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18 Tu camino y tus transgresiones te han acarreado esto. Esta es tu desgracia. ¡Cuán amargo! Porque llegó hasta tu corazón.

Destrucción que causará el invasor

19 ¡Ay, mis entrañas, mis entrañas! Me duelen las paredes de mi corazón. Se conmociona mi corazón dentro de mí. No callaré, oh alma mía, porque lo que has oído es el sonido de la corneta, el pregón de guerra. 20 Quebranto sigue[a] a quebranto, porque toda la tierra es devastada. ¡De repente son devastadas mis moradas; en un momento, mis tiendas!

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Footnotes

  1. Jeremías 4:20 Según Targum y Peshita; heb., se proclama.