Add parallel Print Page Options

29 Jamás me alegré al ver caer a mi enemigo,
ni me regocijé cuando le sobrevino el mal.
30 Jamás le pedi a Dios maldecir a alguno;
para no pecar, prefería quedarme callado.
31 Jamás permití que mis siervos
abusaran de alguno de mis huéspedes.

Read full chapter