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El reinado de paz del Señor(A)

En los últimos tiempos quedará afirmado
el monte donde se halla el templo del Señor.
Será el monte más alto;
más alto que cualquier otro monte.
Todas las naciones vendrán a él;
pueblos numerosos llegarán, diciendo:
«Vengan, subamos al monte del Señor,
al templo del Dios de Jacob,
para que él nos enseñe sus caminos
y podamos andar por sus senderos.»
Porque de Sión saldrá la enseñanza del Señor,
de Jerusalén vendrá su palabra.
El Señor juzgará entre las naciones
y decidirá los pleitos de pueblos numerosos,
aun de los más lejanos.
Ellos convertirán sus espadas en arados
y sus lanzas en hoces.
Ningún pueblo volverá a tomar las armas contra otro
ni a recibir instrucción para la guerra.
Todos vivirán entonces sin temor,
y cada cual podrá descansar
a la sombra de su vid y de su higuera.
¡Son las propias palabras del Señor todopoderoso!

Los otros pueblos obedecen a sus propios dioses,
pero nosotros siempre obedeceremos
al Señor nuestro Dios.

El Señor salvará a su pueblo

6-7 Esto afirma el Señor:

«En aquel día reuniré a mis ovejas,
a las que había castigado:
a las impedidas, cansadas y dispersas.
Con ellas, con las que hayan quedado,
haré una nación poderosa.
Yo, el Señor, gobernaré a mi pueblo
desde el monte Sión, ahora y siempre.
Y tú, Jerusalén, torre y fortaleza de Sión,
tú volverás a ser la capital del reino,
la gran señora que antes fuiste.»

Ahora pues, ¿por qué gritas así,
como una mujer con dolores de parto?
¿Acaso porque en ti no hay rey?
¿O porque han muerto tus consejeros?
10 Retuércete y grita, ciudad de Sión,
como una mujer con dolores de parto,
porque tu gente va a salir de ti y tendrá que vivir a campo abierto,
y aun llegará hasta Babilonia.
Pero allí librará el Señor a su pueblo;
lo salvará de sus enemigos.

11 Ahora muchas naciones
se han juntado en contra tuya,
diciendo: «¡Vamos a darnos el gusto
de ver a Jerusalén profanada!»
12 Pero esas naciones no conocen
los pensamientos y los planes de Dios;
no saben que él las va a juntar
como manojos de espigas en la era.

13 tate y trilla, ciudad de Sión!
Porque el Señor dice:
«Yo te daré la fuerza de un toro
de cuernos de hierro y pezuñas de bronce,
para que destroces a muchos pueblos.
Tú les quitarás sus riquezas mal habidas
y me las consagrarás a mí,
al Señor de toda la tierra.»

Reinado universal de Jehová(A)

«Acontecerá en los postreros tiempos
que el monte de la casa de Jehová
será colocado a la cabeza de los montes,
más alto que los collados,
y acudirán a él los pueblos.
Vendrán muchas naciones, y dirán:
“Venid, subamos al monte de Jehová,
a la casa del Dios de Jacob;
él nos enseñará en sus caminos
y andaremos por sus veredas”,
porque de Sión saldrá la Ley,
y de Jerusalén la palabra de Jehová.
Él juzgará entre muchos pueblos
y corregirá a naciones poderosas y lejanas.
Ellos convertirán sus espadas en azadones
y sus lanzas en hoces.
Ninguna nación alzará la espada contra otra nación
ni se preparará más para la guerra.
Se sentará cada uno
debajo de su vid y debajo de su higuera,
y no habrá quien les infunda temor.
¡La boca de Jehová de los ejércitos ha hablado!
Aunque todos los pueblos anden
cada uno en el nombre de su dios,
con todo, nosotros andaremos
en el nombre de Jehová, nuestro Dios,
eternamente y para siempre.

Israel será redimido del cautiverio

»En aquel día, dice Jehová,
recogeré a las ovejas cojas,
reuniré a las descarriadas
y a la que afligí.
De las cojas haré un remanente,
de las descarriadas, una nación robusta.
Entonces reinará Jehová sobre ellos
en el monte Sión,
desde ahora y para siempre.
Y tú, torre del rebaño,
fortaleza de la hija de Sión,
tú recobrarás el señorío de antaño,
el reino de la hija de Jerusalén.

»Ahora, ¿por qué gritas tanto?
¿Acaso no tienes rey?
¿Pereció tu consejero
y te atenaza el dolor como a una mujer de parto?
10 Quéjate y gime, hija de Sión,
como mujer que está de parto,
porque ahora saldrás de la ciudad
y morarás en el campo.
Llegarás hasta Babilonia
y allí serás librada;
allí te redimirá Jehová
de manos de tus enemigos.

11 »Ahora se han juntado muchas naciones en contra tuya,
y dicen: “¡Que sea profanada
y se recreen nuestros ojos a la vista de Sión!”
12 Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehová,
ni entendieron su consejo,
por lo cual los juntó como gavillas en la era.
13 ¡Levántate y trilla, hija de Sión!
Porque haré tu cuerno como de hierro,
y tus uñas, de bronce:
desmenuzarás a muchos pueblos
y consagrarás a Jehová su botín,
y sus riquezas, al Señor de toda la tierra.»