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El reinado de paz del Señor(A)

En los últimos tiempos quedará afirmado
el monte donde se halla el templo del Señor.
Será el monte más alto;
más alto que cualquier otro monte.
Todas las naciones vendrán a él;
pueblos numerosos llegarán, diciendo:
«Vengan, subamos al monte del Señor,
al templo del Dios de Jacob,
para que él nos enseñe sus caminos
y podamos andar por sus senderos.»
Porque de Sión saldrá la enseñanza del Señor,
de Jerusalén vendrá su palabra.
El Señor juzgará entre las naciones
y decidirá los pleitos de pueblos numerosos,
aun de los más lejanos.
Ellos convertirán sus espadas en arados
y sus lanzas en hoces.
Ningún pueblo volverá a tomar las armas contra otro
ni a recibir instrucción para la guerra.
Todos vivirán entonces sin temor,
y cada cual podrá descansar
a la sombra de su vid y de su higuera.
¡Son las propias palabras del Señor todopoderoso!

Los otros pueblos obedecen a sus propios dioses,
pero nosotros siempre obedeceremos
al Señor nuestro Dios.

El Señor salvará a su pueblo

6-7 Esto afirma el Señor:

«En aquel día reuniré a mis ovejas,
a las que había castigado:
a las impedidas, cansadas y dispersas.
Con ellas, con las que hayan quedado,
haré una nación poderosa.
Yo, el Señor, gobernaré a mi pueblo
desde el monte Sión, ahora y siempre.
Y tú, Jerusalén, torre y fortaleza de Sión,
tú volverás a ser la capital del reino,
la gran señora que antes fuiste.»

Ahora pues, ¿por qué gritas así,
como una mujer con dolores de parto?
¿Acaso porque en ti no hay rey?
¿O porque han muerto tus consejeros?
10 Retuércete y grita, ciudad de Sión,
como una mujer con dolores de parto,
porque tu gente va a salir de ti y tendrá que vivir a campo abierto,
y aun llegará hasta Babilonia.
Pero allí librará el Señor a su pueblo;
lo salvará de sus enemigos.

11 Ahora muchas naciones
se han juntado en contra tuya,
diciendo: «¡Vamos a darnos el gusto
de ver a Jerusalén profanada!»
12 Pero esas naciones no conocen
los pensamientos y los planes de Dios;
no saben que él las va a juntar
como manojos de espigas en la era.

13 tate y trilla, ciudad de Sión!
Porque el Señor dice:
«Yo te daré la fuerza de un toro
de cuernos de hierro y pezuñas de bronce,
para que destroces a muchos pueblos.
Tú les quitarás sus riquezas mal habidas
y me las consagrarás a mí,
al Señor de toda la tierra.»

Restauración de la dinastía de David

(4.14) «Pero ahora, Jerusalén, prepara tu defensa,
porque has sido sitiada
y van a castigar duramente al jefe de Israel.
(1) En cuanto a ti, Belén Efrata,
pequeña entre los clanes de Judá,
de ti saldrá un gobernante de Israel
que desciende de una antigua familia.»
(2) Ahora el Señor deja a los suyos,
pero sólo hasta que dé a luz
la mujer que está esperando un hijo.
Entonces se reunirán con sus compatriotas
los israelitas que están en el destierro.
(3) El rey se levantará para pastorear a su pueblo
con el poder y la majestad del Señor su Dios,
y ellos podrán vivir en paz,
porque el Señor será engrandecido
hasta el último rincón de la tierra.
(4) Él traerá la paz.
Cuando los asirios invadan nuestro país
y entren en nuestros palacios,
enviaremos contra ellos
siete jefes y ocho hombres importantes.
(5) Ellos gobernarán Asiria,
el país de Nimrod, a filo de espada,
y nos librarán de los asirios
que hayan cruzado nuestras fronteras
e invadido nuestra tierra.

Destrucción de los enemigos

(6) Entonces, en medio de muchos pueblos,
los que queden del pueblo de Jacob
serán como el rocío que envía el Señor, como las lluvias que caen sobre la hierba,
que no dependen de la voluntad del hombre.
(7) Entonces, en medio de muchas naciones,
lo que quede del pueblo de Jacob
será como un león entre los animales salvajes,
como un león en un rebaño de ovejas,
que al pasar las desgarra y destroza,
y no deja que ninguna escape con vida.
(8) Así atacarás tú, Señor, y destruirás
a todos tus enemigos.

Fin de la guerra y la idolatría

10 (9) Esto afirma el Señor:

«En aquel día mataré tus caballos
y destruiré tus carros de guerra;
11 (10) convertiré en ruinas tus ciudades
y derribaré todas tus fortalezas;
12 (11) acabaré con tus hechicerías
y te dejaré sin adivinos;
13 (12) destruiré tus ídolos y piedras sagradas,
para que no vuelvas a adorar jamás
a los dioses que tú mismo hiciste.
14 (13) Arrancaré tus árboles sagrados
y destruiré por completo tus ciudades.
15 (14) En mi furor, tomaré venganza
de las naciones que no quisieron obedecerme.»

Pleito de Dios contra Israel

Oigan ustedes ahora lo que dice el Señor:
«¡Levántate y expón tu caso ante los montes,
y que los cerros oigan tu voz!»
Escuchen ustedes, montes
y firmes cimientos de la tierra:
el Señor va a entablar un juicio contra su pueblo,
va a entablar un pleito contra Israel.

Esto dice el Señor:

«Respóndeme, pueblo mío,
¿qué te he hecho o en qué te he molestado?
Yo te saqué de Egipto, librándote de la esclavitud;
yo envié a Moisés, Aarón y María,
para que te dirigieran.
Pueblo mío, recuerda ahora
los planes de Balac, rey de Moab,
y la respuesta que le dio Balaam, hijo de Beor.
Recuerda cuando pasaste de Sitim a Guilgal,
y reconoce las victorias del Señor.»

Lo que el Señor espera del hombre

¿Con qué me presentaré a adorar
al Señor, Dios de las alturas?
¿Me presentaré ante él con becerros de un año,
para ofrecérselos en holocausto?
¿Se alegrará el Señor, si le ofrezco mil carneros
o diez mil ríos de aceite?
¿O si le ofrezco a mi hijo mayor
en pago de mi rebelión y mi pecado?

El Señor ya te ha dicho, oh hombre,
en qué consiste lo bueno
y qué es lo que él espera de ti:
que hagas justicia, que seas fiel y leal
y que obedezcas humildemente a tu Dios.

Mensaje contra el fraude y la mentira

El Señor está llamando a la ciudad,
y es sabio oírle con reverencia:
«Escuchen, pueblo y consejeros de la ciudad:
10 En la casa del malvado hay riquezas mal habidas
y esas medidas falsas que aborrezco.
11 ¿Cómo podré perdonar al que emplea
balanzas alteradas y pesas falsas?
12 Los ricos de esta ciudad son todos opresores;
mentirosos y engañadores todos sus habitantes.
13 Por eso he comenzado a castigarte,
a destruirte por causa de tus pecados.
14 Comerás, pero no quedarás satisfecho,
sino que seguirás sufriendo hambre;
recogerás provisiones, pero no podrás salvar nada,
y aun si algo salvas, haré que la guerra lo destruya.
15 Sembrarás, pero no cosecharás;
molerás aceitunas, pero no aprovecharás el aceite;
pisarás uvas, pero no beberás el vino.
16 Porque has seguido los mandatos y las prácticas
de Omrí y de la familia de Ahab,
y te has portado como ellos lo hicieron.
Por eso yo haré de ti y de tus habitantes
un motivo de horror y de burla,
y la vergüenza de mi pueblo caerá sobre ti.»

La corrupción de Israel

¡Ay de mí! Soy como el que rebusca
después de la cosecha,
y ya no encuentra uvas ni higos,
esos frutos que querría comer.
Ya no quedan en el mundo
hombres rectos ni fieles a Dios;
todos esperan el momento
de actuar con violencia;
los unos a los otros se ponen trampas.
Son maestros en hacer lo malo;
los funcionarios exigen recompensas,
los jueces se dejan sobornar,
los poderosos hacen lo que se les antoja
y pervierten la ciudad.
El mejor de ellos es como un espino;
el más honrado, como una zarza.
Pero viene el día de ajustar las cuentas,
el día que te anunció el centinela.
Entonces reinará la confusión entre ellos.
No creas en la palabra de tu prójimo
ni confíes en ningún amigo;
cuídate aun de lo que hables con tu esposa.
Porque los hijos tratan con desprecio a los padres,
las hijas se rebelan contra las madres,
las nueras contra las suegras
y los enemigos de cada cual son sus propios parientes.
Pero yo esperaré en el Señor;
pondré mi esperanza en Dios mi salvador,
porque él me escuchará.

La victoria definitiva de Israel

Nación enemiga mía, no te alegres de mi desgracia,
pues, aunque caí, voy a levantarme;
aunque me rodee la oscuridad,
el Señor es mi luz.
He pecado contra el Señor,
y por eso soportaré su enojo;
mientras tanto, él juzgará mi causa
y me hará justicia.
El Señor me llevará a la luz,
me hará ver su victoria.
10 También la verá mi enemiga,
y eso la cubrirá de vergüenza.
Ella me decía: «¿Dónde está el Señor tu Dios?»,
pero ahora tendré el gusto de verla
pisoteada como el barro de las calles.

La restauración de Jerusalén

11 Jerusalén, ya viene el día
en que tus muros serán reconstruidos
y tus límites ensanchados.
12 Ya viene el día
en que acudirán a ti de todas partes:
desde Asiria hasta Egipto,
desde el río Nilo hasta el Éufrates,
de mar a mar y de monte a monte.
13 La tierra será convertida en desierto
por culpa de sus habitantes,
como resultado de su maldad.

Oración por la prosperidad del pueblo

14 ¡Cuida, Señor, de tu pueblo,
de las ovejas de tu propiedad,
que están solas en el bosque,
rodeadas de fértiles tierras!
Llévalas, como en tiempos pasados,
a los pastos de Basán y Galaad.
15 Hazles ver maravillas,
como en los días en que los sacaste de Egipto.
16 ¡Que las otras naciones también las vean,
y se cubran de vergüenza
a pesar de todo su poder!
¡Que se queden como mudas y sordas!
17 ¡Que muerdan el polvo como las serpientes
y como los otros reptiles!
¡Que salgan temblando de sus nidos,
y que llenas de miedo recurran
a ti, Señor nuestro Dios!

Dios perdona a su pueblo

18 No hay otro Dios como tú,
porque tú perdonas la maldad
y olvidas las rebeliones
de este pequeño resto de tu pueblo.
Tú nos muestras tu amor
y no mantienes tu enojo para siempre.
19 Ten otra vez compasión de nosotros
y sepulta nuestras maldades.
Arroja nuestros pecados
a las profundidades del mar.
20 ¡Mantén, Señor, la fidelidad y el amor
que en tiempos antiguos prometiste
a nuestros antepasados Abraham y Jacob!

Reinado universal de Jehová

(Is. 2.1-4)

Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos. Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces;(A) no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra. Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera,(B) y no habrá quien los amedrente; porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado.

Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su dios, nosotros con todo andaremos en el nombre de Jehová nuestro Dios eternamente y para siempre.

Israel será redimido del cautiverio

En aquel día, dice Jehová, juntaré la que cojea, y recogeré la descarriada, y a la que afligí; y pondré a la coja como remanente, y a la descarriada como nación robusta; y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sion desde ahora y para siempre.

Y tú, oh torre del rebaño, fortaleza de la hija de Sion, hasta ti vendrá el señorío primero, el reino de la hija de Jerusalén. Ahora, ¿por qué gritas tanto? ¿No hay rey en ti? ¿Pereció tu consejero, que te ha tomado dolor como de mujer de parto? 10 Duélete y gime, hija de Sion, como mujer que está de parto;(C) porque ahora saldrás de la ciudad y morarás en el campo, y llegarás hasta Babilonia; allí serás librada, allí te redimirá Jehová de la mano de tus enemigos.

11 Pero ahora se han juntado muchas naciones contra ti, y dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo en Sion. 12 Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehová, ni entendieron su consejo; por lo cual los juntó como gavillas en la era. 13 Levántate y trilla, hija de Sion, porque haré tu cuerno como de hierro, y tus uñas de bronce, y desmenuzarás a muchos pueblos; y consagrarás a Jehová su botín, y sus riquezas al Señor de toda la tierra.

El reinado del libertador desde Belén

Rodéate ahora de muros, hija de guerreros; nos han sitiado; con vara herirán en la mejilla al juez de Israel.

Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel;(D) y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad. Pero los dejará hasta el tiempo que dé a luz la que ha de dar a luz; y el resto de sus hermanos se volverá con los hijos de Israel. Y él estará, y apacentará con poder de Jehová, con grandeza del nombre de Jehová su Dios; y morarán seguros, porque ahora será engrandecido hasta los fines de la tierra.

Y este será nuestra paz. Cuando el asirio viniere a nuestra tierra, y cuando hollare nuestros palacios, entonces levantaremos contra él siete pastores, y ocho hombres principales; y devastarán la tierra de Asiria a espada, y con sus espadas la tierra de Nimrod;(E) y nos librará del asirio, cuando viniere contra nuestra tierra y hollare nuestros confines.

El remanente de Jacob será en medio de muchos pueblos como el rocío de Jehová, como las lluvias sobre la hierba, las cuales no esperan a varón, ni aguardan a hijos de hombres. Asimismo el remanente de Jacob será entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como el león entre las bestias de la selva, como el cachorro del león entre las manadas de las ovejas, el cual si pasare, y hollare, y arrebatare, no hay quien escape. Tu mano se alzará sobre tus enemigos, y todos tus adversarios serán destruidos.

10 Acontecerá en aquel día, dice Jehová, que haré matar tus caballos de en medio de ti, y haré destruir tus carros. 11 Haré también destruir las ciudades de tu tierra, y arruinaré todas tus fortalezas. 12 Asimismo destruiré de tu mano las hechicerías, y no se hallarán en ti agoreros. 13 Y haré destruir tus esculturas y tus imágenes de en medio de ti, y nunca más te inclinarás a la obra de tus manos. 14 Arrancaré tus imágenes de Asera de en medio de ti, y destruiré tus ciudades; 15 y con ira y con furor haré venganza en las naciones que no obedecieron.

Controversia de Jehová contra Israel

Oíd ahora lo que dice Jehová: Levántate, contiende contra los montes, y oigan los collados tu voz. Oíd, montes, y fuertes cimientos de la tierra, el pleito de Jehová; porque Jehová tiene pleito con su pueblo, y altercará con Israel.

Pueblo mío, ¿qué te he hecho, o en qué te he molestado? Responde contra mí. Porque yo te hice subir de la tierra de Egipto,(F) y de la casa de servidumbre te redimí; y envié delante de ti a Moisés, a Aarón(G) y a María.(H) Pueblo mío, acuérdate ahora qué aconsejó Balac rey de Moab, y qué le respondió Balaam hijo de Beor,(I) desde Sitim hasta Gilgal,(J) para que conozcas las justicias de Jehová.

Lo que pide Jehová

¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año? ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.

La voz de Jehová clama a la ciudad; es sabio temer a tu nombre. Prestad atención al castigo, y a quien lo establece. 10 ¿Hay aún en casa del impío tesoros de impiedad, y medida escasa que es detestable? 11 ¿Daré por inocente al que tiene balanza falsa y bolsa de pesas engañosas? 12 Sus ricos se colmaron de rapiña, y sus moradores hablaron mentira, y su lengua es engañosa en su boca. 13 Por eso yo también te hice enflaquecer hiriéndote, asolándote por tus pecados. 14 Comerás, y no te saciarás, y tu abatimiento estará en medio de ti; recogerás, mas no salvarás, y lo que salvares, lo entregaré yo a la espada. 15 Sembrarás, mas no segarás; pisarás aceitunas, mas no te ungirás con el aceite; y mosto, mas no beberás el vino. 16 Porque los mandamientos de Omri(K) se han guardado, y toda obra de la casa de Acab;(L) y en los consejos de ellos anduvisteis, para que yo te pusiese en asolamiento, y tus moradores para burla. Llevaréis, por tanto, el oprobio de mi pueblo.

Corrupción moral de Israel

¡Ay de mí! porque estoy como cuando han recogido los frutos del verano, como cuando han rebuscado después de la vendimia, y no queda racimo para comer; mi alma deseó los primeros frutos. Faltó el misericordioso de la tierra, y ninguno hay recto entre los hombres; todos acechan por sangre; cada cual arma red a su hermano. Para completar la maldad con sus manos, el príncipe demanda, y el juez juzga por recompensa; y el grande habla el antojo de su alma, y lo confirman. El mejor de ellos es como el espino; el más recto, como zarzal; el día de tu castigo viene, el que anunciaron tus atalayas; ahora será su confusión. No creáis en amigo, ni confiéis en príncipe; de la que duerme a tu lado cuídate, no abras tu boca. Porque el hijo deshonra al padre, la hija se levanta contra la madre, la nuera contra su suegra, y los enemigos del hombre son los de su casa.(M) Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá.

Jehová trae luz y libertad

Tú, enemiga mía, no te alegres de mí, porque aunque caí, me levantaré; aunque more en tinieblas, Jehová será mi luz. La ira de Jehová soportaré, porque pequé contra él, hasta que juzgue mi causa y haga mi justicia; él me sacará a luz; veré su justicia. 10 Y mi enemiga lo verá, y la cubrirá vergüenza; la que me decía: ¿Dónde está Jehová tu Dios? Mis ojos la verán; ahora será hollada como lodo de las calles.

11 Viene el día en que se edificarán tus muros; aquel día se extenderán los límites. 12 En ese día vendrán hasta ti desde Asiria y las ciudades fortificadas, y desde las ciudades fortificadas hasta el Río, y de mar a mar, y de monte a monte. 13 Y será asolada la tierra a causa de sus moradores, por el fruto de sus obras.

Compasión de Jehová por Israel

14 Apacienta tu pueblo con tu cayado, el rebaño de tu heredad, que mora solo en la montaña, en campo fértil; busque pasto en Basán y Galaad, como en el tiempo pasado. 15 Yo les mostraré maravillas como el día que saliste de Egipto.

16 Las naciones verán, y se avergonzarán de todo su poderío; pondrán la mano sobre su boca, ensordecerán sus oídos. 17 Lamerán el polvo como la culebra; como las serpientes de la tierra, temblarán en sus encierros; se volverán amedrentados ante Jehová nuestro Dios, y temerán a causa de ti.

18 ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. 19 Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados. 20 Cumplirás la verdad a Jacob, y a Abraham la misericordia, que juraste a nuestros padres desde tiempos antiguos.

Futura exaltación de Sión(A)

En los últimos días,
    el monte del Templo del Señor
será establecido como el más alto de los montes;
    se alzará por encima de las colinas
y hacia él correrán todas las naciones.

Muchos pueblos vendrán y dirán:

«¡Vengan, subamos al monte del Señor,
    al Templo del Dios de Jacob!
Dios mismo nos instruirá en sus caminos
    y así andaremos por sus sendas».
Porque de Sión saldrá la Ley,
    de Jerusalén, la palabra del Señor.
Dios mismo juzgará entre muchos pueblos
    y administrará justicia
    a naciones poderosas y lejanas.
Convertirán sus espadas en arados
    y en hoces sus lanzas.
Ya no levantará su espada nación contra nación
    y nunca más se adiestrarán para la guerra.
Cada uno se sentará
    debajo de su vid y de su higuera;
y nadie perturbará su solaz
    —el Señor de los Ejércitos lo ha dicho—.
Todos los pueblos marchan
    en nombre de sus dioses,
pero nosotros marchamos en el nombre del Señor nuestro Dios,
    desde ahora y para siempre.

Futura restauración de Sión

«En aquel día», afirma el Señor,
    «reuniré a las ovejas lastimadas;
    reuniré a las exiliadas y las maltratadas por mí.
Con las ovejas lastimadas formaré un remanente
    y con las exiliadas, una nación poderosa.
El Señor reinará sobre ellas en el monte Sión
    desde ahora y para siempre.
Y tú, torre del rebaño,
    colina fortificada de la hija de Sión:
a ti volverá tu antiguo poderío,
    la soberanía de la ciudad de Jerusalén».

Castigo y triunfo de Sión

Ahora, ¿por qué gritas tanto?
    ¿Acaso no tienes rey?
¿Por qué te han venido dolores de parto?
    ¿Murió acaso tu consejero?
10 Retuércete y puja, hija de Sión,
    como mujer a punto de dar a luz,
porque ahora vas a salir de tu ciudad
    y tendrás que vivir a campo abierto.
Irás a Babilonia,
    pero de allí serás rescatada;
el Señor te librará
    del poder de tus enemigos.

11 Ahora muchas naciones se han reunido contra ti.
    Y dicen: «¡Que sea profanada Sión!
    ¡Disfrutemos del espectáculo!».
12 Pero ellas no saben lo que piensa el Señor
    ni comprenden sus designios;
no saben que él las junta
    como a gavillas en la era.
13 ¡Levántate, hija de Sión!
    ¡Ponte a trillar!
Yo haré de hierro tus cuernos
    y de bronce tus pezuñas,
para que conviertas en polvo a muchos pueblos,
    y consagres al Señor sus ganancias injustas;
    sus riquezas, al Señor de toda la tierra.

Humillación y exaltación de la dinastía davídica

Ahora, reúne tus tropas, ciudad guerrera,
    porque nos asedian.
Con vara golpearán en la mejilla
    al gobernante de Israel.

Pero tú, Belén Efrata,
    pequeña entre los clanes de Judá,
    de ti saldrá el que gobernará a Israel;
sus orígenes son de un pasado distante,
    desde tiempos antiguos.

Por eso Dios los entregará al enemigo
    hasta que tenga su hijo la que va a ser madre
y vuelva junto al pueblo de Israel
    el resto de sus hermanos.

Él se establecerá y los pastoreará
    con el poder del Señor,
    con la majestad del nombre del Señor su Dios.
Vivirán seguros, porque él dominará
    hasta los confines de la tierra.

¡Él será nuestra paz!
    Si Asiria llegara a invadir nuestro país
    para pisotear nuestras fortalezas,
le haremos frente con siete pastores
    y aun con ocho príncipes del pueblo.
Ellos pastorearán a Asiria con la espada
    y a la tierra de Nimrod con la daga.[a]
Si Asiria llegara a invadir nuestro país,
    si llegara a cruzar nuestras fronteras,
    ¡él nos rescatará!

El remanente

El remanente de Jacob será,
    en medio de muchos pueblos,
como rocío que viene del Señor,
    como abundante lluvia sobre la hierba,
que no depende de los hombres
    ni espera nada de ellos.
El remanente de Jacob será,
    entre las naciones,
    en medio de muchos pueblos,
como un león entre los animales del bosque,
    como un leoncillo entre las ovejas del rebaño,
que al pasar las pisotea y las desgarra
    sin que nadie pueda rescatarlas.
Levantarás la mano contra tus enemigos
    y acabarás con todos tus agresores.

Purificación de un pueblo idólatra y belicoso

10 «En aquel día», afirma el Señor,
«exterminaré tu caballería
    y destruiré tus carros de guerra.
11 Exterminaré las ciudades de tu país
    y derribaré todas tus fortalezas.
12 Pondré fin a tus hechicerías
    y no tendrás más adivinos.
13 Acabaré con tus ídolos
    y con tus piedras sagradas;
nunca más volverás a postrarte
    ante las obras de tus manos.
14 Arrancaré tus imágenes de Aserá
    y reduciré a escombros tus ciudades;
15 con ira y con furor me vengaré
    de las naciones que no me obedecieron».

Querella de Dios contra su pueblo

Escuchen lo que dice el Señor:

«Levántate, presenta tu pleito ante las montañas;
    deja que las colinas oigan tu voz».

Montañas, escuchen el pleito del Señor;
    presten atención, firmes cimientos de la tierra.
Porque el Señor tiene un pleito contra su pueblo,
    presenta una acusación contra Israel:

«Pueblo mío, ¿qué te he hecho?
    ¿En qué te he ofendido? ¡Respóndeme!
Yo fui quien te sacó de Egipto,
    quien te libró de esa tierra de esclavitud.
Yo envié a Moisés, Aarón y Miriam
    para que te dirigieran.
Recuerda, pueblo mío,
    lo que pidió Balac, rey de Moab,
    y lo que le respondió Balán, hijo de Beor.
Recuerda tu paso desde Sitín hasta Guilgal,
    y reconoce que el Señor actuó con justicia».

¿Con qué me presentaré ante el Señor
    y me postraré ante el Dios Altísimo?
¿Podré presentarme con holocaustos
    o con becerros de un año?
¿Se complacerá el Señor con miles de carneros
    o con diez mil arroyos de aceite?
¿Ofreceré a mi primogénito por mi delito,
    al fruto de mis entrañas por mi pecado?
¡Él te ha mostrado, oh mortal, lo que es bueno!
    ¿Y qué es lo que espera de ti el Señor?:
Practicar la justicia,
    amar la misericordia
        y caminar humildemente ante tu Dios.

Castigo por delitos económicos y sociales

La voz del Señor clama a la ciudad
    y es de sabios temer a su nombre:
«¡Escuchen, pueblo de Judá y asamblea de la ciudad![b]
10 ¡Malvados!
    ¿Debo tolerar sus tesoros mal habidos
    y sus odiosas medidas adulteradas?
11 ¿Debo tener por justas la balanza falsa
    y la bolsa de pesas alteradas?
12 Los ricos de la ciudad son gente violenta;
    sus habitantes son gente mentirosa;
    y sus lenguas hablan con engaño.
13 Por lo que a mí toca, te demoleré a golpes,
    te destruiré por tus pecados.
14 Comerás, pero no te saciarás,
    sino que seguirás padeciendo hambre.[c]
Almacenarás, pero no salvarás nada,
    porque lo que salves lo daré a la espada.
15 Sembrarás, pero no cosecharás;
    prensarás las aceitunas, pero no usarás el aceite;
    pisarás las uvas, pero no beberás el vino.
16 Tú sigues fielmente los decretos de Omrí
    y todas las prácticas de la dinastía de Acab;
    te conduces según sus consejos.
Por eso voy a entregarte a la destrucción
    y a poner en ridículo a tus habitantes.
    ¡Tendrás que soportar el insulto de los pueblos!».[d]

Lamento ante una sociedad corrupta

¡Pobre de mí!
Soy como el que recoge frutos de verano
    y busca lo que sobre en la viña;
no hay ningún racimo para comer,
    ningún higo nuevo que tanto deseo.
La gente piadosa ha sido eliminada del país,
    no queda persona recta.
Todos tratan de matar a alguien;
    unos a otros se tienden redes.
Ambas manos son hábiles para hacer el mal;
    gobernadores y jueces exigen soborno.
Los poderosos imponen lo que quieren;
    todos traman en conjunto.
El mejor de ellos es más enmarañado que una zarza;
    el más recto, más torcido que un espino.
Pero ya viene el día de su confusión;
    ¡ya se acerca el día de tu castigo
    anunciado por tus centinelas!
No creas en tu prójimo
    ni confíes en tus amigos;
cuídate de lo que hablas
    con la que duerme en tus brazos.
El hijo ultraja al padre,
    la hija se rebela contra la madre,
    la nuera contra la suegra
y los enemigos de cada cual
    están en su propia familia.

Pero yo he puesto mi esperanza en el Señor;
    yo espero en el Dios de mi salvación.
    ¡Mi Dios me escuchará!

Esperanza de redención

Enemiga mía, no te alegres de mi mal.
    Aunque haya caído me levantaré.
Aunque vivo en tinieblas
    el Señor es mi luz.
He pecado contra el Señor,
    así que soportaré su furia
hasta que defienda mi causa
    y me haga justicia.
Entonces me sacará a la luz
    y veré su justicia.
10 Cuando lo vea mi enemiga,
    la que me decía: «¿Dónde está el Señor tu Dios?»,
    se llenará de vergüenza.
Mis ojos contemplarán su desgracia,
    pues será pisoteada como el lodo de las calles.

11 El día que tus muros sean reconstruidos
    será el momento de extender tus fronteras.
12 Ese día acudirán a ti los pueblos,
    desde Asiria hasta las ciudades de Egipto;
desde Egipto hasta el río Éufrates,
    de mar a mar
    y de montaña a montaña.
13 La tierra quedará desolada
    por culpa de sus habitantes,
    como resultado de su maldad.

14 Pastorea con tu cayado a tu pueblo,
    al rebaño de tu propiedad,
que habita solitario en el bosque,
    en medio de un campo fértil.[e]
Hazlo pastar en Basán y en Galaad
    como en los tiempos pasados.

15 Muéstrale tus maravillas,
    como cuando lo sacaste de Egipto.

16 Las naciones verán tus maravillas
    y se avergonzarán de toda su prepotencia;
se llevarán la mano a la boca
    y sus oídos se ensordecerán.
17 Lamerán el polvo como serpientes,
    como los reptiles de la tierra.
Saldrán temblando de sus escondrijos
    y, temerosos ante tu presencia,
    se volverán a ti, Señor y Dios nuestro.
18 ¿Qué Dios hay como tú,
    que perdone la maldad
y pase por alto el delito
    del remanente de su heredad?
No estarás airado para siempre,
    porque tu mayor placer es amar.
19 Vuelve a compadecerte de nosotros.
    Pon tu pie sobre nuestras maldades
    y arroja al fondo del mar todos nuestros pecados.
20 Muestra tu fidelidad a Jacob
    y tu lealtad a Abraham,
como desde tiempos antiguos
    se lo juraste a nuestros antepasados.

Notas al pie

  1. 5:6 con la daga. Alt. en sus puertas.
  2. 6:9 Versículo de difícil traducción.
  3. 6:14 seguirás padeciendo hambre. Texto de difícil traducción.
  4. 6:16 los pueblos (LXX); mi pueblo (TM).
  5. 7:14 campo fértil. Podría ser una referencia al monte Carmelo.

Paz a las naciones

En el futuro,
el monte donde se encuentra
el templo de nuestro Dios
será el monte más importante.
Allí vendrán muchos pueblos
y gente de muchas naciones,
y unos a otros se dirán:

«Subamos al monte de Sión,
al templo del Dios de Israel,
para que él mismo nos enseñe
y obedezcamos sus mandamientos.

»Dios mismo será nuestro maestro
desde el monte de Sión,
¡desde la ciudad de Jerusalén!
Dios mismo dictará sentencia
contra naciones y pueblos lejanos,
y ellos convertirán sus espadas
en herramientas de trabajo.
Nunca más nación alguna
volverá a pelear contra otra,
ni se entrenará para la guerra.

»Todo el mundo vivirá tranquilo
bajo la sombra de su viña,
o a la sombra de su higuera,
porque así Dios lo ha prometido.
¡Qué importa que otras naciones
adoren a sus propios dioses!
¡Nosotros siempre obedeceremos
a nuestro poderoso Dios!»

Dios salvará a Israel

6-7 Así ha dicho nuestro Dios:

«Mi pueblo parece un rebaño
de ovejas cojas y perdidas,
porque está sufriendo mi castigo.
Pero ya está cerca el día
en que volveré a reunirlo.
Cuando llegue ese día,
con los pocos que hayan quedado
volveré a hacer una gran nación,
y desde mi templo en Jerusalén
reinaré sobre ella para siempre.

»Hermoso monte de Sión,
tú has sido una torre protectora
para mi amada Jerusalén;
así que volverás a ser como antes,
¡serás la gran capital de mi pueblo!

9-10 »Tú, Jerusalén,
lloras y te retuerces de dolor,
como si fueras una mujer
a punto de tener un hijo.
Pero no hay razón para que llores;
¡tienes rey y no te faltan consejeros!
Más bien, llora
porque tus habitantes te abandonarán
y vivirán en el campo,
y después serán llevados a Babilonia.
Sin embargo, yo los pondré en libertad;
¡yo mismo los libraré
del poder de sus enemigos!

11 »Muchas naciones se han reunido,
y dicen en contra tuya:

“¡Ojalá podamos ver
la derrota de Jerusalén!”

12 »Pero esas naciones no saben
lo que tengo pensado hacer;
es algo que no pueden entender:
¡voy a juntarlas para hacerlas polvo!

13 »¡Vamos, Jerusalén!
¡Levántate y hazlos pedazos!
Yo te daré la fuerza de un toro,
para que destruyas a muchos pueblos;
¡tus cuernos parecerán de hierro!,
¡tus cascos parecerán de bronce!
Les quitarás todas sus riquezas
y me las entregarás,
pues toda la tierra me pertenece.»

Grandeza de la pequeña Belén

Yo, Miqueas, anuncio:

«Jerusalén, Jerusalén,
prepárate para la guerra.
Por medio de tus enemigos
Dios castigará duramente
al rey de Israel.

»Pero tú, Belén Efrata,
entre los pueblos de Judá
eres un pueblo pequeño,
pero llegarás a ser muy importante.
En ti nacerá un rey
de familia muy antigua,
que gobernará sobre Judá.

»Dios nos va a abandonar
hasta que nazca ese rey.
Luego de su nacimiento
los que hayan quedado con vida
se reunirán con los demás israelitas.
Entonces Dios le dará a ese rey
toda su fuerza y poder
para dirigir a su pueblo
y hacerlo vivir en paz.
Ese rey extenderá su dominio
hasta el último rincón de la tierra.

5-6 »Cuando vengan los asirios
para invadir nuestro país
y quieran ocupar nuestros palacios,
ese rey nos librará de ellos
y nos hará vivir en paz.
Ordenará que los ataquen
siete jefes y ocho capitanes.
¡Así conquistaremos por la fuerza
el país de Asiria, territorio de Nimrod!

Judá entre las naciones

7-8 »Los que quedemos con vida
seremos entre las naciones,
como la lluvia que Dios envía:
cae del cielo y riega la hierba
sin la intervención humana.
Seremos también como los leones:
cuando están entre un rebaño,
atrapan a las ovejas y las destrozan,
y no las dejan escapar.
¡Tú, mi Dios, atacarás a tus enemigos
y los destruirás por completo!»

Destrucción total

10 Dios dijo a su pueblo:

«Cuando llegue ese día,
mataré a todos tus caballos
y destruiré tus carros de guerra.
11 Destruiré también tus ciudades
y derribaré todas tus torres.
12 Pondré fin a tus hechicerías
y acabaré con todos tus adivinos.
13 Destruiré tus ídolos y tus imágenes,
y no volverás a adorar
a dioses que tú mismo hiciste.
14 ¡Yo destruiré tus ciudades
y las imágenes de tu diosa Astarté!
15 ¡Yo me vengaré con gran furia
de las naciones que no me obedecieron!»

Pleito de Dios contra Israel

1-3 Israelitas, prestemos atención. Nuestro Dios tiene un pleito contra nosotros, y ahora mismo está presentando su acusación. Esto es lo que Dios nos dice:

«Pueblo mío,
tengo una queja contra ti,
y espero que te defiendas.
Llama como testigos a tu favor
a las montañas y a las colinas,
y pídeles que escuchen tu defensa.

»Pero antes quiero que me digas:
¿en qué te he perjudicado?,
¿en qué te he ofendido?
Recuerda que yo te di libertad;
yo fui quien te sacó de Egipto,
país donde eras esclavo;
yo envié a Moisés, a Aarón y a María
para que te sacaran de allí.

»Recuerda también, pueblo mío,
que Balac, rey de Moab,
tenía pensado hacerte daño,
pero que Balaam hijo de Beor
te bendijo en mi nombre.

»No olvides tampoco lo que ocurrió
cuando pasaste de Sitim a Guilgal;
reconoce que yo fui quien te salvó».

Lo que Dios espera de su pueblo

Ustedes, israelitas, se defienden diciendo:

«Altísimo Dios y rey nuestro,
¿cómo podemos presentarnos ante ti?
Podemos ofrecerte terneros de un año,
pero no es eso lo que quieres;
podemos ofrecerte mil carneros,
o diez mil litros de aceite,
pero tampoco eso te agrada;
¡ni siquiera esperas como ofrenda
al mayor de nuestros hijos
en pago por nuestros pecados!»

Pero ya Dios les ha dicho qué es lo mejor que pueden hacer y lo que espera de ustedes. Es muy sencillo: Dios quiere que ustedes sean justos los unos con los otros, que sean bondadosos con los más débiles, y que lo adoren como su único Dios.

El castigo de Jerusalén

Habitantes de Jerusalén, escuchen las palabras de nuestro Dios:

10-11 «Israelitas,
ya no voy a soportar
que sigan siendo tan malvados.
Todo lo que hacen me disgusta.
Se hacen ricos mediante el engaño;
usan pesas y medidas falsas,
y luego amontonan en sus casas
todo lo que se han robado.
12 Los ricos se aprovechan de los pobres,
y todos en esta ciudad son unos mentirosos.

13 »Por eso voy a castigarlos;
¡voy a destruirlos por sus pecados!
14 Aunque coman, no quedarán satisfechos,
sino que se quedarán con hambre;
lo que cosechen, lo perderán;
y aun si logran rescatar algo,
yo haré que lo pierdan en la guerra.

15 »Sembrarán trigo,
pero no llegarán a cosecharlo;
exprimirán aceitunas para sacar aceite,
pero no llegarán a usarlo;
exprimirán uvas para hacer vino,
pero no llegarán a beberlo.
16 Ustedes se han portado
tan mal como Omrí, rey de Israel;
¡han seguido el mal ejemplo
de la familia del rey Ahab!
Por eso voy a destruirlos;
¡voy a hacer que la gente
los humille y se burle de ustedes!»

Lamento del profeta

Yo, Miqueas, soy un miserable,
y quisiera calmar mi apetito.
Ando en busca de uvas o higos,
pero no encuentro nada que comer;
ya todo lo han cosechado.

Ya no hay en este mundo
gente buena y que ame a Dios;
unos a otros se hacen daño.
Sólo esperan el momento
de matarse unos a otros.

Los gobernantes y los jueces
exigen dinero para favorecer a los ricos.
Los poderosos dicen lo que quieren
y siempre actúan con falsedad.
¡Son unos maestros para hacer lo malo!
¡El más bueno y honrado de ellos
es peor que una mata de espinos!
Pero ya está cerca el día
en que Dios los castigará,
tal como lo anunciaron los profetas.
¡Ese día no sabrán qué hacer!

5-6 Por eso, no confíen en nadie
ni crean en lo que otros les digan.
Tengan cuidado de lo que hablan,
porque los hijos y las hijas
no respetan a sus padres,
las nueras desprecian a sus suegras,
y nuestros peores enemigos
los tenemos en la familia.
¡Por eso no confíen en nadie,
ni en su propia esposa!

Yo, por mi parte,
pondré mi confianza en Dios.
Él es mi salvador,
y sé que habrá de escucharme.

Dios salvará a su pueblo

Los israelitas dijeron:

«Babilonia, nación enemiga,
no te alegres de vernos en desgracia.
Fuimos derrotados,
pero volveremos a levantarnos;
ahora estamos en graves problemas,
pero el Dios de Israel nos salvará.

»Es verdad que pecamos contra Dios;
por eso soportamos su castigo.
Pero un día habrá de juzgarnos,
y entonces nos hará justicia
y nos hará gozar de su salvación.

10 »Babilonia, enemiga nuestra,
tú preguntabas por nuestro Dios;
¡pues vas a quedar en vergüenza
cuando veas lo que hará por nosotros!
¡Ya nos alegraremos al verte
pisoteada como el barro de las calles!

11 »Jerusalén,
ya está cerca el día
en que tus muros serán reconstruidos
y tu territorio será extendido.
12 Ya está cerca el día
en que vendrán a visitarte
pueblos de todas partes:
vendrán de Asiria y de Egipto,
del río Nilo y del río Éufrates,
de un mar a otro mar,
de una montaña a otra montaña;
13 porque el territorio de esos países
quedará hecho un desierto
por los pecados de sus habitantes.

Oración a favor del pueblo

14 »Dios nuestro,
cuida de tu pueblo;
cuida de este rebaño tuyo.
Aunque vivimos en tierras fértiles
parecemos ovejas perdidas en el bosque.
Tú eres nuestro pastor,
ven y ayúdanos
como lo hiciste en otros tiempos.
Aliméntanos con lo mejor
que nos ofrecen las regiones
de Basán y de Galaad.

15 »Muéstranos tus grandes acciones,
como cuando nos sacaste de Egipto.
16 ¡Haz que las naciones poderosas
las vean y se queden asombradas!
¡Haz que de la sorpresa
no sepan qué hacer ni qué decir!

17 »Dios nuestro,
¡obliga a esas naciones
a arrastrarse por el suelo,
como lo hacen las serpientes!
¡Obliga a esos pueblos
a salir de sus refugios,
para que llenos de miedo
se humillen ante ti!

18 »No hay otro Dios como tú.
Somos pocos los que quedamos con vida.
Tú perdonas nuestra maldad
y olvidas nuestro pecado.
Tan grande es tu amor por nosotros
que tu enojo no dura para siempre.

19 »¡Vuelve a compadecerte de nosotros,
y arroja todos nuestros pecados
a lo más profundo del mar!
20 Déjanos disfrutar de tu amor y fidelidad,
porque así lo prometiste
a Abraham, a Jacob,
y a todos nuestros antepasados».

Reinado futuro del Señor

(A)Y sucederá en los últimos días
que el monte de la casa del Señor
será establecido como cabeza[a] de los montes(B);
se elevará sobre las colinas,
y afluirán a él los pueblos(C).
Vendrán(D) muchas naciones y dirán:
Venid y subamos al monte del Señor(E),
a la casa del Dios de Jacob,
para que Él nos instruya en sus caminos(F),
y nosotros andemos en sus sendas.
Porque de Sión saldrá la ley,
y de Jerusalén(G) la palabra del Señor.
Él juzgará entre muchos pueblos,
y enjuiciará a naciones poderosas y lejanas[b];
entonces forjarán sus espadas en rejas de arado
y sus lanzas en podaderas(H).
No alzará espada nación contra nación,
ni se adiestrarán[c] más para la guerra(I).
Cada uno se sentará bajo su parra
y bajo su higuera(J),
y no habrá quien los atemorice(K),
porque la boca del Señor de los ejércitos ha hablado(L).
Aunque todos los pueblos anden
cada uno en el nombre de su dios(M),
nosotros andaremos
en el nombre del Señor nuestro Dios para siempre jamás(N).

En aquel día —declara el Señor
reuniré a la coja(O)
y recogeré a la perseguida(P),
a las que yo había maltratado.
Haré de la coja un remanente(Q),
y de la perseguida una nación fuerte.
Y el Señor reinará sobre ellos en el monte de Sión(R)
desde ahora y para siempre.
Y tú, torre del rebaño[d](S),
colina[e] de la hija de Sión,
hasta ti vendrá,
vendrá el antiguo dominio,
el reino de la hija de Jerusalén(T).

Ahora, ¿por qué gritas tan fuerte(U)?
¿No hay rey en ti?
¿Ha perecido tu consejero(V),
que el dolor te aflige como a mujer de parto?
10 Retuércete y gime[f](W),
hija de Sión,
como mujer de parto,
porque ahora saldrás de la ciudad
y habitarás en el campo,
e irás hasta Babilonia(X).
Allí serás rescatada(Y),
allí te redimirá el Señor(Z)
de la mano[g] de tus enemigos.
11 Pero ahora se han juntado contra ti muchas naciones(AA),
que dicen: «Sea profanada,
y que se deleiten[h] en Sión nuestros ojos».
12 Mas ellos no conocen los pensamientos del Señor(AB),
ni comprenden su propósito,
porque los ha recogido como gavillas en la era.
13 Levántate y trilla(AC), hija de Sión,
pues yo haré tu cuerno de hierro
y haré tus pezuñas de bronce,
para que desmenuces a muchos pueblos(AD),
para que consagres al Señor su injusta ganancia,
y sus riquezas al Señor de toda la tierra(AE).

Reinado del libertador

[i]Agrúpate ahora en tropas, hija de guerreros[j];
han[k] puesto sitio contra nosotros.
Con una vara herirán en la mejilla(AF) al juez de Israel.
[l]Pero tú, Belén Efrata(AG),
aunque eres[m] pequeña entre las familias de Judá,
de ti me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel(AH).
Y sus orígenes[n] son desde tiempos antiguos,
desde los días de la eternidad[o](AI).
Por tanto, Él los abandonará[p](AJ) hasta el tiempo
en que dé a luz la que ha de dar a luz(AK).
Entonces el resto de sus hermanos
volverá a los hijos de Israel(AL).
Y Él se afirmará y pastoreará su rebaño(AM)
con el poder del Señor,
con la majestad del nombre del Señor su Dios.
Y permanecerán[q],
porque en aquel tiempo[r] Él será engrandecido
hasta los confines de la tierra(AN).
Y Él[s] será nuestra paz(AO).
Cuando el asirio invada nuestra tierra(AP),
y cuando huelle nuestros palacios[t],
levantaremos contra él
siete pastores y ocho príncipes del pueblo[u].
Y ellos pastorearán la tierra de Asiria con espada(AQ),
la tierra de Nimrod(AR) en sus puertas;
Él nos librará del asirio
cuando invada nuestra tierra
y huelle nuestro territorio(AS).

Entonces el remanente de Jacob(AT),
en medio de muchos pueblos,
será como rocío que viene del Señor(AU),
como lluvias sobre la hierba(AV)
que no espera al hombre
ni aguarda a los hijos de los hombres.
Y será el remanente de Jacob
entre las naciones,
en medio de muchos pueblos,
como león entre las fieras de la selva(AW),
como leoncillo entre los rebaños de ovejas,
que si pasa,
huella y desgarra(AX),
y no hay quien libre(AY).
Se alzará tu mano contra tus adversarios,
y todos tus enemigos serán exterminados(AZ).

10 Y sucederá en aquel día —declara el Señor
que exterminaré tus caballos de en medio de ti,
y destruiré tus carros(BA).
11 También exterminaré las ciudades de tu tierra(BB),
y derribaré todas tus fortalezas(BC).
12 Exterminaré las hechicerías de tu mano,
y no tendrás más adivinos(BD).
13 Exterminaré tus imágenes talladas
y tus pilares sagrados de en medio de ti,
y ya no te postrarás más
ante la obra de tus manos(BE).
14 Arrancaré tus Aseras[v](BF) de en medio de ti,
y destruiré tus ciudades.
15 Y con ira y furor tomaré venganza(BG)
de las naciones que no obedecieron.

Juicio de Dios contra su pueblo

Oíd ahora lo que dice el Señor:
Levántate, litiga con los montes,
y oigan las colinas tu voz.
Oíd, montes, la acusación[w] del Señor,
y vosotros, perdurables cimientos de la tierra(BH),
porque el Señor tiene litigio contra su pueblo,
y con Israel entablará juicio(BI).
Pueblo mío(BJ), ¿qué te he hecho(BK),
o en qué te he molestado? ¡Respóndeme(BL)!
Pues yo te hice subir de la tierra de Egipto(BM),
y de la casa de servidumbre[x] te redimí(BN),
y envié delante de ti a Moisés(BO), a Aarón y a Miriam(BP).
Pueblo mío, acuérdate ahora
de lo que maquinó Balac, rey de Moab,
y de lo que le respondió Balaam, hijo de Beor(BQ),
desde Sitim(BR) hasta Gilgal(BS),
para que conozcas[y] las justicias del Señor(BT).

La injusticia y su castigo

¿Con qué me presentaré al Señor(BU)
y me postraré ante el Dios de lo alto?
¿Me presentaré delante de Él con holocaustos(BV),
con becerros de un año?
¿Se agrada el Señor de millares de carneros(BW),
de miríadas de ríos de aceite?
¿Ofreceré[z] mi primogénito por mi rebeldía(BX),
el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?
Él te ha declarado(BY), oh hombre, lo que es bueno.
¿Y qué es lo que demanda el Señor de ti(BZ),
sino solo practicar la justicia[aa](CA), amar la misericordia[ab](CB),
y andar humildemente con tu Dios(CC)?

La voz del Señor clamará a la ciudad
(prudente es temer tu nombre):
Oíd, oh tribu, ¿quién ha señalado su tiempo[ac]?
10 ¿Hay todavía alguien en casa del impío
con tesoros de impiedad(CD)
y medida[ad] escasa(CE) que es maldita?
11 ¿Puedo justificar balanzas falsas[ae](CF)
y bolsa de pesas engañosas?
12 Porque los[af] ricos de la ciudad están llenos de violencia(CG),
sus habitantes hablan mentiras(CH)
y su lengua es engañosa en su boca(CI).
13 Por eso yo también te haré enfermar(CJ), hiriéndote,
asolándote(CK) por tus pecados.
14 Tú comerás, pero no te saciarás(CL),
y tu vileza[ag] estará en medio de ti.
Apartarás, pero nada salvarás(CM),
y lo que salves, yo lo entregaré a la espada.
15 Sembrarás, pero no segarás(CN);
pisarás la oliva, pero no te ungirás con aceite,
y la uva, pero no beberás vino(CO).
16 Han sido guardados los estatutos de Omri(CP)
y todas las obras de la casa de Acab(CQ),
y andas en sus consejos(CR).
Por tanto te entregaré a la destrucción(CS),
y a tus[ah] habitantes para burla(CT),
y soportaréis el oprobio de mi pueblo(CU).

Lamento por la corrupción de Israel

¡Ay de mí!, porque soy
como los recogedores de frutos de verano, como los rebuscadores en la vendimia(CV).
No hay racimo de uvas que comer,
ni higo temprano que tanto deseo[ai](CW).
Ha desaparecido[aj] el bondadoso[ak] de la tierra(CX),
y no hay ninguno recto entre los hombres.
Todos acechan para derramar sangre(CY),
unos a otros se echan la red(CZ).
Para el mal(DA) las dos manos[al] son diestras.
El príncipe pide, y también el juez, una recompensa;
el grande habla de lo que desea su alma,
y juntos lo traman(DB).
El mejor de ellos es como un zarzal,
y el más recto como un seto de espinos(DC).
El día que pongas tus centinelas,
tu castigo llegará(DD).
¡Entonces será su confusión(DE)!
No os fiéis del vecino,
ni confiéis en el amigo(DF).
De la que reposa en tu seno,
guarda tus labios[am].
Porque el hijo trata con desdén al padre,
la hija se levanta contra la madre,
y la nuera contra su suegra(DG);
los enemigos del hombre son los[an] de su propia casa(DH).

Dios, fuente de luz y salvación

Pero yo pondré mis ojos(DI) en el Señor,
esperaré en el Dios de mi salvación(DJ);
mi Dios me oirá(DK).
No te alegres(DL) de mí, enemiga mía(DM).
Aunque caiga, me levantaré(DN),
aunque more en tinieblas, el Señor es mi luz(DO).

La indignación del Señor soportaré,
porque he pecado contra Él,
hasta que defienda mi causa(DP) y establezca mi derecho.
Él me sacará a la luz(DQ),
y yo veré su justicia(DR).
10 Entonces mi enemiga lo verá,
y se cubrirá de vergüenza la que me decía:
¿Dónde está el Señor tu Dios(DS)?
Mis ojos la contemplarán;
entonces[ao] será pisoteada[ap]
como el lodo de las calles(DT).
11 Viene el día para la edificación de tus muros(DU);
aquel día se extenderán tus límites.
12 Viene el día cuando ellos vendrán[aq] hasta ti
desde Asiria y las ciudades de Egipto(DV);
desde Egipto hasta el Río[ar],
de mar a mar y de monte a monte.
13 Y la tierra será desolada a causa de sus habitantes(DW),
por el fruto de sus obras(DX).

14 Pastorea a tu pueblo(DY) con tu cayado(DZ),
el rebaño de tu heredad[as],
que mora solo en el bosque,
en medio de un campo fértil[at].
Que se apacienten en Basán y Galaad(EA)
como en los días de antaño(EB).
15 Como en los días de tu salida de la tierra de Egipto,
te[au] mostraré milagros(EC).
16 Verán las naciones y se avergonzarán(ED)
de todo su poderío;
se pondrán la mano sobre la boca(EE),
sus oídos se ensordecerán.
17 Lamerán el polvo(EF) como la serpiente,
como los reptiles de la tierra(EG).
Saldrán temblando de sus fortalezas[av](EH),
al Señor nuestro Dios vendrán amedrentados,
y temerán delante de ti(EI).
18 ¿Qué Dios hay como tú, que perdona la iniquidad(EJ)
y pasa por alto la rebeldía del remanente de su heredad[aw](EK)?
No persistirá en[ax] su ira para siempre(EL),
porque se complace en la misericordia(EM).
19 Volverá a compadecerse de nosotros,
hollará nuestras iniquidades(EN).
Sí, arrojarás a las profundidades del mar
todos nuestros[ay] pecados(EO).
20 Otorgarás a Jacob la verdad[az]
y a Abraham(EP) la misericordia,
las cuales juraste a nuestros padres(EQ)
desde los días de antaño.

Notas al pie

  1. Miqueas 4:1 O, en la cumbre
  2. Miqueas 4:3 Lit., hasta lejos
  3. Miqueas 4:3 Lit., aprenderán
  4. Miqueas 4:8 Heb., Migdal-eder
  5. Miqueas 4:8 O, fortaleza; heb., Ofel
  6. Miqueas 4:10 Lit., haz brotar
  7. Miqueas 4:10 Lit., palma
  8. Miqueas 4:11 Lit., contemplen
  9. Miqueas 5:1 En el texto heb., cap. 4:14
  10. Miqueas 5:1 Lit., tropa
  11. Miqueas 5:1 Lit., ha
  12. Miqueas 5:2 En el texto heb., cap. 5:1
  13. Miqueas 5:2 Lit., para ser
  14. Miqueas 5:2 O, apariciones
  15. Miqueas 5:2 O, de antaño
  16. Miqueas 5:3 Lit., entregará
  17. Miqueas 5:4 O, habitarán seguros
  18. Miqueas 5:4 Lit., ahora
  19. Miqueas 5:5 Lit., este
  20. Miqueas 5:5 O, nuestras fortalezas
  21. Miqueas 5:5 Lit., de hombres
  22. Miqueas 5:14 I.e., símbolos de madera de una deidad femenina
  23. Miqueas 6:2 O, el litigio
  24. Miqueas 6:4 Lit., esclavos
  25. Miqueas 6:5 Lit., para conocer
  26. Miqueas 6:7 Lit., Daré
  27. Miqueas 6:8 O, el derecho
  28. Miqueas 6:8 O, lealtad
  29. Miqueas 6:9 Lit., lo ha señalado
  30. Miqueas 6:10 Lit., efa; un efa equivale aprox. a 22 litros
  31. Miqueas 6:11 Lit., de impiedad
  32. Miqueas 6:12 Lit., sus
  33. Miqueas 6:14 O posiblemente, desperdicio
  34. Miqueas 6:16 Lit., sus
  35. Miqueas 7:1 Lit., mi alma desea
  36. Miqueas 7:2 Lit., perecido
  37. Miqueas 7:2 O, leal
  38. Miqueas 7:3 Lit., palmas
  39. Miqueas 7:5 Lit., las aberturas de tu boca
  40. Miqueas 7:6 Lit., los hombres
  41. Miqueas 7:10 Lit., ahora
  42. Miqueas 7:10 Lit., se convertirá en lugar pisoteado
  43. Miqueas 7:12 Lit., él vendrá
  44. Miqueas 7:12 I.e., el Eufrates
  45. Miqueas 7:14 O, posesión
  46. Miqueas 7:14 O, del Carmelo
  47. Miqueas 7:15 Lit., le
  48. Miqueas 7:17 Lit., lugares seguros
  49. Miqueas 7:18 O, posesión
  50. Miqueas 7:18 Lit., No se aferrará a
  51. Miqueas 7:19 Así en varias versiones antiguas el T.M. dice: sus
  52. Miqueas 7:20 O, fidelidad