Add parallel Print Page Options

Lo que dejó la oruga
se lo comió el saltón;
lo que dejó el saltón
se lo comió el revoltón;
y la langosta se comió
lo que el revoltón había dejado.

»Despertad, borrachos, y llorad;
gemid, todos los que bebéis vino,
porque el vino se os ha quitado de vuestra boca.
Porque un pueblo fuerte e innumerable
subió a mi tierra;
sus dientes son dientes de león,
y sus muelas, muelas de león.
Asoló mi vid y descortezó mi higuera;
del todo la desnudó y derribó;
sus ramas quedaron blancas.

»Llora tú,
como joven vestida de ropas ásperas
por el marido de su juventud.
Desapareció de la casa de Jehová
la ofrenda y la libación;
los sacerdotes ministros de Jehová
están de duelo.
10 El campo está asolado
y se enlutó la tierra,
porque el trigo fue destruido,
el mosto está pasado
y se perdió el aceite.

11 »Confundíos, labradores;
gemid, viñadores,
por el trigo y la cebada,
porque se perdió la mies del campo.
12 La vid está seca y pereció la higuera;
también el granado, la palmera y el manzano:
Todos los árboles del campo se secaron.
Y así se extinguió el gozo
de los hijos de los hombres.

13 »Vestíos de luto y lamentad, sacerdotes;
gemid, ministros del altar;
venid, dormid con ropas ásperas,
ministros de mi Dios;
porque quitada es de la casa de vuestro Dios
la ofrenda y la libación.
14 Proclamad ayuno, convocad asamblea,
congregad a los ancianos
y a todos los moradores de la tierra
en la casa de Jehová, vuestro Dios,
y clamad a Jehová.

Read full chapter