Mateo 26:47-56
Nueva Versión Internacional (Castilian)
Arresto de Jesús(A)
47 Todavía estaba hablando Jesús cuando llegó Judas, uno de los doce. Lo acompañaba una gran turba armada con espadas y palos, enviada por los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo. 48 El traidor les había dado esta contraseña: «Al que dé un beso, ese es; arrestadlo». 49 En seguida Judas se acercó a Jesús y lo saludó.
―¡Rabí! —le dijo, y lo besó.
50 ―Amigo —le replicó Jesús—, ¿a qué vienes?[a]
Entonces los hombres se acercaron y prendieron a Jesús. 51 En eso, uno de los que estaban con él extendió la mano, sacó la espada e hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole una oreja.
52 ―Guarda tu espada —le dijo Jesús—, porque los que a hierro matan, a hierro mueren.[b] 53 ¿Crees que no puedo acudir a mi Padre, y al instante pondría a mi disposición más de doce batallones[c] de ángeles? 54 Pero, entonces, ¿cómo se cumplirían las Escrituras que dicen que así tiene que suceder?
55 Y de inmediato dijo a la turba:
―¿Acaso soy un bandido,[d] para que vengáis con espadas y palos a arrestarme? Todos los días me sentaba a enseñar en el templo, y no me prendisteis. 56 Pero todo esto ha sucedido para que se cumpla lo que escribieron los profetas.
Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.
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