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Jesús lava los pies a sus discípulos

13 Antes de la fiesta de la Pascua(A), sabiendo Jesús que su hora había llegado(B) para pasar de este mundo al Padre(C), habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin[a]. Y durante la cena, como ya el diablo(D) había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, el que lo entregara(E), Jesús, sabiendo que el Padre había puesto[b] todas las cosas en sus manos(F), y que de Dios había salido(G) y a Dios volvía, se levantó* de la cena y se quitó* su manto, y tomando una toalla, se la ciñó(H). Luego echó* agua en una vasija, y comenzó a lavar los pies(I) de los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía ceñida. Entonces llegó* a Simón Pedro. Este le dijo*: Señor, ¿tú lavarme a mí los pies? Jesús respondió, y le dijo: Ahora tú no comprendes lo que yo hago, pero lo entenderás después(J). Pedro le contestó*: ¡Jamás me lavarás(K) los pies! Jesús le respondió: Si no te lavo, no tienes parte conmigo(L). Simón Pedro le dijo*: Señor, entonces no solo los pies, sino también las manos y la cabeza. 10 Jesús le dijo*: El que se ha bañado no necesita lavarse, excepto los pies, pues[c] está todo limpio; y vosotros estáis limpios(M), pero no todos. 11 Porque sabía quién le iba a entregar(N); por eso dijo: No todos estáis limpios.

Jesús, ejemplo supremo de humildad

12 Entonces, cuando acabó de lavarles los pies, tomó su manto(O), y sentándose[d] a la mesa otra vez, les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? 13 Vosotros me llamáis Maestro(P) y Señor(Q); y tenéis razón[e], porque lo soy. 14 Pues si yo, el Señor(R) y el Maestro, os lavé los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. 15 Porque os he dado ejemplo(S), para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. 16 En verdad, en verdad os digo: un siervo no es mayor que su señor(T), ni un enviado(U) es mayor que el que lo envió. 17 Si sabéis esto, seréis felices si lo practicáis(V). 18 No hablo de todos vosotros(W); yo conozco a los que he escogido(X); pero es para que se cumpla la Escritura(Y): «El que come mi pan ha levantado contra mí su calcañar(Z)». 19 Os lo digo desde ahora, antes de que pase, para que cuando suceda, creáis(AA) que yo soy[f](AB). 20 En verdad, en verdad os digo: el que recibe al que yo envíe, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió(AC).

Jesús identifica al traidor

21 Habiendo dicho Jesús esto, se angustió en espíritu(AD), y testificó y dijo: En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me entregará(AE). 22 Los discípulos se miraban unos a otros, y estaban perplejos sin saber de quién hablaba(AF). 23 Uno de sus discípulos, el que Jesús amaba(AG), estaba a la mesa reclinado en el pecho de Jesús(AH). 24 Por eso Simón Pedro le hizo* señas, y le dijo*: Dinos de quién habla. 25 Él, recostándose de nuevo[g] sobre el pecho de Jesús, le dijo*: Señor, ¿quién es(AI)? 26 Entonces Jesús respondió*: Es aquel a quien yo daré el bocado que voy a mojar. Y después de mojar el bocado, lo tomó* y se lo dio* a Judas, hijo de Simón Iscariote(AJ). 27 Y después del bocado, Satanás(AK) entró en él(AL). Entonces Jesús le dijo*: Lo que vas a hacer, hazlo pronto. 28 Pero ninguno de los que estaban sentados[h] a la mesa entendió por qué le dijo esto. 29 Porque algunos pensaban que como Judas tenía la bolsa del dinero(AM), Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta(AN), o que diera algo a los pobres(AO). 30 Y Judas[i], después de recibir el bocado, salió inmediatamente; y ya era de noche(AP).

Un mandamiento nuevo

31 Entonces, cuando salió, Jesús dijo*: Ahora es[j] glorificado(AQ) el Hijo del Hombre(AR), y Dios es glorificado en Él(AS). 32 Si Dios es glorificado en Él[k], Dios también le glorificará en sí mismo(AT), y le glorificará enseguida. 33 Hijitos(AU), estaré con vosotros un poco más de tiempo(AV). Me buscaréis, y como dije a los judíos, ahora también os digo a vosotros: adonde yo voy, vosotros no podéis ir(AW). 34 Un mandamiento nuevo os doy(AX): que os améis los unos a los otros(AY); que como yo os he amado(AZ), así también os améis los unos a los otros. 35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros(BA).

Jesús predice la negación de Pedro

36 Simón Pedro le dijo*: Señor, ¿adónde vas? Jesús respondió: Adonde yo voy, tú no me puedes seguir(BB) ahora, pero me seguirás después(BC). 37 Pedro le dijo*: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora mismo? ¡(BD)Yo daré mi vida por ti! 38 Jesús le respondió*: ¿Tu vida darás por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo sin que antes me hayas negado tres veces(BE).

Footnotes

  1. Juan 13:1 O, hasta lo sumo, o, eternamente
  2. Juan 13:3 Lit., dado
  3. Juan 13:10 Lit., pero
  4. Juan 13:12 Lit., recostándose
  5. Juan 13:13 Lit., decís bien
  6. Juan 13:19 Véase nota en Juan 8:24
  7. Juan 13:25 Lit., así
  8. Juan 13:28 Lit., reclinados
  9. Juan 13:30 Lit., aquél
  10. Juan 13:31 O, fue
  11. Juan 13:32 Algunos mss. antiguos no incluyen esta frase

Jesús lava los pies de sus discípulos

13 Era antes de la fiesta de la Pascua, y Jesús sabía que había llegado la hora de que él dejara este mundo para ir a reunirse con el Padre. Él siempre había amado a los suyos que estaban en el mundo, y así los amó hasta el fin.

2-4 El diablo ya había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la idea de traicionar a Jesús. Jesús sabía que había venido de Dios, que iba a volver a Dios y que el Padre le había dado toda autoridad; así que, mientras estaban cenando, se levantó de la mesa, se quitó la capa y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.

Cuando iba a lavarle los pies a Simón Pedro, éste le dijo:

—Señor, ¿tú me vas a lavar los pies a mí?

Jesús le contestó:

—Ahora no entiendes lo que estoy haciendo, pero después lo entenderás.

Pedro le dijo:

—¡Jamás permitiré que me laves los pies!

Respondió Jesús:

—Si no te los lavo, no podrás ser de los míos.

Simón Pedro le dijo:

—¡Entonces, Señor, no me laves solamente los pies, sino también las manos y la cabeza!

10 Pero Jesús le contestó:

—El que está recién bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está todo limpio. Y ustedes están limpios, aunque no todos.

11 Dijo: «No están limpios todos», porque sabía quién lo iba a traicionar.

12 Después de lavarles los pies, Jesús volvió a ponerse la capa, se sentó otra vez a la mesa y les dijo:

—¿Entienden ustedes lo que les he hecho? 13 Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque lo soy. 14 Pues si yo, el Maestro y Señor, les he lavado a ustedes los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. 15 Yo les he dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho. 16 Les aseguro que ningún servidor es más que su señor, y que ningún enviado es más que el que lo envía. 17 Si entienden estas cosas y las ponen en práctica, serán dichosos.

18 »No estoy hablando de todos ustedes; yo sé quiénes son los que he escogido. Pero tiene que cumplirse lo que dice la Escritura: “El que come conmigo, se ha vuelto contra mí.” 19 Les digo esto de antemano para que, cuando suceda, ustedes crean que Yo Soy. 20 Les aseguro que el que recibe al que yo envío, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me ha enviado.

Jesús anuncia que Judas lo traicionará(A)

21 Después de decir esto, Jesús se sintió profundamente conmovido, y añadió con toda claridad:

—Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar.

22 Los discípulos comenzaron entonces a mirarse unos a otros, sin saber de quién estaba hablando. 23 Uno de ellos, a quién Jesús quería mucho, estaba junto a él, mientras cenaban, 24 y Simón Pedro le dijo por señas que le preguntara de quién estaba hablando. 25 Él, acercándose más a Jesús, le preguntó:

—Señor, ¿quién es?

26 Jesús le contestó:

—Voy a mojar un pedazo de pan, y a quien se lo dé, ése es.

En seguida mojó un pedazo de pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. 27 Y tan pronto como Judas recibió el pan, Satanás entró en su corazón. Jesús le dijo:

—Lo que vas a hacer, hazlo pronto.

28 Pero ninguno de los que estaban cenando a la mesa entendió por qué le decía eso. 29 Como Judas era el encargado de la bolsa del dinero, algunos pensaron que Jesús le quería decir que comprara algo para la fiesta, o que diera algo a los pobres.

30 Una vez que Judas hubo recibido el pan, salió. Ya era de noche.

El nuevo mandamiento

31 Después que Judas hubo salido, Jesús dijo:

—Ahora se muestra la gloria del Hijo del hombre, y la gloria de Dios se muestra en él. 32 Y si el Hijo del hombre muestra la gloria de Dios, también Dios mostrará la gloria de él; y lo hará pronto. 33 Hijitos míos, ya no estaré con ustedes mucho tiempo. Ustedes me buscarán, pero lo mismo que les dije a los judíos les digo ahora a ustedes: No podrán ir a donde yo voy. 34 Les doy este mandamiento nuevo: Que se amen los unos a los otros. Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros. 35 Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos.

Jesús anuncia que Pedro lo negará(B)

36 Simón Pedro le preguntó a Jesús:

—Señor, ¿a dónde vas?

—A donde yo voy —le contestó Jesús—, no puedes seguirme ahora; pero me seguirás después.

37 Pedro le dijo:

—Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? ¡Estoy dispuesto a dar mi vida por ti!

38 Jesús le respondió:

—¿De veras estás dispuesto a dar tu vida por mí? Pues te aseguro que antes que cante el gallo, me negarás tres veces.

Jesús lava los pies a sus discípulos

13 Se acercaba la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de abandonar este mundo para volver al Padre. Y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.[a]

Llegó la hora de la cena. El diablo ya había incitado a Judas Iscariote, hijo de Simón, para que traicionara a Jesús. Sabía Jesús que el Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio, y que había salido de Dios y a él volvía; así que se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ató una toalla a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y comenzó a lavarles los pies a sus discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.

Cuando llegó a Simón Pedro, este dijo:

—¿Y tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?

—Ahora no entiendes lo que estoy haciendo —respondió Jesús—, pero lo entenderás más tarde.

—¡No! —protestó Pedro—. ¡Jamás me lavarás los pies!

Jesús contestó:

—Si no te los lavo,[b] no tendrás parte conmigo.

Simón Pedro dijo:

—Entonces, Señor, ¡no solo los pies, sino también las manos y la cabeza!

10 —El que ya se ha bañado no necesita lavarse más que los pies —le contestó Jesús—; pues ya todo su cuerpo está limpio. Y ustedes ya están limpios, aunque no todos.

11 Jesús sabía quién lo iba a traicionar y por eso dijo que no todos estaban limpios.

12 Cuando terminó de lavarles los pies, se puso el manto y volvió a su lugar. Entonces les dijo:

—¿Entienden lo que he hecho con ustedes? 13 Ustedes me llaman Maestro y Señor y dicen bien, porque lo soy. 14 Pues, si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. 15 Les he puesto el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes. 16 Les aseguro que ningún siervo es más que su amo y ningún mensajero es más que el que lo envió. 17 ¿Entienden esto? Dichosos serán si lo ponen en práctica.

Jesús predice la traición de Judas

18 »No me refiero a todos ustedes; yo sé a quiénes he escogido. Pero esto es para que se cumpla la Escritura: “El que comparte el pan conmigo, se ha vuelto contra mí”.[c]

19 »Digo esto ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda crean que yo soy. 20 Les aseguro que el que recibe al que yo envío, me recibe a mí y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.

21 Dicho esto, Jesús se angustió profundamente y afirmó:

—Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar.

22 Los discípulos se miraban unos a otros sin saber a cuál de ellos se refería. 23 Uno de ellos, el discípulo a quien Jesús amaba, estaba reclinado sobre él. 24 Simón Pedro hizo señas a ese discípulo y le dijo:

—Pregúntale a quién se refiere.

25 —Señor, ¿quién es? —preguntó él, reclinándose sobre Jesús.

26 —Aquel a quien yo le dé este pedazo de pan que voy a mojar en el plato —le contestó Jesús.

Acto seguido, mojó el pedazo de pan y se lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón. 27 Tan pronto como Judas tomó el pan, Satanás entró en él.

—Lo que vas a hacer, hazlo pronto —le dijo Jesús.

28 Ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué Jesús dijo eso. 29 Como Judas era el encargado del dinero, algunos pensaron que Jesús le estaba diciendo que comprara lo necesario para la fiesta o que diera algo a los pobres. 30 En cuanto Judas tomó el pan, salió de allí. Ya era de noche.

Jesús predice la negación de Pedro

31 Cuando Judas hubo salido, Jesús dijo:

—Ahora es glorificado el Hijo del hombre y Dios es glorificado en él. 32 Si Dios es glorificado en él,[d] Dios glorificará al Hijo en sí mismo y lo hará muy pronto.

33 »Mis queridos hijos, poco tiempo me queda para estar con ustedes. Me buscarán y lo que antes dije a los judíos, ahora se lo digo a ustedes: Adonde yo voy, ustedes no pueden ir.

34 »Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. 35 De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros.

36 —¿Y a dónde vas, Señor? —preguntó Simón Pedro.

Jesús respondió:

—Adonde yo voy, no puedes seguirme ahora, pero me seguirás más tarde.

37 —Señor —insistió Pedro—, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Por ti daré hasta la vida.

38 Jesús respondió:

—¿Tú darás la vida por mí? Te aseguro que antes de que cante el gallo, me negarás tres veces.

Footnotes

  1. 13:1 hasta el fin. Alt. hasta lo sumo.
  2. 13:8 te los lavo. Lit. te lavo.
  3. 13:18 Sal 41:9.
  4. 13:32 Var. no incluye: Si Dios es glorificado en él.

Jesús les lava los pies a sus seguidores

13 Era el día antes de la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que ya era hora de dejar este mundo y regresar al Padre. Mientras estuvo en el mundo, siempre amó a sus seguidores pero en esta ocasión mostró su amor al máximo.

Estaban comiendo. El diablo ya había puesto en la mente de Judas Iscariote, hijo de Simón, que traicionara a Jesús. Jesús sabía que el Padre le había dado poder sobre todo, y sabía que había venido de Dios e iba a regresar a él. Mientras estaban comiendo, Jesús se levantó, se quitó el manto y se ató una toalla. Luego echó agua en un recipiente, empezó a lavarles los pies[a] a sus seguidores y les secaba los pies con la toalla que llevaba en la cintura.

Cuando estaba por lavar los pies de Simón Pedro, este dijo:

—Señor, ¿tú vas a lavar mis pies?

Jesús le contestó:

—Ahora no entiendes lo que estoy haciendo, pero después lo entenderás.

Pedro le dijo:

—¡Tú nunca vas a lavarme los pies!

Jesús le respondió:

—Si no te lavo los pies, no podrás ser de los míos.

Simón Pedro le dijo:

—Señor, ¡entonces no me laves sólo los pies, sino también las manos y la cabeza!

Jesús le dijo:

10 —El que ya se bañó no necesita lavarse más que los pies, porque todo su cuerpo ya está limpio. Ustedes están limpios, pero no todos.

11 Él sabía quién lo iba a traicionar, por eso dijo: «pero no todos».

12 Cuando terminó de lavarles los pies, se vistió, volvió a la mesa y les dijo:

—¿Entienden lo que les hice? 13 Ustedes me llaman: “Maestro” y “Señor” y tienen razón, porque lo soy. 14 Yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies. Así que ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Les he dado ejemplo 15 para que traten a los demás como yo los he tratado a ustedes. 16 Les digo la verdad: Ustedes ya saben que un siervo no es superior a su amo, y que ningún mensajero es más importante que el que lo envió. 17 Ahora que entienden lo que es servirse unos a otros y lavarse los pies unos a otros, Dios los bendecirá si lo ponen en práctica.

18 »No estoy hablando de todos ustedes. Yo sé quiénes son los que he elegido, pero debe cumplirse lo que dice la Escritura: “Mi compañero[b] se ha vuelto en mi contra”.[c] 19 Les digo esto ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, crean que Yo Soy[d]. 20 Les digo la verdad: el que reciba a alguien que yo envío, me recibe a mí. El que me recibe a mí, recibe al Padre que me envió».

Jesús dice quién estará en contra suya

(Mt 26:20-25; Mr 14:17-21; Lc 22:21-23)

21 Después de haber dicho esto, Jesús se entristeció profundamente y declaró:

—Les digo la verdad: uno de ustedes me traicionará.

22 Sus seguidores empezaron a mirarse unos a otros, sin tener idea acerca de quién estaba hablando. 23 Al lado de Jesús estaba el seguidor a quien Jesús amaba. 24 Entonces Simón Pedro le hizo señas para que le preguntara a Jesús de quién estaba hablando. 25 Este seguidor se acercó aun más a Jesús para preguntarle:

—Señor, ¿quién es?

26 Jesús le respondió:

—Voy a mojar pan en el plato. Después lo daré al que me va a traicionar.

Lo tomó y se lo entregó a Judas Iscariote, el hijo de Simón. 27 En cuanto Judas recibió el pan, Satanás entró en él. Jesús le dijo:

—Haz rápido lo que vas a hacer.

28 Pero ninguno de los que estaban comiendo con él supo por qué le había dicho esto. 29 Como Judas era el encargado del dinero, algunos pensaron que Jesús quería que comprara algo para la fiesta. Otros pensaron que quería que diera algo a los pobres. 30 Al recibir el pan, Judas se fue inmediatamente. Ya era de noche.

Jesús habla sobre su muerte

31 Después de que Judas se fue, Jesús dijo:

—Ahora el Hijo del hombre recibe honra. Dios también recibe honra a través del Hijo del hombre. 32 Si Dios recibe honra a través de él, entonces le dará honra al Hijo del hombre a través de sí mismo, y lo hará muy pronto.

33 »Hijitos míos, ya no voy a estar con ustedes por mucho tiempo. Me buscarán y ahora les digo como les dije a los judíos: “No pueden ir a donde yo voy”.

34 »Les estoy dando un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Ámense tal como yo los amé. 35 Todo el mundo se va a dar cuenta de que ustedes son mis seguidores si se aman los unos a los otros».

Se anuncia la negación de Pedro

(Mt 26:31-35; Mr 14:27-31; Lc 22:31-34)

36 Simón Pedro le dijo:

—Señor, ¿a dónde vas?

Jesús le contestó:

—A donde voy tú no me puedes seguir ahora, pero me seguirás después.

37 Pedro le dijo:

—Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Yo daría mi vida por ti.

38 Jesús le respondió:

—Darás tu vida. Pero te aseguro que antes de que cante el gallo, me habrás negado tres veces.

Footnotes

  1. 13:5 lavarles los pies Una costumbre de esa época debido a que la gente llevaba sandalias en caminos llenos de polvo y barro. Era un trabajo humilde que generalmente hacían los siervos.
  2. 13:18 Mi compañero Textualmente El que come mi pan.
  3. 13:18 se ha […] contra Textualmente ha levantado su talón contra mí. Cita de Sal 41:9.
  4. 13:19 Yo Soy Esta expresión es como la que aparece para el nombre de Dios en Éx 3:14. Pero también puede significar Yo soy él (el Mesías).

II.— LIBRO DE LA PASIÓN Y DE LA GLORIA (13—20)

Jesús lava los pies a sus discípulos

13 Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que le había llegado la hora de dejar este mundo para ir al Padre y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, llevó su amor hasta el fin. Se habían puesto a cenar y el diablo había metido ya en la cabeza de Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de traicionar a Jesús. Con plena conciencia de haber venido de Dios y de que ahora volvía a él, y perfecto conocedor de la plena autoridad que el Padre le había dado, Jesús interrumpió la cena, se quitó el manto, tomó una toalla y se la ciñó a la cintura. Después echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura. Cuando le llegó la vez a Simón Pedro, este le dijo:

— Señor, ¿vas a lavarme los pies tú a mí?

Jesús le contestó:

— Lo que estoy haciendo, no puedes comprenderlo ahora; llegará el tiempo en que lo entiendas.

Pedro insistió:

— Jamás permitiré que me laves los pies.

Jesús le respondió:

— Si no me dejas que te lave, no podrás seguir contándote entre los míos.

Le dijo entonces Simón Pedro:

— Señor, no sólo los pies; lávame también las manos y la cabeza.

10 Pero Jesús le replicó:

— El que se ha bañado y está completamente limpio, sólo necesita lavarse los pies. Y ustedes están limpios, aunque no todos.

11 Jesús sabía muy bien quién iba a traicionarlo; por eso añadió: “No todos están limpios.”

12 Una vez que terminó de lavarles los pies, se puso de nuevo el manto, volvió a sentarse a la mesa y les preguntó:

— ¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? 13 Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque efectivamente lo soy. 14 Pues bien, si yo, el Maestro y Señor, les he lavado los pies, lo mismo deben hacer ustedes unos con otros. 15 Les he dado ejemplo para que se porten como yo me he portado con ustedes. 16 Les aseguro que el siervo no puede ser mayor que su amo; ni el enviado, superior a quien lo envió. 17 Si comprenden estas cosas y las ponen en práctica serán dichosos. 18 No me refiero ahora a todos ustedes; yo sé muy bien a quiénes he elegido. Pero debe cumplirse la Escritura: El que comparte el pan conmigo se ha vuelto contra mí. 19 Les digo estas cosas ahora, antes que sucedan, para que, cuando sucedan, crean que “yo soy”. 20 Les aseguro que todo el que reciba al que yo envíe, me recibe a mí mismo, y al recibirme a mí, recibe al que me envió.

Jesús predice la traición de Judas (Mt 26,20-25; Mc 14,17-21; Lc 22,21-23)

21 Después de decir esto, Jesús se sintió profundamente conmovido y declaró

— Les aseguro que uno de ustedes va a traicionarme.

22 Los discípulos se miraban unos a otros preguntándose a quién se referiría. 23 Uno de ellos, el discípulo a quien Jesús tanto quería, estaba recostado al lado de Jesús. 24 Simón Pedro le hizo señas para que le preguntara a quién se refería. 25 El discípulo, inclinándose hacia Jesús, le preguntó:

— Señor, ¿quién es?

26 Jesús le contestó:

— Aquel para quien yo moje un bocado de pan y se lo dé, ese es.

Lo mojó y se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. 27 Y, tras el bocado, entró en él Satanás. Jesús le dijo:

— Lo que vas a hacer, hazlo cuanto antes.

28 Ninguno de los comensales entendió por qué Jesús le dijo esto. 29 Como Judas era el depositario de la bolsa, algunos pensaron que le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o que diera algo a los pobres. 30 Judas tomó el bocado de pan y salió inmediatamente. Era de noche.

El mandamiento nuevo

31 Apenas salió Judas, dijo Jesús:

— Ahora va a manifestarse la gloria del Hijo del hombre, y Dios va a ser glorificado en él. 32 Y si Dios va a ser glorificado en él, Dios, a su vez, glorificará al Hijo del hombre. Y va a hacerlo muy pronto. 33 Hijos míos, ya no estaré con ustedes por mucho tiempo. Me buscarán, pero les digo lo mismo que ya dije a los judíos: a donde yo voy ustedes no pueden venir. 34 Les doy un mandamiento nuevo: Ámense unos a otros; como yo los he amado, así también ámense los unos a los otros. 35 El amor mutuo entre ustedes será el distintivo por el que todo el mundo los reconocerá como discípulos míos.

Jesús predice la negación de Pedro

36 Simón Pedro le preguntó:

— Señor, ¿a dónde vas?

Jesús le contestó:

— A donde yo voy, tú no puedes seguirme ahora; algún día lo harás.

37 Pedro insistió:

— Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Estoy dispuesto a dar mi vida por ti.

38 Jesús le dijo:

— ¿De modo que estás dispuesto a dar tu vida por mí? Te aseguro que antes que el gallo cante, me habrás negado tres veces.