Ministerio de Jesús

³⁵ Y Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos^(A), proclamando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia^(B). ³⁶ Y viendo las multitudes^(C), tuvo compasión de ellas, porque estaban angustiadas y abatidas como ovejas que no tienen pastor^(D). ³⁷ Entonces dijo* a sus discípulos: La mies es mucha, pero los obreros pocos^(E). ³⁸ Por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.

Llamamiento de los doce apóstoles

10 Entonces llamando a sus doce discípulos^(F), Jesús les dio poder^[a] sobre los espíritus inmundos para expulsarlos y para sanar toda enfermedad y toda dolencia^(G).

^2 (H)Y los nombres de los doce apóstoles son estos: primero, Simón^(I), llamado Pedro, y Andrés su hermano^(J); y Jacobo^[b](K), el hijo de Zebedeo, y Juan^[c] su hermano; ³ Felipe y Bartolomé^[d](L); Tomás^(M) y Mateo^(N), el recaudador de impuestos^[e]; Jacobo^[f](O), el hijo de Alfeo, y Tadeo^(P); ⁴ Simón el cananita^[g], y Judas Iscariote^(Q), el que también le entregó.

Jesús envía a los doce

⁵ A estos doce^(R) envió Jesús después de instruirlos, diciendo: No vayáis por^[h] el camino de los gentiles, y no entréis en ninguna ciudad de los samaritanos^(S). ⁶ Sino id más bien a las ovejas perdidas^(T) de la casa de Israel. ⁷ Y cuando vayáis, predicad diciendo: «El reino de los cielos se ha acercado^(U)». ⁸ Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, expulsad demonios; de gracia^[i] recibisteis, dad de gracia^[j]. ^9 (V)No os proveáis de oro, ni de plata, ni de cobre para llevar en vuestros cintos, ¹⁰ ni de alforja^[k] para el camino, ni de dos túnicas^[l], ni de sandalias, ni de bordón; porque el obrero es digno de su sostén^[m](W). ¹¹ Y en cualquier ciudad o aldea donde entréis, averiguad quién es digno en ella, y quedaos allí hasta que os marchéis. ¹² Al entrar en la casa, dadle vuestro saludo de paz^(X). ¹³ Y si la casa es digna, que vuestro saludo de paz venga sobre ella; pero si no es digna, que vuestro saludo de paz se vuelva a vosotros. ¹⁴ Y cualquiera que no os reciba ni oiga vuestras palabras, al salir de esa casa o de esa ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies^(Y). ¹⁵ En verdad os digo que en el día del juicio^(Z) será más tolerable el castigo^(AA) para la tierra de Sodoma y Gomorra^(AB) que para esa ciudad.

Advertencias a los doce

¹⁶ Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos^(AC); por tanto, sed^[n] astutos como las serpientes^(AD) e inocentes como las palomas^(AE).

⁶ Y estaba maravillado de la incredulidad de ellos.

Y recorría las aldeas de alrededor enseñando^(A).

Jesús envía a los doce

^7 (B)Entonces llamó* a los doce^(C) y comenzó a enviarlos de dos en dos^(D), dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos; ⁸ y les ordenó que no llevaran nada para el camino^(E), sino solo un bordón; ni pan, ni alforja^[a], ni dinero en el cinto; ⁹ sino calzados con sandalias. No llevéis dos túnicas^{[b] 10} —les dijo— y dondequiera que entréis en una casa, quedaos allí hasta que salgáis de la población^[c]. ¹¹ Y en cualquier lugar que no os reciban ni os escuchen, al salir de allí, sacudid el polvo de la planta^[d] de vuestros pies^(F) en testimonio contra ellos. ¹² Y saliendo, predicaban^[e](G) que todos se arrepintieran. ¹³ Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los sanaban^(H).

Misión de los doce

9 Reuniendo a los doce, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios^(A) y para sanar enfermedades. ² Y los envió a proclamar el reino de Dios^(B) y a sanar a los enfermos. ³ Y les dijo: ^(C)No toméis nada para el camino, ni bordón, ni alforja^[a], ni pan, ni dinero; ni tengáis dos túnicas cada uno^(D). ⁴ En cualquier casa donde entréis, quedaos allí, y sea de allí vuestra salida. ⁵ Y en cuanto a los que no os reciban, al salir de esa ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos^(E). ⁶ Entonces salieron, e iban por las aldeas anunciando^(F) el evangelio y sanando por todas partes.