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Job discurre sobre la brevedad de la vida

14 »El hombre, nacido de mujer,
corto de días y hastiado de sinsabores,
brota como una flor y es cortado,
huye como una sombra y no permanece.
¿Sobre él abres tus ojos
y lo traes a juicio contigo?
¿Quién hará puro lo inmundo?
¡Nadie!
Ciertamente sus días están determinados
y tú has fijado el número de sus meses:
le has puesto límites, que no traspasará.
Si tú lo abandonas, él dejará de ser;
entre tanto, como el jornalero, disfrutará de su jornada.

»El árbol, aunque lo corten,
aún tiene la esperanza de volver a retoñar,
de que no falten sus renuevos.

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