Lucas 20:1-26
Reina-Valera 1995
La autoridad de Jesús(A)
20 Sucedió un día que, enseñando Jesús al pueblo en el Templo y anunciando el evangelio, llegaron los principales sacerdotes y los escribas, con los ancianos, 2 y le hablaron diciendo:
—Dinos ¿con qué autoridad haces estas cosas? ¿o quién es el que te ha dado esta autoridad?
3 Respondiendo Jesús, les dijo:
—Os haré yo también una pregunta. Respondedme: 4 El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres?
5 Entonces ellos discutían entre sí, diciendo:
—Si decimos “del cielo”, dirá: “¿Por qué, pues, no le creísteis?” 6 Y si decimos “de los hombres”, todo el pueblo nos apedreará, porque están persuadidos de que Juan era profeta.
7 Respondieron que no sabían de dónde era. 8 Entonces Jesús les dijo:
—Yo tampoco os diré con qué autoridad hago estas cosas.
Los labradores malvados(B)
9 Comenzó luego a decir al pueblo esta parábola: «Un hombre plantó una viña, la arrendó a labradores y se ausentó por mucho tiempo. 10 A su tiempo envió un siervo a los labradores para que le dieran del fruto de la viña, pero los labradores lo golpearon y lo enviaron con las manos vacías. 11 Volvió a enviar otro siervo; pero ellos a éste también golpearon, insultaron y enviaron con las manos vacías. 12 Volvió a enviar un tercer siervo; pero ellos también a éste echaron fuera, herido.
13 »Entonces el señor de la viña dijo: “¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizás, cuando lo vean a él, le tendrán respeto.” 14 Pero los labradores, al verlo, discutían entre sí, diciendo: “Éste es el heredero; venid, matémoslo para que la heredad sea nuestra.” 15 Lo echaron fuera de la viña y lo mataron. ¿Qué, pues, les hará el señor de la viña? 16 Irá, destruirá a estos labradores y dará su viña a otros.»
Cuando ellos oyeron esto, dijeron:
—¡Dios nos libre!
17 Pero él, mirándolos, dijo:
—¿Qué, pues, es lo que está escrito?:
»“La piedra que desecharon los edificadores
ha venido a ser cabeza del ángulo.”
18 »Todo el que caiga sobre aquella piedra, será quebrantado; pero sobre quien ella caiga, lo desmenuzará.
La cuestión del tributo(C)
19 En aquella hora, los principales sacerdotes y los escribas procuraban echarle mano, porque comprendieron que contra ellos había dicho esta parábola; pero temían al pueblo.
20 Y, acechándolo, enviaron espías que simularan ser justos, a fin de sorprenderlo en alguna palabra, para entregarlo al poder y autoridad del gobernador. 21 Le preguntaron, diciendo:
—Maestro, sabemos que dices y enseñas rectamente, y que no haces acepción de persona, sino que enseñas el camino de Dios con verdad. 22 ¿Nos es lícito dar tributo a César, o no?
23 Pero él, comprendiendo la astucia de ellos, les dijo:
—¿Por qué me tentáis? 24 Mostradme la moneda. ¿De quién es la imagen y la inscripción?
Respondiendo dijeron:
—De César.
25 Entonces les dijo:
—Pues dad a César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios.
26 Y no pudieron sorprenderlo en palabra alguna delante del pueblo, sino que, maravillados de su respuesta, callaron.
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