesús les dijo: «Por eso todo escriba que se ha convertido en un discípulo del reino de los cielos es semejante al[y] dueño de casa que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas».

Jesús enseña en Nazaret

53 Sucedió que cuando Jesús terminó estas parábolas, se fue de allí(AZ). 54 (BA)Y llegando a Su pueblo, les enseñaba en la sinagoga de ellos(BB), de tal manera que se maravillaban(BC) y decían: «¿Dónde obtuvo Este tal sabiduría y estos poderes milagrosos[z]? 55 ¿No es Este el Hijo del carpintero? ¿No se llama Su madre María, y Sus hermanos(BD) Jacobo[aa], José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas Sus hermanas(BE) con nosotros? ¿Dónde, pues, obtuvo Este todas estas cosas?».

57 Y se escandalizaban a causa de Él(BF). Pero Jesús les dijo: «No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa(BG)». 58 Y no hizo muchos milagros[ab] allí a causa de la incredulidad de ellos.

Muerte de Juan el Bautista

14 (BH)Por aquel tiempo[ac], Herodes el tetrarca(BI) oyó la fama de Jesús, y dijo a sus sirvientes: «Este es Juan el Bautista(BJ). Él ha resucitado de entre los muertos, y por eso es que poderes milagrosos actúan en él».

Porque antes (BK)Herodes había prendido a Juan, y lo había atado[ad] y puesto en la cárcel(BL) por causa de Herodías(BM), mujer de su hermano Felipe; porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla(BN)». Y aunque Herodes quería matarlo, tenía miedo al pueblo[ae], porque consideraban[af] a Juan como un profeta(BO).

Pero cuando llegó[ag] el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías[ah](BP) danzó ante[ai] ellos y agradó a (BQ)Herodes. Por lo cual le prometió con juramento darle lo que ella pidiera. Ella, instigada por su madre, dijo*: «Dame aquí, en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».

Y aunque el rey se entristeció, a causa de sus[aj] juramentos y de sus invitados[ak], ordenó que se la dieran; 10 y mandó decapitar a Juan en la cárcel. 11 Trajeron su cabeza en una bandeja y se la dieron a la muchacha[al], y ella se la llevó a su madre. 12 Los discípulos de Juan[am] llegaron y recogieron el cuerpo y lo sepultaron; y fueron y se lo comunicaron a Jesús.

Alimentación de los cinco mil

13 (BR)Al oír esto, Jesús se fue de allí en una barca, solo, a un lugar desierto; y cuando las multitudes lo supieron[an], lo siguieron a pie desde las ciudades. 14 Cuando Jesús desembarcó, vio una gran multitud(BS), y tuvo compasión de ellos y sanó a sus enfermos(BT). 15 Al atardecer se acercaron los discípulos, diciendo: «El lugar está desierto y la hora ya es avanzada; despide, pues, a las multitudes para que vayan a las aldeas y se compren alimentos».

16 Pero Jesús les dijo: «No hay necesidad de que se vayan; denles ustedes de comer». 17 Entonces ellos dijeron*: «No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces(BU)». 18 «Traigan acá los panes y los peces», les dijo.

19 Y ordenando a la muchedumbre que se sentara sobre la hierba, Jesús tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo los alimentos(BV). Después partió los panes y se los dio a los discípulos y los discípulos a la multitud. 20 Todos comieron y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos: doce cestas llenas(BW). 21 Y los que comieron fueron unos 5,000 hombres, sin contar las mujeres y los niños.

Jesús anda sobre el mar

22 (BX)Enseguida Jesús hizo que los discípulos[ao] subieran a la barca y fueran delante de Él a la otra orilla, mientras Él despedía a la multitud. 23 Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar(BY); y al anochecer, estaba allí solo. 24 Pero la barca ya estaba muy lejos[ap] de tierra, y era azotada[aq] por las olas, porque el viento era contrario. 25 A la cuarta vigilia(BZ) de la noche (3 a 6 a.m.), Jesús vino a ellos andando sobre el mar.

26 Y los discípulos, al ver a Jesús andar sobre el mar, se turbaron, y decían: «¡Es un fantasma(CA)!». Y de miedo, se pusieron a gritar. 27 Pero enseguida Jesús les dijo: «Tengan ánimo, soy Yo(CB); no teman(CC)».

28 Y Pedro le respondió: «Señor, si eres Tú, mándame que vaya a Ti sobre las aguas». 29 «Ven», le dijo Jesús. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús. 30 Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó: «¡Señor, sálvame!». 31 Al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo*: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste(CD)?».

32 Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó. 33 Entonces los que estaban en la barca lo adoraron, diciendo: «En verdad eres Hijo de Dios(CE)».

34 (CF)Terminada la travesía, bajaron a[ar] tierra en Genesaret(CG). 35 Y cuando los hombres de aquel lugar reconocieron a Jesús, enviaron a decirlo por toda aquella región de alrededor y le trajeron todos los que tenían algún mal. 36 Y le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de Su manto(CH); y todos los que lo tocaban quedaban curados(CI).

Discusión con algunos escribas y fariseos

15 (CJ)Entonces se acercaron* a Jesús algunos escribas y fariseos(CK) de Jerusalén, diciendo: «¿Por qué Tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Pues no se lavan las manos cuando comen pan(CL)».

Jesús les preguntó: «¿Por qué también quebrantan ustedes el mandamiento de Dios a causa de su tradición? Porque Dios dijo: “Honra a tu padre y a tu madre(CM)”, y: “Quien hable mal de su padre o de su madre, que muera[as](CN)”. Pero ustedes dicen: “Cualquiera que diga a su padre o a su madre: ‘Es ofrenda a Dios todo lo mío con que pudieras ser ayudado’, no necesitará más honrar[at] a su padre o a su madre[au]”. Y así ustedes invalidaron la palabra[av] de Dios por causa de su tradición. ¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías de ustedes cuando dijo:

Este pueblo con los labios me honra,
Pero su corazón está muy lejos de Mí(CO).
Pues en vano me rinden culto,
Enseñando como doctrinas preceptos de hombres(CP)”».

Lo que contamina al hombre

10 Llamando junto a Él a la multitud, Jesús les dijo: «Oigan y entiendan: 11 no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina(CQ) al hombre». 12 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron*: «¿Sabes que los fariseos se escandalizaron[aw] cuando oyeron Tus palabras[ax]?». 13 Pero Él contestó: «Toda planta que Mi Padre celestial no haya plantado, será desarraigada(CR). 14 Déjenlos; son ciegos guías de ciegos[ay](CS). Y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo(CT)».

15 Entonces Pedro dijo a Jesús: «Explícanos la parábola(CU)». 16 Jesús les dijo: «¿También están ustedes aún faltos de entendimiento? 17 ¿No entienden que todo lo que entra en la boca va al estómago[az] y luego se elimina[ba]? 18 Pero lo que sale de la boca proviene del corazón(CV), y eso es lo que contamina al hombre. 19 Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias(CW). 20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero comer sin lavarse las manos no contamina al hombre».

Jesús sana a la hija de una cananea

21 (CX)Saliendo Jesús de allí, se retiró a la región de Tiro y de Sidón(CY). 22 Entonces una mujer cananea que había salido de aquella región, comenzó a gritar: «Señor, Hijo de David(CZ), ten misericordia de mí; mi hija está terriblemente endemoniada(DA)». 23 Pero Él no le contestó nada. Y acercándose Sus discípulos, le rogaban: «Atiéndela[bb], pues viene gritando tras nosotros». 24 Y Jesús respondió: «No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel(DB)». 25 Pero acercándose ella, se postró[bc] ante Él(DC), diciendo: «¡Señor, ayúdame!». 26 Y Él le dijo: «No está bien tomar el pan de los hijos, y echárselo a los perrillos». 27 Ella respondió: «Sí, Señor; pero[bd] también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos». 28 Entonces Jesús le dijo: «Oh mujer, grande es tu fe(DD); que te suceda como deseas». Y su hija quedó sana desde aquel momento[be].

Jesús sana a muchos junto al mar de Galilea

29 (DE)Pasando Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea(DF), y subiendo al monte, se sentó allí. 30 Y vinieron a Él grandes multitudes trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos y los pusieron a Sus pies y Él los sanó(DG); 31 de modo que la muchedumbre se maravilló al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban restaurados[bf], los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Dios de Israel(DH).

Alimentación de los cuatro mil

32 (DI)Entonces Jesús, llamando junto a Él a Sus discípulos, les dijo: «Tengo compasión de la multitud(DJ), porque ya hace tres días que están aquí y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos sin comer, no sea que desfallezcan en el camino». 33 Y los discípulos le dijeron*: «¿Dónde podríamos conseguir en el desierto tantos panes para saciar a una multitud tan grande?». 34 «¿Cuántos panes tienen?», les preguntó* Jesús. Ellos respondieron: «Siete, y unos pocos pececillos».

35 Y Él mandó a la multitud que se sentara en el suelo; 36 tomó los siete panes y los peces, y después de dar gracias(DK), los partió y empezó a darlos a los discípulos, y los discípulos a las multitudes. 37 Comieron todos y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas(DL). 38 Los que comieron fueron 4,000 hombres, sin contar las mujeres y los niños. 39 Después de despedir a la muchedumbre, subió a la barca(DM) y se fue a la región de Magadán[bg](DN).

Fariseos y saduceos piden señal

16 (DO)Entonces los fariseos y los saduceos(DP) se acercaron, y poniendo a prueba[bh] a Jesús, le pidieron que les mostrara una señal[bi] del cielo(DQ). Pero Él les dijo: «[bj]Al caer la tarde ustedes dicen: “Hará buen tiempo, porque el cielo está rojizo(DR)”. Y por la mañana: “Hoy habrá tempestad, porque el cielo está rojizo y amenazador”. ¿Saben ustedes discernir el aspecto[bk] del cielo, pero no pueden discernir las señales de los tiempos(DS)? Una generación perversa y adúltera(DT) busca una señal, y no se le dará señal, sino la señal de Jonás». Y dejándolos, se fue.

La levadura de los fariseos y saduceos

Los discípulos, al pasar al otro lado, se habían olvidado de tomar panes. Entonces Jesús les dijo: «Estén atentos y cuídense(DU) de la levadura de los fariseos y saduceos(DV)». Y ellos discutían entre sí, diciendo: «Lo dice porque no tomamos panes».

Pero Jesús, dándose cuenta, dijo: «Hombres de poca fe(DW), ¿por qué discuten entre ustedes que no tienen pan? ¿Todavía no entienden ni recuerdan los cinco panes para los cinco mil, y cuántas cestas recogieron(DX)? 10 ¿Ni los siete panes para los cuatro mil, y cuántas canastas recogieron(DY)? 11 ¿Cómo es que no entienden que no les hablé de los panes? Pero cuídense(DZ) de la levadura de los fariseos y saduceos(EA)».

12 Entonces entendieron que Él no les había dicho que se cuidaran de la levadura de los panes, sino de la enseñanza de los fariseos y saduceos(EB).

La confesión de Pedro

13 (EC)Cuando Jesús llegó a la región de Cesarea de Filipo(ED), preguntó a Sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre(EE)?». 14 Y ellos respondieron: «Unos, Juan el Bautista(EF); y otros, Elías(EG); pero otros, Jeremías o alguno de los profetas». 15 «Y ustedes, ¿quién dicen que soy Yo?», les preguntó* Jesús. 16 Simón Pedro respondió: «Tú eres el Cristo(EH), el Hijo(EI) del Dios viviente(EJ)».

17 Entonces Jesús le dijo: «Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás(EK), porque esto no te lo reveló carne ni sangre(EL), sino Mi Padre que está en los cielos. 18 Yo también te digo que tú eres Pedro[bl](EM), y sobre esta roca[bm] edificaré Mi iglesia; y las puertas del Hades[bn](EN) no prevalecerán contra ella. 19 Yo te daré las llaves del reino de los cielos(EO); y lo que ates en la tierra, será[bo] atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será[bp] desatado en los cielos(EP)». 20 Entonces ordenó a los discípulos(EQ) que a nadie dijeran que Él era el Cristo(ER).

Jesús anuncia Su muerte y resurrección

21 (ES)Desde entonces Jesucristo comenzó a declarar[bq] a Sus discípulos que debía ir a Jerusalén y sufrir muchas cosas de parte de los ancianos(ET), de los principales sacerdotes y de los escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer día. 22 Tomando aparte a Jesús, Pedro lo reprendió: «¡No lo permita Dios[br], Señor! Eso nunca te acontecerá[bs]». 23 Pero volviéndose Él, dijo a Pedro: «¡Quítate de delante de Mí[bt], Satanás(EU)! Me eres piedra de tropiezo; porque no estás pensando en las cosas de Dios, sino en las de los hombres».

Condiciones para seguir a Jesús

24 Entonces Jesús dijo a Sus discípulos: «Si alguien quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz(EV) y que me siga. 25 Porque el que quiera salvar su vida[bu], la perderá; pero el que pierda su vida[bv] por causa de Mí, la hallará(EW). 26 Pues ¿qué provecho obtendrá un hombre si gana el mundo entero, pero pierde su alma? O ¿qué dará un hombre a cambio de su alma? 27 Porque el Hijo del Hombre(EX) ha de venir en la gloria de Su Padre(EY) con Sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno según su conducta(EZ).

28 »En verdad les digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre(FA) venir en Su reino(FB)».

La transfiguración

17 (FC)Seis días después, Jesús tomó* con Él a Pedro(FD), a Jacobo[bw] y a Juan su hermano, y los llevó* aparte a un monte alto. Delante de ellos se transfiguró; y Su rostro resplandeció como el sol y Sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías hablando con Él.

Entonces Pedro dijo a Jesús: «Señor, bueno es que estemos aquí; si quieres, haré aquí tres enramadas[bx], una para Ti, otra[by] para Moisés y otra[bz] para Elías(FE)». Mientras estaba aún hablando, una nube luminosa los cubrió; y una voz salió de la nube(FF), diciendo: «Este es Mi Hijo amado(FG) en quien Yo estoy complacido; óiganlo a Él».

Cuando los discípulos oyeron esto, cayeron sobre sus rostros y tuvieron gran temor. Entonces Jesús se les acercó, y tocándolos, dijo: «Levántense y no teman(FH)». Y cuando alzaron sus ojos no vieron a nadie, sino a Jesús solo.

Elías y Juan el Bautista

(FI)Mientras descendían del monte, Jesús les ordenó: «No cuenten a nadie la visión(FJ) hasta que el Hijo del Hombre(FK) haya resucitado de entre los muertos(FL)». 10 Los discípulos entonces le preguntaron: «¿Por qué, pues, dicen los escribas que Elías(FM) debe venir primero?». 11 Respondió Jesús: «Elías ciertamente viene, y restaurará todas las cosas; 12 pero Yo les digo que Elías ya vino y no lo reconocieron, sino que le hicieron[ca] todo lo que quisieron. Así también el Hijo del Hombre(FN) va a padecer a manos de ellos». 13 Entonces los discípulos entendieron que Él les había hablado de Juan el Bautista.

Jesús sana a un muchacho epiléptico

14 (FO)Cuando llegaron a la multitud, se acercó a Jesús un hombre, que arrodillándose delante de Él, dijo: 15 «Señor, ten misericordia de mi hijo, porque es epiléptico[cb](FP) y sufre terriblemente, porque muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua. 16 Lo traje a Tus discípulos y ellos no pudieron curarlo». 17 Jesús respondió: «¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo acá». 18 Jesús lo reprendió y el demonio salió de él, y el muchacho quedó curado desde aquel momento[cc].

19 Entonces los discípulos, llegándose a Jesús en privado, dijeron: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?». 20 Y Él les dijo*: «Por la poca fe de ustedes; porque en verdad les digo que si tienen fe(FQ) como un grano de mostaza(FR), dirán a este monte(FS): “Pásate de aquí allá”, y se pasará; y nada les será imposible(FT). 21 [cd]Pero esta clase no sale sino con oración y ayuno(FU)».

Otra vez Jesús anuncia Su muerte

22 (FV)Mientras andaban juntos por Galilea, Jesús les dijo: «El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres. 23 Lo matarán, y al tercer día resucitará(FW)». Y ellos se entristecieron mucho.

Pago del impuesto del templo

24 Cuando llegaron a Capernaúm, se acercaron a Pedro los que cobraban las dos dracmas[ce] del impuesto del templo(FX) y dijeron: «¿No paga su maestro el impuesto del templo(FY)?». 25 «Sí», contestó* Pedro. Y cuando él llegó a casa, Jesús se le anticipó[cf], diciendo: «¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes cobran tributos(FZ) o impuestos(GA) los reyes de la tierra, de sus hijos o de los extraños?». 26 «De los extraños», respondió Pedro. «Entonces los hijos están exentos[cg]», le dijo Jesús. 27 «Sin embargo, para que no los escandalicemos[ch](GB), ve al mar, echa el anzuelo, y toma el primer pez que salga[ci]; y cuando le abras la boca hallarás un siclo[cj]; tómalo y dáselo por ti y por Mí».

Footnotes

  1. Mateo 13:5 Lit. Y otras.
  2. Mateo 13:7 Lit. Y otras.
  3. Mateo 13:7 Lit. sobre los.
  4. Mateo 13:8 Lit. Y otras.
  5. Mateo 13:9 Algunos mss. antiguos dicen: oídos para oír.
  6. Mateo 13:14 O para.
  7. Mateo 13:15 Lit. se ha engrosado.
  8. Mateo 13:22 O siglo.
  9. Mateo 13:24 Lit. fue comparado con.
  10. Mateo 13:25 I.e. planta gramínea muy parecida al trigo.
  11. Mateo 13:26 Lit. la hierba.
  12. Mateo 13:27 Lit. De dónde.
  13. Mateo 13:28 Lit. Un hombre enemigo.
  14. Mateo 13:38 Lit. estos son.
  15. Mateo 13:39 Lit. la consumación.
  16. Mateo 13:39 O siglo.
  17. Mateo 13:40 Lit. la consumación.
  18. Mateo 13:40 O siglo.
  19. Mateo 13:41 O todo lo que ofende.
  20. Mateo 13:43 Algunos mss. antiguos dicen: oídos para oír.
  21. Mateo 13:48 O vasijas.
  22. Mateo 13:49 O la consumación.
  23. Mateo 13:49 O siglo.
  24. Mateo 13:49 O separarán.
  25. Mateo 13:52 Lit. a un hombre.
  26. Mateo 13:54 O milagros.
  27. Mateo 13:55 O Santiago.
  28. Mateo 13:58 O muchas obras de poder.
  29. Mateo 14:1 O aquella ocasión.
  30. Mateo 14:3 O encadenado.
  31. Mateo 14:5 O a la multitud.
  32. Mateo 14:5 Lit. tenían.
  33. Mateo 14:6 Lit. ocurrió.
  34. Mateo 14:6 I.e. Salomé.
  35. Mateo 14:6 Lit. en medio de.
  36. Mateo 14:9 Lit. los.
  37. Mateo 14:9 Lit. de los que se reclinaban a la mesa con él.
  38. Mateo 14:11 I.e. Salomé.
  39. Mateo 14:12 Lit. Y sus discípulos.
  40. Mateo 14:13 Lit. oyeron.
  41. Mateo 14:22 Lit. obligó a los discípulos que.
  42. Mateo 14:24 Lit. muchos estadios. Un estadio aprox. 180 metros.
  43. Mateo 14:24 Lit. atormentada.
  44. Mateo 14:34 Lit. llegaron a la.
  45. Mateo 15:4 Lit. muera a muerte.
  46. Mateo 15:6 I.e. en el sentido de socorrer.
  47. Mateo 15:6 Algunos mss. antiguos no incluyen: o a su madre.
  48. Mateo 15:6 Algunos mss. antiguos dicen: la ley.
  49. Mateo 15:12 O fueron ofendidos.
  50. Mateo 15:12 Lit. la palabra.
  51. Mateo 15:14 Varios mss. antiguos no incluyen: de ciegos.
  52. Mateo 15:17 Lit. vientre.
  53. Mateo 15:17 Lit. se echa en la letrina.
  54. Mateo 15:23 Lit. Despídela.
  55. Mateo 15:25 O adoró.
  56. Mateo 15:27 Lit. porque.
  57. Mateo 15:28 Lit. desde aquella hora.
  58. Mateo 15:31 O sanos.
  59. Mateo 15:39 Algunos mss. posteriores dicen: Magdala.
  60. Mateo 16:1 Lit. tentándole.
  61. Mateo 16:1 O un milagro.
  62. Mateo 16:2 Los mss. más antiguos no incluyen el resto del vers. 2 y el vers. 3.
  63. Mateo 16:3 Lit. la faz.
  64. Mateo 16:18 Gr. Petros; i.e. una piedra.
  65. Mateo 16:18 Gr. petra; i.e. una piedra grande.
  66. Mateo 16:18 I.e. los poderes de la muerte.
  67. Mateo 16:19 O habrá sido.
  68. Mateo 16:19 O habrá sido.
  69. Mateo 16:21 Lit. a mostrar.
  70. Mateo 16:22 Lit. (Dios tenga) misericordia de ti.
  71. Mateo 16:22 Lit. será.
  72. Mateo 16:23 Lit. Ponte detrás de mí.
  73. Mateo 16:25 O su alma.
  74. Mateo 16:25 O su alma.
  75. Mateo 17:1 O Santiago.
  76. Mateo 17:4 O tiendas sagradas.
  77. Mateo 17:4 Lit. una.
  78. Mateo 17:4 Lit. una.
  79. Mateo 17:12 Lit. hicieron en él o hicieron en su caso.
  80. Mateo 17:15 Lit. lunático.
  81. Mateo 17:18 Lit. aquella hora.
  82. Mateo 17:21 Los mss. más antiguos no incluyen este vers.
  83. Mateo 17:24 I.e. salario de dos días.
  84. Mateo 17:25 I.e. anticipó lo que Pedro le iba a decir.
  85. Mateo 17:26 O libres.
  86. Mateo 17:27 O no sea que los ofendamos.
  87. Mateo 17:27 Lit. suba.
  88. Mateo 17:27 I.e. salario de cuatro días.

Parábola del sembrador

(Mr. 4.1-9; Lc. 8.4-8)

13 Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó,(A) y toda la gente estaba en la playa. Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga.

Propósito de las parábolas

(Mr. 4.10-12; Lc. 8.9-10)

10 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas? 11 Él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. 12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.(B) 13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden. 14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo:

De oído oiréis, y no entenderéis;

Y viendo veréis, y no percibiréis.

15 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado,

Y con los oídos oyen pesadamente,

Y han cerrado sus ojos;

Para que no vean con los ojos,

Y oigan con los oídos,

Y con el corazón entiendan,

Y se conviertan,

Y yo los sane.(C)

16 Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen. 17 Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.(D)

Jesús explica la parábola del sembrador

(Mr. 4.13-20; Lc. 8.11-15)

18 Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: 19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. 20 Y el que fue sembrado en pedregales, este es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. 22 El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, este es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.

Parábola del trigo y la cizaña

24 Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; 25 pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. 26 Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. 27 Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? 28 Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? 29 Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. 30 Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.

Parábola de la semilla de mostaza

(Mr. 4.30-32; Lc. 13.18-19)

31 Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; 32 el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.

Parábola de la levadura

(Lc. 13.20-21)

33 Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado.

El uso que Jesús hace de las parábolas

(Mr. 4.33-34)

34 Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba; 35 para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo:

Abriré en parábolas mi boca;

Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.(E)

Jesús explica la parábola de la cizaña

36 Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. 37 Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. 38 El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. 39 El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. 40 De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. 41 Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, 42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. 43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.

El tesoro escondido

44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.

La perla de gran precio

45 También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, 46 que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.

La red

47 Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces; 48 y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera. 49 Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, 50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.

Tesoros nuevos y viejos

51 Jesús les dijo: ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos respondieron: Sí, Señor. 52 Él les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.

Jesús en Nazaret

(Mr. 6.1-6; Lc. 4.16-30)

53 Aconteció que cuando terminó Jesús estas parábolas, se fue de allí. 54 Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene este esta sabiduría y estos milagros? 55 ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene este todas estas cosas? 57 Y se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa.(F) 58 Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.

Muerte de Juan el Bautista

(Mr. 6.14-29; Lc. 9.7-9)

14 En aquel tiempo Herodes el tetrarca oyó la fama de Jesús, y dijo a sus criados: Este es Juan el Bautista; ha resucitado de los muertos, y por eso actúan en él estos poderes. Porque Herodes había prendido a Juan, y le había encadenado y metido en la cárcel, por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; porque Juan le decía: No te es lícito tenerla.(G)(H) Y Herodes quería matarle, pero temía al pueblo; porque tenían a Juan por profeta. Pero cuando se celebraba el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio, y agradó a Herodes, por lo cual este le prometió con juramento darle todo lo que pidiese. Ella, instruida primero por su madre, dijo: Dame aquí en un plato la cabeza de Juan el Bautista. Entonces el rey se entristeció; pero a causa del juramento, y de los que estaban con él a la mesa, mandó que se la diesen, 10 y ordenó decapitar a Juan en la cárcel. 11 Y fue traída su cabeza en un plato, y dada a la muchacha; y ella la presentó a su madre. 12 Entonces llegaron sus discípulos, y tomaron el cuerpo y lo enterraron; y fueron y dieron las nuevas a Jesús.

Alimentación de los cinco mil

(Mr. 6.30-44; Lc. 9.10-17; Jn. 6.1-14)

13 Oyéndolo Jesús, se apartó de allí en una barca a un lugar desierto y apartado; y cuando la gente lo oyó, le siguió a pie desde las ciudades. 14 Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos. 15 Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por las aldeas y compren de comer. 16 Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer. 17 Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces. 18 Él les dijo: Traédmelos acá. 19 Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud. 20 Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas. 21 Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.

Jesús anda sobre el mar

(Mr. 6.45-52; Jn. 6.15-21)

22 En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. 24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. 25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. 27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!

28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. 29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. 30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? 32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. 33 Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.

Jesús sana a los enfermos en Genesaret

(Mr. 6.53-56)

34 Y terminada la travesía, vinieron a tierra de Genesaret. 35 Cuando le conocieron los hombres de aquel lugar, enviaron noticia por toda aquella tierra alrededor, y trajeron a él todos los enfermos; 36 y le rogaban que les dejase tocar solamente el borde de su manto; y todos los que lo tocaron, quedaron sanos.

Lo que contamina al hombre

(Mr. 7.1-23)

15 Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las manos cuando comen pan. Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición? Porque Dios mandó diciendo: Honra a tu padre y a tu madre;(I) y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.(J) Pero vosotros decís: Cualquiera que diga a su padre o a su madre: Es mi ofrenda a Dios todo aquello con que pudiera ayudarte, ya no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición. Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:

Este pueblo de labios me honra;

Mas su corazón está lejos de mí.

Pues en vano me honran,

Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.(K)

10 Y llamando a sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended: 11 No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre. 12 Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra? 13 Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. 14 Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.(L) 15 Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos esta parábola. 16 Jesús dijo: ¿También vosotros sois aún sin entendimiento? 17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina? 18 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale;(M) y esto contamina al hombre. 19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. 20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.

La fe de la mujer cananea

(Mr. 7.24-30)

21 Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. 22 Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. 23 Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. 24 Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25 Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! 26 Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. 27 Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 28 Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.

Jesús sana a muchos

29 Pasó Jesús de allí y vino junto al mar de Galilea; y subiendo al monte, se sentó allí. 30 Y se le acercó mucha gente que traía consigo a cojos, ciegos, mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó; 31 de manera que la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel.

Alimentación de los cuatro mil

(Mr. 8.1-10)

32 Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino. 33 Entonces sus discípulos le dijeron: ¿De dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, para saciar a una multitud tan grande? 34 Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron: Siete, y unos pocos pececillos. 35 Y mandó a la multitud que se recostase en tierra. 36 Y tomando los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y dio a sus discípulos, y los discípulos a la multitud. 37 Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas. 38 Y eran los que habían comido, cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. 39 Entonces, despedida la gente, entró en la barca, y vino a la región de Magdala.

La demanda de una señal

(Mr. 8.11-13; Lc. 12.54-56)

16 Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal(N) del cielo. Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! Sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis! La generación mala y adúltera demanda señal;(O) pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás.(P) Y dejándolos, se fue.

La levadura de los fariseos

(Mr. 8.14-21)

Llegando sus discípulos al otro lado, se habían olvidado de traer pan. Y Jesús les dijo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos(Q) y de los saduceos. Ellos pensaban dentro de sí, diciendo: Esto dice porque no trajimos pan. Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan? ¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes entre cinco mil hombres,(R) y cuántas cestas recogisteis? 10 ¿Ni de los siete panes entre cuatro mil,(S) y cuántas canastas recogisteis? 11 ¿Cómo es que no entendéis que no fue por el pan que os dije que os guardaseis de la levadura de los fariseos y de los saduceos? 12 Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos.

La confesión de Pedro

(Mr. 8.27-30; Lc. 9.18-21)

13 Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? 14 Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.(T) 15 Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.(U) 17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro,[a] y sobre esta roca[b] edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. 19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.(V) 20 Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que él era Jesús el Cristo.

Jesús anuncia su muerte

(Mr. 8.31—9.1; Lc. 9.22-27)

21 Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. 22 Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. 23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.(W) 25 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.(X) 26 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? 27 Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles,(Y) y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.(Z) 28 De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.

La transfiguración

(Mr. 9.2-13; Lc. 9.28-36)

17 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos,(AA) y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia;(AB) a él oíd. Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor. Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis. Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo.

Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos. 10 Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?(AC) 11 Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. 12 Mas os digo que Elías ya vino,(AD) y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos. 13 Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista.

Jesús sana a un muchacho lunático

(Mr. 9.14-29; Lc. 9.37-43)

14 Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo: 15 Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua. 16 Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar. 17 Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá. 18 Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y este quedó sano desde aquella hora. 19 Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? 20 Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará;(AE) y nada os será imposible. 21 Pero este género no sale sino con oración y ayuno.

Jesús anuncia otra vez su muerte

(Mr. 9.30-32; Lc. 9.43-45)

22 Estando ellos en Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, 23 y le matarán; mas al tercer día resucitará. Y ellos se entristecieron en gran manera.

Pago del impuesto del templo

24 Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas,(AF) y le dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas? 25 Él dijo: Sí. Y al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños? 26 Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos. 27 Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, y echa el anzuelo, y el primer pez que saques, tómalo, y al abrirle la boca, hallarás un estatero;[c] tómalo, y dáselo por mí y por ti.

Footnotes

  1. Mateo 16:18 Gr. Petros.
  2. Mateo 16:18 Gr. petra.
  3. Mateo 17:27 Moneda correspondiente a cuatro dracmas.