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La cuestión del tributo(A)

13 Le enviaron algunos de los fariseos y de los herodianos para que lo sorprendieran en alguna palabra. 14 Viniendo ellos, le dijeron:

—Maestro, sabemos que eres hombre veraz y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. ¿Es lícito dar tributo a César, o no? ¿Daremos, o no daremos?

15 Pero él, percibiendo la hipocresía de ellos, les dijo:

—¿Por qué me tentáis? Traedme un denario para que lo vea.

16 Ellos se lo trajeron; y él entonces preguntó:

—¿De quién es esta imagen y la inscripción?

Ellos le dijeron:

—De César.

17 Respondiendo Jesús, les dijo:

—Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.

Y se maravillaron de él.

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La cuestión del tributo(A)

19 En aquella hora, los principales sacerdotes y los escribas procuraban echarle mano, porque comprendieron que contra ellos había dicho esta parábola; pero temían al pueblo.

20 Y, acechándolo, enviaron espías que simularan ser justos, a fin de sorprenderlo en alguna palabra, para entregarlo al poder y autoridad del gobernador. 21 Le preguntaron, diciendo:

—Maestro, sabemos que dices y enseñas rectamente, y que no haces acepción de persona, sino que enseñas el camino de Dios con verdad. 22 ¿Nos es lícito dar tributo a César, o no?

23 Pero él, comprendiendo la astucia de ellos, les dijo:

—¿Por qué me tentáis? 24 Mostradme la moneda. ¿De quién es la imagen y la inscripción?

Respondiendo dijeron:

—De César.

25 Entonces les dijo:

—Pues dad a César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios.

26 Y no pudieron sorprenderlo en palabra alguna delante del pueblo, sino que, maravillados de su respuesta, callaron.

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