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Auméntanos la fe

Dijeron los apóstoles al Señor:

—Auméntanos la fe.

Entonces el Señor dijo:

—Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: “Desarráigate y plántate en el mar”, y os obedecería.

El deber del siervo

»¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: “Pasa, siéntate a la mesa”? ¿No le dice más bien: “Prepárame la cena, cíñete y sírveme hasta que haya comido y bebido. Después de esto, come y bebe tú”? ¿Acaso da gracias al siervo porque hizo lo que se le había mandado? Pienso que no. 10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: “Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.”»

Diez leprosos son limpiados

11 Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. 12 Al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos 13 y alzaron la voz, diciendo:

—¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!

14 Cuando él los vio, les dijo:

—Id, mostraos a los sacerdotes.

Y aconteció que, mientras iban, quedaron limpios.

15 Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió glorificando a Dios a gran voz, 16 y se postró rostro en tierra a sus pies dándole gracias. Éste era samaritano. 17 Jesús le preguntó:

—¿No son diez los que han quedado limpios? Y los nueve, ¿dónde están? 18 ¿No hubo quien volviera y diera gloria a Dios sino este extranjero?

19 Y le dijo:

—Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

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