Add parallel Print Page Options

Dijo Jehová a Satanás:

—Él está en tus manos; pero guarda su vida.

Salió entonces Satanás de la presencia de Jehová e hirió a Job con una llaga maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. Y Job, sentado en medio de ceniza, tomaba un trozo de tiesto y se rascaba con él.

Read full chapter