Los fariseos buscan señal

11 (A)Entonces salieron los fariseos y comenzaron a discutir con Él, buscando de Él una señal[a] del cielo(B) para ponerle[b] a prueba. 12 Suspirando profundamente(C) en su espíritu[c], dijo*: ¿Por qué pide señal[d](D) esta generación? En verdad os digo que no se le dará señal[e] a esta generación. 13 Y dejándolos, se embarcó otra vez y se fue al otro lado.

La levadura de los fariseos

14 Y se habían olvidado de tomar panes; y no tenían consigo en la barca sino solo un pan. 15 Y Él les encargaba[f] diciendo: ¡Tened cuidado! Guardaos de la levadura de los fariseos(E) y de la levadura de Herodes(F). 16 Y ellos discutían entre sí que no tenían panes. 17 Dándose cuenta Jesús, les dijo*: ¿Por qué discutís que no tenéis pan? ¿Aún no comprendéis ni entendéis? ¿Tenéis el corazón endurecido[g](G)? 18 Teniendo ojos, ¿no veis? Y teniendo oídos, ¿no oís(H)? ¿No recordáis 19 cuando partí los cinco panes entre los cinco mil(I)? ¿Cuántas cestas llenas de pedazos recogisteis? Y ellos le dijeron*: Doce(J). 20 Y cuando partí los siete panes entre los cuatro mil(K), ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos le dijeron*: Siete(L). 21 Y les dijo[h]: ¿Aún no entendéis(M)?

El ciego de Betsaida

22 Llegaron* a Betsaida(N), y le trajeron* un ciego y le rogaron* que lo tocara(O). 23 Tomando de la mano al ciego, lo sacó fuera de la aldea; y después de escupir(P) en sus ojos y de poner las manos sobre él(Q), le preguntó: ¿Ves algo? 24 Y levantando[i] la vista, dijo: Veo a los hombres, pero los veo[j] como árboles que caminan. 25 Entonces Jesús puso otra vez las manos sobre sus ojos, y él miró fijamente y fue restaurado; y lo veía todo con claridad. 26 Y lo envió a su casa diciendo: Ni aun en la aldea entres(R).

La confesión de Pedro

27 (S)Salió Jesús con sus discípulos a las aldeas de Cesarea de Filipo(T); y en el camino preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? 28 Y le respondieron, diciendo: Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; pero otros, uno de los profetas(U). 29 Él les preguntó de nuevo: Pero vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Pedro, le dijo*: Tú eres el Cristo[k](V). 30 Y Él les advirtió severamente que no hablaran de Él a nadie(W).

Jesús anuncia su muerte y resurrección

31 (X)Y comenzó a enseñarles que el Hijo del Hombre debía padecer muchas cosas, y ser rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser muerto, y después de tres días resucitar(Y). 32 Y les decía estas palabras claramente(Z). Y Pedro le llevó aparte y comenzó a reprenderle. 33 Mas Él volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro y le dijo*: ¡Quítate de delante de mí[l], Satanás(AA)!, porque no tienes en mente las cosas de Dios, sino las de los hombres.

Condiciones para seguir a Jesús

34 Y llamando a la multitud y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame(AB). 35 Porque el que quiera salvar su vida[m], la perderá; pero el que pierda su vida[n] por causa de mí y del evangelio, la salvará(AC). 36 Pues, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma? 37 Pues ¿qué dará un hombre a cambio de su alma? 38 Porque cualquiera que se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre(AD) también se avergonzará(AE) de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles(AF).

Y les decía: En verdad os digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean el reino de Dios después de que haya venido con poder(AG).

Footnotes

  1. Marcos 8:11 O, un milagro
  2. Marcos 8:11 Lit., poniéndole
  3. Marcos 8:12 O, en sí mismo
  4. Marcos 8:12 O, milagro
  5. Marcos 8:12 Lit., si una señal se dará
  6. Marcos 8:15 O, mandaba
  7. Marcos 8:17 O, insensible, o, embotado
  8. Marcos 8:21 Lit., decía
  9. Marcos 8:24 O, recobrando
  10. Marcos 8:24 O, me parecen
  11. Marcos 8:29 I.e., el Mesías
  12. Marcos 8:33 Lit., Ponte detrás de mí
  13. Marcos 8:35 O, alma
  14. Marcos 8:35 O, alma

La demanda de una señal

(Mt. 16.1-4; Lc. 12.54-56)

11 Vinieron entonces los fariseos y comenzaron a discutir con él, pidiéndole señal del cielo,(A) para tentarle. 12 Y gimiendo en su espíritu, dijo: ¿Por qué pide señal esta generación?(B) De cierto os digo que no se dará señal a esta generación. 13 Y dejándolos, volvió a entrar en la barca, y se fue a la otra ribera.

La levadura de los fariseos

(Mt. 16.5-12)

14 Habían olvidado de traer pan, y no tenían sino un pan consigo en la barca. 15 Y él les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos,(C) y de la levadura de Herodes. 16 Y discutían entre sí, diciendo: Es porque no trajimos pan. 17 Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? 18 ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís?(D) ¿Y no recordáis? 19 Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce. 20 Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete. 21 Y les dijo: ¿Cómo aún no entendéis?

Un ciego sanado en Betsaida

22 Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase. 23 Entonces, tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo. 24 Él, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan. 25 Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos. 26 Y lo envió a su casa, diciendo: No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea.

La confesión de Pedro

(Mt. 16.13-20; Lc. 9.18-21)

27 Salieron Jesús y sus discípulos por las aldeas de Cesarea de Filipo. Y en el camino preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? 28 Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas.(E) 29 Entonces él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo.(F) 30 Pero él les mandó que no dijesen esto de él a ninguno.

Jesús anuncia su muerte

(Mt. 16.21-28; Lc. 9.22-27)

31 Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días. 32 Esto les decía claramente. Entonces Pedro le tomó aparte y comenzó a reconvenirle. 33 Pero él, volviéndose y mirando a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

34 Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.(G) 35 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.(H) 36 Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? 37 ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

38 Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.

También les dijo: De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios venido con poder.