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24 Y viéndolo el pueblo, alabaron a su dios, diciendo:

«Nuestro dios entregó en nuestras manos a nuestro enemigo,
al destructor de nuestra tierra,
el cual ha dado muerte a muchos de entre nosotros.»

25 Y aconteció que cuando sintieron alegría en su corazón, dijeron:

«Traed a Sansón para que nos divierta.»

Trajeron de la cárcel a Sansón y les sirvió de juguete. Luego lo pusieron entre las columnas.

26 Entonces Sansón dijo al joven que lo guiaba de la mano:

«Acércame y hazme palpar las columnas sobre las que descansa la casa, para que me apoye sobre ellas.»

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