Add parallel Print Page Options

¿Cómo puede el simple hombre plantarse ante Dios y pretender que es justo? ¿Quién en el mundo entero puede alardear de ser puro? Tan glorioso es Dios, que hasta la luna y las estrellas son menos que nada comparadas con él. ¡Cuánto más insignificante es el hombre, que no es más que un simple gusano a la vista de él!».

Read full chapter