Add parallel Print Page Options

»Pero si hablo,
mi dolor no tiene alivio;
y si dejo de hablar,
¿qué se ha de ir de mí?
Pero ahora Dios me tiene agobiado. Ha desolado toda mi compañía
y me ha llenado de arrugas.
Mi debilidad responde en mi propia cara;
ha venido a ser testigo
y se ha levantado contra mí.

Read full chapter