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«Ahora, sacerdotes, esto es para ustedes: Ustedes han de obedecerme y deben tomar en serio el honrarme. Si no lo hacen, yo los maldeciré. Y como no han tomado en serio el honrarme, yo convertiré en maldición incluso los beneficios que obtienen de su sacerdocio.» Lo dice el Señor todopoderoso.

«Voy a privarlos de su poder y a arrojarles a la cara el estiércol de los animales que traen a sacrificar. ¡Y junto con el estiércol, también ustedes serán barridos! Así sabrán que yo les he dado este mandato para que mi alianza con Leví permanezca firme.» Lo dice el Señor todopoderoso.

«Mi alianza era vida y paz para Leví. Se las di para que me respetara y me temiera, y él me mostró temor y reverencia. Leví enseñaba la verdad y no había maldad en sus labios. Vivía en perfecta relación de paz conmigo y apartó a muchos de hacer lo malo. Es el deber de los sacerdotes enseñar a la gente a conocerme, y todos deben acudir a ellos para recibir instrucción, porque ellos son los mensajeros del Señor todopoderoso.

»Pero ustedes, sacerdotes, se han apartado del buen camino; con sus enseñanzas han hecho caer a muchos. Así, ustedes han pervertido mi alianza con Leví. Por eso, porque no me han obedecido y porque, además, cuando enseñan a la gente no tratan a todos por igual, yo haré que todo el pueblo los tenga por viles y los desprecie.» Lo dice el Señor todopoderoso.

10 ¿Acaso no tenemos todos un mismo Padre, que es el Dios que a todos nos ha creado? ¿Por qué, pues, nos engañamos los unos a los otros, violando así la alianza que hizo Dios con nuestros antepasados? 11 Judá es infiel a Dios, y se cometen acciones horribles en Jerusalén y en Israel. Judá ha violado la santidad del templo que el Señor ama, y los hombres de Judá han tomado por esposas mujeres que adoran a dioses falsos. 12 ¡Ojalá el Señor borre de nuestra nación a quienes hacen tales cosas, sean quienes sean y aunque traigan ofrendas al Señor todopoderoso!

13 Pero ustedes aún hacen más: inundan de lágrimas el altar del Señor, y lloran con grandes lamentos porque el Señor ya no acepta con gusto sus ofrendas. 14 ¿Y aún preguntan ustedes por qué? Pues porque el Señor es testigo de que tú has faltado a la promesa que le hiciste a la mujer con quien te casaste cuando eras joven. ¡Era tu compañera, y tú le prometiste fidelidad! 15 ¿Acaso no es un mismo Dios el que ha hecho el cuerpo y el espíritu? ¿Y qué requiere ese Dios sino descendientes que le sean consagrados? ¡Cuiden ustedes, pues, de su propio espíritu, y no falten a la promesa que le hicieron a la esposa de su juventud! 16 El Señor Dios de Israel, el todopoderoso, dice: «¡Cuiden, pues, de su propio espíritu, y no sean infieles; pues yo aborrezco al que se divorcia de su esposa y se mancha cometiendo esa maldad!»

17 El Señor ya está cansado de escucharles; y todavía ustedes preguntan: «¿Qué hemos dicho para que se haya cansado de escucharnos?» Pues ustedes han dicho que al Señor le agradan los que hacen lo malo, y que está contento con ellos. ¡Ustedes no creen que Dios sea justo!

Reprensión de la infidelidad de Israel

»Ahora, pues, sacerdotes, para vosotros es este mandamiento.
Si no escucháis
y si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre,
ha dicho Jehová de los ejércitos,
enviaré maldición sobre vosotros
y maldeciré vuestras bendiciones;
y ya las he maldecido,
porque no os habéis decidido de corazón.

»Yo os dañaré la sementera,
os echaré al rostro el estiércol,
el estiércol de vuestros animales sacrificados,
y seréis arrojados juntamente con él.
Así sabréis que yo os envié este mandamiento,
para que permanezca mi pacto con Leví,
ha dicho Jehová de los ejércitos.

»Mi pacto con él fue de vida y de paz.
Se las di para que me temiera,
y él tuvo temor de mí y ante mi nombre guardaba reverencia.
La ley de verdad estuvo en su boca,
iniquidad no fue hallada en sus labios;
en paz y en justicia anduvo conmigo,
y a muchos hizo apartar de la maldad.
Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría,
y de su boca el pueblo buscará la Ley;
porque es mensajero de Jehová de los ejércitos.

»Mas vosotros os habéis apartado del camino;
habéis hecho tropezar a muchos en la Ley;
habéis corrompido el pacto de Leví,
dice Jehová de los ejércitos.
Por eso yo os he hecho despreciables,
viles ante todo el pueblo,
porque no habéis guardado mis caminos
y hacéis acepción de personas
al aplicar la Ley.»

10 ¿Acaso no tenemos todos un mismo Padre?
¿No nos ha creado un mismo Dios?
¿Por qué, pues, somos desleales los unos con los otros,
profanando el pacto de nuestros padres?
11 Prevaricó Judá;
en Israel y en Jerusalén se ha cometido abominación,
porque Judá ha profanado el santuario de Jehová, el que él amó,
al casarse con la hija de un dios extraño.
12 Jehová arrancará de las tiendas de Jacob
al hombre que haga esto,
al que vela, al que responde
y al que ofrece ofrenda a Jehová de los ejércitos.

13 Pero aún hacéis más:
Cubrís el altar de Jehová de lágrimas,
de llanto y de clamor;
así que no miraré más la ofrenda,
ni la aceptaré con gusto de vuestras manos.
14 Mas diréis: «¿Por qué?»
Porque Jehová es testigo
entre ti y la mujer de tu juventud,
con la cual has sido desleal,
aunque ella era tu compañera y la mujer de tu pacto.
15 ¿No hizo él un solo ser,
en el cual hay abundancia de espíritu?
¿Y por qué uno?
Porque buscaba una descendencia para Dios.
Guardaos, pues, en vuestro espíritu
y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud.
16 Porque dice Jehová, Dios de Israel,
que él aborrece el repudio y al que mancha de maldad su vestido,
dijo Jehová de los ejércitos.
Guardaos, pues, en vuestro espíritu
y no seáis desleales.

17 Habéis hecho cansar a Jehová con vuestras palabras.
Y preguntáis: «¿En qué lo hemos cansado?»
En que decís: «Cualquiera que hace mal, agrada a Jehová;
en los tales se complace»;
o si no: «¿Dónde está el Dios de justicia?»